jueves, febrero 28, 2019

Así lucía Joan Manuel Serrat hace 43 años cuando se presentó por primera vez en El Salvador


Así lucía Joan Manuel Serrat hace 43 años cuando se presentó por primera vez en El Salvador

En pleno auge musical, el cantautor catalán incluyó a El Salvador en su primera gira por América. Y su visita quedó registrada en El Diario de Hoy de 1975.

Joan Manuel Serrat durante un concierto en 1975.


FEB 28, 2019

Nacido en 1943 en Barcelona, Joan Manuel Serrat comenzó sus primeros pasos en la música en los años sesenta. Si bien sus primeros temas están escritos en catalán, a finales de los años sesenta Serrat empezó a cantar en español y se convierte en un icono popular de los últimos años del franquismo, siendo portada de revistas, y protagonista de películas.



Joan es un humilde pescador en la película “La larga agonía de los peces fuera del agua” de 1970.

En esa efervescencia musical realizó su primer viaje a América, “Fue la gira del descubrimiento, del asombro: Serrat descubre América y América descubre a Serrat”, explica en su autobiografía. Desde 1969 viajó asiduamente a este continente donde empezó a echar raíces y hacer amigos. “México, Chile, Perú y sobre todo Argentina empezaban a ser para mí lugares comunes” relata.

En 1973 viajó por primera vez a Cuba y para 1975 la fama de Serrat ya crecía como la espuma en América, donde su presencia y éxito comenzó a hacerse habitual. En ese mismo año lanzó el disco “Para piel de manzana” de manera casi clandestina debido a unas declaraciones acerca del régimen franquista que lo obligaron a exiliarse en México.



Portada del disco Para piel de manzana de 1975.

Bajo ese contexto llegó a El Salvador para realizar dos presentaciones. Su arribo quedó registrado en una publicación de El Diario de Hoy del 29 de noviembre de 1975 que recuerda la llegada del discutido cantautor español procedente del Sur en un vuelo de TACA.



La llegada de Serrat al país por primera vez, fue portada en El Diario de Hoy el 29 de noviembre de 1975.

Esa misma noche ofreció un recital en la Universidad de El Salvador, en una época y un país en donde muchos de los que hoy pasan de los 40 años eran jóvenes ávidos por esa música que se generaba al otro lado del mundo cuyas letras abordaban temáticas sociales.

Al día siguiente, el cantante catalán se presentó en El Poliedro, considerado en esa epoca como la catedral de los grandes espectáculos en El Salvador. Ubicado en Colón, La Libertad, el poliedro es ahora parte de la Iglesia Elim.

20 años después, en 1995 su gira “Nadie es perfecto” llegó a Costa Rica y Panamá. Esta vez El Salvador no figuró en el calendario de presentaciones.



En enero de 1995, El Diario de Hoy publicó la nueva gira por América.

Y fue hasta febrero de 2011 que volvió a El Salvador con la gira “Hijo de la luz y de la sombra”, un homenaje hecho música a los poemas de Miguel Hernández. Con esa presentación culminó una espera de más de treinta años por ver a Serrat de nuevo.

“Tengo recuerdos cariñosos de gente querida, gente muy cercana a lo que estamos haciendo. También recuerdos muy dolorosos con relación con los jesuitas y toda la gente que sufrió en el país y murió por El Salvador” dijo en esa ocasión



Noticia sobre la gira de Serrat en Sur América.

Cuatro años después, en octubre de 2015 su gira mundial “Antología Desordenada” con la que celebró 50 años de carrera llegó a El Salvador.

Para marzo de este año, Serrat vuelve a tierras cuscatlecas con su espectáculo denominado “Mediterráneo da Capo” (expresión italiana que significa volver al principio) en la que el cantante catalán repasa su carrera con base en diez canciones del álbum lanzado en 1971, entre ellas, “Lucía”, “Aquellas pequeñas cosas”, “Pueblo blanco”, “Barquito de papel”, “La mujer que yo quiero” y el legendario “Mediterráneo”.

Esta gira es uno de los proyectos más ambiciosos del cantautor de 75 años, que continúa componiendo y continúa gustando al mundo a través de las generaciones.

https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/571882/asi-lucia-joan-manuel-serrat-hace-43-anos-cuando-se-presento-por-primera-vez-en-el-salvador/

Serrat, ‘fan’ por sorpresa en la Penya de Nueva York

martes, febrero 26, 2019

Joan Manuel Serrat: “Yo descubrí la mayor parte de las cosas en la calle”



Joan Manuel Serrat: “Yo descubrí la mayor parte de las cosas en la calle”



En esta amplia entrevista concedida en México, el cantautor hace un recorrido por temas esenciales a lo largo de su carrera y reafirma_su amor por América Latina, a menos de un mes de volver a Costa Rica, donde_presentará “Mediterráneo_Da_Capo”.


Feb 26, 2019


Las canciones de su álbum Mediterráneo, 1971, están incluidas en la gira que lo ha llevado por España e Iberoamérica y que lo traerá a Costa Rica, donde se presentará el 15 y 16 de marzo de 2019. (Foto: Latinoamericana de Producciones).

El encuentro es a la una de la tarde. Ya en el hotel, camino a la entrevista, las dudas asaltan en el ascensor. ¿Podrá ser hoy realmente un gran día? “Seguro azar”. Es inevitable pensar en el verso de Salinas, que es más camaleónico de lo que parece.

El hijo de Josep Serrat y María Ángeles Teresa está vestido de negro. Nos recibe con una sonrisa y con afabilidad. Hace ya 75 años que nació, el 27 de diciembre de 1943, en Poble Sec, un barrio obrero de Barcelona.

A sus espaldas registra una larga lista de éxitos y desde 1965 son muchas las generaciones que le aclaman y cantan sus versos entre democracias y dictaduras, en plazas, teatros y auditorios, en los que a lo largo de 54 años ha dejado su huella. Es un catalán universal y símbolo vivo de la nova canço. Un amante eterno del Barcelona, más de lo que el público sospecha. Es, también, un “latinoamericano de Barcelona”, guiño que le sirve para expresar su amor perenne por América Latina, a la que viajó por primera vez en 1969.

Ese idilio con América Latina, a la que a veces invoca simplemente como América, se evidencia cuando se refiere a ella con ese “nosotros” que le compromete, que lo involucra, que lo hace partícipe de las luces y las tragedias que se han vislumbrado a lo largo de la existencia del subcontinente.

La gira que lo ha llevado desde el 22 de abril de 2018 por buena parte de la geografía española y latinoamericana y que comenzó en Roquetas de Mar, en Almería, se denomina “Mediterráneo Da Capo”. Incluye a uno de sus discos más emblemáticos, el cual apareció en 1971 con las canciones Aquellas pequeñas cosas, La mujer que yo quiero, Pueblo blanco, Mediterráneo, Tío Alberto, Qué va a ser de ti, Lucía, Vagabundear, Barquito de papel y Vencidos. Todas las letras son de él, excepto la última, que es del poeta León Felipe.

“Da Capo” alude a un volver al principio, como un homenaje a canciones que han tocado el corazón de sus miles de seguidores en el ámbito hispanoamericano y que hoy se cantan con la misma pasión que hace 48 años.El compositor, poeta y cantante lleva más de medio siglo en los escenarios y tiene un público fiel que lo espera siempre con los brazos abiertos. (Foto: Interamericana de Producciones).

Una muestra de lo afirmado fue su presentación en la noche del 14 de febrero en el Palacio de Bellas Artes. Bastó que saliera al escenario para que el público mexicano cayera rendido a sus pies. Entre el artista y sus seguidores hay un verdadero amor incondicional.

La cita con los costarricenses será el 15 y 16 de marzo en el Teatro Melico Salazar, con funciones a cargo de Interamericana de Producciones. Antes, el 14, Serrat participará en un coloquio en la Universidad de Costa Rica (UCR), como parte de la lección inaugural 2019.

En la conversación que mantuvo con UNIVERSIDAD, Serrat recuerda y reivindica el valor de la calle como espacio en el que se desarrolló su infancia y en el que aprendió la mayor parte de las cosas que luego nutrirían su poesías y sus canciones. Poeta Cabanyes se llamaba la suya. Por eso no ha perdido ese gusto por ver pasar a las gentes e imaginarles historias, como dijo alguna vez.

De su más de medio siglo en el escenario; de sus orígenes en Poble Sec; de lo que hoy es América Latina y la migración que no cesa y de ese sentido de pertenencia a Nuestra América, como la llamó José Martí, donde le veneran; de sus principios inquebrantables; de la fragmentación de Cataluña por el fallido proceso de independencia; de Antonio Machado y los poetas que lo inspiraron para musicalizarlos y de su vuelta a nuestro país habló en la entrevista exclusiva con UNIVERSIDAD, de la que les presentamos un extracto.

Hay una canción suya que anda dando vueltas desde muchos años (1981) y que dice que hoy puede ser un gran día. ¿Siempre puede ser un gran día, don Joan Manuel Serrat?

–Es una propuesta. No, siempre nada; nunca hay nada. Yo creo que siempre podría ser. Realmente uno es uno y su circunstancia, como dijo el maestro Ortega y Gasset. Uno lo que sí que puede es enfrentar la vida con el propósito de hacer el día mejor que lo que fue el anterior. O, como mínimo, el mantener, de alguna manera, los beneficios colectivos que nos proporcionó el día. Puede ser. En uno está el poder resolver las cosas. ¿No le parece? Es decir, no hay que esperar nunca que piensen los demás por nosotros. Que actúen los demás por nosotros. Tenemos que pensar nosotros y actuar nosotros.

Un gran cronista dijo: “Tomen nota los historiadores: el autor de la segunda conquista de América es un catalán que dispara canciones. Un conquistador conquistado: estos sonidos, estos colores, vienen pero van, van pero vienen”. ¿Extraña a Eduardo Galeano, quien dijo esto de usted? (La declaración se la dio Galeano a Margarita Riviére, página 255, para el libro Serrat y su época, biografía de una generación, editorial Aguilar, 1998).

–Desconocía que Eduardo había dicho esto. Sí, lo extraño mucho. Pero bueno, a estas alturas del partido extraño a mucha gente. Lamentablemente, el tiempo es efímero y quizá estas extrañezas que sentimos nos deben ayudar a que usemos el tiempo lo mejor posible, con la conciencia de que es efímero y de que todo lo que nos rodea es circunstancial y de que todo lo que nos rodea es aproximado. Eduardo fue un extraordinario amigo, generoso, divertido, y por encima de cualquier cosa un hombre de su tiempo. Fue un hombre valiente, un hombre que enfrentó las circunstancias que la vida le puso delante y lo hizo hasta el final. Es muy difícil no echarlo de menos, tenemos una gran ventaja con él y es que a pesar de, y no quiero ser literario con esto, nos queda su obra, y su obra sigue siendo un gran referente.

Una vez le aseguró a Joan Manuel Escrihuela, uno de sus biógrafos: “Nunca he intentado ser trascendental, sino simplemente hacer canciones, y hacerlas lo mejor y más dignas posibles”. ¿Esta declaración de principios resume la esencia de lo que fue, es y será Joan Manuel Serrat?

–Sí, yo estoy en ello. Mire que la vida es una combustión y por tanto un cambio. Desgraciado de aquel que mantiene que sigue siendo el mismo que era hace cincuenta años. No se dio cuenta de que envejeció, entre otras cosas. Pero en esto que dice usted sí, porque no tengo tampoco argumentos para buscar esta trascendentalidad. Yo me dedico a escribir canciones y hacerlas lo mejor posible, y a estar de acuerdo con ellas y a aplicar en ellas todo lo que tanto personal como profesionalmente la vida ha puesto a mi alcance.

Pero le han salido muy bien, porque se siguen cantando desde hace 50 años.

–Seamos francos, uno podría hacer una limpia de sus canciones y sin muchas de ellas mi argumentario artístico seguiría siendo el mismo. Podría hacer una gran limpia.

La gira “Mediterráneo Da Capo” arrancó en Roquetas de Mar, en Almería, con las entradas agotadas el 22 de abril de 2018 y prosigue esta noche en el Palacio de Bellas Artes. ¿La música y el escenario le dan una energía especial?

–Sí, sí. Es un energizante extraordinario el poder situarte en un escenario y compartir con la gente o con las personas que voluntariamente han acudido a eso, a compartir estas canciones. Ahí hay una energía de ida y vuelta que nutre al individuo. Es realmente un estímulo extraordinario. Sin que se produjera este estímulo sería muy duro hacer un concierto de dos horas, ¿me entiende? Yo no entiendo tampoco mi oficio, el oficio de escribir y de cantar, si no existe un receptor de lo que escribo y lo que canto. No me bastaría si la cosa fuera, como diría con el debido respeto, más onanista.

Ha expresado en diferentes momentos que se siente más latinoamericano que europeísta.

–No, no. Me siento latinoamericano de Barcelona. (Risas)

En ese sentido, ¿cómo percibe nuestra América Latina actualmente?

–Siempre la he percibido con preocupación. Seguramente una preocupación como resultado del amor. Es decir, la he percibido con preocupación y con amor. Y una cosa es resultado de la otra. Creo. (Exhala, hace una pausa). Cada momento que me ha tocado vivir ha sido distinto en cuanto, evidentemente, han ocurrido cosas distintas, no por eso menos preocupantes, menos trágicas, pero al tiempo también en muchos sentidos más ilusionantes. En estos momentos, porque podríamos ir revisando épocas, recuerdo que fue a finales de los sesenta que yo hice mi primer viaje a América, para no volver nunca, para quedarme aunque sea de idas y venidas. Desde entonces, hasta ahora, han discurrido cincuenta años. Desde entonces, he visto cambiar regímenes. He visto nacer revoluciones. He visto represiones terribles. He visto asesinatos, guerras, persecuciones políticas, persecuciones raciales, incluso persecuciones religiosas. He visto, realmente, lo que en esta América ha ocurrido.

Hoy vivimos una época especialmente comprometida con algo que hemos tenido siempre. Y ya refiriéndome a la zona más concreta de lo que es Centroamérica y lo que es la migración, el problema migratorio en estos momentos no es que sea, digamos, mayor o menor. El drama de la migración lo hemos tenido siempre, pero quizá en estos momentos sea de una forma más contundente. Es decir, es muy importante que esta migración que se hace especialmente notoria en el triángulo de El Salvador, Honduras y Guatemala ha sido capaz de organizarse en un tren de la libertad, que camina a cara descubierta y mostrándole al mundo este drama que Centroamérica ha vivido desde hace muchísimos años.

Una Centroamérica que ha sido brutalmente maltratada con guerras terribles en Guatemala, El Salvador y Nicaragua ahora está caminando, tratando de encontrar un lugar donde meter la vida. Y más que una migración, yo estaría hablando de una huida, de una huida de gente, una huida de la violencia, una huida de la pobreza y una huida de la incertidumbre política que se vive en estos momentos de una forma muy notable.

Si uno ve los últimos cuarenta, cincuenta años, el rigor con que ha sido tratada esta Centroamérica, la Centroamérica más hacia el norte, exceptuando siempre a Costa Rica y de alguna manera a Panamá, aunque a Panamá le ha tocado también sufrir lo suyo, ve cuánto maltrato se ha dado en este territorio.

En ese sentido, por todo lo que se está viviendo, España debería acercarse más a América del Sur y a Centroamérica?

–España debería tener un comportamiento hacia América en general más rotundo, mucho más decidido, y que este puente histórico pudiera reforzarse de muchas maneras. Pero España, en estos momentos, tiene tantos problemas con ella misma que no sé si alcanza a esto. Pienso que primero debería alcanzar para que en general los gobiernos sucesivos tuvieran un mayor conocimiento de lo que es América, de lo que ocurre en América y también de lo que ha ocurrido en los siglos pasados, porque la gente en España no tiene demasiado conocimiento de lo que ha sido realmente la historia en los últimos cinco siglos, porque tampoco en la escuela han tenido ningún interés en explicarla. En eso no han sido muy diferentes las escuelas republicanas de América, las que tampoco han tenido mucho interés en explicar realmente cómo se llegó a las repúblicas americanas y qué han hecho estas repúblicas americanas a lo largo de estos últimos dos siglos. El desinterés es mutuo y cada quien busca cómo taparse sus vergüenzas lo mejor que puede. Pero sí, España y Latinoamérica, sin duda alguna, deberían tener una relación fraterna, como fraterno son muchas de las cosas que en común tenemos, entre ellos el idioma, parte de nuestra cultura y muchas otras cosas. De hecho, el criollaje no es otra cosa que una prolongación española en América.

En este México en el que estamos conversando hoy, donde usted vivió su exilio de once meses, el Presidente Manuel López Obrador ha afirmado que su gobierno apuesta por una visión social, por incluir a los más pobres, a los que usted tantas veces ha evocado en sus canciones. ¿México le da esperanzas?

–Mire, que el Presidente de Morena (Movimiento Regeneración Nacional) y antes del PRD (Partido de la Revolución Democrática) y hoy Presidente de la República, hable con estas palabras, le compromete a tener sin duda alguna una actuación coherente con esas palabras y coherente con lo que ha sido su mensaje, y con lo que formaba parte del PRD desde que fue alcalde de esta ciudad, y desde que fue candidato en otras ocasiones a la presidencia, incluso candidato con posibilidades de haber sido ya presidente.

Sin duda prefiero su lenguaje. Su lenguaje es más esperanzador que el lenguaje de otros presidentes. En esa confianza estamos, no solo yo, sino los millones de mexicanos que lo han votado y los millones de mexicanos que lo acompañan en el camino.

Actualmente López Obrador parece un roquero. A donde llega, la gente quiere hacerse fotos con él.

–Sí. (Asiente) (Sonríe).

Ha dicho que le gusta la calle, pararse en ella, ver pasar a las gentes e imaginarles historias: ¿se ha dado cuenta de que con esa actitud y el eco reflejado en sus canciones se ha convertido en un cronista social por excelencia?

–Yo soy (risas), no quise decir nacido en la calle, porque no es verdad. Nací en una casa trabajadora, pero mi vida, mi infancia, creció entre mi casa, mi escuela y, sobre todo, mi calle; o no, sobre todo no, y mi calle. O sea, yo viví en la calle, crecí en la calle, me eduqué en buena parte entre mis vecinos, entre la gente del barrio. Por tanto, yo descubrí la mayor parte de las cosas en la calle, y aún creo que la calle sigue siendo uno de los lugares a los que hay que prestarle más atención, sin olvidar, ya le digo, las otras dos partes: para mí fueron mi familia y mi escuela, que sigue siendo el conocimiento, que sigue siendo los libros, los maestros, lo que el pensamiento es capaz de dar y enriquecer a una persona.

En 1965 cantó por primera vez en radio Barcelona y llegó a conducir en Radio Nacional de España Días de Radio, que luego se llamaría La Radio con Botas. En ese sentido, ¿qué ha significado la radio para usted?

–Todos tenemos un medio de comunicación que nos es más nuestro, para unos será la prensa, para otros será hoy la televisión, e incluso Internet. Para mí sigue siendo la radio.

La radio que se ha mantenido bien en tiempos de Internet.

–Creo que Internet le ha venido muy bien a la radio. Y la radio es capaz de prolongarse en Internet; pero ya no es la radio exactamente, es una partida a tres manos, en la que hay imagen, sonido, transmisión personal e intercomunicación directa.

Hace cincuenta años decidió cantar en castellano y en aquel momento lo criticaron mucho. ¿Qué trascendencia ha tenido esa decisión para su carrera y su vida?

–A uno lo critican siempre aquellos que no están de acuerdo con lo que uno hace y no hay que darle mayor importancia. Lo que ocurre es que a veces no solo representa otra manera de pensar, sino que significa represión, censura; o sea, esta crítica puede prolongarse en que lo que tú haces no aparezca en determinados medios, en que lo que haces no tenga una difusión como podrías tener si no hicieras aquello que no les gusta a otros.

La crítica es maravillosa. El uso de la censura por parte del poder, que viene a ser la crítica del poder, realmente es deplorable; pero que lo que hagas esté sujeto a la opinión de los demás es lo más natural del mundo, y que los demás puedan tener una opinión distinta a la tuya, me parece muy correcto. Lo que no sería correcto sería que uno se dejara manejar por la crítica y acomodara lo que hace a lo que piensan los demás.

Y por eso usted simplemente dijo: quiero cantar en castellano y lo hizo.

–Bueno, me sobrepuse a los inconvenientes. Primero tuve problemas por cantar en catalán. Después he tenido problemas por cantar en castellano. En estos momentos vuelvo a tener serios problemas por tener un planteamiento respecto a Cataluña distinto al oficial, distinto al oficial del gobierno de Cataluña, si se le puede llamar gobierno.

Igual, nunca ha tenido reparos para expresar lo que piensa y siente, y en este caso tampoco.

–¿Qué voy a hacer? Siempre dije que yo prefiero vivir con miedo, con angustia, que vivir con vergüenza.

Actualmente, se está desarrollando el juicio del ‘procés’. ¿Qué salida le ve a estos juicios y a lo de Cataluña?

–No, yo salida no. Yo he visto lo que ha ocurrido en la entrada y el posesionamiento que se ha tomado. Personalmente estoy en profundo desacuerdo con el ‘procés’. Primero porque vende humo; o sea, el ‘procés’ está basado en que la independencia de Cataluña es posible e incluso de que es posible llegar a ella unilateralmente, lo cual es una locura. Todo esto se ha creado a través de mentiras, de una historia llena de embustes, llena de mitos. Pero como usted ve, la independencia es como tratar de resolverle a la gente sus problemas a partir de fantasías.

O sea, se plantea una independencia en la que la futura República catalana no tiene una estructura económica para poder existir. El empresariado en Cataluña se va. No tiene un soporte europeo. Europa prescinde absolutamente de Cataluña. Ningún gobierno de Europa ha reconocido o da por hecho el futuro reconocimiento a la República. Nadie. Es un limbo; y, por tanto, yo no es que esté en desacuerdo con el derecho de los ciudadanos de un país, del cual formo parte, a decidir. Lo que pasa es que yo no quiero el desastre. No sé, podríamos estar hablando mucho rato de esto, pero prefiero ser más concreto en lo que usted me pueda preguntar, no quiero hacer aquí un manifiesto, pero creo que el ‘procés’ ha sido muy perjudicial para Cataluña. Digo ha sido porque mantiene a Cataluña dividida en dos grupos, en dos mitades que se desconocen, que no se hablan, que no se escuchan y realmente va a ser muy difícil recuperar la confianza de unos con otros, y va a llevarnos mucho tiempo para que esto ocurra. Lo cual ha sido un retroceso terrible de un país como Cataluña, que tenía una convivencia fantástica; es decir, los promotores de toda esta fantasía tendrán mucho que responder ante la historia.

Y ahora se están desarrollando los juicios del ‘procés’ que van a venir a agravar todo.

–Claro. Los políticos creo que han sido responsables y víctimas de todo este planteamiento de una Cataluña inexistente e ideal. Y a pesar de que yo nunca estuve a favor de que ingresaran a la cárcel, pensaba, y sigo pensando, que si había que abrirles algún proceso había que ser, primero, muy cuidadoso en sus culpas y, también, muy cuidadoso en cuanto a su privación de libertad, porque a ninguno de los que están en estos momentos presos se les ocurrió salir corriendo. Otros son los que han salido y están fuera, pero los que están aquí, a mi modo de ver, no debieron estar encarcelados y había que esperar el proceso que fuera, si es que había lugar al proceso.

En 1969 musicalizó poemas de Antonio Machado. ¿Sigue siendo Machado uno de sus poetas preferidos?

–Sííí. Bueno, pero yo musicalicé a Machado no porque fuera mi poeta preferido, como a Hernández (Miguel), aunque son dos poetas que he leído bastante y que me gustan muchísimo. Pero claro, la lista de preferidos yo no la reduciría a ellos. Lo que ocurre es que con ellos trabajé con sus poemas y fantaseé con respecto a las canciones que podrían ser aquellos versos. Fueron unos trabajos muy agradables de hacer y la verdad es que siguen muy vivos en el imaginario popular como canciones.

También musicalizó a León Felipe, Alberti, Joan Salvat Papasseit y Benedetti, entre otros.

–A León Felipe solo un poema. (“Vencidos”, en el que evoca a la figura de don Quijote). De Salvat Papasseit fue un disco con sus poemas. De hecho, hay poetas muy cercanos a la canción como Miguel Hernández, que incluso hizo poemas con estructuras de canciones, y otros que no. Hay otro tipo de poesía que dista mucho de estar cercana a la canción. No creo que ni uno ni otros, se considerarían más o menos poetas.

Cantó Cambalache, el tango de Enrique Santos Discépolo. ¿Sigue siendo este tango tan preclaro y demoledor como ayer?

–He cantado varios tangos. Lo que pasa es que amo el tango y el tango ha dado grandes canciones y grandes autores. Por eso tengo una gran relación desde mi niñez con tipos de cantos que son específicos y que yo he venido cantando desde niño. La copla, el tango, el bolero. Para mí son formas muy cercanas y algunas de ellas no solo musicalmente, sino literariamente, extraordinariamente valiosas.

La gira se llama Mediterráneo.

–Mediterráneo Da Capo, que quiere decir volver a aquellas canciones. Volver al principio. Lo he hecho, sencillamente, y con todo el respeto, porque quise. Y por otra parte, venía dado por gratitud a estas canciones que durante estos 48 años han sido canciones que se han mantenido muy vigentes, y no solo en mí y en mis conciertos, sino en la gente y en su imaginario y en su cotidianidad.


Y del Mediterráneo qué nos dice.

–Usted me pregunta en qué circunstancias estamos en el Mediterráneo hoy. Pues no son política y socialmente muy halagüeñas, primero porque es el mar más contaminado por la mano del hombre. Aquel mar pequeñito y culturalmente tan importante es el mar que tiene la mayor contaminación. Es la frontera del mundo donde muere más gente al día. Y volvemos a los migrantes, porque la migración es un fenómeno que ha salido mucho a los medios porque es muy dramática, porque no ha sido una migración de goteos, sino una migración de masas, que se ha producido en Centroamérica, que se produce en el Mediterráneo a causa de las guerras en Oriente Medio, en Egipto, en Irak, en Siria, en Libia, y que provocan la salida de gente tratando de poner a salvo la vida, la familia y lo poco que tengan.

Las migraciones también se producen en Asia, en Birmania, los rohingyas han sido un símbolo de migración y sufrimiento y de muerte también en estos últimos años. Bueno, pues así están las cosas en el mundo y en el Mediterráneo, y porque no rascamos más.

Volverá a la Universidad de Costa Rica 43 años después de que tocó por primera vez en el Centro de Recreación. Fue un miércoles 26 y un jueves 27 de noviembre de 1975.

Y esta vez en el auditorio lo esperarán varias generaciones. ¿Qué representa ello para usted?

–Bueno, nos veremos y creo que será un encuentro muy agradable. Va a ser muy emocionante, porque tengo la memoria de aquellos encuentros y la memoria de aquel tiempo. A Costa Rica fui por primera vez en el 71, no, fue en el 1973. Y veré cómo ha crecido la gente. Veré cómo es eso de pasar de alumnos a profesores y de jóvenes a adultos. A ver cómo los encuentro. (Risas).

El Barcelona le retiró las medallas al Generalísimo hace pocos días, y usted es aficionado al Barça, ¿qué mensaje le deja este proceder?

–No me he enterado. ¿Cuándo fue eso?

Hace tan solo dos días.

–Nunca se las tenían que haber dado. Y hace muchos años que se las debieron haber retirado, no entiendo por qué han esperado tanto.

A propósito del Barcelona, le hizo una canción a Ladislao Kubala e incluso jugó con él en el equipo de veteranos. ¿Cómo era usted como futbolista?

–Malo. Peor que ellos, pero bueno tuve la fortuna de poder jugar con él y de poder tener una amistad con él, a pesar de que nos separaban bastantes años. Pero bueno, nos llevábamos muy bien. Él era bastante niño, en el mejor sentido de la palabra, seguramente porque fue una persona de una gran bondad.

Usted que tanto quiere a Argentina y que tanto lo quieren en Argentina, ¿imaginó que desde ahí le iban a enviar un joven llamado Lionel Messi?

–Yo lo vi jugar desde muy chiquito a Lionel. Lo vi jugar en las inferiores. Porque yo a veces veo los partidos de las inferiores. Y en las inferiores ya era realmente una gran figura. De él se esperaba absolutamente todo. Cuando debutó, marcó. Salía como un jugador que había generado todas las expectativas. Y la verdad es que en estos 15 años no solo es un jugador extraordinario, sino que es un jugador muy honrado en el campo. Es un hombre que jamás exagera un golpe. Que jamás finge y en absoluto es conflictivo. Yo creo que es un ejemplo de lo que debe ser un deportista.

Hablando de amistad, hoy que es el día de la amistad y el amor, ¿qué representa la amistad para usted?

–Mire, sin amar y sin que te amen, la vida tendría un sentido, pero yo no sé cuál sería,

y dudo mucho de que me interesara.



https://semanariouniversidad.com/cultura/joan-manuel-serrat-yo-descubri-la-mayor-parte-de-las-cosas-en-la-calle/

Joan Manuel Serrat — “Mediterraneo Da Capo” at Beacon Theatre, New York




Joan Manuel Serrat — “Mediterraneo Da Capo” at Beacon Theatre, New York

BY BLOUIN ARTINFO | FEBRUARY 26, 2019

Catalan singer-songwriter Joan Manuel Serrat

(www.jmserrat.com)

The Catalan singer-songwriter Joan Manuel Serrat revisits his album “Mediterraneo” in a concert at Beacon Theatre, New York, on February 28. The concert will feature his 10 iconic songs such as “Lucia,” “Aquellas pequeñas cosas,” “Pueblo blanco,” “Barquito de papel,” and the legendary “Mediterraneo,” along with other popular scores from his vast repertoire, along with some new musical surprises.

According to a recent report in El Periodico, the daily newspaper in Barcelona, he could not bear to live far from the Mediterranean and in a poetic way, he went to Chapala, in the state of Jalisco, where he took a boat and stayed in the middle from the lake of the town. “Mexico has been my home, it has been my patio of games, my wedding bed, a life that has a journey that if you took it away from Mexico, it would not be understood,” said Serrat, who is dubbed as the “long-haired dreamer.”

He said in an interview to El Periodico, “Long hair is there, what happens is that it is not one hundred percent and it is distributed heterogeneously, the ability to dream is not intact, but it is valid.”

Describing his world tours, Serrat says: “Since my debut in the world of music to date, I have not stopped writing songs, recording albums, and touring the world in the most varied formats. My goal has been to write new songs, to put on a new show, and go on tour again. I, at least, have not yet discovered a better way to spend my life than by touring and singing for people.”
The artist’s website states that Serrat also succumbed to the temptation of a celluloid career. He starred in three films: “Palabras de amor” (1968), directed by Antonio Ribas; “The long agony of fish out of water” (1969), directed by Paco Rovira Beleta; and “My private teacher” (1972), by Jaime Camino.

Serrat’s lyrical style has been influenced by poets like Mario Benedetti, Antonio Machado, Federico Garcia Lorca, Pablo Neruda, and Leon Felipe. In 2006, Serrat released “Mo,” his first album completely in Catalan in 17 years. The album title refers to the city of Mahon, capital of the Spanish island of Menorca, where he likes to get away from it all during long touring seasons.

The singer-songwriter will be on stage on February 28, 2019, at the Beacon Theatre in New York.





https://ca.blouinartinfo.com/news/story/3558604/joan-manuel-serrat-mediterraneo-da-capo-at-beacon-theatre-new?fbclid=IwAR14UUFC5FVe8MrWrfiBIfX89Pd3n3kOT6URi2PkRsWPDXDXgdqXJbllpz0

lunes, febrero 25, 2019

Joan Manuel Serrat sacude los corazones en el Auditorio Nacional

Joan Manuel Serrat sacude los corazones en el Auditorio Nacional

Publicacion:25-02-2019
El cantante finalizó con "Penélope", "Fiesta", "Esos locos bajitos" y "Tu nombre sabe a hierba".


CIUDAD DE MÉXICO.- En una ovación de principio a fin y un público eufórico el cantautor español Joan Manuel Serrat se presentó en el Auditorio Nacional para interpretar las 10 canciones que conformaron su más reconocido álbum "Mediterráneo", y celebrar así 48 años desde su publicación antes de que la fragilidad de la vida lo sorprenda.

"Hemos titulado al concierto 'Mediterráneo Da Capo'. Da Capo es un término musical de origen italiano que quiere decir 'ir de vuelta al principio', o bien, 'empezar de nuevo'. Esta es la pretensión que tiene este concierto, repasar de principio a fin las 10 canciones que conformaron el disco 'Mediterráneo'", dijo Serrat.

El cantante mencionó que decidió hacer este concierto porque no quería esperar más tiempo por celebrar la alegría de compartir las canciones que consolidaron su relación con el público, la música y la vida.

"Es probable que alguno piense que 48 años no es una fecha conmemorativa que hubiera sido mejor esperar a los 50, que sí lo es, pero saben no tengo el cuerpo para esperar hasta el 50.

Y por lo tanto basándome en la fragilidad de la vida, yo he preferido celebrarlo por anticipado", comentó el cantante debido a que en los últimos años ha estado delicado de salud por lo que se ha visto en la necesidad de cancelar algunas presentaciones.

De esta manera, Serrat inició su concierto con la canción homónima del álbum, seguida de las diez canciones del disco producido por Gian Piero Reverberi y Juan Carlos Calderón: "Que va a ser de ti", "Vagabundear", "Barquito de papel", "Pueblo blanco", "Tío Alberto", "La mujer que quiero", que fue especialmente coreada por la audiencia, "Lucía", "Vencidos" y "Aquellas pequeñas cosas".

"Pues hasta aquí las canciones que conforman 'Mediterráneo', son las que hay, si hubiera pensado que un día como hoy me iban a pedir más canciones de 'Mediterráneo' hubiera puesto más en el disco", dijo el cantautor.

En medio del discurso, el chico del pueblo seco fue interrumpido por una fanática que le entregó una fotografía que según cuenta fue la última voluntad de su madre que Serrat tuviera el objeto, él aceptó amablemente y expresó lo cual asustado estaba por la sorpresa.

El concierto, en su segunda parte prosiguió con la melodía de Charles Trenet, "La mer", primera canción que Serrat aprendió y conoció sobre el Mediterráneo. Mar que bautizo al cantante, en el que levantó castillos de arena, y que, para él, hoy es sarcófago donde mujeres y hombres han pagado sus vidas en el intento de escapar de sí mismos.

"Cantares", "Algo personal", "Plany al mar", "Menos tu vientre", "Para la libertad", "De vez en cuando la vida", "Hoy puede ser un gran día", formaron parte del setlist del concierto en el que Joan Manuel Serrat expresó su inmensa gratitud con el público.

"Mis ganas de complacerles son infinitas, pero mis posibilidades son limitadas. Como sucede en cualquier viaje uno siempre debe de llegar al final y este barco ha llegado a la borda. Gracias por su compañía, hemos querido hacer un viaje sencillo, sin prisas; en compañía de gente como Jaime Sabines y el propio Cervantes.

Ojalá la travesía les haya llevado a pequeñas emociones".

El cantante finalizó con "Penélope", "Fiesta", "Esos locos bajitos" y "Tu nombre sabe a hierba".

Joan Manuel Serrat continuará con esta gira en Estados Unidos, Costa Rica, Honduras y terminará en Colombia el próximo mes.


http://www.elporvenir.mx/?content=noticia&id=135047

domingo, febrero 24, 2019

Joan Manuel Serrat se despide de México con recital en el Auditorio Nacional




Joan Manuel Serrat se despide de México con recital en el Auditorio Nacional

Mediterráneo. Da Capo, gala de dos horas en un viaje en que la nostalgia fue protagonista; interpretación de más de 20 temas emblemáticos del compositor catalán


24 febrero, 2019

Con un prólogo instrumental en que las citas melódicas de las canciones del disco Mediterráneo (Ariola, BMG, 1971) se interpolaban, comenzó ayer sábado 23 de febrero en el Auditorio Nacional, la última presentación de la gira Mediterráneo. Da Capo de Joan Manuel Serrat por México. Los acordes teñían de añoranza los reflejos de la noche. El intérprete catalán entraba al tablado guitarra en mano, con el clamor de los versos marítimos de “Quizás porque mi niñez / sigue jugando en tu playa / y escondido entre las cañas /duerme mi primer amor, / llevo tu luz y tu olor / por donde quiera que vaya. // Qué le voy a hacer, si yo / nací en el Mediterráneo”.

Ovación cerrada. “Gracias por venir a acompañarnos a esta vuelta al inicio. Cuarenta y ocho años no es una cifra redonda, me han dicho que era mejor esperar hasta el 2021 para celebrar los 50 años de la aparición del disco Mediterráneo. No tengo el cuerpo para esperar. Hay que hacer las cosas por anticipado, por si acaso. Les aconsejo que cuando quieran hacer algo, pues háganlo: el tiempo nos acosa siempre, no puede ser limitante; al contrario, es nuestro cómplice. ¡Andiamo. Da Capo!”, señaló el catalán más querido del mundo, Joan Manuel Serrat. 
Y empezó la gala. Ricardo Miralles (piano, dirección, arreglos), José Mas Kitflus (teclados y programaciones), David Palau (guitarras), Uixi Amargos (viola), Vicente Climent (batería) y Tomas Merlo (bajo eléctrico, contrabajo) dibujan los armónicos de “Qué va a ser de ti” y una escolta de 10 mil voces sigue la custodia de la muchacha que salió un lunes con sus cosas en un hatillo cantando quiero ser feliz. “Qué va a ser de ti lejos de casa / Nena qué va a ser de ti”.

“Vagabundear” como un cometa de caña y de papel porque es hermoso partir sin decir adiós. Las figuraciones flamencas se explayan: la viola dialoga con la guitarra y el piano merodea sobre la ondulación rítmica. La voz incitante de Serrat teje los versos: “No me siento extranjero en ningún lugar. / Donde haya lumbre y vino tengo mi hogar”. // La añoranza es un puerto: la viola encalla y abejea una brizna de conformes en la playa donde un niño juega con el tiempo fugándose feliz en un “Barquito de papel”. Sí, la nostalgia es una dársena. Serrat lo sabe bien. 

“Pueblo blanco” colgado de un barranco, bajo un cielo que a fuerza de no ver nunca el mar se olvidó de llorar: Serrat deletrea las pausas y las lágrimas se asoman en los ojos de más de uno de los asistentes. Silencio anochecido: frondas en los pulsos del contrabajo. // “Alberto no era mi tío, rico industrial de Barcelona, mecenas que quizás inspiró la canción”, explica el vocalista español y entran los afines del hermoso vals “Tío Alberto”, que la viola dilucida en complicidad con el piano. Serrat baila en el escenario y modula sobre las compases: “Gitano o payo pudo ser / O un aristócrata que ayer / Perdió su cetro de oro y su corona / Camina sobre el bien y el mal / Con la cadencia de su vals / Mitad juicio y mitad mueca / Tío Alberto”· 

Insisto, la melancolía es un fondeadero: ayer sábado la poesía inundó la noche y la luna coqueteó con los esplendores. “La mujer que yo quiero”: más verdad que el pan y la tierray “Lucía”: mujer que vuela en la canción en “La más bella historia de amor / que tuve y tendré”. La viola subraya la obstinada llovizna melódica de uno de los temas más sublimes del cancionero hispano: “Si alguna vez fui sabio de amores / lo aprendí en tu labios cantores”. Otra vez el silencio en el Coloso de Reforma. Otra vez los pañuelos se humedecen. Serrat es un piadoso provocador.

León Felipe musicalizado por el catalán: “Vencidos”, estrofas que rinden tributo a Don Quijote: la estancia se hace manchega. Amoroso batallar, las cortinas se descorren. Ronda en recurrentes e incitantes tabaleos percutivos. / “Aquellas pequeñas cosas” que nunca mata el tiempo que como un ladrón acechan detrás de la puerta y siempre te tienen a su merced como hojas muertas y nos hacen que lloremos cuando nadie nos ve. Serrat sabe que muchos estamos llorando refugiados en las luces encubridoras. Sollozamos para saber que estamos vivos en la vida. Joan Manuel Serrat, cómplice amoroso. 

Paseo por los diez temas emblemáticos del disco Mediterráneo, que da paso a la segunda sesión de la festividad: “La mer” (“La mer / Qu’on voit danser / Le long des golfes clairs…”), la clásica canción francesa de Charles Trenet, arreglada en consonancias de un imaginario armónico que recuerda a Reinhardt/Grappelli: la viola azuza desde sugerentes pizzicatos. Siguen “La luna” (Sabines/Serrat), “Cantares”, “Plany al mar”, “Algo personal”, “Menos tu vientre” (Miguel Hernández), “Para La libertad” (Miguel Hernández). “Yo agradezco el amplio conocimiento que tienen ustedes de mi repertorio; pero, tengo limitaciones. Los viajes terminan y creo que deben acabar, justo cuando se toca puerto”, señala Serrat ante la ovación general y la petición de ¡más!

Encore con “De vez en cuando la vida”, “Hoy puede ser un gran día”, “Penélope”, “Esos locos bajitos”… La noche resguarda a la viola, piano, contrabajo, guitarras, batería y teclados. Las inflexiones del intérprete de “Balada de otoño” se empinan sobre el crepúsculo y juguetean con los espejos de la luna. Espectáculo histórico en el Auditorio Nacional esta despedida de la gira Mediterráneo. Da Capo. Vuelvo a decirlo, la nostalgia es un ancladero: Serrat, un hacedor de espejismos melódicos. Retumban los versículos: “Eres como una mujer / perfumadita de brea / que se añora y se quiere / que se conoce y se teme // Qué le voy a hacer, si yo / nací en el Mediterráneo”.

https://www.razon.com.mx/entretenimiento/joan-manuel-serrat-se-despide-de-mexico-con-recital-en-el-auditorio-nacional-gira-mediterraneo-interprete-canciones-concierto/?fbclid=IwAR3hqGJKPQ7rxr5LLRBz1RQoQz45W52FiNHRNDDxl3yH-VPO7qchl9sfvlA

SERRAT: ESPEREMOS QUE TRAS EL CONCIERTO EN CÚCUTA NO VENGA MUERTE, MUCHOS SERÍAN SUS CÓMPLICES

SERRAT: ESPEREMOS QUE TRAS EL CONCIERTO EN CÚCUTA NO VENGA MUERTE, MUCHOS SERÍAN SUS CÓMPLICES

24 febrero, 2019

El cantautor catalán Joan Manuel Serrat criticó duramente al madrileño Alejandro Sanz, en torno a su participación en el concierto “Venezuela Aid Live” realizado el pasado viernes cerca de Cúcuta, en Colombia, para recaudar dinero para una supuesta “ayuda humanitaria” para Venezuela.

“El concierto fue un acto político. Eso es de obvio conocimiento y natural intuición. Todos esperamos que detrás de ello no venga muerte y miseria, porque entonces muchos serían los inadvertidos cómplices“. Serrat escribió sus palabras en Instagram, en una discusión luego de que el cantante y compositor argentino Coti Sorokin, autor de la canción “Color Esperanza”, reclamara públicamente a Diego Torres que la hubiera interpretado en el citado concierto, organizado por el multimillonario dueño del grupo Virgin, el británico Richard Branson.

“Como autor de Color Esperanza les digo que es una canción que sólo está a disposición de la gente, no de políticos”, tuiteó Coti Sorokin el pasado 22 de febrero en la tarde, momentos después de que Torres interpretara la famosa canción en el concierto en Cúcuta.
Coti Sorokin, cuyo nombre real es Roberto Sorokin Espasa, publicó también su comentario en Instagram, donde obtuvo una gran cantidad de respuestas al respecto.

Una de ellas fue del cantante Alejandro Sanz, quien le escribió a Coti tratando de separar la política en el controversial concierto: “La política es la piedra en el camino. La gente es la suela del zapato del que camina. Aquí nadie habló de política, hermano. La política hace tiempo que dejó de tener importancia. Si no queremos hablar de política, no hablemos de ella”.

Es de notar que en dicho concierto, desde su comienzo hasta su fin, hubo innumerables comentarios políticos en contra del Presidente Nicolás Maduro y su gobierno. El músico español Miguel Bosé recibió un aluvión de críticas luego de pedir desde el concierto a la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachellet, que “mueva sus nalgas” y usara su autoridad contra el Gobierno venezolano, al tiempo que exigió desde la tarima la salida del Presidente Maduro del poder.

Coti le respondió a Sanz: “¿Qué bien nacido podría no estar de acuerdo con verdadera ayuda humanitaria? ¿En cada rincón donde se necesite? Esperemos que en este caso los camiones no vengan con tanques detrás y dejen una estela de más hambre, más muertos, más violencia y más desesperación como otras veces sí ha ocurrido. Esa es mi esperanza”.
Ante ello, Serrat también publicó a Alejandro Sanz su respuesta arriba citada.

Aunque Serrat borró su comentario después, Coti le respondió con un smiley y otros usuarios de Instagram dejaron comentarios haciendo referencia a la respuesta de Serrat. El medio venezolano Últimas Noticias publicó en su cuenta Twitter una captura de su comentario.

El post de Coti generó 547 comentarios para el momento de redactar esta nota, muchos de ellos apoyando su posición.

El concierto “Venezuela Aid Live”, fue publicitado como un intento de recaudar 100 millones de dólares para una supuesta “ayuda humanitaria” para Venezuela. El Gobierno venezolano ha denunciado que esta supuesta “ayuda”, que es suministrada por agencias del gobierno de Estados Unidos, es una maniobra para realizar una intervención militar en el país. La Cruz Roja Internacional y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se negaron a participar en esta entrega de “ayuda humanitaria”.

Sobre dicho concierto, el Presidente Maduro indicó el 21 de febrero que “se ha concebido como un show, un guión hollywoodense” y un “espectáculo mundial”. El Ministro venezolano para la Cultura, Ernesto Villegas, señaló ese día que era la primera vez que se hacía un concierto “para legitimar y bendecir lo que a todas luces es una agresión militar contra un país soberano”.

El día después del concierto, se produjeron numerosos disturbios en la frontera entre Colombia y el estado Táchira, en Venezuela, por parte de opositores venezolanos que fomentaron disturbios, actos violentos y falsos positivos para tratar de doblegar a militares venezolanos y pasar varios camiones con supuesta ayuda humanitaria por los puentes fronterizos. Los ataques no tuvieron éxito. Los disturbios dejaron más de 40 heridos.

Fuente: Alba Ciudad (LBR)

Caracas, 24 de febrero 2019
Crónica Digital

https://www.cronicadigital.cl/2019/02/24/serrat-esperemos-que-tras-el-concierto-en-cucuta-no-venga-muerte-muchos-serian-sus-complices/

viernes, febrero 22, 2019

Ofrece Serrat una noche de recuerdos

Ofrece Serrat una noche de recuerdos

Ileana González | @Ilee_Gonzalez
Viernes, 22 Febrero 2019 - 06:12 am

Joan Manuel Serrat lleva a su público en el Auditorio Pabellón M por una noche fresca llena de nostalgia al interpretar todos los temas de su icónico 'Mediterráneo Da Capo'.

MONTERREY.- Una noche inolvidable y llena de recuerdos fue la que ofreció anoche Joan Manuel Serrat en el Auditorio Pabellón M.

El español llegó presentando el show Mediterráneo da Capo, en honor a su álbum debut que lanzó en el año en 1971 y del cual interpretó todos sus temas.

Fue a las 21:15 horas que Serrat tomó el escenario, siendo recibido con una gran ovación de pie por parte de los presentes, quienes disfrutaron sus interpretaciones.

“Mediterraneo” y “¿Qué va a Ser de Ti?” fueron los primeros temas de su repertorio, en el que lo acompañaron seis músicos.

“Estoy muy contento de estar con el público regio. Siempre me han tratado con mucho cariño y yo contento de estar en este enorme huevo”, dijo el cantante, refiriéndose a la forma del recinto.

Serrat mostró su sencillez, simpatía y buen sentido del humor con los presentes, quienes no dejaron de aplaudirle, e inclusive, recibió piropos por parte de sus fanáticos.

Sonaron los primeros acordes de “La Mujer que yo Quiero” y el público estalló de emoción, siendo uno de los temas más coreados de la velada.

El espectáculo continuó con éxitos como “Lucia”, “Vencidos”, “La Luna”, “Cantares” y “Algo Personal”, y “Penélope”, deleitando con su voz y poniendo a vibrar a los regios.

Durante más de una hora, Serrat se embarcó en un viaje de nostalgia, confirmando ser uno de los cantautores más destacados de nuestro tiempo.

https://www.multimedios.com/tras-los-famosos/serrat-concierto-monterrey?fbclid=IwAR1Pq2BiJReI1mPA4s2cQxuD9zsJMWbIyEJZj-RuRNgg_X2kQrVeMvro8fI#.XG_-GwLB9Og.facebook

jueves, febrero 21, 2019

Machado, antídoto de las dos Españas

Machado, antídoto de las dos Españas

21/02/2019

Junto a un ramo de rosas rojas, Sabina, Dolores y yo dejamos en la tumba de Antonio Machado en Collioure el pasado 8 de septiembre un deseo escrito apresuradamente a bolígrafo en una hoja de papel de regreso a Zaragoza desde Berna: “Tus poemas y tus ideas están más vivos que nunca. Espero que podamos contener la ira de las dos Españas”.

Desde el lado del exilio y de la retirada, junto a la tumba del poeta “cercano, silencioso y misterioso a la vez”, como lo definió Rubén Darío, del hombre bueno, ya se percibía con escalofríos el temporal de intolerancia que se estaba desatando al otro lado de los Pirineos y que tan acertadamente ha sintetizado el catedrático de Literatura de la Universidad de Zaragoza, Jesús Rubio Jiménez, autor de “La herencia de Antonio Machado (1939-1970)”, quien a la pregunta de Antón Castro en una entrevista en el suplemento “Artes y Letras” de Heraldo de Aragón, ¿en qué le invita a pensar la muerte de Antonio Machado en el exilio?, responde: “en lo difícil que es la convivencia en nuestro país, donde la tolerancia no acaba de enraizar. Hay quienes se reservan el derecho a decidir qué es ser español y qué no. E invita a pensar en la facilidad con que están dispuestos a cambiar las palabras por pistolas”.

“Profeta ni mártir/quiso Antonio ser/y un poco de todo lo fue sin querer” escribió Joan Manuel Serrat en una antología coordinada por el profesor de la Universidad de Girona, Serge Barba, y que lleva por título “Collioure….Los días azules de Antonio Machado”. Es una buena definición del gran poeta de España que en los últimos ochenta años, muy a su pesar, se ha convertido en el símbolo del exilio y de la retirada, como denominan los franceses de los Pirineos Orientales al desgarrado éxodo de medio millón de españoles republicanos huyendo de las tropas franquistas a finales de enero de 1939.

Las circunstancias y los detalles de esos últimos días de la guerra incivil agrandan aún más la sobrecogedora resistencia y la dignidad de esos españoles que, después de haber sido derrotados, tuvieron que enfrentarse a campos de refugiados, a situaciones infrahumanas, a traumáticas separaciones familiares y afectivas, a muertes prematuras por disentería, a la Segunda Guerra Mundial, a campos de concentración nazis, a mucho dolor, en una durísima carrera de supervivencia a la búsqueda de una nueva patria en libertad.

En su visita en marzo de 1939, el fotoperiodista Robert Capa definió como “un infierno sobre la arena” el campo de refugiados de la kilométrica playa de Argèles-sur-mer.

Los hombres allí sobreviven bajo tiendas de fortuna y chozas de paja que ofrecen una miserable protección contra la arena y el viento. Para coronar todo ello, no hay agua potable, sino el agua salobre extraída de agujeros cavados en la arena (la cita es del libro “Camposanto en Collioure” del escritor asturiano Miguel Barrero).

Alrededor de cien mil personas se hacinaron en ese campo de concentración sobre el que, con el paso de los años, se verbalizó la mala conciencia sobre el maltrato que las autoridades francesas dieron a los refugiados españoles que lo habían perdido todo, algunos de los cuales pocos años después, serían los primeros en entrar, como integrantes de la compañía denominada “La Nueve”, en el París liberado de los nazis.

El cementerio español, un centro memorial y un monolito en la playa en el que se lee “su desgracia haber luchado por defender la democracia y la República contra el fascismo en España de 1936 a 1939. Hombre libre, recuérdalo”, confirman la recuperación de la memoria y la reparación que se hará más visible este jueves 22 de febrero en la conmemoración del 80 aniversario de la muerte de Antonio Machado en la que se ha volcado el departamento de los Pirineos Orientales.

Collioure, la estación, la avenida hacia el mar, el cerrado hotel Bougnol-Quintana junto al cauce del riachuelo Douy, ahora seco, en el que se alojaron los Machado, el viejo cementerio en medio del pueblo de pescadores soleado, pacífico y azul, cuya luz inspiró a Matisse y a Derain, donde descansan los restos del poeta y de su madre bajo una losa con cabecera de piedra al pie de un ciprés, son una bofetada de historia por la que deberían pasar todos los que se atreven a apropiarse estos días de lo que es España.

Estremece revivir el agónico peregrinaje de esa familia, los últimos días del poeta y de su madre, cansados y muy enfermos, que, gracias a los buenos oficios del prestigioso corresponsal de entreguerras y escritor Corpus Barga, habían conseguido salvar el tapón de exiliados en el collado de Els Balitres para subir a un tren en Cerbère, después de pasar la noche en un vagón en la estación, del que se apearían el 28 de enero a las cinco y media de la tarde en Collioure, el primer pueblo costero francés por el lado oriental de los Pirineos, a solo 30 kilómetros de suelo español, bajo una lluvia torrencial, ateridos de frío y sin recursos económicos, agotado por su débil corazón y por el asma, envejecido a sus 64 años Antonio Machado, y en brazos de Corpus Barga su madre, Ana Ruiz, 84 años, que pesaba como una niña y que no dejaba de preguntar ¿llegamos pronto a Sevilla?. José Machado, hermano del poeta, y su esposa, Matea Monedero, completaban la comitiva.

En la estación de Collioure, donde el pasado 27 de enero se descubrió una placa conmemorativa de aquel viaje, el primer contacto afectivo sería Jacques Baills, el joven jefe de estación de 27 años, que les sugirió que se alojaran en el hotel en el que el mismo tenía habitación, el Bougnol-Quintana, a diez minutos a pie por una avenida que iba hacia el mar. Cuando vio su nombre en el registro de clientes, Baills intuyó que aquel hombre derrotado, que se desvivía cuidando a su madre, era el poeta que había leído en sus clases nocturnas de español, algunos de cuyos versos como los de “Recuerdo infantil”: “una tarde parda y fría de invierno. Los colegiales estudian. Monotonía de lluvia tras los cristales…..”, guardaba en su cuaderno:

“Le pregunté –relataría Baills años más tarde al hispanista francés Jacques Issorel, autor del libro “Últimos días en Collioure, 1939”- si él era el poeta Antonio Machado, aquel a quien yo conocía a través de sus poemas. Y entonces él, sin darle importancia ni nada, sin ni siquiera sonreír, me dijo: “Sí soy yo”.

A lo largo de ese mes y medio de agonía de Machado, conversaron en español y en francés, Baills le prestó libros de Pío Baroja, Máximo Gorki y un pequeño volumen acerca de la vida, la obra y la muerte de Vicente Blasco Ibáñez, y compartieron un corto paseo desde el hotel, que continúa ahí cerrado con sus escaleras exteriores, su grifo y su pila a la entrada, hasta la playa, según se desprende de sus testimonios en el estudio de Issorel y en la biografía de Ian Gibson, quien presentó el pasado martes en Collioure su nuevo libro “Los últimos caminos de Antonio Machado” reclamando que el Gobierno español compre el pequeño hotel desde cuyo balcón el poeta podía ver el mar y cree allí un centro de estudios machadianos. Desde 1977, existe la Fundación “Antonio Machado” de Collioure, ubicada en el último piso de la mediateca, abierta frente al hotel “Quintana”, en el que se recoge toda la documentación y todos los papeles que los viajeros dejan en la tumba del poeta y de su madre.

Siguiendo el recorrido hasta el hotel, el segundo contacto afectivo sería Juliette Figuères, la dueña de una mercería y sombrería, situada enfrente del hotel, al otro lado del riachuelo, que les ofrecería cafés con leche, les facilitaría posteriormente ropa, camisas y calzoncillos, algo de dinero para comprar sellos y también cosería la bandera que, el día de su muerte, el 22 de febrero, miércoles de ceniza, cubrió el cadáver de Antonio Machado.

Y al otro lado del riachuelo, el tercer contacto afectivo, Pauline Quintana, la dueña del hotel, acogedora con los exiliados españoles que, cuando falleció Antonio Machado, se preocupó de que se le velara en una habitación individual del hotel y de que sus restos ocuparan un nicho cedido por una amiga suya. También se preocuparon por él y le demostraron su afecto los doce soldados españoles, presos en el castillo de Collioure, que, turnándose de seis en seis, portaron su ataúd por las calles del pueblo pesquero hasta el cementerio.

Los restos de su madre, que falleció tres días después, se inhumaron en la zona del cementerio para personas sin recursos.

Pasaron casi veinte años, hasta que en julio de 1958 se los trasladó y se los colocó juntos en una nueva tumba, definitiva, en un suelo cedido por el ayuntamiento de Collioure en la entrada del cementerio, a la que enseguida acarician los primeros rayos de sol.

El traslado se financió a través de una colecta promovida por un comité en el que estuvo Baills junto a entre otros Albert Camus, André Malraux, René Char y Pau Casals, que semanas después tocaría el violonchelo en un vacío cementerio. Pocos meses después, en febrero de 1959, coincidiendo con el veinte aniversario de su muerte, Louis Aragón, Jean Paul Sartre, Marguerite Duras, Simone de Beauvoir, Raymond Queneau y Pablo Picasso, entre otros, organizaron un homenaje en la memoria de Antonio Machado al que invitaron a artistas, profesores, actores, creadores y escritores, entre ellos a los que se les denominaría la generación de los 50. Estuvieron José Agustín Goytisolo, José Manuel Caballero Bonald, Blas de Otero, José Ángel Valente, Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral, Alfonso Costafreda, Ángel González y el aragonés Alfredo Castellón, escritor, realizador y uno de los fundadores de TVE.

A Castellón se le hizo desaparecer de alguna de aquellas fotos, no se sabe muy bien por qué pero existen indicios de que fue porque alguien sospechó que podía ser un policía franquista infiltrado. Había miedo y desconfianza, y los asistentes a aquel homenaje, en el que se leyó el poema “Retrato” y un representante de los presos españoles ofrendó a Machado un pequeño cofre con tierra de la cárcel Modelo de Barcelona, sabían que podían estar en el punto de mira de la dictadura, la misma que había despojado de todos sus derechos como funcionario al poeta en 1941, dos años después de su muerte.

El propio Castellón, como recoge Antón Castro en su blog bajo el título “1959: una foto junto a la tumba de Antonio Machado”, explicaría que “yo no he pretendido figurar en ningún sitio, me gusta la discreción, pero tampoco era alguien que pasaba por allí y que se sumaba a una foto. Casi todos éramos escritores principiantes que apenas se conocían”.

Aquel encuentro inspiró, dentro de su obra “Grado elemental” de 1962, el poema “Camposanto en Collioure” de Ángel González del que, tras presentarse como funcionario, también se llegó a sospechar que podía ser un policía infiltrado:

Aquí paz,

y después gloria.

Aquí,

a orillas de Francia,

en donde Cataluña no muere todavía

y prolonga en carteles de “Toros à Ceret”

y de “Flamenco’s Show”

esa curiosa España de las ganaderías

de reses bravas y de juergas sórdidas,

reposa un español bajo una losa:

paz

y después gloria

Dramático destino,

triste suerte

morir aquí

-paz

y después….-

perdido,

abandonado

y liberado a un tiempo

(ya sin tiempo)

de una patria sombría e inclemente

Sí; después gloria.

Al final del verano,

por las proximidades

pasan trenes nocturnos, subrepticios,

rebosantes de humana mercancía:

manos de obra barata, ejército

vencido por el hambre

-paz…-

otra vez desbandada de españoles

cruzando la frontera, derrotados

-…sin gloria.

Se paga con la muerte

o con la vida,

pero se paga siempre una derrota.

¿Qué precio es el peor?

Me lo pregunto

Y no sé qué pensar

ante esta tumba,

ante esta paz

-“Casino

de Canet: spanish gipsy dancers”,

rumor de trenes, hojas….-,

ante la gloria ésta

-…de reseco laurel-

que yace aquí, abatida

bajo el ciprés erguido,

igual que una bandera al pie de un mástil.

Quisiera,

A veces,

que borrase el tiempo

los nombres y los hechos de esta historia

como borrará un día mis palabras

que la repiten siempre tercas, roncas

El camposanto de Collioure y la tumba de Antonio Machado son intocables a pesar de los intentos primero de las autoridades franquistas de trasladarlos a España, fue en 1966 con Fraga de ministro de Información y Turismo y la familia se negó desde Chile, y después de algún representante de la Junta de Andalucía que, con motivo del 75 aniversario, se pronunció por llevarlos a Sevilla.

Así opinan –son testimonios recogidos del reportaje de Javier Rodríguez Marcos “1939, el andén del exilio” en el suplemento “Babelia” de “El País” del pasado 16 de febrero- los que le han estudiado y han estado más cerca de él física y afectivamente como el profesor Issorel: “Esta tumba no es solo la de un gran poeta, es el símbolo del éxodo de la España republicana”.

O como la presidenta de la Fundación y profesora de español en un instituto de Perpiñán, Joëlle Santa-García: “Antonio Machado es el portavoz de esos 500.000 españoles que, como él, tuvieron que dejar su país. Desplazar su sepultura sería negársela simbólicamenrte a quienes no tienen su fama”.

O el profesor de la Universidad de Girona, Serge Barba, que en la conmemoración del 75 aniversario del fallecimiento del poeta, en 2014, aludió a la definición de patria de Diderot y D´Alambert, padres de la Ilustración: “no es el lugar donde nacimos sino donde somos libres”.

O la de Ian Gibson: “la muerte de Machado simboliza el infortunio de cientos de miles de exiliados como la de Lorca simboliza la de los fusilados y desaparecidos”.

El hispanista tiene muy claro lo que diría de la España del 2019 el poeta de Sevilla, de Soria, de Baeza, de Segovia….., de España: “Le apenaría vernos insultándonos, él soñaba una España fraterna y dialogante”.

¿Y qué le alegraría? “Era europeísta, le alegraría vernos en Europa, abiertos al mundo ¡y estudiando idiomas sin complejos!”.

https://www.eldiario.es/aragon/elprismatico/Machado-antidoto-Espanas_6_870422977.html