(Encuentro de Paco Barranco, Francisco Crespo, Joan Manuel Serrat y JJ Romero en el Chikito. La Opinión)
Quinientos Voltios
Los grandes nunca mueren
Joan Manuel Serrat y Víctor Manuel volvieron a la Granada de su amigo Miguel Ríos
BELÉN LEZAMA
Han faltado Sabina y Ana Belén para que el grupo estuviese completo. En estos últimos días los de más de cuarenta lo han pasado bien. Y muchos de los de menos. Porque esta gente ha gustado a través de las generaciones de manera acumulativa. Y ahí están. Rompiendo la pana desde la década de los sesenta del siglo pasado. Van pasando los años y de repente te los encuentras y te cantan y algo dulce se mueve dentro. Es lo que tiene la música: estimula los recuerdos del pasado mejor que la hipnosis regresiva.
Con Víctor Manuel se lo pasaron en grande en Atarfe el otro día. Lo mismo que Serrat hizo en el Palacio de Congresos con tan sólo un piano, el asturiano eligió también la vía intimista para reencontrarse con su público. Tampoco es que hayan sido nunca una locura espectacular de rasgarse las vestiduras sobre el escenario. Lo suyo fue siempre más de escuchar, de soñar o de pensar. Miguel Ríos sí. Miguel nos ponía a brincar y a volar cuando le daba la gana y nos convertía a todos en roqueros de cuero.
Pero lo que es reconfortante es comprobar que cuando la gente es buena, lo es siempre. Se hace eterna. Con arrugas y con vetas grises en lo que fueron un día largas melenas, de repente aparecen sobre un escenario y son los mismos. Y te hacen ser el mismo. Porque además ellos siempre están más guapos y más cuidados que sus seguidores colgados de toda la vida que, la verdad, mimamos menos la imagen. Y eso nos rejuvenece. Una gozada.
Y luego está que cuando se juntan da gusto verlos. Y si se juntan en Granada, pues más cerca que lo sientes. Dice Serrat que adora pasear por esta ciudad. Y no debe ser mentira porque al día siguiente al concierto aún estaba por aquí. Y hasta se fue a comer al Chikito con su amigo Luis Oruezábal. Se conocen desde hace siglos. Del pasado futbolístico de Luis y de la tira de veces que Joan Manuel ha comido en el Chikito en sus sucesivas visitas a Granada. Se comió unas gambas y un trocito de lubina -poco, porque come más bien poco, pero bien- y disfrutó de una larga y agradable sobremesa con varios amigos más.
Y hablando de lo que más le gusta ahora del mundo: de vinos, de su bodega y de las demás, de gastronomía y de deporte. Eso, y sus largas temporadas en su casa de Mallorca al lado de su familia. Por eso, dos de los amigos que sentó a su mesa le arreglaron el día aún más, si cabe: Paco Barranco y J J Romero. El primero, gerente de la empresa municipal de grandes eventos deportivos y uno de los ejecutivos en estos menesteres más prestigiados y solicitados del país. Que ya nos lo han querido quitar desde Madrid más de una vez.
Falsa alarma. Porque Barranco anda inmerso ahora en la candidatura de Granada como sede de la Universiada 2015, que parece que la cosa se resolverá favorablemente para esta ciudad y su Universidad y tendremos fiesta deportiva internacional. En mayo lo sabremos. El segundo, presidente y propietario del CB Granada. Un caramelo para Serrat, loco por el Barça y por el baloncesto. Jota se tuvo que oír más de un piropo a costa de su valentía en su apuesta privada por el baloncesto local. Así es. Las cosas desde fuera se aprecian más, digo yo que habrá pensado el empresario al oír tanto halago. Bienvenidos siempre.
Imagen e Información de: http://www.laopiniondegranada.es/
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