jueves, agosto 29, 2019

Pasiones argentinas - Los padres de la novia de Serrat no eran zonzos

"Poco antes que den las diez", Juan Manuel Serrat.

Pasiones argentinas
Los padres de la novia de Serrat no eran zonzos

Para la moral de los 60, la virtud sexual de la niña era tema


29/08/2019 - 23:51

Clarïm.com

La niña -así la llamaba él- se levantaba despacio, se alisaba el pelo, se abrochaba la falda y se iba a las corridas, bajando por la escalera a los saltos. Serían las diez menos diez, como muy tarde. Tenía que volver a su casa. No le daban permiso más que hasta esa hora.

Él -que todavía era un soñador de pelo largo, más que Serrat-, un poco se reía de la situación y reflexionaba con sorna: “Estos tipos (los padres de ella), tan pendientes de que la niña llegue temprano. Si supieran que se pasó la tarde teniendo relaciones sexuales conmigo”. Después, seguramente componía una canción. Tenía facilidad para eso. Más o menos, ese es el argumento de “poco antes de que den las diez”. Está en el primer disco en castellano (los anteriores son en catalán) de Joan Manuel Serrat. No entró en su catálogo de “grandes éxitos”, pero fue caballito de batalla y lado B de un simple, posiblemente pensado con opción a más, como que hay dos versiones: el arreglo fogoso de Ricard Miralles y uno bastante más suflé de Waldo de los Ríos. No sólo a los malevos de Rivero les envejecen los temas.

Para la moral de los 60, la “virtud sexual” de la niña era tema. Así es que tenemos “poco antes de que den las diez”; en ese sentido es una suerte. Pero hoy, hasta aquel Serrat progre les concedería a los padres el acierto de preocuparse porque su hija no ande por la calle sola y de noche y distraerse de lo que hace con el noviecito artista.

Tal vez el último estribillo terminaría con la madre que abre la puerta, sonríe y dice: “Ah, viniste con el Nano, ¿se queda a dormir?”. La canción sería bastante más aburrida, pero enhorabuena.

miércoles, agosto 28, 2019

Así es Luna, la nieta periodista e influencer de Joan Manuel Serrat


Así es Luna, la nieta periodista e influencer de Joan Manuel Serrat

La joven tiene ya más de 40.000 seguidores en Instagram y se está labrando su futuro como imagen de algunas marcas y aplicaciones de moda.


Joan Manuel Serrat continúa con su exitosa carrera con nuevas actuaciones junto a su buen amigo Joaquín Sabina en la gira 'No hay dos sin tres', y mientras tanto, su nieta Luna sigue afianzando su posición como influencer con un perfil de Instagram que ya supera los 40.000 seguidores. La joven de 22 años está recibiendo la llamada de numerosas marcas para promocionar sus productos, los que disfruta junto a pasiones como los viajes o la moda.

Pero no solo se está especializando en todo lo que rodea a las redes sociales, sino que además ha estudiado Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad CEU San Pablo y ha estado de Erasmus en Verona. Todo ello le ha permitido realizar prácticas en la emisora de radio de Los 40 Principales realizando tareas de locución, producción y redacción. Además, hasta el mes de enero realizó tres meses como becaria en la empresa Agrifood.

En las publicaciones que realiza desde su perfil de Instagram muestra continuamente los modelos que elige para disfrutar de los mejores planes, exponiendo además las últimas tendencias de moda en enclaves de máximo interés. Hace unas semanas visitó Menorca, donde montó en moto acuática y surcó las turquesas aguas del mar Mediterráneo.

En otra ocasión estuvo en Marbella, pero también ha visitado otras grandes ciudades como París, Londres o Nueva York, máximos exponentes de la moda internacional. Incluso trabajó en este sector allá por 2013 en la Miami Fashion Week gestionando las redes sociales y ayudando en la organización del evento.

En su grupo de amigos predominan las influencers, destacando Ana Matamoros como una de sus personas más cercanas, pero también mantiene una excepcional relación con Anna Ferrer, Sandra Fennou o las hijas de Belén Rueda. La hija del productor de televisión Queco Serrat está construyendo su carrera y su número de seguidores no para de crecer.

lunes, agosto 26, 2019

Serrat, 50 años desde que cantó a Machado


Serrat, 50 años desde que cantó a Machado

Hace cincuenta años grabó el disco en el que puso música a doce poemas de Antonio Machado, su mayor éxito después de «Mediterráneo»

Con este álbum, Serrat abrió la puerta a que la gente pudiera ser triste y soñar con amores furtivos e imposibles

Última actualización:Creada:26-08-2019


En 1969, Barcelona era oscura. No es una metáfora. Las fábricas estaban dentro de la ciudad, el sol se abría paso entre una bruma algo triste, y la ropa tendida se tiznaba con una leve capa de hollín, dependiendo de cómo soplara el viento.

El puerto era el lugar donde llegaban los marineros de la Sexta Flota, de blanco en verano, y con su tres cuartos oscuros, en invierno. Los zapatos siempre brillantes, iluminando sus rostros en la noche por los Zippo que los muchachos querían comprarles y, claro, el Winston americano. El mar para los barceloneses era un cloaca a la espalda de las fábricas. 

La Barceloneta, un alegre barrio de contrabandistas y estibadores donde la gente sencilla iba a comer los domingos, si se lo podían permitir. No había turistas, a lo sumo, gente que venía de toda España en auxilio de algún prestigioso médico.

En 1969, Juan Marsé ya había publicado «Últimas tardes con Teresa» (1966), por lo que había fijado en el texto la fascinación de la burguesía local –la mítica «burguesía catalana», porque burguesía en España solo hay una– por la vida arrojada y la belleza de los cuerpos desheredados, los charnegos y, en su caso, por el Pijoaparte. Joan Manuel Serrat, que era del Pueblo Seco y no tenía más raza que la osadía del talento innato, dio entonces música a doce poemas de Antonio Machado. Era su segundo disco en castellano y era lógico que la discográfica Zafiro dudase de la idoneidad de versionar a un triste poeta que había muerto en el exilio, en Colliure, Francia, hacía exactamente treinta años. Con lo que no contaban era con el hecho de que la gente –ambigua y totalizadora definición de lo colectivo– quería dignificar sus vidas a través de canciones que le hicieran sentir algo más que la pachanga nacional, con toda su inocencia y virtudes.

Enemigo público número uno

El año antes, Serrat había protagonizado un suceso que le había convertido en enemigo público número uno del régimen: se había negado ir al Festival de Eurovisión porque quería cantar «La, la, la» en catalán. Qué inocencia y qué arrojo. Sin embargo, nunca fue un militante de la canción protesta, no digamos de la «nova cançó», tan compungidos; hizo algo más difícil: unió la alta y la baja cultura, si es que existían. Aprensión frente a sugestión. Els Setze Jutges de estricta observancia lingüística y Juanito Valderrama y Lola Flores, que tanto le admiraron. 

Abrió la puerta a que la gente pudiera ser triste –un patrimonio de la burguesía– y soñar con amores furtivos e imposibles. Toda España había «leído» a Machado a través de Serrat, él mismo es un poeta que canta, y cuando decía con su clásico temblor vocal en la canción que abría el disco «Homenaje a Antonio Machado», «Cantares», «caminante no hay camino, sino estelas en la mar» es como si se hubiera hecho para nosotros, para aquellos españoles de hace cincuenta años que estaban convencidos de que sus vidas no dejarían huella. 

Había algo de reconciliación a través de la dignidad de un poeta que dio lo mejor de esta –aquella– España ingenua y peregrina. Y se repite con fatalidad lo de «españolito que vienes al mundo te guarde Dios, una de las dos españas ha de helarte el corazón» o se acepta con estoicismo que ante el último viaje hay que «ir ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar». En contra de lo previsto, acabó siendo el disco más vendido de Serrat, hasta que llegó, en 1971, lo que seguirá siendo su obra más grande, «Mediterráneo».

Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina regresan a Querétaro

Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina regresan a Querétaro

Los cantantes regresarán este 13 de diciembre

26 agosto, 2019

Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina regresarán a tierras queretanas con su gira “No hay dos sin tres”.

Los cantantes españoles ya tienen fechas para CDMX, Monterrey, Guadalajara y Querétaro no podía quedar afuera.

En el caso de la Ciudad de México se presentarán el 29 y 30 de noviembre y 9 y 10 de diciembre, en Monterrey pisarán la ciudad el 4 de diciembre y en Guadalajara el 6 de diciembre.

Nuestra ciudad los recibirá con los brazos abiertos este próximo 13 de diciembre con un recinto por definir.

La venta de boletos será a través del sistema Eticket. Manténte atento a nuestras redes sociales para conocer los precios y el lugar donde se presentarán.

martes, agosto 13, 2019

Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat vuelven a Córdoba


Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat vuelven a Córdoba

El show será en el Orfeo Superdomo el 13 de noviembre. Las entradas estarán a la venta desde el lunes 5 de agosto.


13/08/2019

Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat regresan con una nueva presentación en Córdoba. El show será en el Orfeo Superdomo el 13 de noviembre.

A partir del lunes 5 de agosto ya estará disponible la venta de entradas anticipadas. Según trascendió, el costo de los tickets será de entre $1500 y $5500. 

domingo, agosto 11, 2019

Joaquín Sabina en el jardín de las delicias

Joaquín Sabina en el jardín de las delicias

La pasión por los libros del músico nació con Julio Verne y con Salgari, cuando quería ser "un escritor humilde, profesor machadiano en un instituto de provincias"


El Bosco hubiera pintado aquí, en la casa de Joaquín Sabina, El jardín de las delicias y le hubieran sobrado objetos. Está sentado en una butaca rotunda y bajita, de color marrón, acogedora, ante una mesa en la que tienen su sitio el cenicero, un fanal, unos tocados o sombreros chinos "como de hojalata", flores secas, una vela en estado de reposo, un cubo de zinc, un libro abierto, papeles donde tiene apuntadas citas o versos, un libro gordo de Botero. Y detrás hay un piano. Delante y alrededor, una hermosa biblioteca. Él mira al frente, como si se dirigiera al pasado o a los libros.

Por la casa hay cuadros viejos, de toreros o de amigos, ediciones repetidas de los libros que ha querido. Mucha poesía. Y está él, claro, fumándose el cigarrillo de ese instante ante una copa minúscula que, como se sabrá cuando nos despedimos ("¡Jimena, tráeme otro tequila!"), es de tequila.

La casa es como el jardín de las delicias, pues; Jimena, peruana, lo ha hecho medio peruano. Pero él era ya de César Vallejo. Hay algo en la Nube negra (que Luis García Montero escribió para él en muy difícil circunstancia) de ese Vallejo que hizo de su alma un espejo de la tristeza. En sus lecturas están los peruanos (Mario Vargas Llosa, que fue lectura prematura, y que ahora es su amigo), y está la historia peruana, porque él cuando quiere es que quiere de verdad. En Londres, de joven transterrado, cantaba en bares baratos, a veces únicamente para no estar solo. Siempre leyó, además, para no estar solo. "Leyendo nunca estás solo".

Esa pasión por los libros nació con Julio Verne y con Salgari. Entonces él quería ser "un escritor humilde, profesor machadiano en un instituto de provincias", hasta que las canciones le dieron la posibilidad de publicar poemas. En lo más profundo del hueso de su memoria están su padre ("Honrado hasta el colmo, apostólico, romano, franquista") y su madre, "una señorita de provincias que se iba a quedar soltera". Al padre la República lo sacó del seminario "y, naturalmente, lo que hizo fue pasarse al otro bando". Y en la historia de sus lecturas están Las mil mejores poesías de la lengua castellana, de cuyas mil se sabe cantidad, de Quevedo y Garcilaso en primer término. Hijo de su tiempo (nació en 1949, en Úbeda), se hizo adolescente con El capitán Trueno, El Jabato y Roberto Alcázar, pero luego fue incapaz de encontrar en la provincia ni uno solo de los libros prohibidos. Granada, donde estudió, "el Parnaso", donde fue mordido para siempre por Pablo Neruda y por Vallejo. Con Neruda se metían los vallejianos, porque se reía "y comía estupendamente". A él le gustaban los dos. Luis Cernuda completó la suma. América se metió después en su desorden de pasiones. El boom "de Mario y de Gabo… Y mucho mucho Rulfo y Onetti".

La gente lo ve reír en los escenarios; su leyenda lo sitúa en la noche de las carcajadas, pero en su biografía velada, la que no está en los escaparates, la melancolía incendia sus versos. "La melancolía nace en las tabernas y no en los conservatorios. De ahí el cantante bohemio que alguna vez fui". La noche es su territorio, "pero los teléfonos móviles y los selfis me han echado de los bares". Solitario de muchas compañías, siempre quiso que sus amigos se llevaran bien, y cree que esa especie de casamentero que lleva dentro le viene de su padre: "Era un componedor, de él me viene ese tipo de bondad cristiana".

A él lo salvaron aquellos versos, Nube negra. "Llevaba seis meses con una depresión muy gorda. Estábamos en Rota, Luis vive al lado; vino una mañana, me tiró unos versos, y me gritó: '¡Toma, imbécil!, esto es lo que tenías que haber escrito tú". Es la historia de la depresión y es ahora la canción en la que, como escribió Jaime Gil de Biedma, ya se sabe que la vida iba en serio. "Creí que era inmortal; el ictus y la depresión y el poema de Luis me pusieron en mi sitio". Lo que queda para siempre es el miedo: "Un fantasma que te grita ¡¡¡cuidado!!!".

Ahora se va de gira a América con Joan Manuel Serrat. Esa es una amistad fresca, dispuesta como en una mesa alegre por las parejas de ambos, Yuta, Jimena. "Él es el maestro absoluto. Y ellas son las mejores amigas del mundo. ¡Imagina si estas dos brujas se caen mal, qué sería esa gira!". La amistad obliga "a estar a la altura de ese amigo". Y a regalar canciones, como aquel Pueblo con mar que le dio a Enrique Urquijo. Estar con Sabina, incluso de día, es como entonar el himno a la alegría en el jardín de las delicias. Al final, él brinda con el último tequila, lejos de la nube negra.

martes, agosto 06, 2019

Los versos musicalizados de Mario Benedetti

Los versos musicalizados de Mario Benedetti

En el año del décimo aniversario de su muerte, un repaso por la historia de los versos del escritor y poeta uruguayo que conocieron la música. El autor de la nota es autor del libro "Grillo Constante. 

Historia y vigencia de la poesía musicalizada de Mario Benedetti" (cuatroesquinas ediciones)

Por Guillermo Pellegrino
6 de agosto de 2019

Benedetti murió en mayo de 2009

Con cerca de 200 versiones, contando solo las musicalizaciones originales, Mario Benedetti (Paso de los Toros 1920 – Montevideo 2009) es unos de los poetas en lengua castellana que más veces pisó el terreno de la canción popular. Tanto a través de trabajos conjuntos con distintos intérpretes y compositores, como en musicalizaciones realizadas por artistas de diversos orígenes y generaciones, sus versos no han dejado de nutrir el cancionero hispanoamericano desde hace cincuenta años.

Los primeros poemas musicalizados de Benedetti se conocieron a inicios de los años setenta del siglo pasado, casi unidos a la aparición de la llamada Nueva Canción Latinoamericana. Pero, más allá de que el autor y muchas de sus composiciones iniciales mantuvieron claros puntos de contactos éticos y estéticos con aquel movimiento y sus cultores, él nunca llegó a ser miembro formal de esa corriente.

La primera canción con letra suya, Cielo del 69, musicalizada por el uruguayo Héctor Numa Moraes e interpretada por Los Olimareños, es un buen ejemplo de aquella tendencia. "Cielito cielo que sí/ cielo del sesenta y nueve/ con el arriba nervioso/ y el abajo que se mueve […] cielito cielo que sí/ cielo lindo linda nube/ con el arriba que baja/ y el abajo que se sube". La elección del cielito como ritmo, y la clara connotación política que diferencia el "arriba" y el "abajo" de la historia, demarcan un espacio más humano o de conciencia que geográfico.

La noción del lugar desde el cual se percibe y se da cuenta de una realidad determinada es una constante en la obra poética de Benedetti, que se traslada por supuesto a esta y otras canciones. Al calor de estas inquietudes, por citar otro caso de esas nóveles creaciones, nació el Cielito de los muchachos, texto que el poeta entregó a su compatriota Daniel Viglietti para que lo musicalizara. En el texto, más cercano tal vez a la crónica periodística que a la poesía, el escritor se refiere al pregón del Movimiento de Liberación Nacional- Tupamaros (MLN-T), con el cual ambos simpatizaban, en pos de una renovación social ("[…] Están cambiando los tiempos/ con muchachos dondequiera/ está el cielo en rebeldía/ qué verde viene la lluvia/ qué joven la puntería"). Este cielito, aggiornado rítmica e instrumentalmente y envuelto en una melodía que trasunta optimismo dentro de un tono épico, fue incluido en el disco Canciones chuecas, el más celebrado en la trayectoria del autor de A desalambrar. Así, el mensaje de estos y otros versos de la época –montado en ese penetrante vehículo que es la música– llegó con mayor rapidez a oídos de mucha gente.

El pianista y compositor argentino Alberto Favero, quien convirtió en canciones varias de esas "letras de emergencia", las describe como "una forma de 'arte periodístico', tanto por sus características de temática cotidiana como, también, por su calidad efímera: es como un diario, que tiene valor inmediato pero al otro día su vigencia ya no es la misma". De hecho, el músico recuerda que la primera melodía que logró desarrollar en torno a unos versos escritos por Benedetti, recibió inspiración de una imagen periodística: "Un día vi la cara sonriente e hipócrita de un ministro de la época en el diario, y me provocó la misma emoción, el mismo rechazo o la misma indignación que le llegó a él (por Benedetti) cuando escribió ¿De qué se ríe?", explica.

Por encima de alguna incursión musical en este tipo de crónicas más directas, de fuerte compromiso social, Favero, debido a su formación clásica y jazzística le imprimió a los textos benedettianos –salvo contadas excepciones- una tónica musical alejada a la de la Nueva Canción, más ligada a ritmos de raíz folclórica.

La trascendencia de la treintena de canciones que Favero y Benedetti alumbraron juntos en dos décadas de labor, se funda justamente en el matiz de universalidad alcanzado por la conjunción de letra y música: "El punto de partida es siempre el corazón, el afecto, la decencia", aseguró Favero. Vale decir, que la profundidad de esas composiciones se apoya en cuanto de humano las anima.

Como haciéndole un guiño a la historia de la canción, la labor con Favero incluyó desde el principio a la intérprete de los temas: la actriz y cantante Nacha Guevara. De esta forma las variables de letra, música y canto surgían casi sin esfuerzo como una sola cosa. En reiteradas entrevistas y testimonios, Benedetti siempre sostuvo que para la construcción de canciones prefería esta metodología.

El camino de Benedetti por la canción no resultó, en modo alguno, sencillo o libre de los tropezones que toda obra artística voluminosa padece: dejó textos que se transformaron en himnos para varias generaciones mientras que otros pasaron rápidamente al olvido. De hecho, en el volumen Canciones del más acá que reúne toda su obra musicalizada hasta 1988, el propio poeta dejó fuera títulos bastante desafortunados de su cancionero como Las viejitas democráticas o Cielito del 26, que alude al Movimiento de Independientes 26 de marzo, brazo institucional del MLN-T.

Entre sus poemas-canción más logrados, en tanto, pueden citarse, en un apretado resumen, Te quiero, Vuelvo (Quiero creer que estoy volviendo) y Por qué cantamos (musicalizados por Alberto Favero); Es tan poco (interpretada por Alfredo Zitarrosa y musicalizada por la venezolana Soledad Bravo); Corazón coraza (por Eduardo Darnauchans); Hombre preso que mira a su hijo (por Pablo Milanés); Tierra luna (por Julio Víctor González, El Zucará); No te salves (por el peruano Jorge Pelo Madueño); Papel mojado (música de Víctor Merino e interpretada por Tania Libertad junto con Joan Manuel Serrat); y Los formales y el frío y Una mujer desnuda y en lo oscuro (por Serrat). Los dos últimos integran El sur también existe, una placa de resultados desparejos tomando en cuenta los artistas involucrados.

Pero más allá de aciertos y resbalones –y tal cual sucede con sus novelas, poemarios y cuentos–, su lenguaje llano y el hecho de escribir sobre cuestiones fundamentales del ser humano son algunas de las razones de peso para comprender por qué, todavía hoy, el mensaje de las canciones de Benedetti atraviesa fronteras generacionales y geográficas sin perder su capacidad de comunicar y conmover.

Apenas dos días antes de su partida, desde el cuarto de hospital en que se hallaba internado, Benedetti dio su aprobación a dos artistas argentinos para realizar una versión musicalizada de un soneto suyo. El poema -vaya símbolo- se titula Esta paz. Los responsables de transformarlo en un tango potente y desgarrado, son el compositor Javier González y la intérprete Patricia Barone. Fue su última canción:

Esta paz / simulacro de banderas
unida con hilvanes a la historia
tiene algo de perdón / poco de gloria
y ya no espera nada en sus esperas
es una paz con guerras volanderas /
y como toda paz obligatoria
no encuentra su razón en la memoria
ni tiene la salud de las quimeras
esta paz sin orgullo ni linaje
se vende al invasor / el consabido
me refiero a esta paz / esta basura
mejor será buscarle otro paisaje
o amenazarla en su precoz olvido
con una puñalada de ternura.

viernes, agosto 02, 2019

SERRAT Y SABINA ANUNCIAN ÚNICA FUNCIÓN EN EL ORFEO SUPERDOMO DE CÓRDOBA


SERRAT Y SABINA ANUNCIAN ÚNICA FUNCIÓN EN EL ORFEO SUPERDOMO DE CÓRDOBA

02 agosto, 2019

Anticipadas a la venta a partir del 5 de Agosto a través de ORFEOSUPERDOMO

Sabina y Serrat desembarcan en Noviembre en Buenos Aires con un tesoro de canciones, de esas «que nos sabemos todos», las mismas que cantamos y atesoramos generación tras generación.

Canciones para toda la vida: «No Hay Dos Sin Tres» será la gran oportunidad de conectar con la emoción de ese tesoro en vivo.

Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat son dos de los más grandes cantantes y autores españoles de todos los tiempos, además de ser grandes amigos desde hace ya varias décadas.

Ambos unieron sus voces en una gira que se inició en 2007 y los llevó por escenarios de España y América: México, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Uruguay y Argentina. A partir de esta serie de conciertos se originó el álbum doble: «Dos Pájaros De Un Tiro».

Este viaje musical se inició el 29 de junio en Zaragoza y finalizó en Buenos Aires el 18 de diciembre de 2007, con un total de 72 conciertos.

El repertorio fue una alternancia de las grandes canciones de los dos artistas. En algunas, Serrat canta a Sabina y viceversa y en otras cantan a dúo las canciones de ambos. En todas, uno se funde en el otro para ofrecer versiones nuevas.

La cita en Buenos Aires será, los días 2 (Agotado), 3, 7 y 8 de noviembre. Estadio BA Arena www.baarena.com Entradas a través de la Ticketera Oficial – AccesoFan Y Puntos de Venta Precios desde $ 1750 (+ costo por servicio) Clientes de Banco Patagonia tienen 3 cuotas sin interés.

jueves, agosto 01, 2019

Serrat y Sabina no vienen a Rosario


Serrat y Sabina no vienen a Rosario

Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina regresan con su show "No hay dos sin tres" por Argentina, en una gira que incluye Buenos Aires y Córdoba, pero no Rosario.

Jueves 01 de Agosto de 2019

Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina regresan con su show "No hay dos sin tres" por Argentina, en una gira que incluye Buenos Aires y Córdoba, pero no Rosario.

Los españoles actuarán el 2, 3, 7 y 8 de noviembre en el BA Arena de Capital Federal. Mientras que en Córdoba lo harán el 13 de noviembre en el Orfeo Superdomo. 

Los artistas comenzaron este show a dúo en 2007 y tocaron por última vez en Argentina en 2012.



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