lunes, mayo 25, 2020

Cristina Zubillaga: habla por primera vez la exnovia de Joaquín Sabina que inspiró ‘19 días y 500 noches’



Cristina Zubillaga: habla por primera vez la exnovia de Joaquín Sabina que inspiró ‘19 días y 500 noches’

La modelo aparece en la serie documental ‘Pongamos que hablo de Sabina’, ya disponible en ATRESplayer Premium.

Cristina Zubillaga habla por primera vez de su relación con Joaquín Sabina (ATRESMEDIA.)

REDACCIÓN, BARCELONA 25/05/2020 11:36 | Actualizado a 25/05/2020 17:53

“Lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the Rocks”, algo más se extendió el romance entre Joaquín Sabina y Cristina Zubillaga, la mujer que inspiró la venganza hecha canción en la que el cantante reconoce que esa mujer le dejó “el corazón en los huesos” y de rodillas.

El documental Pongamos que hablo de Sabina, estrenado el pasado fin de semana en ATRESplayer Premium, dio voz por primera vez a la modelo que inspiró el famoso tema del flaco de Úbeda 19 días y 500 noches . Cristina Zubillaga, que según Sabina, “siempre tuvo la frente muy alta, la lengua muy larga y la falda muy corta”, era una modelo mallorquina asidua en la noche de la movida madrileña que a finales de los años 80 empezó un romance con el músico.

“Yo era la antimodelo. Éramos un grupo de amigas modelos que no nos cuidábamos mucho, trasnochábamos mucho… Teníamos un grupo de amiguitos intelectuales, algún guionista, gente del cine”, cuenta Zubillaga el primero de los tres capítulos del documental conducido por Iñaki López.

Sabina compartía su vida y dos hijas con Isabel Oliart

Sabina vivía con la madre de sus hijas, Isabel Oliart, y una noche de sarao conoció a Cristina. Yo era un poco loquita de la noche, me perdía de mis amigas y en una de esas aparecí sola en Amnesia (Madrid) y estaba sola en un rincón tomando una copa. Vi a Joaquín y se acercó porque yo creo que le acosé un poco mirándole y me dijo: ‘¿Quieres tomar una copa?’. Le dije que sí y así siguió todo”, ha explicado de su primer encuentro.

Cristina Zubillaga. (ATRESMEDIA)
El romance fugaz fue convirtiéndose en algo más serio, que como explicó años después Sabina, incluso llegó a coincidir en el tiempo con su relación estable con Isabel. Para él, Cristina la principio era “solo una tía buena” pero poco a poco se fueron conociendo, “hasta que un día cogió el teléfono, me llamó y me dijo: ‘Bueno, aquí hay algo más’”. Entre sus muchas escapadas, la llevó a Cuba, donde se reunieron de madrugada con Fidel Castro.

Cristina destaca de Sabina su “caballerosidad”. “Era muy atento. Esa noche fuimos a casa de Pancho y acabamos juntos, tuvimos una química muy buena” ha contado ella.

Las llaves de la casa de Sabina
Al parecer Cristina empezó a del ritmo de vida de Sabina tras un tiempo viviendo juntos. Allí es donde revive la leyenda de las llaves de la casa de Sabina, que las daba a muchos de sus amigos para que entrasen y saliesen cuando gustasen.

“Era muy desagradable. Allí me encontré de todo. Quería matar a Joaquín. Me levantaba y me encontraba a gente en la casa: ‘No, es que estoy aquí para enseñarle la casa de Joaquín a esta amiga’, me decía uno. ¡Que era mi casa! Yo salía en camisón. Menos mal que siempre he sido muy presumida e iba muy arregladita”, ha contado de ese episodio.

Su relación llegó al final durante una estancia en Menorca, en la que Cristina decidió marcharse. De repente en una cena, “la chica que yo conocía desapareció, pero desapareció entre la sopa y el postre”, contó años después Sabina. Y “tanto la quería que tardé en aprender a olvidarla, 19 días y 500 noches”.

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