miércoles, enero 26, 2005

Serrat, catalán del año


Serrat, catalán del año

26/01/2005


Un emocionado Joan Manuel Serrat recibió ayer el premio Catalán del Año, un galardón con el que los lectores de El Periódico de Catalunya reconocen a quienes contribuyen al progreso de Cataluña, su proyección o la divulgación de su cultura. El premio el Evento del Año homenajeó la solidaridad que se generó tras los atentados del 11-M. Lo recogió la portavoz de la asociación de afectados del 11-M, Pilar Manjón. El premio a la mejor iniciativa empresarial recayó en la compañía aérea Vueling, y la mejor iniciativa solidaria reconoció el trabajo de la asociación Amics de la Gent Gran.-

martes, enero 25, 2005

"Los cantautores hemos tenido al pueblo a favor"


Entrevista // Joan Manuel Serrat (PUBLICADO EL 25-1-2005)

Joan Manel Serrat fue elegido 'Català de l'any' 2004 por los lectores de EL PERIÓDICO

LUGAR DE NACIMIENTO: BARCELONA
EDAD: 61 AÑOS
PROFESIÓN: CANTANTE Y COMPOSITOR
DISCOS DESTACADOS: 'JOAN MANUEL SERRAT', 'DEDICADO A ANTONIO MACHADO, POETA', 'MEDITERRÁNEO', 'MIGUEL HERNÁNDEZ', 'PER AL MEU AMIC', 'BANDA SONORA D'UN TEMPS, D'UN PAÍS' y 'SERRAT SINFÓNICO'

Un repertorio como Mediterráneo, La saeta, Paraules d'amor, Para la libertad, Pare, Cantares, Aquellas pequeñas cosas, Cançó de matinada y otros tantos clásicos puede intimidar a todo cantautor novel. Es la obra de Serrat, quien estos días, tras el trance de su operación, dice estar redescubriendo. Lo hace en la placidez de su casa, empuñando la guitarra. "Toco para mí; me divierte y me emociona", confiesa.

--¿Qué sensaciones le despierta el premio de Català de l'Any?
--En primer lugar, agradecimiento. Pero también creo que este tipo de premios siempre son un poco aleatorios. Había un listado de gente muy interesante, que aportaba cosas muy novedosas: diseñadores, campeones del mundo de motociclismo...

--Los homenajes, a un artista, ¿pueden incomodarle, estimularle el espíritu rebelde?
--No, a mí que me den besos siempre me gusta. Me gustan los besos, no los sobornos. Y éste me lo tomo como un beso, porque proviene directamente de la voluntad popular. Es un acto fraternal.

--Que recaiga en un músico atrae la atención hacia una profesión que vive un momento algo crítico.
--Bueno, no creo que la música esté particularmente en crisis; lo está la industria musical. La música no está más en crisis que cualquier otra expresión artística. La forma de transmitir la música, la difusión, el escaparate, eso sí está en crisis.

--La música que se expone en ese escaparate ¿es peor que en otras épocas?
--Bueno, la música nunca se ha beneficiado mucho de él. Nunca se ha expuesto la más valiente, la más arriesgada, la más creativa, sino que el escaparate va a remolque del éxito; y no de un éxito que busque la calidad del producto.

--Ya no hay apenas programas musicales en televisión. A la música se la encaja en espacios de variedades, en playbacks... Ruper Ordorika dice que es ruido de fondo.
--Hay muchas cosas por hacer. Faltan lugares para dar a conocer las cosas interesantes que se hacen; sin escaparates, es como si no existiesen. Luego, el playback es una ofensa, un fraude absoluto. Tendría que estar prohibido por ley. Se convierte al artista en un muñeco de ventriloquía. Afortunadamente, la gente no es idiota y cuando recibe una imagen en directo, ve que la emoción que proporciona es otra.

--En Catalunya surge a veces una pregunta autoacusatoria: ¿Creemos en nuestros artistas?
--Si hablamos de exportar los artistas, no recibimos ningún tipo de apoyo. Siempre tenemos que espabilarnos por nuestra cuenta. Hay industrias favorecidas por la administración, pero los artistas no lo estamos. La música anglosajona tiene fuerza porque Estados Unidos se ha preocupado de tratarla como una industria de exportación y de un gran poder cultural, de colonización. Pero yo no pido nada; sólo expongo lo que hay.

--Se critica la actitud del poder político con la cançó tras la transición. ¿Ha cambiado?
--Lo desconozco. Pero hubo un momento en que los creadores nos convertimos en muy molestos para el poder, y se preocuparon mucho de irnos abandonando. Aquellas aguas han traído estos lodos.

--Ser considerados incómodos por el poder implicaba que los cantautores seguían cumpliendo su función: ir a la contra.
--Sí, pero era magnífico cuando teníamos el poder en contra de forma decidida, clara, porque a la vez teníamos al pueblo a favor. La canción estaba con el pueblo y el pueblo estaba contra el poder. Éste era el camino. Luego ya no hubo enfrentamiento: hubo una desidia, un abandono, un 'esta gente es vieja y no sirve para nada'. Pero sí que servíamos: servíamos para tocarles los cojones a ellos. A la derecha eso nunca le ha gustado. Bueno, y a la izquierda, tampoco. Al poder no le gusta que le toquen los cojones.

--¿Qué relación tiene con la música estos días? ¿Escucha discos? ¿Toca? ¿Compone?
--Nunca he dejado de escuchar música y, en el momento en que he podido tocar, lo he vuelto a hacer. Además de mi trabajo, es mi placer. Disfruto cogiendo la guitarra, sobre todo ahora, tras una temporada sin poder hacerlo. Eso ha servido para valorarlo más.

--¿Qué tipo de cosas toca?
-- De todo. Soy de amplio espectro. Normalmente, en casa, toco para componer o cosas que me divierten; muchas de ellas, canciones de los demás. Pero últimamente estoy rehaciendo algunas mías que hace mucho tiempo que no interpreto en el escenario, y es muy divertido.

--Dijo que su recuperación total llegará el día que vuelva a subir al escenario. ¿Planes?
--Subir al escenario lo más pronto que pueda.

--¿Tiene alguna idea de qué proceso puede seguir?
--Sí, tengo alguna idea, pero no es el momento de comentarla, porque descorcharíamos una botella que aún no es hora de descorchar. Como diría Pujol, això no toca.