miércoles, octubre 31, 2012

Miguel Hernández, un poeta mártir de la revolución

Miguel Hernández, un poeta mártir de la revolución

31/10/2012
 
DEDICADO AL CANTOR MAYOR, OTRO POETA DE LA REVOLUCION…

Miguel Hernández, nació en Orihuela (España) el 30 de octubre de 1910.Hijo de un pastor de ovejas y cabras, vivió una infancia pobre, con limitaciones económicas. El poeta José Luis Ferris, en su libro, “Miguel Hernández, pasiones, cárcel y muerte de un poeta”; describe: “aun no ha aprendido las primeras letras y ya sabe a la perfección a que hora cantan los pájaros y en que momento duerme el rebaño. Ha asistido al rito nupcial de las ovejas y reconoce la llegada del otoño por la humedad que impregna la tierra y el aire que respira.”. Por su destacada participación en los años de la enseñanza, le fué otorgada una subvención como reconocimiento a su rendimiento en el colegio. Las circunstancias lo llevan a trabajar en el comercio de textiles, donde le asignan las tareas de barrer y de recoger de telas. Comienza a escribir poesías en la adolescencia. En contra de la voluntad de su padre, se arriesga a transitar nuevos caminos que lo llevaron a Madrid. Todo le sale mal, no pudo conseguir trabajo, situación que lo obligó a dormir en la calle y debajo de puentes. Además de la poesía, participó en el teatro y publicó en revistas.

Se vincula al grupo de intelectuales y poetas, donde participaban, entre otros, Federico García Lorca y Pablo Neruda; este ultimo, ejercía cargo diplomático en representación del gobierno de Chile.

El proceso político previo a la guerra civil española, llevó a Miguel Hernández a tomar partido en la política. Ingresó en las Milicias Populares del Quinto Regimiento, donde participó en duros entrenamientos e instrucción a las órdenes de figuras destacas del Partido Comunista y militares profesionales. Escribió destacando el espíritu solidario: “Soldados de todos los países en la Trinchera. No es hora de hablar de la familia de uno: sino de la familia de todos, no existen las naciones, las razas; las fronteras las ha inventado el egoísmo. Uno es moreno, otro rubio, pero en las venas late una misma sangre humana y roja. En la vida no se puede ser otra cosa mas principal que soldado contra todos los movimientos venenosos. Estoy cansado pero no estoy vencido…”. En los sucesos que fueron surgiendo, en las duras circunstancias de la acción política, en la guerra civil española, cruzó clandestinamente la frontera hacia Portugal después de burlar las pesquisas de los cuerpos represivos, sin documentos, con hambre y sin dinero. Necesitado de dinero para poder comer y recuperar fuerzas, se vió en la necesidad de vender la chaqueta y el reloj a un comerciante dedicado a esa actividad, pero el comprador, resultó ser un sapo o soplón, a quien le pareció extraño aquel personaje, procediendo a reportar a la policía. El soplón, por la información recibió cinco (5) pesetas como pago. Miguel Hernández es detenido, apaleado, golpeado en la espalda y riñones, hasta orinar sangre, sin que le sacaran una palabra que comprometiera la causa por la cual luchaba.

Miguel Hernández fue ruleteado por diversas cárceles y juzgado por los tribunales militares. Finalmente, el tribunal lo sentenció a la pena de muerte. Todos los días a las cuatro de la mañana, los esbirros procedían a llamar a quien le tocaba fusilamiento. El poeta estuvo meses esperando ser llamado para que lo llevaran al paredón. Las condenas antes de ejecutarlas, eran revisadas por el General Franco, quien al tener en sus manos la sentencia del poeta, le preguntó al Ministro del Ejército quien era el personaje. Éste le contestó, que era un poeta como Federico García Lorca, además, intercambiaron opiniones sobre las repercusiones que pudiera tener la ejecución, que alcanzaran a ser semejante a las de García Lorca, asesinato que fué condenado a nivel mundial. Franco, pronunció una frase: “otro García Lorca no”. Cambió la sentencia por la treinta (30) años y un día.

Las condiciones carcelarias eran precarias. El poeta se enfermó. La salud se deterioró sin la atención médica necesaria. Era el 28 de marzo de 1942, Coincidencialmente, con el aniversario del nacimiento del Precursor Francisco de Miranda, fallecido en una cárcel española, por haberse revelado contra el colonialismo:“A las 5,30 de la mañana, según el parte extendido por el jefe de los servicios médicos del reformatorio, fallecía “el recluso hospitalizado en esta enfermería, Miguel Hernández Gilabert, a consecuencia de Fimia pulmonar, según me manifiesta el medico auxiliar recluso. Ha recibido los Auxilios Espirituales…”.

Con este artículo, quiero rendir homenaje a dos poetas y cantores de la Revolución: Miguel Hernández y Alí Primera, en los aniversarios de haber visto la luz del mundo y quienes dedicaron, los mejores momentos de sus vidas a la luchas por un mundo sin oprimidos.



Información..http://www.aporrea.org/actualidad/a153413.html

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