Siempre Serrat, Siempre Miguel

Siempre Serrat, Siempre Miguel

Sabrán a poco, puesto que será una ración de videoclips de apenas cuatro minutos diarios, pero con ellos, a las nueve de la noche, la televisión vuelve a enaltecerse. No hacen falta excusas para regresar a la poesía de Miguel Hernández y para volver a Serrat. Así es que una vez concluido y celebrado el año del centenario del poeta, volvemos a acogerle con gusto.

Lo que veremos estas trece noches es hermosísimo. Cineastas poniendo imágenes a los poemas, autores de prestigio ilustrando los versos a los que Serrat puso voz y melodía. Yo no me canso de verlos y escucharlos. David Trueba, con obras de Joaquín Risueño, "Sólo quien ama vuela", Isabel Coixet "Tus cartas son un vino", José Luis Cuerda "El mundo de los demás", Pedro Olea la "Elegía". A cuál más bella. Alguna, muy vibrante, como ocurre en la más alegre de todas, "La palmera levantina", una animación a cargo de Javier Mariscal. Otras repletas de símbolos y gestos, como ese "Para la libertad" coreografiado con el lenguaje de los signos, de Gómez Pereira.

Casi todas melancólicas, como "Las abarcas desiertas", esa cumbre de la poesía íntima fusionada con la social, con imagen de Agustín Sánchez Vidal. Mientras los demás canales ofrezcan el sumario de los informativos, La 2, a su aire, nos insuflará poesía y música de la buena. Y para algunos será inevitable recordar momentos intensos del año 2010. Como aquella mañana del primer día del verano en la que Joan Manuel Serrat fue investido doctor honoris causa por la Universidad Miguel Hernández.

Una mañana en la que todo fue hermoso. Una mañana en la que aprendimos a querer, todavía más, a un cantautor único, repleto de hondura, inteligencia y calidad humana.



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