Hay vida para Miguel después del Centenario
Actividad de la Fundación. En la Fundación Miguel Hernández había un lema: "El Centenario nos pillará trabajando". La intensa actividad cultural programada por este organismo público ni se inició ni acaba con el Año Hernandiano, porque después de recordar al poeta en su cumpleaños número 100 llegan el 101, el 102, el 103...
E. G. B.
12/06/2011
En 2011, la actividad cultural en la Fundación Miguel Hernández es prácticamente la misma que en 2010, aunque los focos del Centenario se hayan apagado. Cerrado ya el aniversario del poeta, el calendario sigue estando lleno de publicaciones programadas, exposiciones ultimándose y actividades previstas. Y es que antes del Año Hernandiano en la Fundación tenían un lema: "El Centenario nos pillará trabajando", así que nada comenzó ni nada se ha acabado con el año 2010.
Esta última semana sin ir más lejos se ha fallado el I Concurso de Cortometrajes organizado junto a la Universidad Miguel Hernández y se ha presentado el monográfico de la revista argentina Proa dedicado al poeta oriolano. Y es que sólo las actividades previstas desde el pasado diciembre incluyen 25 publicaciones, programas de animación lectora con colegios, asociaciones de padres y de profesores o diez exposiciones, entre las que se encuentra "Miguel Hernández y Orihuela", que estuvo prevista para 2010 y que relacionará al poeta con el escenario económico, político o literario de su ciudad natal. Con iniciativas como esta, la Fundación intenta abordar la vida y la obra del poeta desde hechos contrastables, despejando incluso algunos mitos que rodean a su figura.
Formación
La Fundación se ha gestionado desde sus inicios con una línea clara que aúna cultura, formación y empleo. Desde 2002 (pese a que los estatutos de la entidad datan de 1994, es hace nueve años cuando comienza a materializarse el proyecto) han pasado por el Centro de Estudios Hernandianos unas 170 personas a través de talleres o programas de empleo del Ministerio o del Servef y otras veinte con contratos temporales. Filólogos, bibliotecónomos o documentalistas han proyectado la labor de la Fundación Miguel Hernández a través de tres módulos fundamentales: La edición de la revista El Eco Hernandiano digital, la digitalización de documentos y el mantenimiento de la página web.
Pero el trabajo no se ha limitado a lo digital, pues una de las cuestiones prioritarias que se han de solucionar es la falta de espacio para guardar y exponer la colección bibliográfica y pictórica que ha ido acumulando la Fundación y que sigue creciendo a través de donaciones. Del edificio vacío y una casita anexa a la casa museo de Miguel Hernández, en la calle Arriba de Orihuela, se ha pasado en casi diez años a una sede donde se apilan cuadros y libros (sólo con las publicaciones de la propia Fundación las estanterías son ya insuficientes), una sala de exposiciones y una zona de "merchandising".
"Las instalaciones se han quedado pequeñas afortunadamente", comentan desde la Fundación. De hecho, la Biblioteca Pública del Estado de Orihuela mantiene una Sala Hernandiana que se nutre también de sus fondos. Y es que la dinámica de esta entidad pública avanza como una bola de nieve difícil de parar, porque "la actividad genera más actividad", resumen. Los contactos iniciados con otras fundaciones, asociaciones o revistas culturales no dejan de arrojar proyectos y nuevas iniciativas de colaboración que favorecen que muy lejos de Orihuela y muchos años después de su muerte haya muchos que a Miguel Hernández le llamen simplemente "Miguel" porque le siente así de cercano.
Información http://www.diarioinformacion.com/vega-baja/2011/
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