José Sacristán: “Machado es un inmejorable compañero de viaje”
El actor español trae su obra hoy al Independencia: “Caminando con Antonio Machado”. Aquí, íntimo con Estilo.
jueves, 27 de octubre de 2011
Esta es la escena: en Ojo de Agua, un pueblito de Santiago del Estero, José Sacristán cruza la puerta de una cantina. Es pleno mayo y está filmando la road movie “El muerto y ser feliz” (bajo las órdenes del español Javier Rebollo) que recorrió los tres mil kilómetros que separan Buenos Aires de La Quiaca.
Meses después, el actor español vuelve a aquel “boliche ubicado al lado de la gasolinera”. Es que allí se prepara “el mejor pollito a la cacerola de Argentina”, dice él con acento español y, verbo ágil, dibuja una broma: “Ya soy un agente de turismo. En cualquier momento voy a montar una empresa”.
Claro: a sus 73 años y con una relación que suma tres décadas con el país, José Sacristán conoce nuestras rutas como la palma de su mano. Incluso, aquí se casó, en 2008, con Amparo Pascua, su actual esposa (actriz, productora y asistente de dirección de obras teatrales y de óperas).
Este año, tras rodar este filme junto a la uruguaya Roxana Blanco, el actor volvió a salir de gira. Esta vez, con “Caminando con Antonio Machado: de Los días azules a El sol de la infancia”, una obra que rinde homenaje al escritor sevillano, referente de la Generación del ‘98; aquél movimiento de ensayistas cuya cruzada literaria se fundó en la revalorización de la paisajística española.
Con los versos de Machado y las melodías del piano de Facundo Ramírez, Sacristán recaló en el búnker palermitano La Trastienda durante mayo y junio; visitó escenarios del interior del país; y agotó localidades en el teatro Solís de Montevideo. Ahora, el actor español llega al teatro Independencia.
Antes de su arribo, “escribe” impresiones este espectáculo en el que Machado dialoga con Albéniz, Debussy, Villalobos, Brahms, Schumann, Liszt, Chopin, Mozart y Mompou.
-¿Cuándo comenzaste a caminar con Machado?
-Todo surgió de un propuesta que me hicieron en un ciclo de música de Soria (España). En ese momento, una pianista eligió la música y yo, unos poemas de Antonio Machado. Después, con Facundo Ramírez (músico, compositor, actor y director de teatro) armamos un gráfico argumental con poemas que muestran a un Machado íntimo, político y descriptivo; exceptuando los que canta Joan Manuel Serrat, porque ya tienen vida propia. Es una representación teatral en el que Don Antonio resucita en Collioure (Francia) y es llevado a su Sevilla Natal.
-¿Por qué esa vuelta a la infancia del poeta?
-Poco después de la muerte de Don Antonio, su hermano José encontró en el bolsillo de un gabán lo último que Machado escribió: “estos días azules y este sol de la infancia”. Con Facundo nos hemos tomado la libertad de interpretar estas palabras como su último deseo: volver a la Sevilla que le vio nacer.
-¿Machado está dentro de tus libros de cabecera?
-Mis libros de cabecera son los autores de la Generación ‘98; por su identidad, lucidez, testamento poético, literal y filosófico son referentes humanos imprescindibles. Y entre ellos, Machado no sólo es uno de los más grandes poetas, sino de uno de los más honrados, próximos, leales, sencillos, consecuentes y lúcidos pensadores-testigos de su tiempo. De todos los tiempos. Inmejorable compañero de viaje.
-¿Te estás dando un “gustito”, entonces?
-Es un privilegio. Llevo 60 años ganándome la vida con la actuación y dedicar mi tiempo a volver a caminar de la mano de este hombre es maravilloso. Más allá del hecho cultural, está presente la emoción que traduce Antonio Machado en su obra: su amor, Dios, paisaje, paisanaje. Es la mirada del hombre.
-¿Cómo recibe el público argentino este trabajo?
-En las grandes ciudades el público es variopinto. Pero más allá de la reacción del deber cumplido, hay una química con Machado de por medio, una constante de emoción y de interés. Hace poco hicimos una función en Santiago de Chile, en donde falleció José, su hermano, y viven sus dos sobrinas. Ellas, que estaban en el teatro, al final, se me acercaron, emocionadísimas.
-¡Vaya encuentro!
-Si hubiera sabido que estaban allí, no me hubiera atrevido a salir a escena.
-¿Cuál es tu próximo destino en 2012?
-Me invitaron al Festival de Teatro Clásico de Almagro para interpretar “El Quijote De la Mancha”.
José Sacristán grafica un punto aparte con un silencio espontáneo y breve. “Sin embargo, esto que estoy haciendo es la diana de la satisfacción. Es una gozada. Y tiene un valor añadido: la lectura emocional de hacerlo en Argentina”.
La ley del deseo
José Sacristán llegó al país en abril con un proyecto cinematográfico bajo el brazo. Hacía 20 años, desde “Un lugar en el mundo”, que los rincones de Argentina no eran locaciones de rodaje para él... Pero ahora, con “El muerto y ser feliz”, una coproducción hispano-franco-argentina de cine independiente, lo recorrería de punta a punta.
El filme, el tercero de Rebollo, también tiene como leit motiv “el último deseo” de un hombre pero, a diferencia del prosista español, éste no vuelve de la muerte sino que se acerca a ella. En él, Sacristán es un asesino a sueldo que no asesina y que, tras saber que su vida se apaga, decide escapar del hospital y cumplir su deseo: unir Buenos Aires y La Quiaca, a bordo de un Chevrolet desvencijado.
Ese raid lo lleva a seis provincias (Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, Salta y Jujuy), las mismas en donde luego volvió junto a Machado. “Es muy curioso pasar por los lugares. Ya soy un agente de turismo, en cualquier momento voy a montar una empresa”, bromea el español sobre el periplo.
Mariela Encina Lanús - mencina@losandes.com.ar
Información http://www.losandes.com.ar/notas/2011/10/27/jose-sacristan-machado-inmejorable-companero-viaje-602576.asp
No hay comentarios.:
Publicar un comentario