viernes, mayo 31, 2019

A solas con Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina: delicias de un vínculo con humor, provocaciones y poesía

Entrevista en Madrid
A solas con Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina: delicias de un vínculo con humor, provocaciones y poesía

La casa de Sabina, en la zona de Tirso de Molina, fue el escenario para esta charla sobre música, amistad, fútbol, política, infancia y admiración mutua. En noviembre volverán a actuar juntos en Buenos Aires. Antes de esa tercera cumbre (ya lo hicieron en 2007 y 2012), comparten qué hay detrás de esa sociedad de poetas... nuestros


31/05/2019 - 15:45

Pisar la casa de Joaquín Sabina se vive como un premio y se siente como cercana. Está muy lejos de parecerse a esos santuarios que suelen montar algunos artistas, con pinceladas de museo y miedo a desordenarlo. Es un hogar con colores fuertes, con aroma a libros, con las maderas tan gastadas como la vida misma lo permite. Es un hogar que suena bonito, aunque no siempre haya melodía en el ambiente. Repartida en tres pisos, sobre la Calle de Relatores, en pleno centro de Madrid, uno está tomado por la música -con un envidiable estudio de grabación-, otro por la pintura y otro por la vida familiar. Por ahí, ahora, sube y baja también Joan Manuel Serrat, el otro poeta de esta sociedad española, que se mueve como pide el dueño: “Todos como en casa”.


Frente a la plaza Tirso de Molina. Allí vive Sabina, sobre la Calle de Relatores, curioso nombre para recibir la vista de Serrat.

No hay espacio para la solemnidad en este mediodía primaveral, regado por los copones de cerveza con la que invita Sabina. El catalán brinda con agua, motivo para la primera broma de las miles que se hilvanarán en los 40 y pocos de minutos de charla con Clarín, a cuento de la tercera serie de shows que harán juntos -como en 2007 y 2012- y que los traerá a la Argentina en noviembre. Se presentarán del 2 al 9 de noviembre (la primera función ya está agotada) en el BA Arena. También pasarán por Chile y Uruguay.

Caminar por esa casa madrileña regala sorpresas a cada paso, y a cada paso, también, se cruza uno con alguno de los cinco gatos que comparten techo con los Sabina: Margarito, Demonion, Rojito, Margot y Elvis. El azul Francia, el rojo y el bordó son tonos que se repiten, como se repite el recurso de las paredes tapizadas por bibliotecas. Perlita sabinesca: hay 16 mil libros, según el registro que su asistente personal lleva al día en la computadora.


Libros y alegría. A eso huele la casa de Sabina, que tiene, en uno de sus ambientes, un caballito de calesita que lo ha acompañado de gira.

Hay un espacio para una mesa de billar que recuerda a los bares con estaño, una sala de estar organizada alrededor de un caballo de calesita que anduvo de gira por varios países, un estudio de grabación con todos los instrumentos que unos pueda imaginar y un cenicero con los colores argentinos. Hay espejos de todas las formas y colores y uno, especialmente, rodeado de decenas de ángeles endemoniados o demonios con alas, con mucho sello del anfitrión

Y es el anfitrión quien abre el juego de la entrevista sobre música, amistad, política, humor y bueyes perdidos: “Niégate a brindar con agua (…) ¿Puedo fumar? Sé que a Lanata lo dejan fumar en televisión, así que no hay problema, ¿verdad?”, pregunta, ante las cámaras que registran este encuentro para Clarin.com. “Yo pongo el teléfono en modo avión para que no suene”, acota Serrat, mientras se entretiene con unos colgantes que asoman del cuello de Joaquín, que asume: “Esto es para que vean que soy un viejo que envejece sin dignidad”.

-Sin herir susceptibilidades, ¿cómo vivieron la final de la Libertadores (se jugó en Madrid y ganó River 3 a 1?

Sabina: Los dos somos de Boca como segundo club. Él es del Barcelona, y yo tengo triple militancia (es del Atlético). El modo de jugar del Barça me enamora mucho, el Barça de Messi. Será que aquí lo queremos más que allí, porque allí con la Selección pasa lo que pasa... Es el mejor jugador que he visto. Y yo he visto a Maradona, y soy amigo de Maradona y no soy amigo de Messi..

Serrat: No son comparables, no es comparable el tiempo de uno y de otro (…) Maradona es una leyenda y una realidad personal y humana no siempre ejemplar, que ha tenido sus altos y sus bajos…

Sabina: Quiero corregir una cosa. Él acaba de decir 'las luces y las sombras', y a mí las sombras de Diego también me gustan.

Serrat: A ti te han gustado demasiado las sombras de Diego.


El estudio de grabación por dentro. Ordenado y equipado como "los dioses", es uno de los refugios cotidianos del dueño de casa.

Retomando aquel partido del 9 de diciembre del 2018, en el Bernabéu, el dueño de casa confiesa que “lo vi por tele, no fui al estadio porque hice una canción sobre Boca y a la gente de River no le gustó nada. Y uno de mis lemas es que ser un cobarde es un ejemplo para los niños. No fui. Lo bueno es que fue una fiesta del fútbol… y un desastre que ganara River”.


Gracias a la generosidad de la mujer de Sabina, Clarín pudo fotografiar algunos rincones de su casa. Así luce una de sus oficinas, que oficia de living.

Serrat: Fue raro y triste que una final de América se jugara en Europa. Es que al fútbol en la Argentina no lo entiendo: eso de que las hinchadas visitantes no puedan ir a la cancha... Los partidos se juegan con monohinchada. Es de una tristeza enorme. Que esto llegue a que un torneo que tenía que celebrar la máxima fiesta continental termine jugándose fuera del lugar de los dos equipos finalistas, porque se hace imposible hacerlo, lo hace más lamentable todavía. Realmente yo no lo vi.

Sabina: Es un hombre de principios.

Serrat: Y si no les gustan éstos, tengo otros.

El tono relajado, pintoresco, de humor picante y acotaciones cortitas y al pie invita a sugerir que incluyan en las promociones de esta tercera cumbre de artistas, titulada No hay dos sin tres, el relato de Mariano Closs con eso de “y va el tercero, va el tercero...”. El Nano promete que lo tendrá en cuenta. Y ahí nomás se empieza a correr el velo de los motivos del reencuentro.

Sabina: Cuando acabó el primero dijimos que no haríamos un segundo, cuando acabó el segundo dijimos que no haríamos un tercero, pero, ¿te acuerdas de la fiesta, de ese grado de comunión tan grande con la gente? Se iban tres o cuatro generaciones, que no fueron exactamente a ver un concierto, sino a hacer una especie de fiesta intergeneracional, se sabían las canciones, algunos se habían enamorado con ellas... Y nosotros la pasábamos muy bien. Y luego tenemos la enorme suerte de que nuestras mujeres, en lugar de ser unas víboras y odiarse, se quieren muchísimo. Viajar con ellas es un placer.


El billar de Sabina, paño bordó, un guiño a los bares madrileños.

Serrat: También piensa que se llevan muy bien al punto de que, cuando salimos, nos abandonan inmediatamente y se dedican a sus conversaciones, a sus asuntos, a sus búsquedas, a reírse de nosotros. Pero nos permiten poder hacer esta gira en armonía, que, si no, sería horroroso.

Sabina: Lo que queremos reproducir ahora es un canto a la alegría, a la amistad, a la generosidad, a no tomarnos en serio a nosotros mismos, incluso a hacernos bromas crueles.

Serrat: En el tiempo que pasó desde la última vez hasta ahora hemos envejecido bastante y nos hemos vuelto muy cascarrabias y eso nos da una cantidad enorme de posibilidades maravillosas...

-¿Cuál de los dos es un poquito más ácido al momento de las bromas?

Sabina: Éramos los dos...

Serrat: Yo soy muy ingenuo.

Sabina: Si yo le decía una cabronada, éste se pensaba para el día siguiente una peor...

-Lo peor es que sabe pensar.

Sabina: Sabe hacer dos cosas a la vez, cantar y pensar.

Serrat: Lo llevo yo entre algodones, para que no se me rompa, vamos.

-¿Cómo surgió la semilla de este proyecto?

Sabina: Esto, para mí, era una especie de sueño irrealizable. Cuando cantaba en los bares, en la calle, en el metro, en Londres, con veintipoquísimos años, cantaba canciones de Serrat. Y Serrat era siempre el más grande, el maestro de todos. Subirnos al escenario de igual a igual, tantos años después, para mí fue un goce increíble.

-¿Recordás cuál fue la primera canción de Serrat que cantaste?

Serrat: Procura que sea mía.

Sabina: Creo que empecé y me sabía el disco Mediterráneo entero.

-¿Y vos, una de Joaquín?

Serrat: Parte de que hayamos decidido juntarnos a hacer unas actuaciones que han sido mucho más sorprendentes, divertidas y brillantes de lo que podíamos imaginar, es que tenemos una relación de muchos años. Me acuerdo de que Joaquín venía a menudo cuando grababa, y me enseñaba las canciones y yo opinaba 'Esto está mejor, ésta está muy buena, ésta sobre todo sácala si puedes'. Y esto te lo puede decir él, siempre me he equivocado. Suerte que nunca me ha hecho caso. Joaquín Sabina ha llegado a la cúspide de su fama gracias a no hacerme ni puto caso.


Sabina: Me dijo que no sacara en el disco Y nos dieron las diez.

-¿Eso es cierto?

Serrat: Que se le rompa una pierna a él si no es cierto. Y, vamos, él es un hombre muy liviano, que sabe que el 90 por ciento del cuerpo es agua... En su caso el 90 por ciento de su masa corporal está formado por mentiras.

Sabina: Las canciones son mentiras, son hermosas mentiras que sirven para corregir la verdad atroz de la vida.

-Eso es hermoso.

Serrat: ¿Lo puedes repetir?

Sabina: No me va a salir tan bien.

Sabina piensa y repite, Serrat anota en su cuaderno de mano, una suerte de tesoro de palabras que lleva encima. Reflexivo y hondo, no debe haber mejor regalo para el catalán que un puñado de palabras preciosas, para que convivan, hojas más hojas menos, con la belleza de las suyas.

-Volviendo al día en el que surgió la idea del “dale, vamos, hagámoslo...”.

Sabina: Yo me acuerdo muy bien. Estaba aterrorizado. Lo sigo teniendo, pero entonces tenía como un exceso de respeto por él, para mí era como una mezcla de Gardel, Maradona y Evita. Nunca he sido un tipo muy seguro de mí mismo, pero luego él lo hizo fácil desde el primer momento. Yo no sé mandar y él está muy dotado para mandar. Y en la primera gira seguí ordenes y salió bien.

Serrat: Juega el papel del bohemio, del que se deja llevar, que todo es casual, que el romanticismo... Mientras la leyenda le sea rentable, allá él.

Sabina: Mira, cuando yo no era nada, una vez fui a Menorca, que es donde él pasa los veranos cuando puede, y fue con su mujer a esperarme al aeropuerto. Como decimos aquí, se me cayeron las bragas de emoción.

-¿Recordás de cuándo es esa postal?

Sabina: Hará 30 años.

Serrat: En Menorca se acuerdan bien, porque hubo que recogerlas.

Las risas abrigan esta charla imperdible con dos artistas inmensos que no sacan a relucir sus egos. Ahora son dos amigos que juegan a tirar paredes, que casi siempre terminan en gol. Y hay aroma a goleada.

-Tratemos de ver si podemos llegar al momento en el que dijeron “Vamos para adelante con esto...

Serrat: No sé exactamente cuándo fue, pero sé que era de noche. Sé que habíamos bebido mucho. Y sé que al día siguiente nos arrepentimos.

-¿De haber bebido?

Sabina: De haber bebido y de haber dicho de hacer la gira juntos. A lo mejor os parece que es mucha risa, que mucha fraternidad y eso, pero es el motivo por el que nos juntamos. No tenemos edad para subirnos al escenario con un tipo que nos caiga medio mal.

Serrat: No tenemos quién nos mande. Podemos equivocarnos a nuestro antojo. Somos capaces de soportar las consecuencias a las que nos lleven nuestros errores. Lo que hacemos con estos reencuentros es no perder esta unión con la gente, eso que nos divierte y hace que ellos existan y nosotros existamos, mientras la vida sea suficientemente generosa para regalarnos esto.

La frase de Joan Manuel amerita anotación en un cuaderno ajeno, pero Sabina opta por memorizarla y poner cara de “mirá vos el Nano”. La ruta de la entrevista silencia el GPS tradicional para perderse y encontrarse por otros caminos, sin olvidar el destino. Lo que se impone es el paseo, que ahora hace escala en la Argentina. “La otra vez, frente a un hotel en el que me hospedaba allá, pusieron una pancarta enorme que decía 'Flaco, vos sos argentino'. Es una de las cosas más hermosas que me han dicho en mi vida”, comparte el hombre nacido en Úbeda hace 70 años, quien asegura que “lo pasamos mal cuando Argentina pasa uno de los momentos cíclicos en los que parece que todo se va por los aires y nos preocupamos como cualquier argentino”. Y cuenta que “cuando abrí el periódico y leí 'Cristina vicepresidenta' empecé a pensar, tratando de meterme en su cabeza, ¿cuál es la jugada?”.

Con respecto al anuncio de CFK de su flamante fórmula con Alberto Fernández en calidad de candidato a presidente, Serrat dice que “me sorprendió dentro de lo que puede sorprenderme cualquier tipo de manifestaciones o pactos entre políticos. La dupla Fernández/Fernánndez va a seguir sorprendiéndonos, seguramente, por la incorporación de muchos otros miembros que están alejados. Venimos de un tiempo cercano de descalificaciones, de dudas de unos acerca de otros, de reñirse unos a los otros. A veces, adentro de los mismos actores del juego. A mí, todo lo que sea para que Argentina trate de superar esta línea oscura que ha venido dividiendo a los argentinos...

Sabina: La grieta, que le llamáis...

Serrat: Decía, todo lo que conduzca, no necesariamente a unirla, sino a reconocerla, para reconocerse los unos a los otros como seres capaces de tener un punto de vista, será bueno.

Se habla del peronismo, de Cataluña, se vuelve a la música, se hace un parada emotiva a modo de tributo para recordar el humor del gran Jorge Guinzburg, amigo de los dos, “maestro” para los dos, y se llega a una baldosa teñida de sepia, que los enciende.

-¿Se reconocen en esos nenes que fueron?

Serrat: Yo sí. Mi niñez ha generado en mí los mejores materiales para ser lo que soy. Probablemente porque he tenido una base familiar maravillosa, que me enseñó el abecedario de los comportamientos en la vida, tuve un mundo de barrio en el que criarme, que completó este aprendizaje, y tuve también unos maestros increíbles en la escuela. Tuve los tres pilares perfectamente asentados. Gracias a ellos no me he caído más, a pesar de mis muchas torpezas.

-¿Eras un niño obediente?

Serrat: Era alguien que sabía cuáles eran mis obligaciones, en las que era obediente, y qué cosas no tenían la más mínima importancia y respondían a las preocupaciones y los nervios de mi madre, que tenía muchos.

Sabina: Me llevó un día a comer paella con su madre... era una cosa litúrgica. Era maravillosa la señora.

-¿Y como era el Joaquín niño?

Sabina: No existe una sola canción sobre mi infancia. Tengo varias que empiezan con que lo primero que quise fue marcharme bien lejos. Era un pueblo muy nacional y católico, muy franquista, lleno de curas y de militares y lo único que yo quería era huir. Y lo hice. Y lo hice pronto y lo hice bien. Pero, en el caso de Serrat, es que él fue el mejor y con un éxito mayoritario a los 20 años. Yo con 35.

Serrat: Siempre ha sido mucho más mayor que yo.

Sabina: Bueno, yo sólo he sido precoz para la eyaculación. Para todo lo demás siempre llego tarde. Quiero decir que son experiencias muy distintas. A veces le digo a él que se perdió tocar en los bares, en la calle, en el metro... Él no lo acepta, porque, claro, ser Dios, cómo lo vas a…

Serrat: Perdona, ¿puedo interrumpir? Yo he tocado en los bares, en la calle y en el metro, pero siempre cobrando.

Sabina: Pero hay una cosa muy distinta. Él ha cumplido su sueño, porque de muy joven ha querido cantar. Yo jamás pensé que iba a dedicarme a esto, y con un cierto éxito, y a vivir bien. Fue absoluta casualidad. Fue estar en Londres exiliado, empezar a lavar platos, y ver que era mucho más divertido cantar en un restaurante y, además, se tenía más acceso a las chicas que fregando platos. Y eso era muy importante. Ahora canto sus canciones con él delante. Y, lo más genial, él canta las mías.

-¿Cuál de las que hace te conmueve más?

Sabina: Tiene una versión de La Magdalena (Una canción para la Magdalena) que es maravillosa.

-¿Y de las que hace Joaquín?

El Nano piensa y elige hablar más de las creaciones ajenas que de las propias.

Serrat: Le tengo una extraordinario envidia a muchas de las canciones suyas. Me hubiera gustado haber podido tener el talento para escribirlas.

Confesión de Joan Manuel Serrat, uno de los dioses de Sabina, al que curiosamente le gusta ufanarse de su coqueteo con el infierno. Ni ángeles ni demonios. Dos monstruos, asociados en la admiración mutua, que saben jugar seriamente con las palabras. Verlos jugar en la intimidad fue un privilegio.

Entrevista en Madrid A solas con Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina: delicias de un vínculo con humor, provocaciones y poesía





Entrevista en Madrid
A solas con Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina: delicias de un vínculo con humor, provocaciones y poesía

La casa de Sabina, en la zona de Tirso de Molina, fue el escenario para esta charla sobre música, amistad, fútbol, política, infancia y admiración mutua. En noviembre volverán a actuar juntos en Buenos Aires. Antes de esa tercera cumbre (ya lo hicieron en 2007 y 2012), comparten qué hay detrás de esa sociedad de poetas...nuestros.

31/05/2019 - 15:45


Pisar la casa de Joaquín Sabina se vive como un premio y se siente como cercana. Está muy lejos de parecerse a esos santuarios que suelen montar algunos artistas, con pinceladas de museo y miedo a desordenarlo. Es un hogar con colores fuertes, con aroma a libros, con las maderas tan gastadas como la vida misma lo permite. Es un hogar que suena bonito, aunque no siempre haya melodía en el ambiente. Repartida en tres pisos, sobre la Calle de Relatores, en pleno centro de Madrid, uno está tomado por la música -con un envidiable estudio de grabación-, otro por la pintura y otro por la vida familiar. Por ahí, ahora, sube y baja también Joan Manuel Serrat, el otro poeta de esta sociedad española, que se mueve como pide el dueño: “Todos como en casa”.

No hay espacio para la solemnidad en este mediodía primaveral, regado por los copones de cerveza con la que invita Sabina. El catalán brinda con agua, motivo para la primera broma de las miles que se hilvanarán en los 40 y pocos de minutos de charla con Clarín, a cuento de la tercera serie de shows que harán juntos -como en 2007 y 2012- y que los traerá a la Argentina en noviembre. Se presentarán del 2 al 9 de noviembre (la primera función ya está agotada) en el BA Arena. También pasarán por Chile y Uruguay.

Caminar por esa casa madrileña regala sorpresas a cada paso, y a cada paso, también, se cruza uno con alguno de los cinco gatos que comparten techo con los Sabina: Margarito, Demonion, Rojito, Margot y Elvis. El azul Francia, el rojo y el bordó son tonos que se repiten, como se repite el recurso de las paredes tapizadas por bibliotecas. Perlita sabinesca: hay 16 mil libros, según el registro que su asistente personal lleva al día en la computadora.

Hay un espacio para una mesa de billar que recuerda a los bares con estaño, una sala de estar organizada alrededor de un caballo de calesita que anduvo de gira por varios países, un estudio de grabación con todos los instrumentos que unos pueda imaginar y un cenicero con los colores argentinos. Hay espejos de todas las formas y colores y uno, especialmente, rodeado de decenas de ángeles endemoniados o demonios con alas, con mucho sello del anfitrión.

Y es el anfitrión quien abre el juego de la entrevista sobre música, amistad, política, humor y bueyes perdidos: “Niégate a brindar con agua (…) ¿Puedo fumar? Sé que a Lanata lo dejan fumar en televisión, así que no hay problema, ¿verdad?”, pregunta, ante las cámaras que registran este encuentro para Clarin.com. “Yo pongo el teléfono en modo avión para que no suene”, acota Serrat, mientras se entretiene con unos colgantes que asoman del cuello de Joaquín, que asume: “Esto es para que vean que soy un viejo que envejece sin dignidad”.

-Sin herir susceptibilidades, ¿cómo vivieron la final de la Libertadores (se jugó en Madrid y ganó River 3 a 1?

Sabina: Los dos somos de Boca como segundo club. Él es del Barcelona, y yo tengo triple militancia (es del Atlético). El modo de jugar del Barça me enamora mucho, el Barça de Messi. Será que aquí lo queremos más que allí, porque allí con la Selección pasa lo que pasa... Es el mejor jugador que he visto. Y yo he visto a Maradona, y soy amigo de Maradona y no soy amigo de Messi..

Serrat: No son comparables, no es comparable el tiempo de uno y de otro (…) Maradona es una leyenda y una realidad personal y humana no siempre ejemplar, que ha tenido sus altos y sus bajos…

Sabina: Quiero corregir una cosa. Él acaba de decir 'las luces y las sombras', y a mí las sombras de Diego también me gustan.

Serrat: A ti te han gustado demasiado las sombras de Diego.

Retomando aquel partido del 9 de diciembre del 2018, en el Bernabéu, el dueño de casa confiesa que “lo vi por tele, no fui al estadio porque hice una canción sobre Boca y a la gente de River no le gustó nada. Y uno de mis lemas es que ser un cobarde es un ejemplo para los niños. No fui. Lo bueno es que fue una fiesta del fútbol… y un desastre que ganara River”.

Serrat: Fue raro y triste que una final de América se jugara en Europa. Es que al fútbol en la Argentina no lo entiendo: eso de que las hinchadas visitantes no puedan ir a la cancha... Los partidos se juegan con monohinchada. Es de una tristeza enorme. Que esto llegue a que un torneo que tenía que celebrar la máxima fiesta continental termine jugándose fuera del lugar de los dos equipos finalistas, porque se hace imposible hacerlo, lo hace más lamentable todavía. Realmente yo no lo vi.

Sabina: Es un hombre de principios.

Serrat: Y si no les gustan éstos, tengo otros.

El tono relajado, pintoresco, de humor picante y acotaciones cortitas y al pie invita a sugerir que incluyan en las promociones de esta tercera cumbre de artistas, titulada No hay dos sin tres, el relato de Mariano Closs con eso de “y va el tercero, va el tercero...”. El Nano promete que lo tendrá en cuenta. Y ahí nomás se empieza a correr el velo de los motivos del reencuentro.

Sabina: Cuando acabó el primero dijimos que no haríamos un segundo, cuando acabó el segundo dijimos que no haríamos un tercero, pero, ¿te acuerdas de la fiesta, de ese grado de comunión tan grande con la gente? Se iban tres o cuatro generaciones, que no fueron exactamente a ver un concierto, sino a hacer una especie de fiesta intergeneracional, se sabían las canciones, algunos se habían enamorado con ellas... Y nosotros la pasábamos muy bien. Y luego tenemos la enorme suerte de que nuestras mujeres, en lugar de ser unas víboras y odiarse, se quieren muchísimo. Viajar con ellas es un placer.

Serrat: También piensa que se llevan muy bien al punto de que, cuando salimos, nos abandonan inmediatamente y se dedican a sus conversaciones, a sus asuntos, a sus búsquedas, a reírse de nosotros. Pero nos permiten poder hacer esta gira en armonía, que, si no, sería horroroso.

Sabina: Lo que queremos reproducir ahora es un canto a la alegría, a la amistad, a la generosidad, a no tomarnos en serio a nosotros mismos, incluso a hacernos bromas crueles.

Serrat: En el tiempo que pasó desde la última vez hasta ahora hemos envejecido bastante y nos hemos vuelto muy cascarrabias y eso nos da una cantidad enorme de posibilidades maravillosas...

-¿Cuál de los dos es un poquito más ácido al momento de las bromas?

Sabina: Éramos los dos...

Serrat: Yo soy muy ingenuo.

Sabina: Si yo le decía una cabronada, éste se pensaba para el día siguiente una peor...

-Lo peor es que sabe pensar.

Sabina: Sabe hacer dos cosas a la vez, cantar y pensar.

Serrat: Lo llevo yo entre algodones, para que no se me rompa, vamos.

-¿Cómo surgió la semilla de este proyecto?

Sabina: Esto, para mí, era una especie de sueño irrealizable. Cuando cantaba en los bares, en la calle, en el metro, en Londres, con veintipoquísimos años, cantaba canciones de Serrat. Y Serrat era siempre el más grande, el maestro de todos. Subirnos al escenario de igual a igual, tantos años después, para mí fue un goce increíble.

-¿Recordás cuál fue la primera canción de Serrat que cantaste?

Serrat: Procura que sea mía.

Sabina: Creo que empecé y me sabía el disco Mediterráneo entero.

-¿Y vos, una de Joaquín?

Serrat: Parte de que hayamos decidido juntarnos a hacer unas actuaciones que han sido mucho más sorprendentes, divertidas y brillantes de lo que podíamos imaginar, es que tenemos una relación de muchos años. Me acuerdo de que Joaquín venía a menudo cuando grababa, y me enseñaba las canciones y yo opinaba 'Esto está mejor, ésta está muy buena, ésta sobre todo sácala si puedes'. Y esto te lo puede decir él, siempre me he equivocado. Suerte que nunca me ha hecho caso. Joaquín Sabina ha llegado a la cúspide de su fama gracias a no hacerme ni puto caso.

Sabina: Me dijo que no sacara en el disco Y nos dieron las diez.

-¿Eso es cierto?

Serrat: Que se le rompa una pierna a él si no es cierto. Y, vamos, él es un hombre muy liviano, que sabe que el 90 por ciento del cuerpo es agua... En su caso el 90 por ciento de su masa corporal está formado por mentiras.

Sabina: Las canciones son mentiras, son hermosas mentiras que sirven para corregir la verdad atroz de la vida.

-Eso es hermoso.

Serrat: ¿Lo puedes repetir?

Sabina: No me va a salir tan bien.

Sabina piensa y repite, Serrat anota en su cuaderno de mano, una suerte de tesoro de palabras que lleva encima. Reflexivo y hondo, no debe haber mejor regalo para el catalán que un puñado de palabras preciosas, para que convivan, hojas más hojas menos, con la belleza de las suyas.

-Volviendo al día en el que surgió la idea del “dale, vamos, hagámoslo...”.

Sabina: Yo me acuerdo muy bien. Estaba aterrorizado. Lo sigo teniendo, pero entonces tenía como un exceso de respeto por él, para mí era como una mezcla de Gardel, Maradona y Evita. Nunca he sido un tipo muy seguro de mí mismo, pero luego él lo hizo fácil desde el primer momento. Yo no sé mandar y él está muy dotado para mandar. Y en la primera gira seguí ordenes y salió bien.

Serrat: Juega el papel del bohemio, del que se deja llevar, que todo es casual, que el romanticismo... Mientras la leyenda le sea rentable, allá él.

Sabina: Mira, cuando yo no era nada, una vez fui a Menorca, que es donde él pasa los veranos cuando puede, y fue con su mujer a esperarme al aeropuerto. Como decimos aquí, se me cayeron las bragas de emoción.

-¿Recordás de cuándo es esa postal?

Sabina: Hará 30 años.

Serrat: En Menorca se acuerdan bien, porque hubo que recogerlas.

Las risas abrigan esta charla imperdible con dos artistas inmensos que no sacan a relucir sus egos. Ahora son dos amigos que juegan a tirar paredes, que casi siempre terminan en gol. Y hay aroma a goleada.

-Tratemos de ver si podemos llegar al momento en el que dijeron “Vamos para adelante con esto...

Serrat: No sé exactamente cuándo fue, pero sé que era de noche. Sé que habíamos bebido mucho. Y sé que al día siguiente nos arrepentimos.

-¿De haber bebido?

Sabina: De haber bebido y de haber dicho de hacer la gira juntos. A lo mejor os parece que es mucha risa, que mucha fraternidad y eso, pero es el motivo por el que nos juntamos. No tenemos edad para subirnos al escenario con un tipo que nos caiga medio mal.

Serrat: No tenemos quién nos mande. Podemos equivocarnos a nuestro antojo. Somos capaces de soportar las consecuencias a las que nos lleven nuestros errores. Lo que hacemos con estos reencuentros es no perder esta unión con la gente, eso que nos divierte y hace que ellos existan y nosotros existamos, mientras la vida sea suficientemente generosa para regalarnos esto.

La frase de Joan Manuel amerita anotación en un cuaderno ajeno, pero Sabina opta por memorizarla y poner cara de “mirá vos el Nano”. La ruta de la entrevista silencia el GPS tradicional para perderse y encontrarse por otros caminos, sin olvidar el destino. Lo que se impone es el paseo, que ahora hace escala en la Argentina. “La otra vez, frente a un hotel en el que me hospedaba allá, pusieron una pancarta enorme que decía 'Flaco, vos sos argentino'. Es una de las cosas más hermosas que me han dicho en mi vida”, comparte el hombre nacido en Úbeda hace 70 años, quien asegura que “lo pasamos mal cuando Argentina pasa uno de los momentos cíclicos en los que parece que todo se va por los aires y nos preocupamos como cualquier argentino”. Y cuenta que “cuando abrí el periódico y leí 'Cristina vicepresidenta' empecé a pensar, tratando de meterme en su cabeza, ¿cuál es la jugada?”.

Con respecto al anuncio de CFK de su flamante fórmula con Alberto Fernández en calidad de candidato a presidente, Serrat dice que “me sorprendió dentro de lo que puede sorprenderme cualquier tipo de manifestaciones o pactos entre políticos. La dupla Fernández/Fernánndez va a seguir sorprendiéndonos, seguramente, por la incorporación de muchos otros miembros que están alejados. Venimos de un tiempo cercano de descalificaciones, de dudas de unos acerca de otros, de reñirse unos a los otros. A veces, adentro de los mismos actores del juego. A mí, todo lo que sea para que Argentina trate de superar esta línea oscura que ha venido dividiendo a los argentinos...

Sabina: La grieta, que le llamáis...

Serrat: Decía, todo lo que conduzca, no necesariamente a unirla, sino a reconocerla, para reconocerse los unos a los otros como seres capaces de tener un punto de vista, será bueno.

Se habla del peronismo, de Cataluña, se vuelve a la música, se hace un parada emotiva a modo de tributo para recordar el humor del gran Jorge Guinzburg, amigo de los dos, “maestro” para los dos, y se llega a una baldosa teñida de sepia, que los enciende.

-¿Se reconocen en esos nenes que fueron?

Serrat: Yo sí. Mi niñez ha generado en mí los mejores materiales para ser lo que soy. Probablemente porque he tenido una base familiar maravillosa, que me enseñó el abecedario de los comportamientos en la vida, tuve un mundo de barrio en el que criarme, que completó este aprendizaje, y tuve también unos maestros increíbles en la escuela. Tuve los tres pilares perfectamente asentados. Gracias a ellos no me he caído más, a pesar de mis muchas torpezas.

-¿Eras un niño obediente?

Serrat: Era alguien que sabía cuáles eran mis obligaciones, en las que era obediente, y qué cosas no tenían la más mínima importancia y respondían a las preocupaciones y los nervios de mi madre, que tenía muchos.

Sabina: Me llevó un día a comer paella con su madre... era una cosa litúrgica. Era maravillosa la señora.

-¿Y como era el Joaquín niño?

Sabina: No existe una sola canción sobre mi infancia. Tengo varias que empiezan con que lo primero que quise fue marcharme bien lejos. Era un pueblo muy nacional y católico, muy franquista, lleno de curas y de militares y lo único que yo quería era huir. Y lo hice. Y lo hice pronto y lo hice bien. Pero, en el caso de Serrat, es que él fue el mejor y con un éxito mayoritario a los 20 años. Yo con 35.

Serrat: Siempre ha sido mucho más mayor que yo.

Sabina: Bueno, yo sólo he sido precoz para la eyaculación. Para todo lo demás siempre llego tarde. Quiero decir que son experiencias muy distintas. A veces le digo a él que se perdió tocar en los bares, en la calle, en el metro... Él no lo acepta, porque, claro, ser Dios, cómo lo vas a…

Serrat: Perdona, ¿puedo interrumpir? Yo he tocado en los bares, en la calle y en el metro, pero siempre cobrando.

Sabina: Pero hay una cosa muy distinta. Él ha cumplido su sueño, porque de muy joven ha querido cantar. Yo jamás pensé que iba a dedicarme a esto, y con un cierto éxito, y a vivir bien. Fue absoluta casualidad. Fue estar en Londres exiliado, empezar a lavar platos, y ver que era mucho más divertido cantar en un restaurante y, además, se tenía más acceso a las chicas que fregando platos. Y eso era muy importante. Ahora canto sus canciones con él delante. Y, lo más genial, él canta las mías.

-¿Cuál de las que hace te conmueve más?

Sabina: Tiene una versión de La Magdalena (Una canción para la Magdalena) que es maravillosa.

-¿Y de las que hace Joaquín?

El Nano piensa y elige hablar más de las creaciones ajenas que de las propias.

Serrat: Le tengo una extraordinario envidia a muchas de las canciones suyas. Me hubiera gustado haber podido tener el talento para escribirlas.

Confesión de Joan Manuel Serrat, uno de los dioses de Sabina, al que curiosamente le gusta ufanarse de su coqueteo con el infierno. Ni ángeles ni demonios. Dos monstruos, asociados en la admiración mutua, que saben jugar seriamente con las palabras. Verlos jugar en la intimidad fue un privilegio.

martes, mayo 28, 2019

Sabina y Serrat, juntos con Infobae: "Nos gustaría que las elecciones sirvieran para cerrar esa grieta que tanto daño le hace a la Argentina"


Sabina y Serrat, juntos con Infobae: "Nos gustaría que las elecciones sirvieran para cerrar esa grieta que tanto daño le hace a la Argentina"

Los artistas hablaron de su nuevo espectáculo, sus vidas, su salud, las redes sociales y la situación política de Argentina en un encuentro reflexivo en Madrid

Por Camila Hadad 28 de mayo de 2019
chadad@infobae.com

Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina en diálogo con Infobae


Son dos leyendas de la música. Sus canciones marcaron la vida de varias generaciones y nuevamente están trabajando juntos en un espectáculo que los traerá a la Argentina, excusa para una charla entrañable con Infobae.

Joaquín Sabina fue el anfitrión en su casa de Madrid, ubicada en la plaza Tirso de Molina, en el edificio de la Calle de Relatores. Es una casa de cuatro pisos, hay una biblioteca enorme y muchos cuadros… Se respira tabaco y alcohol.

Cuenta que sale poco a la calle, casi nada, salvo para comprar comida o visitar a su médico. No tiene redes sociales, celular, ni computadora. Tampoco maneja. Dedica sus horas a leer y escribir canciones. Se engancha con maratones de series policiales en la TV. O simplemente pasa el tiempo con sus seis gatos. Hace 40 años que fuma tres atados de tabaco por día; el whisky y el tequila son sus mejores amigos, siempre lo acompañan.

Su amigo, Joan Manuel Serrat, es considerado el poeta de las grandes cosas. Luego de ganarle a varias enfermedades luce impecable, más lúcido que nunca y de muy buen humor. No se queja cuando fuman al lado de él pese a haber superado un cáncer de pulmón. La clave de estos años ha sido su fortaleza mental.

A siete años de su último espectáculo juntos, Dos pájaros contraatacan, la dupla de cantautores españoles volverá a presentarse del 2 al 8 de noviembre en Buenos Aires. La gira sudamericana también incluirá a Montevideo y Santiago de Chile.


— ¿Como ven la Argentina hoy?
JS — Mira, yo estos días estoy leyendo lo mismo que muchísimos argentinos, el libro que una argentina amiga me ha traído, el de Cristina. No te voy a dar una opinión política porque no puedo, ni debo, ni quiero. Sí te diré que nos preocupa Argentina tanto como nos preocupa Cataluña, España o Madrid porque nos sentimos muy cerca de esa gente con la que hemos vivido cosas imborrables. Y otra vez está pasando ese ciclo de siempre que es que después de un gobierno no peronista se cae todo, ¿no? Yo no sé por qué sucede ni tengo las claves. Sí te diré que estamos preocupados como tú o como cualquier argentino.

JMS — A mí me gustaría que estas elecciones, que son siempre un momento en el que la gente tiene la posibilidad de expresarse claramente y de una manera amplia y democrática, sirvieran para cerrar un poco esta brecha.

JS — Quitar la grieta.

JMS — Cerrarla un poquito más sabes. Porque esto ya de un día a otro no va a ocurrir. Que no hubiera enemigos sino adversarios, que no es lo mismo. Que estas elecciones sirvieran para eso, para cerrar un poquito la brecha esta tremenda que se ha abierto estos años. Esto que hace, que ha hecho mucho daño en la Argentina, mucho daño, un daño tremendo a la Argentina familiar, a la Argentina social, a la Argentina de la calle, que ha separado familias, que separa amigos, que desune familias. Y que los que se encuentran razones para despreciar siempre al diferente, al que piensa distinto a ti, al que… 
Seguro que ha habido gente en esto que tiene mucha responsabilidad, gente malintencionada que lo ha fomentado y que sigue fomentándolo. Pero también hay gente bienintencionada, gente que estoy seguro de que está por entender bastante, que debe entender que no siempre el que piense diferente a ti es tu enemigo. Que no es que piense distinto a ti y no lleve razón. Que no es que porque piense diferente a ti va directamente contra ti. Esto no es así. Entonces que solamente es otro que piensa distinto a ti y una sociedad libre se basa en una sociedad plural. En eso se basan las sociedades libres. Incluso Argentina tiene ejemplos de que los políticos son capaces de entenderse siendo ideológicamente muy distintos pero perteneciendo al mismo grupo electoral. 

JS — No es verdad que cualquier tiempo pasado fue mejor, como mucha gente tiene en Argentina una añoranza de un pasado que yo no estoy seguro de que fuera tan hermoso como ellos lo piensan. No olvides que en Europa en el siglo XX hubo dos guerras mundiales atroces. Hace 60 años que no sucede ¿no? Algo es algo. 
Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat en Madrid


— Joan, usted hace mucho se definió como un hombre de izquierda, ¿qué es ser un hombre de izquierda?

JMS — Bueno, yo diría que todas las definiciones de este tipo necesitan tiempo y necesitan aclarar confusiones que pueden producirse. Pero fundamentalmente yo diría que una persona de izquierdas podríamos decir que, o un partido de izquierdas o un grupo social de izquierdas, podría ser una persona preocupada, preocupada por la igualdad, preocupada por la fraternidad… preocupada por la libertad. Respetuosa de los valores ajenos y en la posición de la libertad, de defender a los suyos de la manera que sea siempre y cuando no choquen directamente contra los mismos que pueda plantear. Esto y muchas cosas más; yo diría pensar en los demás. Los cristianos podrían decir amar al prójimo como a ti mismo. Tendría usted muchas definiciones de lo que es ser un hombre de izquierdas.


— Joaquín, ¿le gustó el libro de Cristina Kirchner?

JS — Mira, me han dicho, y lo creo tal como es ella, que nadie ha puesto una coma, que lo ha escrito ella, porque escribe como habla. El libro está bien escrito y si tiene una virtud es que no rehuye los temas más difíciles. Es decir, las acusaciones de enriquecimiento ilícito, habla de todo eso y se defiende a su manera. Yo no voy a opinar políticamente porque creo que en la grieta también los peronistas y el kirchnerismo tienen su parte de culpa, ¿no? Pero bueno, la defensa de los derechos humanos, todo lo que pasó con la ESMA, con las Madres y las Abuelas, todo eso es algo en el haber, ¿no? Es un libro más interesante que la mayoría de los libros que escriben los presidentes o ex presidentes porque no rehuye ningún tema. Y hasta aquí puedo contar.


— ¿Qué hace que se sigan eligiendo después de tanto tiempo?

JS — Al final de la primera gira, los dos pensábamos que eso había sido una cosa muy feliz y muy disfrutable, pero que no iba a volver a suceder. Después, a los cinco años, nos entraron unas ganas irrefrenables de que volviera a suceder. Y ahora yo sí creía que ya no iba a volver a suceder y de pronto empezó a haber en el ambiente un runrún, empezó uno a recordar las risas, las copas compartidas, la comida, esa comunión con tres generaciones que venían. Que no eran exactamente unos conciertos, sino una especie de fiesta generacional que reivindicaba la amistad, el buen talante. Todo lo contrario a las grietas, ¿no? Y bueno, fue madurando y aquí estamos. En ningún momento éste me dijo vámonos otra vez de gira ni yo a él, pero nos vamos (risas).

— ¿Que admiran el uno del otro?

JS — Mira, lo bonito ahora después de los años, porque lo mío con él era admiración pura, es decir, cuando yo tocaba en la calle, en el metro, en restaurantes, yo cantaba canciones de Serrat. No había otro con el que yo pudiera compartir ese modo de hacer canciones que yo creo que en España es un oficio que inventó él, ese oficio de cantautor, ¿no? Y claro, pasar de eso a ser compadres, a ser cuates, a mirarnos de igual a igual. Yo no lo miro a él de igual a igual, pero vos sabéis cómo yo agradezco que él sí me mire a mí de igual a igual levantado hasta su estatura, eso es muy emocionante.


JMS — De mi parte es distinto porque yo nunca… Bueno, yo he tocado también en el metro y toqué también en bares. En el metro, en bares y he tocado también en la calle. Siempre cobrando (risas). Él vivía de la caridad humana. Entonces yo sí, me hubiera gustado siempre escribir canciones como las que escribe Joaquín. Siempre y cuando se las hubiera podido robar.


— ¿Desearon la vida que llevan?

JS — No recuerdo un solo segundo en mi vida en que imaginara o soñara o deseara la vida que he llevado y el oficio que he llevado. Mi sueño cuando estaba en la universidad era ser un honrado profesor de literatura en un instituto de ponencias y los fines de semana escribir libros muy cortazarianos de mucho peso, pero que no leyera nadie porque si no… Lo que ocurre es que me exilié con el franquismo y en Londres, en lugar de fregar platos o hacer los trabajos que hacían los exiliados, pronto vi que había gente que cantaba en los bares y en los restaurantes y que lo hacían aunque parezca increíble pero que yo (risas). Entonces ahí empecé a cantar no mis canciones, eran canciones de Serrat, de Bob Dylan, de José Alfredo Jiménez, de Atahualpa Yupanqui. Y mis canciones las empiezo a escribir con los 30 cumplidos. Volví a España y el único modo que yo tenía de ganar un dinero para comer pues era lo que venía haciendo en Londres. Y entonces ya como era un poquito mayor y vi que en España, quitando a Serrat y a muy poquitos más, las letras de las canciones parecían declaraciones de futbolistas después de un partido, pensé que eso había que dignificarlo de algún modo. Y ya ahí fue viniendo sola la profesión. Hasta hoy miro para atrás y no me lo creo. Jamás he pensado en mí como una estrella. Y casi tampoco como un artista. Yo prefiero un artesano de las palabras y de las notas. La estrella es éste.


— Y me imagino que hay mucha lectura detrás para poder componer semejantes letras…

JMS — Sí, yo le aseguro que en su caso, en su caso que yo soy testigo, él vive pegado a una lectura. Él ama los libros, los ama realmente con pasión, como un niño amaría una bicicleta. Y se monta en ellos y se va por los pasillos. Siempre lo verá, cuando lo vea en alguna ocasión en un hall, en un aeropuerto, lo verá con un libro. Cuando lo vea en una iglesia, lo verá con un libro. Cuando lo vea en un bar de señoras que fuman, lo verá con un libro.

JS — Es mi clave, mi clave para ser feliz. Yo cuando hay esas campañas en televisión o institucionales para promover la lectura nunca veo que digan "Con un libro nunca estarás solo". Es decir, con un libro vives otras vidas y tienes una conversación con el libro. Y si los aviones no llegan y hay que estar dos días esperando en el aeropuerto mis músicos están desesperados y yo si tengo un buen libro gordo estoy feliz, me da igual el aeropuerto o lo que sea. Éste es un gran lector, eh.


viernes, mayo 24, 2019

Entre la disciplina de Joan Manuel Serrat y la anarquía de Joaquín Sabina


Entre la disciplina de Joan Manuel Serrat y la anarquía de Joaquín Sabina

Serrat y Sabina, juntos en Madrid Crédito: Fernando Masselli

24 de mayo de 2019

MADRID.- La cita es en la casa de Joaquín Sabina , un mediodía, en la plaza Tirso de Molina. Podría ser apenas el lugar, unas coordenadas para el encuentro, pero, a veces, este maestro de la retórica se vuelve literal. Recibir a alguien en su hogar, no solo es una referencia, la intersección entre X e Y. Sabina es el anfitrión de Joan Manuel Serrat y de una desconocida. Da la bienvenida con los modales, con la sonrisa, con el interés por el otro, con sus reflexiones, con la inteligencia. Y Serrat, lejos del Mediterráneo, se integra con armonía al ritmo de esa casa que huele a libros, a tabaco, a tequila y a risas.-Cantabas las canciones de Serrat en el metro de Londres...

Sabina: -¡Y en los bares! Imagina: pasar de cantar sus canciones en los bares a hacerlo junto a él en los escenarios. Eso es para mí una emoción fantástica. Y es también muy duro armar listas. Duele mucho dejar algunas canciones sin tocar. Es muy doloroso porque son repertorios enormes.

-¿Cuánto hay de mito en la disciplina de Serrat y en la anarquía de Sabina?

Serrat: -No es un mito, pero tampoco una verdad absoluta. Cada uno tiene una disciplina muy dirigida a asuntos prioritarios.

Sabina: -Tengo disciplina en obedecerlo.

La nostalgia, el tango, el paso del tiempo, la Argentina, España, la amistad, la literatura y los egos son algunos temas que pueblan la conversación de LA NACION con estos dos representantes del buen gusto que se presentarán juntos nuevamente en un escenario argentino.

Siete años después de su última presentación en Buenos Aires, y doce de su primer desembarco, los trovadores del buen gusto regresan para realizar cuatro funciones en noviembre en el BA Arena (Humboldt 486)."No hay dos sin tres" es el lema, la bandera y el espíritu de esta vuelta de los embajadores de la canción popular hispanoamericana, ubicados a años luz de los influencers, del star system, de la comunicación mediatizada por asistentes, del Olimpo de los divos, y del "no quiero hablar de esto".

Sabina alardea solo con dos virtudes: la presencia de Serrat en su living, y la colección de libros antiguos de esa biblioteca disfrazada de casa. LA NACION anticipa el encuentro con Serrat y Sabina/Sabina y Serrat, más que una entrevista, una conversación, lejos del corset y las vallas informativas de la pregunta-respuesta.

-Faltan cinco meses para los conciertos, ¿tienen ya planeado el repertorio?

Joan Manuel Serrat: -El repertorio no está definido. Estos encuentros que hacemos cada lustro y medio tienen la gran intención de hacer un espectáculo de acercamiento total al público, en función de hacer lo que la gente espera de nosotros. No se trata de que planteemos una sorpresa. Ni siquiera la última vez que cantamos canciones de un disco nuevo que habíamos hecho a cuatro manos Joaquín y yo, habíamos hecho un planteo. Lo que va a venir, pues no sabemos.

Joaquín Sabina: -Más que un concierto de música o del lucimiento del artista, nosotros lo planteamos como una celebración común con gente de varias generaciones, con aquellas canciones que han tenido que ver en su vida y que nosotros amamos. Luego, como canto canciones de él, y él, de mí, están los gustos personales.

Joan Manuel Serrat & Joaquín Sabina: mano a mano con los otros reyes de España



Joan Manuel Serrat & Joaquín Sabina: mano a mano con los otros reyes de España

La casa de Sabina, en Madrid, fue el escenario elegido por ellos para charlar con Clarín sobre el fútbol, la política, la infancia, la amistad, la vida entera y la tercera gira que harán juntos, y que los tendrá en noviembre en la Argentina. Aquí, un anticipo de lo que será la entrevista completa

24/05/2019 - 11:34

Apenas se traspasa el umbral, la casa de Joaquín Sabina huele a libros y a alegría. No es de ese tipo de espacios que los artistas convierten en santuarios, sostenidos por el ego y el qué dirán. Aquí se respira un hogar que se vive, no uno que se muestra. Y en uno de los tres pisos –uno dominado por un estudio de grabación, otro por su pasión por la pintura y el otro para vivir en familia- se luce como un gran anfitrión para que la visita de lujo se sienta como en casa. Ahí se lo ve a Joan Manuel Serrat, relajado, reflexivo, siempre con su don de la palabra.

A poco de iniciar la tercera gira que los tendrá juntos sobre un escenario –llegarán a la Argentina a principios de noviembre, para presentarse en el BA Arena-, se entregan a un mano a mano con Clarín. La entrevista completa se publicará en unos días. Pero la cumbre de dos artistas inmensos, en un clima de genuina armonía, amerita una dosis de ataque. Con pinceladas de una intimidad exquisita.

En pleno centro de Madrid, la charla transcurre en el cuarto piso de este coqueto edificio de la Calle de Relatores. Vaya nombre para ubicar el sitio en el que los que hablan saben de contar, de relatar emociones, glorias, penas y desamores. Saben de muchas cosas, pero le escapan al pedestal. Están sentados como quien se acoda en la mesa de un bar.

Copa de agua para Serrat, cerveza para Sabina, que, luego de pedir permiso para fumar, invita a una ronda de “caña con espuma”. El Nano le pregunta por el colgante que Joaquín lleva al cuello: “Esto es para que vean que soy un viejo que envejece sin dignidad”.

Se festejan las bromas, aunque el catalán diga que “sus chistes son un poco malos”. Pero Sabina sigue, tiene guardado un hilván de ocurrencias que casi siempre desemboca en carcajada en el ambiente.

Se habló de política, de canciones, de fútbol, de la amistad y de la vida. Y como su tercer proyecto se titula “No hay dos sin tres” –ya se juntaron en 2007 y 2012-, sobrevuela sugerencia de que las promociones lleven como cortina musical de fondo el audio de Mariano Closs con aquello de “Y va el tercero, va el tercero…”, de cuando River ganó la final de la Libertadores en Madrid.


En otro de los rincones de su mágica casa madrileña, un billar con paño rojo toma la escena. De fondo, algunos de sus célebres sombreros.

“Los dos somos de Boca como segundo club. Él es del Barcelona y yo tengo triple militancia (en la cima, el Atlético), porque el modo de jugar del Barcelona me enamora mucho. El Barcelona de Messi. Aquí lo queremos mucho, más allá de lo que hace en la Selección. Es el mejor jugador que he visto. Y yo he visto a Maradona y he sido amigo de Maradona”, tira el dueño de casa.

-Serrat: No son comparables (…) Maradona es una leyenda y una realidad, con sus altos y sus bajos…

-Sabina: Quiero corregir una cosa. Acaba de decir algo así como “las luces y las sombras”. Y a mí las sombras de Diego también me gustan.

-Serrat: A ti te han gustado demasiado las sombras de Diego.

Sobre aquel 9 de diciembre del 2018, en el que River ganó 3 a 1, Sabina confiesa que “fue muy raro. Lo vi por tele, no fui al estadio porque hice una canción sobre Boca, y a la gente de River no le gustó nada. Y uno de mis lemas es que ser un cobarde es un ejemplo para los niños. No fui. Lo bueno es que fue una fiesta del fútbol… y un desastre que ganara River”.

Serrat: Fue raro y triste que una final de América se jugara en Europa. Es que al fútbol de la Argentina no lo entiendo: eso de que las hinchadas visitantes no puedan ir a la cancha... Los partidos se juegan con monohinchada. Eso es de una tristeza enorme. Que esto llegue a que un torneo que tenía que celebrar la máxima fiesta continental termine jugándose fuera del lugar de los dos equipos finalistas, porque se hace imposible hacerlo, lo hace más lamentable todavía. Realmente yo no lo vi.

-Sabina: Él es un hombre de principios.

-Serrat: Y si no les gustan esto, tengo otros.

Con acotaciones cruzadas, diálogos ricos en humor y poesía y la cuota de simpática exageración a la hora de marcar las diferencias, la entrevista tomó buena parte del mediodía de este jueves 23 de mayo, con el disparador del show en el que uno interpretará clásicos del otro. Y también cantarán juntos.

-¿Te acordás cuál fue la primera de Serrat que cantaste en tu vida?

-Serrat: Procura que sea mía.

-Sabina: Me sabía el disco Mediterráneo entero.

Unos minutos después llega una infidencia maravillosa: “Hace muchos años nos juntábamos y él me enseñaba las canciones que iba a grabar y yo opinaba. ‘Esto está mejor, ésta está muy buena, ésta sobre todo sácala si puedes. Y esto te lo puede decir él, siempre me he equivocado. Suerte que nunca me ha hecho caso. Joaquín Sabina ha llegado a la cúspide de su fama gracias a no hacerme ni puto caso".

-Sabina: Me dijo que no sacara en el disco Y nos dieron las diez.

-¿Eso es cierto?

-Serrat: Que se le rompa una pierna a él si no es cierto.

Sin pausa, en un clima que saben construir con perlitas que se agradecen, Joaquín dice que “Las canciones son mentiras, son hermosas mentiras que sirven para corregir la verdad atroz de la vida”.

-Serrat: ¿Lo puedes repetir?

Mientras lo repite, el catalán toma un cuaderno y lo anota.

-Hermoso. ¿Ese pensamiento es tuyo?

-Sabina: Qué sé yo.

-Serrat: A partir de ahora ya no.

De éstas hubo muchas. Escenas imperdibles de un encuentro con dos tipos enormes. Sigue en la próxima. Salud.

WD

domingo, mayo 19, 2019

La Banda del Canal llega a Huesca

La Banda del Canal llega a Huesca

Este domingo con una jornada gastro-musical

CRISTINA PÉREZ 
Domingo, 19 Mayo 2019

Serrat acompañó en la grabación a la banda zaragozana

Este domingo la zaragozana Banda del Canal va a llevar a cabo en Huesca una jornada gastro-musical que comenzará a las 13,30h con un aperitivo musical en la terraza del Lillas y finalizará en el Juan Sebastián Bar a las 17h con un café concierto.

Con este encuentro, la banda, quiere hacer partícipes a los oscenses del éxito de la grabación del documental "Una noche en Zaragoza" que presentaban en el mes de abril , grabación realizada conjuntamente con Joan Manuel Serrat . Además esta agrupación recibía el 8 de mayo el Premio Aragoneses del Año en la modalidad de Cultura

El documental se presentaba en el Cine Palafox de Zaragoza, el pasado 15 de abril, ante más de 900 personas. 

La banda agitadora de torrero

Bajo la dirección de José Luis García , el documental busca plasmar la historia de Zaragoza a través de una banda que cumple 40 años, nacida en el barrio de torrero y que agitó con su música los años de la transición. Ellos ayudaron a que las fiestas del Pilar salieran más a la calle y fueran más populares. El aniversario lo han celebrado con un libro-disco y el documental en el que ha participado Serrat. El cantante aseguraba sentirse muy cómodo en este experimento porque, representa, la misma forma libre y feliz de entender la música y compartirla con la vida que tiene él mismo. El título "La noche en Zargoza" está tomado de un tango alemán de los años 30 con ese mismo nombre y esa es la canción que interpreta Serrat en la cinta.

viernes, mayo 10, 2019

Cantarán en el BA Arena La nueva visita de Serrat y Sabina a Buenos Aires ya tiene fecha y escenario


Cantarán en el BA Arena
La nueva visita de Serrat y Sabina a Buenos Aires ya tiene fecha y escenario

El espectáculo No hay dos sin tres tendrá, por ahora, cuatro presentaciones, en noviembre de este año.

10/05/2019 - 16:00

Finalmente, parece que es muy cierto eso de que no hay dos sin tres. Al menos en el caso de Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina, que en noviembre estarán nuevamente en Buenos Aires, para presentarse los días 2, 3, 7 y 8 de noviembre en el BA Arena. 

El viaje musical compartido del cantautor y poeta catalán y su par nacido en Úbeda, a unos 300 kilómetros al sur de Madrid, comenzó hace ya 12 años, cuando unieron sus voces y sus canciones para darle nacimiento a Dos pájaros de un tiro, una gira de 72 conciertos que finalizó en el Luna Park, y que quedó testimoniada en formato de CD + DVD.

Por lo visto, los muchachos la pasaron bastante bien. A tal punto que, poco después de terminado el tour, entraron al estudio a grabar el álbum La orquesta del Titanic, donde registraron títulos como Después de los despueses, Idiotas, palizas y calientabraguetas y Hoy por ti, mañana por mí.

El proyecto volvió a dejar un buen sabor en los artistas, y en 2012 decidieron repetir la experiencia girar juntos, esta vez con el show Dos pájaros contraatacan. Por supuesto, una vez más la Argentina fue escenario del aterrizaje del dúo, acompañado por su superbanda, y la marca porteña quedó impresa en el legado discográfico de la recorrida, el combo Serrat & Sabina en el Luna Park.

El tiempo pasó, cada uno a su turno regresó a nuestro país para renovar una y otra vez su romance con el público local, mientras de a poco se cocinaba una nueva posibilidad de salir en yunta. Hasta que lo que seguramente muchos esperaban, volverá a ocurrir.

Ahora, con 75 años encima Serrat y 70 Sabina, "los pájaros" vuelven a salir a la ruta a bordo de la orquesta del Titanic, con No hay dos sin tres. Una nueva excusa para sacar a relucir una selección de canciones que ambos artistas comparten e intercambian en escena.

Sólo que esta vez la cita no será en el Luna Park, como en las anteriores ocasiones, sino que el dúo, y toda su troupe mudan su histrionismo y sus repertorios al BA Arena, el estadio emplazado en Humboldt 486. 

Las localidades están a la venta desde $2.000, a través de AccesoFan.com, y desde el 20 de mayo en puntos de venta (Uniclub - Guardia Vieja 3360 - Lun. a Sáb. 12 a 19; Groove - Av. Santa Fe 4389 - Lun. a Sáb. 8 a 20, Dom. 13 a 20; Teatro Ópera - Av. Corrientes 860 - Lun. a Sáb. 8 a 20). 

miércoles, mayo 08, 2019

40 años poniendo música a la ciudad


40 años poniendo música a la ciudad

UBICACIÓN: ZARAGOZA. creación: 1977. actividad: banda de música convertida en todo un emblema festivo de la ciudad de zaragoza y que celebra este año sus 40 años de historia

08/05/2019

La Banda del Canal tiene sus orígenes en el 11 de octubre de 1977 cuando, en colaboración con otras organizaciones juveniles, salió desde Torrero una comparsa festivo-reivindicativa con la idea de acabar con el modelo franquista de Fiestas del Pilar. Con este motivo se creó una formación musical que acompañara la manifestación hasta la plaza del Pilar. Había nacido la Banda del Canal.
Michel Zarzuela, componente de la formación, señala que la nominación al premio Aragoneses del Año la recibieron con una «mezcla de orgullo y de vértigo, orgullo que viene a validar una conmemoración especial para nosotros, cuando celebramos cuarenta años de historia de La Banda, y vértigo cuando nos vemos emparejados con un panel histórico de los valores más importantes de la cultura en Aragón».

La Banda del Canal es un elemento imprescindible en la historia de las fiestas y celebraciones de la ciudad de Zaragoza durante estos cuarenta años, estando siempre presente en los hitos más importantes, así como en las celebraciones más humildes.

Desde la formación señalan que «Zaragoza y Aragón no paran de ofrecer creadores de relevancia en el complejo territorio de las artes». Señalando además que, a pesar de la escasa población de la comunidad, la cosa cambia «cuando se habla de nuestra aportación cualitativa y de talento, siendo capaces de contribuir con los mejores en cualquier disciplina, ya sea música, danza, literatura, artes plásticas, escénicas o cinematográficas». Aunque puestos a seguir reivindicando, manteniéndose fieles a sus inicios, también señalan que «se echa en falta la existencia de proyectos o programas estables, de alcance nacional e internacional, que permitan identificar la imagen de nuestra tierra con el mundo de las artes y de la cultura».

Notables hitos de la historia de la banda han sido sin duda formar parte de la imagen del cartel de Fiestas del Pilar de 1987, realizado por José Luis Cano, o su participación en el rodaje de Las aventuras del Barón de Munchausen, donde un Terry Guilliam decidió que las notas del Paloteado de Boltaña se dejaran oír en la película rodada en Belchite. Por la Banda del Canal han pasado más de 50 músicos de gran nivel. Muchos de ellos han desarrollado su actividad profesional en propuestas musicales que han identificado la vida musical de Zaragoza y desde hace varios años la composición de la Banda se ha estabilizado en una formación clásica de dixie, en la que participan ocho miembros, contando con saxos tenor, alto y soprano, tuba, trompeta, trombón, banjo y percusión. Que convierten cada una de sus actuaciones en un momento único para los amantes de la música y sobre todo de la diversión.

MÚSICA PARA RATO

Para Zarzuela «la celebración de estos cuarenta años no ha podido dar mejor resultado. Hemos grabado con Joan Manuel Serrat La noche en Zaragoza, una auténtica loa a nuestra ciudad, y ello nos ha permitido incorporarla como colofón al documental del mismo nombre, dirigido por José Luis García Sánchez con el guion de Agustín Sánchez Vidal. Todo ello incluido en la publicación La Banda del Canal. Desde 1977». Que además se ha complementado con la nominación a los premios Aragoneses del Año en la sección de cultura.
«Hemos puesto el listón muy alto para quien continúe las próximas décadas en La Banda, pero si algo hay perenne en nuestra sociedad, esto es la música. Así que, ¡larga vida a La Banda del Canal!».