Emocionado final con Serrat
El cantautor catalán trajo al Generalife su nuevo disco sobre Miguel Hernández para clausurar el Festival
Eladio Mateos Actualizado 15.07.2010
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos, dice un memorable verso de Pablo Neruda. Algunos de los que anoche estábamos en el Generalife para asistir a la atípica clausura de esta atípica 59 edición del Festival de Música y Danza, seguramente nos acordamos del verso al ver aparecer en el escenario a esa leyenda viva de la música popular en español y catalán que es Joan Manuel Serrat, que seguramente ha dejado ya atrás su mejor época de condiciones técnicas, pero que ha atesorado una sabiduría escénica y emocional enorme. Si además el programa versaba sobre un poeta tan hondamente humano como Miguel Hernández, estaban dadas las condiciones para esa oleada de emoción que recorrió el repleto Teatro del Generalife nada más empezar el recital, y que marcó ya el rumbo por el que iba a transitar el concierto, que agotó todas sus localidades. El cerrado abrazo, perdón, aplauso de bienvenida del público al artista fue para los asistentes la manera de reconocer todo lo que Joan Manuel Serrat representa en nuestras vidas.
El desafío enfrentado por el valiente cantautor en su último trabajo discográfico, que anoche presentó en Granada, no era pequeño, porque en la memoria de todos está grabado aquel disco de 1972 con el que Serrat nos descubría a un Miguel Hernández todavía acallado por el franquismo. Cuarenta años después, ya no somos los mismos ni el cantante, que ha madurado intensamente, ni el poeta, hoy reconocido como uno de los más importantes de nuestra literatura, ni el público siquiera, y aquel tono reivindicativo de clásicos como Nanas de la cebolla o Para la libertad casi no está presente en las nuevas canciones, que el cantante intercala con algunos de sus viejos temas y textos del poeta. Es cierto que de alguna forma se mantiene el tono estilístico de la música y hay cierta continuidad melódica en estos dos trabajos de Serrat tan alejados en el tiempo, pero ha abierto el abanico de temas incorporando poemas de todas las épocas de Hernández, desde sus versos juveniles hasta sus ultimísimos poemas. Es muy difícil para estas canciones nuevas, Tus cartas son un vino, Cerca del agua, Sólo quien ama vuela, Canción del esposo soldado o la encantadora La palmera levantina, competir con esos grandes clásicos que nos han acompañado tanto tiempo. Serrat se ayuda, en un espectáculo multimedia que casi no necesita, de proyecciones de cortos de importantes directores como Isabel Coixet, José Luis Cuerda o Montxo Armendáriz, con imágenes que más que ilustrar las canciones evocan el ambiente poético de los versos musicados.
El público, muy heterogéneo, disfrutó enormemente del recital y aplaudió con fuerza durante todo el espectáculo, únicamente compuesto por las canciones dedicadas a poemas de Hernández. Serrat, que dijo sentirse orgulloso de actuar en un Festival como el de Granada "con tantos y tan buenos amigos", y su banda de excelentes músicos supieron a poco a pesar de las casi dos horas de concierto. Emotiva, particular y sugerente la clausura de este 59 Festival que llenó de canciones y poesía la noche de Granada.
Información http://www.granadahoy.com/
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