sábado, febrero 14, 2015

El cantor rebelde de ciudades, de amigos, de mares, de mujeres…


El cantor rebelde de ciudades, de amigos, de mares, de mujeres… 

En 1971 grabó un disco que hasta la fecha es uno de los favoritos del público y la crítica: Mediterráneo; sus letras fueron censuradas por tener “mensajes velados” contra el régimen franquista
Mantengo la ilusión en este oficio, de escribir canciones y cantar”, dijo Serrat a finales del año pasado cuando salió su más reciente producción discográfica Antología desordenada, con la que celebra 50 años de carrera.

Este joven de 72 años debutó oficialmente un 18 de febrero de 1965, cuando fue al Estudio Toreski de Radio Barcelona a uno de los programas más populares de la radio catalana de ese entonces, y ahí presentó con guitarra en mano sus primeras canciones.

A partir de entonces, el joven del Poble Sec barcelonés inició sus conciertos públicos y grabó su primer disco. El nombre Joan Manuel Serrat se hizo constante en las pocas revistas y publicaciones que hablaban de música, pero lo que más llamaba la atención es que ese muchachito que pintaba para perito agrícola cantaba en catalán.

El nuevo talento incluso protagonizó un especial de televisión en catalán. Sin embargo, en esos años, 67-68, bajo el régimen de Francisco Franco, todo lo que sonara a rebeldía era delito. El Generalísimo decía “sí eres español, habla español”.

Cuando fue invitado al Festival Eurovisión en 1968, se le advirtió que no podía cantar en catalán. Serrat entonces se negó a participar. El certamen lo ganó la jovencísima Massiel con la misma canción que él iba a cantar, claro, en español.

Para entonces el público de Serrat ya no sólo era el catalán o el español, ya en prácticamente todo el mundo lo conocían y en América era todo un fenómeno. Sus canciones representaban un movimiento de libertad y más en una época convulsa en la que los países latinoamericanos tenían su propia experiencia con las dictaduras.

En 1971, grabó un disco que hasta la fecha es uno de los favoritos del público, y no sólo de aquél que simpatizó con la lucha social o la nueva canción en los setenta, sino de gustosos del pop, pero sobre todo de rockeros. Se trata de Mediterráneo, cuya canción que le da nombre surgió de su inspiración, sí en el mar, pero también del gusto de Serrat de “Take Five” interpretada por Dave Brubeck.

La carrera de Joan Manuel Serrat no se ha visto manchada por los chismes, o cotilleos como dicen en su tierra, de las revistas del corazón. Se ha mantenido discreto con su vida personal y no habla mucho de su familia. A excepción de las bromas que hace en las presentaciones, donde habla de los novios de sus hijas “individuos que dan cuenta de mi jamón, mis berberechos y de mis hijas”. Sin embargo en la época de Mediterráneo, no faltó el pasquín que habló de un hijo secreto de Serrat. Su primer hijo que nació en el 71 y que nunca escondió.

Llegó a México por segunda vez. Era la mitad de los setenta y Serrat ya se había manifestado contra el fusilamiento de tres militantes de las FRAP y dos de ETA por parte del régimen del dictador Francisco Franco. Al bajar del avión dijo que en su país había una “violencia establecida y oficial”, eso bastó para que se girará en su contra una orden de aprehensión y el veto total a su trabajo.

Serrat pasó un año en México. Después de un regreso apoteósico a su país, con más conciertos y discos, Serrat entró de lleno a otra era de cambios, la década de los ochenta, según él, una de las más creativas en su país. Aunque no fue parte de esa movida, el cantante considera que los grupos que surgieron “fueron como una bocanada de aire fresco, como Nacha Pop y Radio Futura”.

Autor que no ha dejado de preocuparse por lo que pasa en la sociedad, por la ecología y por la justicia, Serrat ha sabido combinar muy bien las canciones de propia autoría como los poemas que ha convertido en canciones, como los de Antonio Machado y Miguel Hernández.

Muchas de sus letras fueron censuradas por tener “mensajes velados” contra el régimen y él mismo ha sido vetado por sus declaraciones en contra de sistemas totalitarios. Como los comentarios adversos al gobierno de Pinochet en un concierto que ofreció en Argentina, lo que le costó la censura total en Chile y la prohibición de entrar al país, hasta 17 años después, en 1990, cuando se presentó en un inolvidable y emotivo concierto en el Estadio Nacional, en donde interpretó “Volver a los 17”, de Violeta Parra.

Serrat ha compartido escenario con diversos artistas, como Lola Flores, Rocío Jurado, Víctor Manuel, Ana Belén, Miguel Ríos y Joaquín Sabina, su cómplice (con quién hizo un documental y actualmente se presenta en Ambulante), ha hecho películas, “tres, muy malas”; ha sido merecedor de diversos premios y reconocimientos, el más reciente en Las Vegas, y hasta una de sus canciones fue usada en un anuncio de toallas sanitarias (“Hoy puede ser un gran día”), y es sobreviviente de cáncer (de vejiga).

Un cantor y contador de historias que hablan de ciudades y de amigos, mares y mujeres, complicidades y recuerdos, encuentros y huídas. Un catalán internacional que va más allá de idiomas y generaciones. Un cantor y un embustero que graba 50 canciones “con la voz de ahora”, y se embarca en una gira de más de 100 conciertos para celebrar 50 años de “este oficio de escribir canciones y cantar



http://www.razon.com.mx/spip.php?article247951

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