lunes, mayo 04, 2020

LAS ENTREVISTAS DE EL GRÁFICO 1995. Joan Manuel le canta a la pelota




LAS ENTREVISTAS DE EL GRÁFICO
1995. Joan Manuel le canta a la pelota

Por Redacción EG ·
09 de abril de 2019

Foto 1: Serrat cantó en 1999 en el centenario del club de sus amores la versión de su himno.
Foto 2: El ¨Nano¨ tiene un gran cariño por Boca Juniors.
Foto 3: Joan Manuel Serrat y Roberto Fontanarrosa

El reconocido cantante catalán estaba de gira por Argentina y en una maravillosa entrevista con EL GRÁFICO habla de fútbol, de los jugadores que lo conmueven, del Barcelona de sus amores y de su cariño por Boca.

Ya es nuestro, definitivamente. El cuerpo del Nano podrá venir o fugarse, por esas cosas de la vida y el canto. El alma, entonces, pedirá el milagro de la división y lo tendremos para siempre, instalado en el corazón de los que disfrutamos su mensaje. Joan Manuel Serrat anduvo -guitarra en mano- caminando por esta tierra sustituta, en una gira que entregó al hombre genuino: sencillo y querido, simple y cálido, cada vez más amigo de sus amigos, que por estas pampas no son pocos.

Y ya se sabe que, cuando anda por acá, es inevitable este encuentro. Es que al hombre lo sentimos -a su manera- como un protagonista del deporte y el mismo hombre nos tiene -semana a semana- en la mesita de luz de su casa de Barcelona: "Es cierto, al fútbol lo sigo por EL GRAFICO, y por algún periódico que se ocupan en mandarme. Aunque, ahora, lo único que pude hacer es agarrar los noticieros o el canal de Torneos y Competencias en algún descanso entre hotel y hotel. Pero lo sigo, hombre, claro..."

-¿Te gusta el fútbol que se está jugando en la Argentina?

-Creo que tiene un par de dificultades. La primera es la presión en la que está inmerso, la que sienten los jugadores desde el mismo club pero sobre todo desde las gradas. La aparición de la violencia coloca al jugador en una situación de presión que le afecta. Uno no sabe muy bien -a la distancia- si realmente es la violencia en las gradas la que genera la violencia en la cancha, o viceversa; o son las dos que se complementan. Pero ambas están siendo penosas y graves, y sobre todo letales. Otra cosa que creo que hace que el fútbol argentino guste poco son los continuos tras-pasos que los clubes están realizando al extranjero. Fíjese la aparición de Biagini, ese muchacho de Newell's, que con 18 años ya va al Atlético de Madrid...

-Vos hablás de la presión que siente el jugador. ¿No es una generalidad en el fútbol del mundo que la obligación de ganar esté por sobre cualquier cosa?

-Mira, en primer lugar, la presión existe en todos los lugares, pero no en todos lados da el mismo resultado. Las respuestas son diferentes entre las que pueden dar el fútbol inglés y el fútbol argentino. El comportamiento del jugador en la cancha es completamente distinto: en Inglaterra, en un partido duro, el árbitro apenas saca tres o cuatro tarjetas. Yo recuerdo el año pasado un Boca-River en que el árbitro sacó 23 tarjetas.

-¿Vos creés que es una cuestión de educación, que el argentino se cree más vivo para jugar y sacar ventaja?

-Yo no le echo la culpa al jugador. Dice un refrán que la culpa... no quiero decirlo porque puede resultar ofensivo...

-Que no la tiene el chancho, sino el que le da de comer...

-Esto no quiero decirlo, porque en el fútbol -después de la pelota- los más honrados son los jugadores; pero evidentemente, cuando hay un comportamiento de los jugadores, es porque existe un consentimiento -cuando no un mandato- de los directores técnicos, que les dicen que actúen de esta manera. Las hinchadas, los directivos, aprietan para que actúen de esta manera. Si hubiera una actitud responsable por parte de todos los estamentos, pues entonces no le quepa duda de que el futbolista tendría otro tipo de comportamiento...

Se dio cuenta, ¿no? Habla como uno de nosotros. Dice: "Tenemos" y no se refiere a España.

Un personaje sin hacerse el personaje, fanático también en estas cuestiones del fútbol, pese a que esa palabrita no sea muy amiga de su conciencia, "aunque en cuestiones de fútbol, sí, soy fanático del Barcelona y de Boca..."

-¿Qué equipos o técnicos reivindican este sentimiento que tenés del fútbol bien jugado?

-Para tomar una cierta distancia del fútbol argentino, en España lo podría resumir en Jorge Valdano y Johan Cruyff, dos hombres que nos hacen divertir. Los últimos cuatro años anteriores a éste he gozado como muy pocos en una cancha de fútbol viendo al Barcelona.

¿Creés que, con otros jugadores, Cruyff puede hacer jugar el fútbol que propone el Barcelona?

-Nooo, él pudo porque tenía a Romario, a Laudrup, a Stoichkov y a Koeman en perfectas condiciones, arropado por un Pep Guardiola realmente brillante, un Chiqui Beguiristain fresco y vivo como pocos, porque aparecen dos laterales como Sergi y Ferrer y porque teníamos en el arco a Zubizarreta. No existe un técnico capaz de hacer milagro sin equipo. Fíjate el caso de Griguol, he leído que de la nada estuvo a punto de sacar un equipo campeón; creo que es minimizar a los muchachos de Gimnasia. Griguol sabe lo que puede conseguir por su talento y su forma de entender el fútbol, pero sobre todo por el esfuerzo y el rendimiento que es capaz de sacar a sus jugadores, que alguna calidad deben tener...

-Hablaste de Valdano como una síntesis del fútbol que disfrutás, pero ¿cómo se ve desde la vereda de enfrente, el de un barcelonista viendo triunfar al Real Madrid?

-El hecho de ser barcelonista no me ha condicionado a ser antimadridista. El Madrid es mi adversario natural, porque -si no existiera- lo tendríamos que inventar: ¿si no contra quién íbamos a jugar? Con Jorge somos amigos desde hace muchos años, desde su época de jugador. Últimamente no nos vemos tan a menudo como quisiera, vivimos en dos ciudades distintas; él pasó dos años en Santa Cruz de Tenerife, muy lejos, pero cuando Barcelona salió campeón gracias al Tenerife yo lo he llamado por teléfono para agradecerle sus favores, sabiendo siempre que cuando se produce este tipo de cosas- no ganan uno u otro, sino que gana el fútbol...

El hombre que llegó por primera vez en 1968, censurado en España por cantar en catalán, tuvo un amor a primera vista con Buenos Aires. Al año siguiente, otro flechazo iba a durarle toda la vida: "Fue en el '69, cuando vi los colores de Boca, que me hicieron acordar a una mujer sueca de la que estaba enamorado. Al enterarme de que la camiseta de Boca estaba sacada de esa bandera, dije: 'Estamos hechos el uno para el otro'."

-¿Qué sensación te produce la vuelta de Maradona a tu Boca?

-Yo creo que puede ser un negocio -entre comillas- para los dos, porque un jugador de la calidad y la experiencia de Diego le puede ir bien a cualquier equipo, y también puede ser muy bueno para él, porque Boca le dará la serenidad que humanamente necesita. Más allá de su talento como jugador, él necesita una estabilidad emocional.

-¿Qué pasó con ese Maradona que conociste hace 14 años en Barcelona?

-Ser Maradona no debe ser fácil. El mundo de presiones, tentaciones, vanidad y halagos que le rodean constantemente, necesitan de una personalidad de tremenda consistencia humana, y quizás Diego no ha tenido alrededor lo más aconsejable para que esa fama pudiera soportarse. Así le pasaron las cosas que le han pasado y que no vale la pena recordar. Lo bueno es mantener en la memoria, que sirva para enfrentar al futuro y no para remover la porquería.

-¿Te gusta la Selección de Passarella?

-¿Cuál es la Selección de Passarella, la que jugó con Eslovaquia o con Paraguay? Creo que le toca un papel muy complicado por la gran cantidad de jugadores que tiene en el extranjero, como Chamot, Balbo, Batistuta, Cáceres, Simeone, que le pueden dar solidez al equipo.

-Y de los que están acá ¿quiénes te gustan?

-Zanetti, un muchacho que, cuando se tranquilice, será una estrella. De los jóvenes, él, Gallardo y Biagini me sorprendieron mucho.

-Juan, ¿qué opinás de un técnico que ordena hacerles rinoscopia a sus jugadores?

-Ante todo, tengo un profundo respeto por Passarella, tanto por el jugador que fue como por el técnico que es. Me acuerdo de lo que hizo en River, sacándolo campeón pero sobre todo mostrando unos cojones para mantener sus principios cuando las cosas no venían bien. Lo otro, los estados policiales, nunca me gustaron, ni dentro ni fuera del fútbol. Me sorprendió haciéndoles cortar el pelo a los chicos, me parece que el pelo nunca tuvo otro significado que una cuestión estética. Por la misma razón deberían prohibir la entrada a los rapados, que tienen una significación racista muy clara. Y respecto a la rinoscopia, lo que creo que hay que hacer es educar a la gente para evitar el consumo de cocaína, que potencia una de las industrias del crimen más terroríficas que hay. Más que Passarella haciéndoles la rinoscopia, lo que hay que tomar son caminos serios que, desde luego, no pasan por el análisis ni por la clandestinidad de la droga, sino por decisiones más valientes, como por ejemplo legalizar la droga; o cual quebraría el mercado. Pero seguramente muchos intereses se resentirían en las clases dirigentes de nuestra sociedad. Gente con muchas medallas, con muchos galardones, con muchas corbatas, con muchas togas y muchos birretes perderían gran cantidad de sus ingresos mensuales, y eso a lo mejor no les interesa...

-¿Cuál es el trofeo que guardás con más cariño?

-La antorcha olímpica de Barcelona '92.

-También tenés una camiseta que muchos hinchas de Boca envidiarían...

-La camiseta de Rojitas, sí, me llegó en el año '71, de manos de todos los jugadores de Boca, que sabían mi afición por el club. Es de aquellas de algodón... Y tengo más, y también varios Maillots de ciclistas.

-El ciclismo es como tu segundo deporte, hasta cubriste como periodista un Tour de Francia. ¿De dónde viene esa afición?

-De la infancia, supongo que de la prohibición de mis padres a montarla, a raíz de un accidente de bicicleta que dejó cojo a un tío mío. Yo y mis hermanos teníamos prohibido, lo que hacía que nos escapáramos. Las prohibiciones -si no se pueden controlar bien- crean adicciones. Por eso es tan malo prohibir.

-¿Por qué siendo un apasionado del deporte no hay una mayor presencia en la temática de tus canciones?

-Hombre, no creas, hay bastante... De Barcelona han salido por lo menos dos: una que le escribí a Ladislao Kubala, el ídolo de mi niñez, amigo mío. Se llama "Kubala" y está en el disco "Material sensible". Y otra canción es "Temps era temps", que traducido quiere decir "Erase una vez", en la que los personajes fundamentales son la delantera del Barcelona del '51 al '53, que se la conoce como la de las cinco Copas, y estaba formada por Bassora, César, Kubala, Moreno y Banchón. El parangón podría ser aquella célebre delantera de River con Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau.

-¿Qué cosas te rebelan y te indignan del deporte?

-Me está pidiendo usted que haga una tesis... Le diría que me indigna todo lo indigno. Seguramente una de las cosas que me da más tristeza es caminar por los potreros donde juegan niños y ver la actitud de sus padres, de sus maestros, de sus mayores, incitándoles a pegar, a caerse al suelo, a mentir, a violentar al referí, a incitar todo lo que no debe hacerse...

-Juan, la última. Cuando te llegan los diarios de Argentina con los resultados del fútbol, ¿cuál es el primer equipo que querés saber cómo salió?

-Boca Juniors, hombre, sin duda alguna...

¨QUIERO UNA FOTO CONTIGO, CANALLA¨

EI encuentro fue en Rosario, en la última etapa de la gira. Y en la Chicago argentina, Serrat tiene un amigo del alma: el Negro Roberto Fontanarrosa. Compartieron asados, sobremesas y anécdotas, como la que dejaron cuando se los juntó para la foto: "Vení, Negro, que esta es una revista seria. Además, los dos tenemos los mismos colores: vos vertical y yo horizontal..."

-Juan, nos estamos adelantando a los tiempos. Algún día jugaremos la final de la Intercontinental en Japón, vos vas a entrar como abanderado del Barcelona y yo como el de Rosario Central...

-Presiento que tendrá que ser un amistoso, Negro, no sé por qué...

Por HUGO SUERTE

Fotos: GERARDO HOROVITZ.

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