viernes, junio 29, 2018

JOAN MANUEL SERRAT SE SUBIRÁ DE NUEVO AL ESCENARIO DEL TEATRO DE LA AXERQUÍA.

Serrat.
El músico vuelve a ‘Mediterráneo’ en su nueva gira, con la que recalará en Córdoba.

JOAN MANUEL SERRAT SE SUBIRÁ DE NUEVO AL ESCENARIO DEL TEATRO DE LA AXERQUÍA.

José Nevado T.
29/06/2018

TEATRO DE LA AXERQUÍA
VIERNES 13
22.30 HORAS

Aunque cursó estudios de Perito Agrario, siempre supo que su vida estaría ligada a la música y a las artes en general. Músico, poeta, escritor, cantautor y actor, muchos registros se le cuentan y es difícil quedarnos con uno. Al poco tiempo de acabar sus estudios, y tras una breve experiencia en un grupo, es en 1965 cuando por primera vez canta en una radio con algunas de sus canciones. Esta experiencia le sirvió como escaparate. Lo que no sabía en aquella época era lo que daría de sí ese programa en la radio de Barcelona.

Su carrera musical no ha sido para nada tranquila. En lo personal, ha vivido de todo, hasta tuvo que exiliarse durante un año a México en 1965, ya que había una orden de detención en contra suya. Por otro lado, musicalmente hablando, ha sido un maestro, un duro trovador que ha marcado con sus letras a varias generaciones. Con más de treinta trabajos de estudio, es una figura dentro de la escena e industria nacional e internacional, fundamentalmente hispanoamericana. Aunque también ha tenido algunas anécdotas en su carrera musical, como por ejemplo Eurovisión.

En los últimos seis años ha sacado dos álbumes con su gran amigo Joaquín Sabina --En Luna Park y La Orquesta del Titanic (2012)-- una Antología Desordenada (2014) y ha vuelto a reeditar El gusto es nuestro (2016) con sus compañeros y amigos Ana Belén, Miguel Ríos y Víctor Manuel. Y para el Festival de la Guitarra llega con su nuevo trabajo Mediterráneo Da Capo, donde repasa ese disco que saco en el año 1971, que tanto éxito alcanzó con la canción Mediterráneo, entre otras muchas. Sin lugar a dudas, es uno de nuestros mejores representantes y uno de los mejores artistas que ha dado este país. Doctor Honoris Causa en más de diez universidades, tanto nacionales como extranjeras, tiene un Grammy Latino y el Premio Nacional Música Actual, entre otros reconocimientos. Incluso varias plazas y calles en España llevan su nombre. Coherencia, compromiso, sensibilidad y esa rara capacidad de hacer de lo cotidiano un motivo para soñar y sentir.


http://www.diariocordoba.com/noticias/finde/serrat_1235800.html

miércoles, junio 27, 2018

De Algeciras a Estambul, vayan por Madrid

De Algeciras a Estambul, vayan por Madrid

Ulises Fuente. 
Madrid.
27 de junio de 2018

Una jaima adornaba el habitualmente austero escenario del festival Las Noches del Botánico para recibir al máximo exponente de la mediterraneidad, Joan Manuel Serrat. El catalán traía a la capital «Mediterráneo da capo», es decir, «desde el principio» según esa expresión en italiano. Es decir, «il capo da capo», el jefe (de la canción) desde su comienzo, esa obra maestra que todavía no cumple 50 años sino 47. Pero Serrat celebra cuando le da la gana, no cuando mandan las convenciones. «Escribí estas canciones en un pequeño hotel de la Costa Brava. Y es probable que alguno de ustedes tenga la tentación de pensar que 50 habría sido una fecha más notable y más redonda. Pero miren, no estoy para esperar», dijo. «Si cuando tenga 50 estoy en condiciones, pues a tomar por saco», proclamó.

Así, esta gira es un retroceso a los orígenes, al cuarto disco de su extensísima producción. Y «Mediterráneo» sonó hasta en tres ocasiones, en diferentes versiones, la primera, tras una gran ovación de bienvenida. Serrat canta cada vez más sobrio, más justo, más ecuánime. Tras el himno, y arropado por un murmullo, desenvainó «Qué va a ser de ti», «Vagabundear» y «Barquito de papel».

Serrat, que pudo haber sido ministro esta legislatura de haberlo aceptado, no es hombre de muchos parlamentos, y a pesar de ello anoche poca falta le hizo. Letras como «no me siento extranjero en ningún lugar» o «barquito de papel, sin nombre, sin patrón y sin bandera» ya anuncian una educación sentimental y política como lo hace «Pueblo blanco». Serrat no es «crooner» porque canta en español y le decimos cantautor, pero su presencia interpretativa es cada vez más poderosa.

«El tío Alberto de la canción no era mi tío, el apelativo de lo pusieron sus amigos gitanos. Era Alberto Puig Palau, un rico industrial barcelonés que tuvo su centro de actividades en Bocaccio, un local donde se reunía la 'gauche divine' de Barcelona. De allí tomé este taburete tapizado en rojo que siempre me acompaña», señaló Serrat antes de «La mujer que yo quiero». Quién puede resistirse a «Lucía», y luego tuvo un quijotesco discurso: «huyo de la vida regalada, de la ambición y de la hipocresía y busco para mi propia gloria senda más angosta. ¿Es eso de tonto y mentecato?», se preguntó antes de «Vencidos». «Aquellas pequeñas cosas», de nuevo «Mediterraneo» y «La Mer», de Trevet solo cerraron la primera mitad del recital, consagradas al emblemático álbum. Aún quedaban «Cantares», «Tatuaje», «Para la libertad», «Penélope» y «Esos locos bajitos» y, por supuesto, «Hoy puede ser un gran día».

De política no habló anoche, a pesar de que el de Poble Sec ha aprovechado su gira para visitar al al líder de ERC, Oriol Junqueras, y al ex conseller y diputado de ERC en el Parlament, Raül Romeva, en la prisión de Estremera. Una visita que llegó después de que el catalán, que no milita en el independentismo, llegara a ser acusado por este sector ideológico de «fascista» por sus declaraciones en contra del desvarío nacionalista. «Quienes me llaman fascista no conocen el fascismo», dijo en su momento con templanza y sabiduría. Algunos de quienes le insultaron, le aplaudían el gesto el otro día.

Todo eso, por fortuna, daba igual. Qué cerca sentimos la odisea del mar anoche, qué real la España imposible, qué próximos a un nuevo comienzo. A volver «da capo» a nuestras vidas.

https://www.larazon.es/local/madrid/de-algeciras-a-estambul-vayan-por-madrid-OF18846989

El dulce viaje de Serrat a aquel hotel de la Costa Brava

El dulce viaje de Serrat a aquel hotel de la Costa Brava

El cantautor catalán dio ayer el primero de sus tres conciertos en las Noches del Botánico de Madrid, con motivo de su gira de homenaje al disco «Mediterráneo»

Israel Viana
@Isra_Viana
Madrid
27/06/2018 17:45h

No es muy habitual celebrar el 47 aniversario de un disco y, menos aún, hacerlo con casi setenta conciertos de aquí a Navidad cuando uno ya ha vivido 75 primaveras. «Es probable que alguno de vosotros haya pensado que no es un número tan redondo como 50 años, pero… ¡no estamos para esperar! Si eso cuando el álbum cumpla medio siglo, si me encuentro en condiciones, lo vuelvo a celebrar», bromeaba Joan Manuel Serrat tras inaugurar la velada con «Mediterráneo» y arrancar la primera ovación de la noche. Como si al cantautor catalán le hicieran falta muchas excusas para colgar el cartel de «No hay entradas» durante tres noches seguidas en Madrid.

Lo suyo es de otro mundo. Faltan meses antes de que aterrice en Argentina para dar nueve conciertos seguidos en el histórico Teatro Gran Rex de Buenos Aires —donde han actuado estrellas como Bob Dylan, Caetano Veloso, Lou Reed, The Beach Boys u Ornette Coleman desde 1937— y ya lo ha vendido todo en siete de ellos. El de ayer era el primero de los programados en el Real Jardín Botánico Alfonso XIII de la Universidad Complutense de Madrid. «Lo que quiero hacer en esta gira es volver a aquel pequeño hotel de la Costa Brava donde compuse el disco en 1971», anunciaba Serrat antes de comenzar a despachar, una por una —«un gustazo que nunca me había permitido»—, todas las canciones que convirtieron a aquel álbum en uno de los más exitosos e influyentes de la historia de la música en España.

Se refiere el catalán al hotel Batlle de Calella de Palafrugell, con vistas a la playa, en el que se refugió con 26 años para dar forma a aquella obra maestra que casi llama «Amo el mar». Solo llevaba un lustro en la música, pero fue capaz de componer a canciones que ayer, casi medio siglo después, sonaban nuevas a pesar de ser interpretadas con los arreglos originales. «Qué va a ser de ti», «Vagabundear», «Barquito de papel»… La gente bailaba tímidamente sentada en sus asientos, miraba como caía la noche y acompañaba al de Barcelona cantando versos tan tristes como los de «Pueblo blanco», aquella crónica más bien tétrica Serrat sobre el abandono de los pueblos en los 70 —«si te toca llorar, es mejor hacerlo frente al mar»—, pero que en Chile y Argentina sintieron como el relato de los crímenes de Videla o Pinochet: «Los muertos están en cautiverio y no los dejan salir del cementerio».

Da igual que le cante a la vida o a la muerte. Que homenajee a la canción francesa con una versión de Charles Trenet o a las coplas de Concha Piquer. Que hable con fina ironía de aquel cabo que insistía en el valor de las palabras cuando hizo la mili y provoque carcajadas a mansalva. Tampoco importa que cite a Mark Twain, a Cervantes o a su amigo Manuel Vázquez Montalbán para hablar de su Ulises favorito —el bajito, gordo y calvo Don Ulises Higueruelo de la revista «TBO»— antes de lanzarse con «Penélope» entre gritos de ¡viva! Todo da igual, incluso los fallos y los despistes, porque el carisma y el magnetismo que desprende Serrat sobre su austero escenario, vestido con un impoluto traje negro o sentado en su habitual taburete rojo de la antigua discoteca Bocaccio que tantas noches le vio beber junto a sus compañeros de la «Gauche Divine», es tan grande que es difícil abstraerse a él cuando sus canciones «salen a navegar juntas por el mar que los griegos llamaban Thalassa», comenta.

Puso al público en pie en varias ocasiones. Al cantarle a Antonio Machado: «¡Golpe a golpe, verso a verso!», gritaron todos a viva voz, quitándose unos años de encima. O a Miguel Hernández, con aquel poema que Serrat musicalizó en 1972, «Por la libertad», tres años antes de la muerte de Franco, para arropar el viaje que España iba a hacer en breve de la dictadura a la democracia. «El concierto está llegando a puerto», advirtió el cantautor a las dos horas de actuación, pero regaló «Horizonte», «Hoy puede ser un gran día», «Menos tu vientre» o la antaño censurada por el franquismo, «Fiesta», donde usaba la ironía para decir que todo estaba bien.

Tan a gusto parecía Serrat que se permitió el lujo de arrancar algún pitido entre público madrileño, sin echar esta vez mano del conflicto catalán: «Hoy estoy muy contento porque, por fin, Argentina ha ganado un partido y dejarán de meterse con el mejor jugador del mundo: Messi». Pero ni así se hizo enemigos. Tras un par de minutos de vítores y palmas, con toda la audiencia de pie sin moverse de sus asientos, el cantautor catalán tuvo que salir de nuevo a regalar, esta vez sí, su última «Palabra de amor».


https://www.abc.es/cultura/musica/abci-dulce-viaje-serrat-aquel-hotel-costa-brava-201806271229_noticia.html#ns_campaign=rrss-inducido

'Mediterráneo' de Serrat: la banda sonora de mi vida


'Mediterráneo' de Serrat: la banda sonora de mi vida

27 JUN 2018
Rosa Villacastín

Hay canciones, momentos, imágenes que se nos quedan clavadas en el alma por más tiempo que transcurra, por más que nuestra vida haya cambiado tanto que apenas si nos reconozcamos en aquellas viejas fotografías en blanco y negro, un tanto deslucidas por los años.

Tampoco nuestra sociedad tiene nada que ver con la de los años 60 y 70 y, sin embargo, cuando escucho a Joan Manuel Serrat interpretar, más que cantar, "Mediterráneo", siento que de golpe me quitan un montón de años, recobrando así la pasión, el ímpetu de mi juventud.

A Serrat le he seguido por tierra, mar y aire desde que le conocí en Madrid, cuando ambos frecuentábamos una conocida discoteca propiedad de José María Civit, un amigo común muerto en accidente de coche cuando volvía a su casa y un perro se cruzó en su camino. De aquello hace ya mucho tiempo, pero su música sigue ahí, encandilando a todo tipo de público, a gente de toda condición social, de toda ideología, de todas las edades, porque Joan Manuel ha sido y es uno de nuestros mejores y más queridos cantoautores.

Hace un par de años fui al Olimpia de París a oírle cantar, y todavía tengo grabadas en mi memoria las caras de felicidad de los muchos españoles residentes en la ciudad del Sena que le escuchaban sin pestañear, emocionados hasta las lágrimas. Unos, porque era su primera vez, otros porque después de años de no verle y oírle, le escuchaban con tanta atención que no se oía el volar de una mosca, solo los móviles intentando retener en su interior una imagen que les perdurará en la memoria.

Serrat ha vuelto, aunque nunca se haya ido, y lo hace en medio del volcán del procés, lo que de alguna manera eclipsa el verdadero motivo de esta nueva gira, con la que pretende hacer soñar a varias generaciones de españoles que hemos hecho de su Mediterráneo, la banda sonora de nuestra vida.

En Madrid lo ha conseguido, en la primera de sus actuaciones en las Noches del Botánico, como lo conseguirá allí donde cante este verano, hasta que emprenda viaje a América Latina, donde le esperan con los brazos abiertos, como se espera ese amor de ida y vuelta.

A Joan Manuel, como a Ana Belén y Victor Manuel, la gente les quiere y respeta por su coherencia, por su manera de gestionar la fama, sin que ello suponga vivir encerrados en una burbuja. Una manera de ser y estar que debían patentar para que quienes acceden al podium de la popularidad, por méritos profesionales y no por escándalos sentimentales, tengan un espejo en el que mirarse.

Serrat peina canas y surcan su rostro profundas arrugas, lo que no le quita un ápice de atractivo, y demuestra que ha vivido y ha vivido mucho y bien, pese a algunos contratiempos de salud, y no digamos ya políticos: pero eso es lo que le hace más interesante, que lleva la mochila llena de experiencias de todo tipo. A algunas de las cuales ha puesto letra y música. Música y letras inolvidables.


http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/extrarosa/2018/06/27/mediterraneo-de-serrat-la-banda-sonora.html

Golpe a golpe y verso a verso Serrat lleva el Mediterráneo a Madrid

Golpe a golpe y verso a verso Serrat lleva el Mediterráneo a Madrid

27/6/2018

Joan Manuel Serrrat ha conseguido colgar el cartel de 'no hay entradas' en sus tres conciertos consecutivos en Madrid dentro del festival 'Noches del Botánico'. Ayer dio su primer concierto en la capital; y arropado por su banda volvió a cantar sus canciones más clasicas, entre ellas, la que da nombre a su gira y se ha convertido en un himno para cualquier 'serratiano': Mediterráneo.

Este año el exitoso álbum "Mediterráneo" cumple 47 años y Joan Manuel Serrat lo ha querido celebrar con una gira por diferentes ciudades de la geografía española y parte del extranjero.

La primera prueba en Madrid la ha pasado con creces. El 'Nano' actuó ayer dentro del festival 'Noches del Botánico' y le esperan dos conciertos consecutivos en la capital dentro de su gira titulada 'Mediterráneo Da Capo'.

Esta expresión italiana significa "volver al principio"; y el catalán se lo ha tomado al pie de la letra, Serrat inició la actuación cantando "Mediterráneo", ese famoso himno que en 2006 fue elegido por la Revista Rolling Stone como la mejor canción de la lengua española del siglo XX.

Los que ayer llenaron el botánico pudieron escuchar temas tan conocidos como 'Qué va a ser de ti', 'Vagabundear', 'Barquito de papel', 'Pueblo blanco', 'Lucía' y 'Aquellas pequeñas cosas'.

"Hay quien dice que el Mediterráneo no es más que un afluente del Océano Atlántico, pero el Atlántico y el resto de océanos del mundo son afluentes del Mediterráneo", afirmó antes de cantar ' La mer' , la canción más conocida del cantante y compositor francés Charles Trenet.

Serrat cambió su tono divertido para hablar de la otra cara del mar que 'bautizó' su niñez: "Se ha convertido en un sarcófago donde miles de hombres y mujeres pagaron con su vida el intento de huir de sí mismos", ha lamentado antes de continuar con "Plany al mar".

En más de dos horas de concierto también entonó los versos de Miguel Hernández con 'Para la libertad', seguidos de 'El horizonte' y de otra joya con nombre de mujer: 'Penélope'.

Finalmente, cantó la letra de 'Fiesta', con la que Serrat se despidió del público por segunda vez, hasta que reapareció por sorpresa para cantar 'Paraules d'amor'.


http://www.antena3.com/noticias/cultura/k_201806275b3362ca0cf2dd2a8380404c.html

El dulce viaje de Serrat a aquel hotel de la Costa Brava


El dulce viaje de Serrat a aquel hotel de la Costa Brava

El cantautor catalán dio ayer el primero de sus tres conciertos en las Noches del Botánico de Madrid, con motivo de su gira de homenaje al disco «Mediterráneo»

Israel Viana
Madrid
27/06/2018 17:45h

No es muy habitual celebrar el 47 aniversario de un disco y, menos aún, hacerlo con casi setenta conciertos de aquí a Navidad cuando uno ya ha vivido 75 primaveras. «Es probable que alguno de vosotros haya pensado que no es un número tan redondo como 50 años, pero… ¡no estamos para esperar! Si eso cuando el álbum cumpla medio siglo, si me encuentro en condiciones, lo vuelvo a celebrar», bromeaba Joan Manuel Serrat tras inaugurar la velada con «Mediterráneo» y arrancar la primera ovación de la noche. Como si al cantautor catalán le hicieran falta muchas excusas para colgar el cartel de «No hay entradas» durante tres noches seguidas en Madrid.

Lo suyo es de otro mundo. Faltan meses antes de que aterrice en Argentina para dar nueve conciertos seguidos en el histórico Teatro Gran Rex de Buenos Aires —donde han actuado estrellas como Bob Dylan, Caetano Veloso, Lou Reed, The Beach Boys u Ornette Coleman desde 1937— y ya lo ha vendido todo en siete de ellos. El de ayer era el primero de los programados en el Real Jardín Botánico Alfonso XIII de la Universidad Complutense de Madrid. «Lo que quiero hacer en esta gira es volver a aquel pequeño hotel de la Costa Brava donde compuse el disco en 1971», anunciaba Serrat antes de comenzar a despachar, una por una —«un gustazo que nunca me había permitido»—, todas las canciones que convirtieron a aquel álbum en uno de los más exitosos e influyentes de la historia de la música en España.

Se refiere el catalán al hotel Batlle de Calella de Palafrugell, con vistas a la playa, en el que se refugió con 26 años para dar forma a aquella obra maestra que casi llama «Amo el mar». Solo llevaba un lustro en la música, pero fue capaz de componer a canciones que ayer, casi medio siglo después, sonaban nuevas a pesar de ser interpretadas con los arreglos originales. «Qué va a ser de ti», «Vagabundear», «Barquito de papel»… La gente bailaba tímidamente sentada en sus asientos, miraba como caía la noche y acompañaba al de Barcelona cantando versos tan tristes como los de «Pueblo blanco», aquella crónica más bien tétrica Serrat sobre el abandono de los pueblos en los 70 —«si te toca llorar, es mejor hacerlo frente al mar»—, pero que en Chile y Argentina sintieron como el relato de los crímenes de Videla o Pinochet: «Los muertos están en cautiverio y no los dejan salir del cementerio».

Da igual que le cante a la vida o a la muerte. Que homenajee a la canción francesa con una versión de Charles Trenet o a las coplas de Concha Piquer. Que hable con fina ironía de aquel cabo que insistía en el valor de las palabras cuando hizo la mili y provoque carcajadas a mansalva. Tampoco importa que cite a Mark Twain, a Cervantes o a su amigo Manuel Vázquez Montalbán para hablar de su Ulises favorito —el bajito, gordo y calvo Don Ulises Higueruelo de la revista «TBO»— antes de lanzarse con «Penélope» entre gritos de ¡viva! Todo da igual, incluso los fallos y los despistes, porque el carisma y el magnetismo que desprende Serrat sobre su austero escenario, vestido con un impoluto traje negro o sentado en su habitual taburete rojo de la antigua discoteca Bocaccio que tantas noches le vio beber junto a sus compañeros de la «Gauche Divine», es tan grande que es difícil abstraerse a él cuando sus canciones «salen a navegar juntas por el mar que los griegos llamaban Thalassa», comenta.

Puso al público en pie en varias ocasiones. Al cantarle a Antonio Machado: «¡Golpe a golpe, verso a verso!», gritaron todos a viva voz, quitándose unos años de encima. O a Miguel Hernández, con aquel poema que Serrat musicalizó en 1972, «Por la libertad», tres años antes de la muerte de Franco, para arropar el viaje que España iba a hacer en breve de la dictadura a la democracia. «El concierto está llegando a puerto», advirtió el cantautor a las dos horas de actuación, pero regaló «Horizonte», «Hoy puede ser un gran día», «Menos tu vientre» o la antaño censurada por el franquismo, «Fiesta», donde usaba la ironía para decir que todo estaba bien.

Tan a gusto parecía Serrat que se permitió el lujo de arrancar algún pitido entre público madrileño, sin echar esta vez mano del conflicto catalán: «Hoy estoy muy contento porque, por fin, Argentina ha ganado un partido y dejarán de meterse con el mejor jugador del mundo: Messi». Pero ni así se hizo enemigos. Tras un par de minutos de vítores y palmas, con toda la audiencia de pie sin moverse de sus asientos, el cantautor catalán tuvo que salir de nuevo a regalar, esta vez sí, su última «Palabra de amor».


https://www.abc.es/cultura/musica/abci-dulce-viaje-serrat-aquel-hotel-costa-brava-201806271229_noticia.html

Serrat: el Mediterráneo, la vida y todo lo demás

Serrat: el Mediterráneo, la vida y todo lo demás

ÁNGEL VIVAS Madrid
27 JUN. 2018

El cantautor sacó todos los trucos de su chistera en las Noches del Botánico y logró que el público volviera feliz a sus casas

A ciertas alturas de la vida, todo son aniversarios y echar cuentas de los 20 transcurridos. Ya quisiéramos que de todo hiciera 20 años, como dijo -hace mucho- Gil de Biedma. Hace más de 20 años que hizo otros tantos de que Serrat cantara ara que tinc vint anys. Hace casi 50, un poco menos, de que sacara un disco que contiene una canción, la que le da título, considerada alguna vez como la mejor canción española. Esa canción sirvió a un respetable historiador (José Enrique Ruiz-Doménec) para titular un libro igualmente serio y respetable Atardeceres rojos; porque el elemento común del paisaje mediterráneo, decía el profesor, es el atardecer, ya que es una sociedad crepuscular y melancólica, que no decadente ni nostálgica.

En fin, que, como en una incesante balada de otoño, ha llovido y llovido desde Paraules d'amor, Cançó de matinada y La tieta. Pero Serrat -fatalmente crepuscular, como algunas buenas películas, pero no decadente- ahí sigue; tampoco mueren nunca los viejos cantautores. Y estos días, con Mediterráneo al hombro en plan más o menos conmemorativo, llena por tres noches consecutivas el Real Jardín Botánico Alfonso XIII de la Universidad Complutense Madrid. Diríamos que están a tiempo de verle hoy y mañana; pero no, no quedan entradas. Quienes no hayan podido disfrutar del triple concierto de estos días tienen otra oportunidad el próximo diciembre en el Wizink Center.

El aniversario del disco no es redondo, "pero no estoy pa' esperar", dijo un Serrat que se mostró dicharachero y bienhumorado en todo el concierto; "si a los 50 estoy todavía, nos volvemos a ver y a tomar por saco".

Locuaz y divertido, pero formal en la apariencia (chaqueta y corbata), arropado por un grupo potente -guitarra, batería, viola, contrabajo, teclado y piano (¡Ricard Miralles!, toda una vida)-, con una escenografía abstracta que sirvió para proyectar imágenes ad hoc de las canciones -el mar, la Venus de Boticelli o versos de Hernández- y la voz en forma, Serrat echó a andar una actuación que será inolvidable para todos los que asistieron.

El Nano sigue fiel a sí mismo; hablando de la infancia (en el disco, Aquellas pequeñas cosas, Barquito de papel), el amor (La mujer que yo quiero, Lucía) y todo lo demás. Con algo quijotesco, no sólo por el poema de León Felipe Vencidos, sino por su modo de comprometerse con lo que piensa, aunque le silben (qué más da, qué más da) aquí o allá. Alguna vez le han silbado en Cataluña por cantar en castellano; él respondía en esos casos que en Madrid no le silbaban por cantar en catalán.

El compromiso ahora pasa por no eludir las connotaciones políticas que tiene en los últimos años un Mediterráneo lleno de náufragos (son náufragos, no emigrantes ilegales, nos recuerda José María Ridao), o por transitar una difícil tercera vía en el problema catalán. O por levantar la voz contra la violencia sobre las mujeres.

El todo lo demás que llena el disco que ahora nos entrega da capo (vale decir, de nuevo) incluye otras migraciones (Pueblo blanco, Qué va a ser de ti, esa casi paráfrasis del She's leaving home de Los Beatles) y, entre otras pequeñas y grandes cosas, un homenaje que entonces no entendíamos bien (¿por qué demonios tenía el tío Alberto la Orden de la legión de Honor de la República Francesa?) a un tipo singular que vivió una vida exagerada y estuvo en la Resistencia en Francia, de ahí la condecoración.

Cuando el inclemente calor del día iba cediendo (lo malo del verano en Madrid es que por las noches refresca, dicen los irreductibles) en el agradecido entorno de la universitaria madrileña, Serrat desgranó esas y otras canciones de éxito seguro frente a un público (padres de Lucías y Penélopes) que llenaba el ambiente de un calor humano más llevadero.

Sorpresas, pocas. Ni nadie las esperaba, ni falta que hacían. Entre las pocas, una versión de Tatuaje (antes se había referido, como si estuviera vivo -es que lo está- a su "amigo Manuel Vázquez" Montalbán). Además, Machado (Cantares), Hernández (Para la libertad y Menos tu vientre) Romance de Curro el Palmo, Hoy puede ser un gran día. Canciones que no envejecen; o lo hacen tan bien como él. Y que en varios momentos pusieron en pie a un público que -o tempora, o mores- en vez de cerillas y mecheros, tiraba de móvil. Un público que, sobre todo, se fue feliz a casa, envuelto todavía en los versos de la canción con que cerró el concierto y que era la metáfora perfecta de lo que había sido: Fiesta.


http://www.elmundo.es/cultura/musica/2018/06/27/5b333d3fe5fdeaa5288b45da.html

Así es el concierto de Joan Manuel Serrat que navega por su Mediterráneo







Así es el concierto de Joan Manuel Serrat que navega por su Mediterráneo

Baltasar Daza 27 JUN 2018

Hace 47 años que Serrat publicó Mediterráneo, tal vez su más exitoso álbum dedicado al mar que "bautizó su niñez". Anoche ha vuelto a "navegar" por sus aguas durante el primero de los tres conciertos consecutivos que ofrece en Madrid, como parte de la gira que lo tendrá en Chile a fin de año.

Tenía claro que no quería esperar a que Mediterráneo (1971) cumpliese 50 años para celebrarlo a lo grande, así que el pasado mes de abril Serrat inició en Roquetas de Mar una gira que durante dos noches más inunda de música y recuerdos el Real Jardín Botánico de Alfonso XIII.

“Es probable que alguno de ustedes tenga la tentación de pensar que 50 hubiera sido una fecha más redonda y más notable pero, miren, no estoy para esperar”, ha dicho el cantautor al inicio del concierto, enmarcado en el festival Noches del Botánico.

En esa primera cita el público se ha encontrado con el “Nano” de ayer y con el de hoy, que viajan juntos en esta gira titulada “Mediterráneo Da Capo”, un término musical italiano que significa “volver al principio”, como explicó a Culto el catalán

Contrario a quienes consideran que lo mejor se debe guardar para el final, Serrat ha iniciado la actuación cantando “Mediterráneo”, ese famoso himno “serratiano” que en 2006 fue elegido por la Revista Rolling Stone como la mejor canción de la lengua española del siglo XX.

En la primera parte de su travesía también han sonado otros temas como “Qué va a ser de ti”, “Vagabundear”, “Barquito de papel”, “Pueblo blanco”, “Lucía” y “Aquellas pequeñas cosas”, todos del LP que protagoniza la gira.

“Hay quien dice que el Mediterráneo no es más que un afluente del Océano Atlántico, pero el Atlántico y el resto de océanos del mundo son afluentes del Mediterráneo”, ha aseverado antes de cantar “La mer” (“El mar”), la canción más conocida del cantante y compositor francés Charles Trenet.

“Golpe a golpe” y “verso a verso”, otro de los momentos más destacados de la noche ha llegado con “Cantares”, un tema en el que el público se ha unido al artista, quien ha compartido numerosas anécdotas desde el escenario.

Sobre esas tablas ha estado acompañado por un sexteto formado por Ricardo Miralles (piano), José Mas Kitflus (teclados), David Palau (guitarra), Vicente Climent (batería), Tomás Merlo (bajo) y Uxía Amargós (viola).

Simpático y divertido hasta el momento, Serrat ha cambiado el tono para hablar de la otra cara del mar que “bautizó” su niñez: “Se ha convertido en un sarcófago donde miles de hombres y mujeres pagaron con su vida el intento de huir de sí mismos”, ha lamentado antes de continuar con “Plany al mar”.

En más de dos horas de concierto también ha entonado los versos de Miguel Hernández con “Para la libertad”, seguidos de “El horizonte” y de otra joya con nombre de mujer: “Penélope”.

Cuando el barco llegaba “a puerto”, el noi del Poble-Sec ha hecho una invitación a disfrutar de la vida con plenitud mediante la letra de “Hoy puede ser un gran día”.

Luego, ya en los bises, ha encandilado a sus seguidores con “Tatuaje”, una copla con la que ha recordado su amor por ese género que forma parte de su educación musical.

Acto seguido ha elogiado a las mujeres, ha denunciado algunas injusticias sociales que sufren y les ha dedicado la canción “Menos tu vientre”.

“Se acabó/ el sol nos dice que llegó el final/ por una noche se olvidó/ que cada uno es cada cual”, dice la letra de “Fiesta”, con la que Serrat se ha despedido del público por segunda vez, hasta que ha reaparecido por sorpresa para cantar “Paraules d’amor”.

Todavía le esperan más de cincuenta conciertos por España y América hasta fin de año. Así podrá seguir homenajeando a su querido mar, con el que hoy ha “pintado” de azul una larga noche de verano.


http://culto.latercera.com/2018/06/27/asi-concierto-joan-manuel-serrat-navega-mediterraneo/

Serrat trae el Mediterráneo a la meseta caliente

Serrat trae el Mediterráneo a la meseta caliente

El cantautor catalán celebra casi medio siglo de música y autobiografía durante tres noches en el Botánico

JUAN CRUZ
27 JUN 2018 - 09:52 CEST

Joan Manuel Serrat no sólo ha hecho música. Su canción, la que él ha compuesto, pero también la que le viene de poetas como Antonio Machado o Miguel Hernández, es también autobiografía, desde la cuna al tiempo que ahora lo sitúa en la madurez absoluta, los 75 años. Con ese bagaje, y su alegría, Serrat afrontó anoche el principio de su actuación madrileña, tres días con todo vendido en el Botánico de la Complutense. Calor tórrido a las diez de la noche, butacas llenas de seguidores de todas las edades, su orquesta resumiendo sus temas, y él trayendo a la meseta sin brisa el símbolo mayor de su inspiración y su garganta, Mediterráneo.

Esa canción es el diapasón de su primer disco, escrito en 1971 en un hotel de la Costa Brava. Y Da Capo Mediterráneo es la serie de conciertos con los que el Noi del Poble Sec pasea ahora todas las canciones que le nacieron con aquella edad, hace 47 años, y con las distintas pasiones, el amor, el desengaño, que le recibieron cuando aun tenía pegada en la guitarra la memoria de su adolescencia de chico de barrio.

Vestido de caballero de los escenarios, Serrat se presentó de negro y gris. Su guitarra y sus músicos borraron desde el principio el casi medio siglo que dista entre aquella voz enamorada y esta que ahora ya sabe de qué colores fueron todas sus edades, también las del compromiso y el miedo, la guerra y el exilio, que le sirvieron sus poetas mayores y que aprendió de sus padres y de sus amigos desterrados. Desde el principio, junto a las bromas que lo llevaron a las canciones más alegres de aquella época, este irónico de la melancolía se trajo también al botánico mesetario su modo de detener la edad de su madre y de su mar: el Mediterráneo “amargo del llanto eterno”.

En sus canciones el otoño se hace primavera. En el otoño de su vida estas canciones son el verano, el calor de las tardes, el olor y los mosquitos, su vuelta a la cuna de la calle y del campo, su canción de cuna para el niño que fue. Allá arriba, en el escenario, estaba también el showman que une en su verbo golfo y educado al Quijote con Almodóvar e Iniesta, dos manchegos, como Sara Montiel. Recitador cachondo, el hombre que ya no es el Noi pero lo guarda trajo a la meseta, junto al Mediterráneo, esa figura que hizo que La Mancha sea un paisaje universal, como el de su mar herido y feliz, de verano y muerte. El Quijote, perdido en las playas de Barcino, tantas horas de desaliento, este símbolo mayor del hombre que no quiere lugar sino sueño. “Hazme un sitio en tu montura que yo también voy cargado de amargura y no puedo batallar”.

Este que cantó anoche Serrat es el canto general de la primera edad de su vida, la que lo inauguró para la inspiración y para la música, el que le llevó a la teoría y la práctica de aquellas pequeñas cosas que nos contamos cuando nadie nos ve…

Mediterráneo Da Capo es ahora el resumen que lo devuelve al origen. Su pueblo, su costa, su cuna, su primer amor, su madre, el cementerio. Los que le aplaudían, algunos de los que hace 47 años le escucharon lo mismo, hicieron el mismo viaje. Para ellos también es autobiografía de juventud lo que les cantó anoche el noi de 75 años. Quienes se sintieron aquellas frutas jugosas, las que burlaban la vigilancia paterna de las diez de la noche, los que celebraban la vida del Tío Alberto, la mujer que yo quiero y la que me abandonó… Como si les cantara al oído, Serrat se hizo el más íntimo de los confidentes de los que rozan su edad o de los que descubrieron con él las confidencias que contienen sus letras. Para que ese vehículo que va de la canción al alma cuenta Serrat, desde años, con Ricard Miralles, que ha hecho desde el piano que la Lucía Serrat suene como si su nombre contuviera todos los nombres del mundo.

Su música de hace tantos años se reprodujo anoche en el Botánico con la misma brisa veraniega en que la hizo nacer hace 47 años. Qué le vas a hacer, si él nació en el Mediterráneo.

Joan Manuel Serrat, en Madrid: feliz por Messi, triste por el Mediterráneo




Joan Manuel Serrat, en Madrid: feliz por Messi, triste por el Mediterráneo

El Noi de Poble Sec, ya con 74 años, afronta una gira con sabor a despedida, porque a esas edades ya no sabes cuanto te aguantará el físico para seguir encima de un escenario

27/06/2018 05:45 - ACTUALIZADO: 27/06/2018 12:05

Tres noches, tres, logró vender Joan Manuel Serrat en Madrid de su gira de recuerdo a ‘Mediterráneo’ (1971), el disco más popular de su carrera. Algunos especulaban con que el público abuchease a ‘El nano’ por su reciente vista a la cárcel de Estremera y por sus declaraciones en favor de conmutar la condena a los líderes del movimiento secesionista. Era improbable que el público le dedicase un gesto tan feo. De hecho, fue recibido con un intenso y cálido minuto de aplausos. Son demasiados años defendiendo una Cataluña abierta e inclusiva, además de que la visita a la cárcel tenía mucho de personal, ya que conocía al padre de Romeva en sus años mozos (incluso llegó a tener un grupo con él). Además, como decía un tronchante chiste de Twitter, es curioso que Serrat se haya pasado a saludar a los presos antes que Lluís Llach.

El Noi de Poble Sec, ya con 74 años, afronta una gira con sabor a despedida, porque a esas edades ya no sabes cuanto te aguantará el físico para seguir encima de un escenario. Que se lo explique si no su amigo Joaquín Sabina. De hecho, Serrat ni siquiera ha esperado a 2021, cuando se cumpliría medio siglo de la edición del disco. Mejor asumir la tarea cuando aún quedan fuerzas y empuje, como demostró el en el festival de los jardines del Botánico, situados en la Universidad Complutense. "No se preocupen, sí llegó bien al cincuenta aniversario, lo celebramos otra vez y no pasa nada". No es mala idea.

Concierto muy político
No hubo abucheo por Estremera, pero un par de asistentes se pusierona gritar a todo trapo la frase "sin banderas" de la canción 'Barquito de papel'. Lo más potente fue 'Plany al mar', su denuncia sobre la situación del Mediterráneo, degradado por las contaminación, la acumulación de plásticos y los cadáveres de las pateras. Serrat juega con la broma (macabra pero oportuna) de que en 1971 pidió que le enterrasen en el Mediterráneo y ahora parecen que es el mar a quien tendremos que enterrar nosotros. El "nano" ya había escrito canciones contra las élites, de las que hoy repesca 'Algo personal', con un enfoque nada amable contra quienes manejan el cotarro. En todo caso, Serrat acabó feliz el recital, recordando sobre el escenario a uno de sus amigos, el fallecido escritor de éxito Manuel Vázquez Montalbán, que tenía la teoría de que los tres mejores Ulíses de la historia de la literatura fueron el de Homero, el de James Joyce y el padre de la familia Ulíses, mítico personaje del TBO que nunca salía de casa. Apoyado en este anécdota, se puso a cantar 'Penélope'. El concierto comenzó ocho minutos tarde (obviamente para ver el Argentina-Nigeria) y terminó con una dedicatoria a Messi ("Estoy feliz porque Argentina ganó, dejen de meterse al menos un día con el mejor futbolista del mundo"). Acto seguido, tocó 'Paraules d'amor' como cierre de un concierto emocionante (su voz sigue siendo notable).

Brel, Raphael, el Quijote
Algunos detalles del disco llaman la atención, ahora que tenemos perspectiva. Serrat era percibido en los setenta como nuestro Jacques Brel, pero no le separaba tanta distancia de otros baladistas melódicos nacionales de la época. Canciones como 'Aquellas pequeñas cosas', 'Tío Alberto' y 'La mujer que yo quiero' podrían haber sido escritas y cantadas perfectamente por José Luis Perales, mientras que 'Mediterráneo' y 'Vencidos' (con sus invocaciones a Don Quijote) no desentonarían en la voz de Julio Iglesias. 'Pueblo Blanco' tiene ese aire épico que remite a superventas como Mocedades. Por su parte, '¿Qué va a ser de ti?' es lo más cerca que ha llegado el pop español de 'Like a Rolling Stone', de Bob Dylan, mientras que 'Vagabundear' parece pensada a medida de Brel. Haciendo balance, Serrat tiene más similitudes con sus contemporáneos nacionales que diferencias. Quizá le distinga no haber cantando nunca contra las rebeliones juveniles de mayo del 68, como si hicieron Raphael ('Digan lo digan') y Julio Iglesias ('La vida sigue igual'). Por supuesto, no esconde que es de izquierda, hasta el punto de que incluye en escena un taburete tapizado de rojo que perteneció a Bocaccio, local emblemático de Barcelona donde se reunía la "gauche divine" (izquierda exquisita, para entendernos).

Chute de optimismo
Resulta impresionante ver el itinerario de la gira, con más de cien fechas, que dan una idea del cariño que despierta su cancionero. Flanqueado por su fiel Ricard Miralles al piano, otros cinco músicos de altura bordan el repertorio de la noche. Las sorpresas del concierto (alerta spoiler) son una versión de 'Le Mer' (Charles Trenet) y otra deuna copla clásica, 'Tatuaje', historia de un amor intenso y fugaz con un marinero. Para complacer a los fieles, aparecen clásicos que nunca fallan como los 'Cantares' de Machado y 'Para la libertad', de Miguel Hernández. La traca final se reserva para himnos eufóricos como 'Fiesta' y esa invitación a disfrutar el presente que es 'Hoy puede ser un gran día'. Por la efervescente reacción del público, falta hace el optimismo y el joi de vivre serratiano. La canción más lograda de la recta final fue el 'Romance de Curro el Palmo'.

Por cierto, volviendo al metro, resulta inevitable pensar en que nuestros grandes cantautores andan al borde de la jubilarse y -con alguna excepción- es dudoso que el recambio vaya a alcanzar su altura. Por desgracia, está agotado el papel para los dos siguientes conciertos en el Botánico, mañana y pasado, pero Serrat volverá a la capital el 12 de diciembre (Palacio de los Deportes) para tocar 'Mediterráneo' de cabo a rabo.

Joan Manuel Serrat durante el concierto que ha ofrecido esta noche en el Real Jardín Botánico Alfonso XIII de Madrid.(EFE)


https://www.elconfidencial.com/cultura/2018-06-27/serrat-concierto-madrid-mediterraneo-messi_1584663/

martes, junio 26, 2018

¡ÁNIMO ANIMAL! Silvio, Serrat y Sabina, entre otros, homenajearán a Aute en Madrid


¡ÁNIMO ANIMAL!
Silvio, Serrat y Sabina, entre otros, homenajearán a Aute en Madrid

REDACCIÓN el 26/06/2018 

El próximo día 10 de Diciembre de 2018 en el Wizink Center de Madrid tendrá lugar el concierto "Ánimo Animal" para celebrar los 50 años de carrera musical de Luis Eduardo Aute en el que participarán, entre otros, Silvio Rodríguez, Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Ana Belén, Victor Manuel, Jorge Drexler, Ismael Serrano, Vicente Feliú o Miguel Poveda

El próximo día 10 de Diciembre de 2018 en el Wizink Center de Madrid tendrá lugar el concierto "Ánimo Animal" para celebrar los 50 años de carrera musical de Luis Eduardo Aute, por su brillante trayectoria como uno de los más grandes, y sin duda más completos artistas de nuestros tiempos.

Músico, compositor, pintor, escultor, poeta y cineasta son solo algunas de sus facetas como creador. Pocas personas han logrado un reconocimiento tan unánime por parte del público y la crítica.

Aute tiene en su haber más de 500 canciones, canciones que ya forman parte de la memoria de cada uno de nosotros y que han marcado también, una parte fundamental de la historia en la vida de millones de personas alrededor del mundo.

Sus compañeros y amigos Silvio Rodríguez, Ana Belén, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Víctor Manuel, Dani Martín, Rosa León, Jorge Drexler, Ismael Serrano, Vicente Feliú, José Mercé, Miguel Poveda y Rozalén, se reunirán junto con su banda de siempre, para hacer suyas las canciones de Luis Eduardo.


https://www.cancioneros.com/co/9644/2/silvio-serrat-y-sabina-entre-otros-homenajearan-a-aute-en-madrid

Serrat: “La libertad de los presos favorecería la convivencia en Cataluña”

Serrat: “La libertad de los presos favorecería la convivencia en Cataluña”

El cantante explica por qué visitó a Romeva en la cárcel de Estremera al recalar en Madrid tres días con lleno en su gira 'Mediterráneo da capo'

JUAN CRUZ
JESÚS RUIZ MANTILLA
Madrid 26 JUN 2018 - 18:16 CEST

Joan Manuel Serrat conoce a Raúl Romeva desde que nació: “Con Jordi, su padre, estudié, hicimos la mili juntos y formamos un grupo hace más de 50 años”, comenta. Hace días le llamó su mujer. El líder independentista le había pedido a su esposa que preguntara al músico si quería ir a verle a la cárcel de Estremera. Allí permanece ingresado junto a otros políticos catalanes impulsores del procés, como Oriol Junqueras o Joaquim Forn. Y allí se presentó Serrat el pasado sábado para ver cómo se encontraba y hacerle una visita

El cantante andaba en vísperas de una cita importante en Madrid: tres días con llenazo en Las Noches del Jardín Botánico para disfrutar de su gira Mediterráneo da capo. Ayer llegaba a Madrid algo cansado, sobre las siete y media de la tarde, pero con ganas de conversar con EL PAÍS antes de ver el España-Marruecos.

“Fui porque Raúl me lo pidió, así de sencillo”, afirma. “Personalmente no soy independentista, todo el mundo lo sabe, ni llevo lazo amarillo. Pero la puesta en libertad de estos presos sería un gesto de responsabilidad política que favorecería la convivencia en Cataluña”, dice Serrat.

El momento, según él, es el adecuado. “Un cambio de Gobierno sin las ataduras ni rocosidades que han lastrado todo anteriormente. Le vi razonablemente confiado en que se lleve a cabo su acercamiento a cárceles catalanas”. Esta división, esta grieta insoportable le duele a Serrat y ha recibido muchos ataques por su posición: “Cataluña está partida en dos mitades que no se ven, no se hablan, no se escuchan y por tanto no se entienden. A los más radicales no les vale el consenso, sólo la victoria. Eso es un fracaso de la convivencia. No saldremos de esto hasta que no se recupere esa normalidad que nos devuelva la convivencia”

La visita a la cárcel fue un trago. “Pero hay veces en la vida que no te planteas las cosas por las consecuencias que puedan tener. Las haces porque crees que es justo o porque te las pide un amigo. Esos lugares siempre sobrecogen. La privación de libertad es un castigo tremendo. Estar 100 días sin poder abrazar a tus hijos, no se lo deseo a nadie”.

Para él ha sido un acto de coherencia humana, leal a la amistad, sin que se crucen las ideas que les separan a ambos por medio: “Hay que distinguir el soberanismo del procesismo. El primero me parece legítimo. No lo comparto, pero es una opción. El segundo es otra cosa. Plagada de manipulación, tergiversación, mentiras y promesas incumplidas. Han sido cinco años en los que la emoción se ha puesto por encima de la razón. Algo que se resume en lo que la consejera de Educación en el Gobierno de Puigdemont, Clara Ponsatí, confesó desde Escocia: que habían estado jugando una especie de partida de póquer e iban de farol”.

Llegados a este punto, para recuperar la cordura y eso tan ideal en algunos casos que llaman normalidad, el músico sólo desea una cosa: “Que el independentismo deje de ser ese eje sobre el que gira todo y por el que se vive cada día allí. Se puede ser catalán sin ser independentista”, asegura Serrat.

Pero últimamente, todo se va de madre. El músico ve como se pone el seny a prueba de bombas y éste, a la fuerza, flaquea. No sólo en Cataluña. También en ese territorio acuático que reivindica como propio. Su Mediterráneo. Ahí ha regresado 47 años después de que apareciera el disco que marca una era y sigue vigente. Lo ha hecho acuciado por una necesidad moral. Y los acontecimientos más dramáticos de los últimos tiempos le dan la razón: “El disco ha sufrido menos deterioro en este tiempo que las aguas de nuestro querido mar. No sólo en las profundidades, con su contaminación por plásticos y metales pesados. También en la superficie, con todos esos inmigrantes náufragos que vemos día tras día perecer y ser tratados como carne, no como seres humanos”.

Jamás sospechó que fuera a escuchar ciertas cosas de algunos mandatarios europeos. “Me indigna esta actitud espantosa de la normalización de la desvergüenza institucionalizada, ese desprecio a los seres humanos. La solución está en resolver el problema desde el origen pero los dirigentes, hasta ahora, no han sabido abordarlo”.


https://elpais.com/cultura/2018/06/25/actualidad/1529955942_383273.html

domingo, junio 24, 2018

Joan Manuel Serrat - Mediterráneo

Serrat visita a Junqueras y Romeva en la cárcel de Estremera

Serrat visita a Junqueras y Romeva en la cárcel de Estremera

El cantautor catalán ha compartido 40 minutos con el exvicepresidente y el exconseller y les ha manifestado su estupefacción por su prisión preventiva

EFE, MADRID/BARCELONA
23/06/201

El cantautor Joan Manuel Serrat ha visitado esta tarde en la prisión de Estremera al exconseller Raül Romeva en calidad de amigo, según han confirmado a Efe fuentes penitenciarias. La visita, que ha tenido lugar a las 16.30 de la tarde, había sido solicitada desde hacía tiempo debido a la amistad que une a Serrat y el exconseller de Exteriores de la Generalitat.

El encuentro cobra especial relevancia ya que el cantautor catalán no milita en las filas independentistas, aunque siempre se ha mostrado partidario del diálogo y de la negociación.

Dirigentes de ERC han expresado su agradecimiento a Serrat en sus cuentas de Twitter. En esta red social han afirmado que, en su visita a la cárcel madrileña, también ha podido ver al presidente de ERC y exvicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, aunque fuentes penitenciarias aseguran que la petición de visita y su correspondiente autorización solo se refería a Raül Romeva.


Joan Tardà i Coma
@JoanTarda
Avui Joan Manuel Serrat ha estat a Estremera per veure en @junqueras i en @raulromeva En nom d’ @Esquerra_ERC gràcies!
13:06 - 23 jun. 2018
2.575
1.065 personas están hablando de esto


El actual vicepresidente del Govern y también conseller de Economía, Pere Aragonès, se ha hecho eco en su cuenta oficial de Twitter con este mensaje: “Gracias Joan Manuel Serrat @junqueras @raulromeva”.

Por su parte, el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà, ha escrito: “Hoy Joan Manuel Serrat ha estado en Estremera para ver a @junqueras y a @raulromeva. En nombre de ERC gracias”.

En el mismo sentido se ha expresado el diputado en el Congreso Gabriel Rufián: “Que Serrat visite a Junqueras y Romeva en Estremera no es porque sea independentista, es porque es demócrata. Gracias en nombre de Esquerra”.



Gabriel Rufián
@gabrielrufian
Que Serrat visite a Junqueras y Romeva en Estremera no es porque sea independentista, es porque es demócrata. Gracias en nombre de @Esquerra_ERC
13:19 - 23 jun. 2018
6.348
2.244 personas están hablando de esto


El presidente de ERC y el exconseller Romeva están en prisión preventiva por orden del Tribunal Supremo, acusados, entre otros, del delito de rebelión.


http://www.lavanguardia.com/politica/20180623/45359665121/serrat-visita-junqueras-romeva-estremera.html

sábado, junio 23, 2018

VERANO DE MI VIDA

VERANO DE MI VIDA 


Serrat: "Viana pasó de ser el lugar donde me envían al lugar donde yo quiero ir" Desde Menorca, el Noi del Poble Sec nos habla de la localidad navarra donde está enterrado César Borgia 

Joan Manuel Serrat, con las manos sobre su amigo Alejandro, en la puerta de la iglesia de Viana hacia el 1957. 
 
Tiene tantos buenos recuerdos de sus veranos del final de la niñez y de la adolescencia que no se está decir: "Para mí, Viana es mi pueblo". 
Quien habla es Joan Manuel Serrat, el Noi del Poble Sec según su biografía y algunas de sus canciones más celebradas, aunque hay una parte de su vida, más desconocida, temporada estival, que le dejó una fuerte huella que aún hoy conserva y se cuida de mantener viva. Serrat, desde Menorca, nos habla de Viana, la localidad navarra donde está enterrado César Borgia. 

En la puerta de la iglesia el cantautor se fotografió con su amigo Alejandro, cuando tenían unos 13 años. Es una foto que tiene un lugar especial en su archivo y que nos hace llegar para dejar testimonio de un lugar y unas amistades, con quien los lazos se han fortalecido con el paso del tiempo. 

Habla de los veranos de 1956 y 1957 y posteriores. "Los padres no sabían qué joder conmigo en Barcelona cuando terminaba el curso. De una manera generosa por su parte, querían que cambiara de aires, que veranean, así que desde que tenía 13 años hasta que me matriculé en la universidad me enviaban cada verano en Viana, en casa de unas amigas de mi madre que en tiempos de la guerra estaban en Barcelona y que al terminar el conflicto habían vuelto a su pueblo ", explica Serrat. "A Viana encontré unas personas que eran maravillosas conmigo, un entorno rural y forestal que para un chico de un barrio urbano como yo era un descubrimiento increíble. Aprendí a cazar pájaros con cepas ya pescar truchas con horquillas. 

Me acogió un grupo de hombres y mujeres con una mentalidad muy diferente a la que yo conocía, y sobre todo me encontré con unas personas con una categoría humana tan extraordinaria que se han convertido en amigos para toda la vida ", confiesa. Casi 60 años después, en diciembre de 2014 Joan Manuel Serrat fue nombrado hijo adoptivo de Viana, y el parque donde solía jugar de joven lleva hoy el nombre del cantautor catalán. "Yo soy de Viana. 

Lo digo porque me siento, de Viana. Desde aquellos veranos de la segunda mitad de los años 50 en adelante, no he dejado de ir. Cuando pude, me compré una casa, donde me instalo cuando puedo para disfrutar de los amigos de toda la vida y de este lugar que me ha regalado experiencias tan maravillosas. 

Tenía sólo 12 o 13 años el primer verano, pero aquellas vivencias y la vida sencilla del pueblo me cautivaron y han marcado mis relaciones posteriores. En un santiamén, Viana pasó de ser el lugar donde me envían los padres en el lugar donde yo quiero ir "


viernes, junio 22, 2018

Serrat visita a Junqueras y Romeva en la prisión de Estremera

Serrat visita a Junqueras y Romeva en la prisión de Estremera

Fuentes de ERC han explicado que la visita se ha producido a primera hora de la tarde de este sábado.

Europa PressBarcelonaActualizada 22/06/2018

El cantante Joan Manuel Serrat ha visitado este sábado al líder de ERC, Oriol Junqueras, y al exconseller y diputado de ERC en el Parlament, Raül Romeva, en la prisión de Estremera.

La visita, que ha tenido lugar a las 16.30 de la tarde, había sido solicitada desde hacía tiempo debido a la amistad que une a Serrat y el 'exconseller' de Exteriores de la Generalitat.

El encuentro cobra especial relevancia ya que el cantautor catalán no milita en las filas independentistas, aunque siempre se ha mostrado partidario del diálogo y de la negociación.

Dirigentes de ERC han expresado su agradecimiento a Serrat en sus cuentas de Twitter. En esta red social han afirmado que, en su visita a la cárcel madrileña, también ha podido ver al presidente de ERC y exvicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, aunque fuentes penitenciarias aseguran que la petición de visita y su correspondiente autorización solo se refería a Raül Romeva.

El actual vicepresidente del Govern y también conseller de Economía, Pere Aragonès, se ha hecho eco en su cuenta oficial de Twitter con este mensaje: "Gracias Joan Manuel Serrat @junqueras @raulromeva".

Por su parte, el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà, ha escrito: "Hoy Joan Manuel Serrat ha estado en Estremera para ver a @junqueras y a @raulromeva. En nombre de ERC gracias".

En el mismo sentido se ha expresado el diputado en el Congreso Gabriel Rufián: "Que Serrat visite a Junqueras y Romeva en Estremera no es porque sea independentista, es porque es demócrata. Gracias en nombre de Esquerra".

El presidente de ERC y el exconseller Romeva están en prisión preventiva por orden del Tribunal Supremo, acusados, entre otros, del delito de rebelión.


https://www.heraldo.es/noticias/nacional/2018/06/23/serrat-visita-junqueras-romeva-prision-estremera-1250937-305.html

jueves, junio 21, 2018

Serrat pone en pie a la sala Mozart surcando las olas de su 'Mediterráneo'








Serrat navega hacia sus orígenes en el Auditorio con 'Mediterráneo da capo'

El cantautor catalán recupera esta noche en un concierto en Zaragoza los temas de su disco "más emblemático".

HeraldoZaragoza21/06/2018 a las 05:00

Da capo’ es un término musical de origen italiano que significa volver al principio, a la cabeza. Esto es lo que hará el cantautor catalán Joan Manuel Serrat este jueves por la noche, a las 21.00, en el Auditorio de Zaragoza. Ofrecerá un concierto en el que reinterpretará las diez canciones de su disco ‘Mediterráneo’ (1971), con las que ha decidido desplegar las velas para navegar de nuevo por el escenario. "Es bueno conocer otros mundos para regresar a casa con lo aprendido", explica Serrat, quien ha bautizado esta gira como ‘Mediterráneo da capo’. Las entradas pueden adquirirse desde 45 euros.

Hijo Adoptivo de Zaragoza, de padre catalán y madre de Belchite, el compositor regresa con esta serie de conciertos, casi medio siglo después de la publicación de este álbum, "al mar que nunca ha abandonado". Volverá a tocar temas como ‘Lucía’, ‘Aquellas pequeñas cosas’, ‘Pueblo blanco’, ‘Barquito de papel’ o, por supuesto, ‘Mediterráneo’, que se intercalarán con algunas de las canciones más populares de su amplio repertorio o alguna sorpresa de nuevo cuño.

En tiempos de visados, fronteras o muros de alambradas, el artista ha considerado que, "además de ciudadano del mundo, de catalán, español y europeo", lo es, sobre todo, de "su mar de cada día, de esa patria líquida que une, más que separa, continentes, tradiciones, creencias e, incluso, colores de piel".

En sus canciones, que van desde el folclore catalán o la copla española hasta el tango, el bolero o el cancionero popular de Latinoamérica, ha hablado de guerra, inmigración, pena de muerte, explotación infantil o racismo. Y el compromiso siempre ha sido una de sus señas de identidad. "Tendríamos que afrontar los problemas sin esperar a que nadie los resuelva, sin esperar que aparezca algún milagro, un hada o un salvador de la patria. Lo que no resolvamos nosotros no lo hará nadie", indica.

También es un apasionado de la lírica. Y ha puesto música algunos de los poetas más populares en castellano: Machado, Benedetti, Lorca, Alberti o Miguel Hernández. Este último fue protagonista de un espectáculo de canciones con motivo del centenario de su nacimiento, en el que Serrat desgranó su vida. Para el cantautor, que dice de sí mismo ser un "llorón", fue "una experiencia conmovedora".

De procedencia humilde, el artista estudió agricultura porque "para un chico de barrio, el campo parecía exótico". Fue en ese momento cuando empezó a tocar la guitarra con tres amigos, junto a los que formó un grupo que no llegó lejos. El cantautor escribió sus primeras canciones y, a los pocos años, se colocó en el número 1 de las listas de España con ‘Cançó de matinada’, en 1968.

Tres años después nació ‘Mediterráneo’, "mi disco más emblemático". A él le siguió ‘Piel de manzana’ de manera casi clandestina, debido a unas declaraciones de Serrat acerca de los fusilamientos de cinco militantes antifranquistas, que le obligaron a exiliarse a México. Regresó a España en 1976, cuando estaba todavía activo el Tribunal de Orden Público, pero, a pesar de tener abierta una orden de arresto, no fue detenido.

Prosiguió su carrera con conciertos por los barrios de Barcelona, que desembocaron en giras nacionales e internacionales, en especial en Latinoamérica. Además, ha sido reconocido con 9 doctorados honoris causa por su contribución a la música y literatura española, además del Grammy Latino Persona del Año en 2014. Aristóteles, hace más de dos milenios, afirmó que "existen tres clases de personas: los muertos, los vivos y los que van por el mar". Joan Manuel Serrat pertenece a esta última estirpe.


Diario Heraldo Zaragoza


https://www.heraldo.es/noticias/ocio-cultura/2018/06/21/serrat-navega-hacia-sus-origenes-auditorio-con-mediterraneo-capo-1250490-1361024.html
Serrat navega hacia sus orígenes en el Auditorio con 'Mediterráneo da capo'

El cantautor catalán recupera esta noche en un concierto en Zaragoza los temas de su disco "más emblemático".

HeraldoZaragoza
21/06/2018 a las 05:00

Da capo’ es un término musical de origen italiano que significa volver al principio, a la cabeza. Esto es lo que hará el cantautor catalán Joan Manuel Serrat este jueves por la noche, a las 21.00, en el Auditorio de Zaragoza. Ofrecerá un concierto en el que reinterpretará las diez canciones de su disco ‘Mediterráneo’ (1971), con las que ha decidido desplegar las velas para navegar de nuevo por el escenario. "Es bueno conocer otros mundos para regresar a casa con lo aprendido", explica Serrat, quien ha bautizado esta gira como ‘Mediterráneo da capo’. Las entradas pueden adquirirse desde 45 euros.

Hijo Adoptivo de Zaragoza, de padre catalán y madre de Belchite, el compositor regresa con esta serie de conciertos, casi medio siglo después de la publicación de este álbum, "al mar que nunca ha abandonado". Volverá a tocar temas como ‘Lucía’, ‘Aquellas pequeñas cosas’, ‘Pueblo blanco’, ‘Barquito de papel’ o, por supuesto, ‘Mediterráneo’, que se intercalarán con algunas de las canciones más populares de su amplio repertorio o alguna sorpresa de nuevo cuño.

En tiempos de visados, fronteras o muros de alambradas, el artista ha considerado que, "además de ciudadano del mundo, de catalán, español y europeo", lo es, sobre todo, de "su mar de cada día, de esa patria líquida que une, más que separa, continentes, tradiciones, creencias e, incluso, colores de piel".

En sus canciones, que van desde el folclore catalán o la copla española hasta el tango, el bolero o el cancionero popular de Latinoamérica, ha hablado de guerra, inmigración, pena de muerte, explotación infantil o racismo. Y el compromiso siempre ha sido una de sus señas de identidad. "Tendríamos que afrontar los problemas sin esperar a que nadie los resuelva, sin esperar que aparezca algún milagro, un hada o un salvador de la patria. Lo que no resolvamos nosotros no lo hará nadie", indica.

También es un apasionado de la lírica. Y ha puesto música algunos de los poetas más populares en castellano: Machado, Benedetti, Lorca, Alberti o Miguel Hernández. Este último fue protagonista de un espectáculo de canciones con motivo del centenario de su nacimiento, en el que Serrat desgranó su vida. Para el cantautor, que dice de sí mismo ser un "llorón", fue "una experiencia conmovedora".

De procedencia humilde, el artista estudió agricultura porque "para un chico de barrio, el campo parecía exótico". Fue en ese momento cuando empezó a tocar la guitarra con tres amigos, junto a los que formó un grupo que no llegó lejos. El cantautor escribió sus primeras canciones y, a los pocos años, se colocó en el número 1 de las listas de España con ‘Cançó de matinada’, en 1968.

Tres años después nació ‘Mediterráneo’, "mi disco más emblemático". A él le siguió ‘Piel de manzana’ de manera casi clandestina, debido a unas declaraciones de Serrat acerca de los fusilamientos de cinco militantes antifranquistas, que le obligaron a exiliarse a México. Regresó a España en 1976, cuando estaba todavía activo el Tribunal de Orden Público, pero, a pesar de tener abierta una orden de arresto, no fue detenido.

Prosiguió su carrera con conciertos por los barrios de Barcelona, que desembocaron en giras nacionales e internacionales, en especial en Latinoamérica. Además, ha sido reconocido con 9 doctorados honoris causa por su contribución a la música y literatura española, además del Grammy Latino Persona del Año en 2014. Aristóteles, hace más de dos milenios, afirmó que "existen tres clases de personas: los muertos, los vivos y los que van por el mar". Joan Manuel Serrat pertenece a esta última estirpe.


Diario Heraldo Zaragoza


https://www.heraldo.es/noticias/ocio-cultura/2018/06/21/serrat-navega-hacia-sus-origenes-auditorio-con-mediterraneo-capo-1250490-1361024.html