La noticia corre como pólvora. Joan Manuel Serrat viene a Miami. El cantautor español, específicamente catalán, músico e incluso poeta. Creador de grandes éxitos musicales como Mediterráneo, Aquellas pequeñas cosas y Penélope. El mismo que evitaba venir a esta tierra por no sentirse cómodo entre tantos cubanos exiliados. El mismo que tampoco era bien recibido por alabar precisamente la causa que producía el exilio. Un único recital que tendrá lugar en el James L. Knight Center el jueves 6 de noviembre.
Serrat no se limita a interpretar sus viejas canciones. Su carrera musical ha sido tan diversa como fructífera. De hecho, comenzó como miembro del movimiento musical catalán Nova Cançó, que tenía como referente a la chanson francesa y defendía la lengua catalana durante la dictadura franquista. Luego agregó las tonadas que todos conocemos, el canto a las cosas sencillas de la vida y los textos e influencias de Antonio Machado, Miguel Hernández, Rafael Alberti o León Felipe entre otros. Grabó sus discos, recorrió medio mundo y también conoció el exilio. Un amplio andar que le adjudicó la interpretación de diversos géneros, incluyendo el folclore, la copla, el tango, el bolero y algunos sonidos populares de Hispanoamérica.
De aquel Serrat de pelo largo y blue jeans medio gastados recuerdo sus viajes a Cuba, una foto cortando caña y un recital inolvidable en La Habana. Corría el año 1975 y España abrazaba la democracia.
Su canto era fresco e inspiraba esperanza. Frescura y esperanza que nos mostraba sin tener en cuenta que no teníamos derecho a tenerlas. Su melena simbolizaba el privilegio que los jóvenes cubanos no teníamos. Cantaba en el anfiteatro del Parque Lenin cuando sonaron los acordes de Señora. Una canción que tomamos como himno por aquello de pa´ un soñador de pelo largo ¿Qué le va usted a hacer, señora?. Todos brincábamos y cantábamos al unísono, cuando la policía irrumpía salvajemente en las gradas y éramos detenidos. Mi premio fue una rotura en la frente que recuerdo cada vez que me miro al espejo.
Serrat viene a Miami y apenas concederá un par de entrevistas, previamente muy bien pautadas. Las entradas están prácticamente vendidas y la promoción no ha hecho falta. El intérprete de Nanas de la cebolla se marchará y yo me quedaré con mis preguntas sin respuestas.
Autor: Por Jesús Hernández
Información de: http://www.larevistadeldiario.com/
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