Joan Manuel Serrat: esas pequeñas cosas
El catalán volvió a Mendoza, celebrando sus cincuenta años sobre los escenarios, y revalidó su estatura artística ante más de dos mil personas en el Arena Maipú.
17 de Marzo de 2015
Yo recordaba de Joan Manuel Serrat algunos discos: Mediterráneo (1971), Cada loco con su tema (1981),Utopía (1992). Sabía que había publicado muchos más durante su larga y exitosa carrera. También sabía que desde hace más de cuarenta años es uno de los músicos más escuchados por varias generaciones, que recibió tantos premios que sería difícil enumerarlos y que es uno de los artistas que inspiran, más que todo, admiración. A Joan Manuel Serrat primero que nada se lo quiere.
Además, y con el paso de cada canción interpretada por el catalán, me resultó entrañable comprobar que Serrat viene conversando apasionadamente hace muchos años con el amor, la política, los viajes, las culturas, el compromiso social, la infancia, los amigos, la música
en una conversación sin certezas y que tiene todo el aspecto de no terminar jamás. Es decir, una verdadera conversación con la vida.
Antología desordenada es el título de un disco recopilatorio que el catalán publicó el año pasado para celebrar medio siglo sobre los escenarios, pero también, es una denominación justa para el repertorio con el que el artista deleitó anoche a más de dos mil mendocinos en el Arena Maipú.
Un repaso por distintas canciones que llevan un largo tiempo siendo partes del imaginario popular, algunas muy íntimas y otras que, quizás por el devenir de las cosas, son la base de una obra musical eterna.
Esta retrospectiva que plantea Serrat no le jugó una mala pasada entendamos la dificultad que significa elegir veinte canciones de un vasto repertorio creado durante cincuenta años- es más, creo que supo adornarlo de una intensidad y profundidad completamente emotiva.
El inicio del concierto estuvo signado por El carrusel del Furo, De vez en cuando la vida y De cartón piedra, que gracias al acompañamiento de su banda- integrada por David Palau (guitarra), Raui Ferrer (bajo y contrabajo), Josep Mas (teclados), Vicente Climent (batería) y el maestro Ricardo Miralles en piano- suenan ajustadas y no pierden la chispa vital que determinan en ocasiones el paso del tiempo.
Es notable apreciar el fuerte vínculo que el artista entabla con el público durante cada show. Esos supuestos monólogos que funcionan como un descanso para el artista, no dejan de ser momentos muy íntimos donde se sienta en una silla y cuenta historias sobre su vida o sobre anécdotas que vivió en alguno de sus tantos viajes al país. Anoche dedicó parte de su tiempo para reflexionar sobre la dura derrota del Tomba contra Lanús; de la primera vez que se presentó en la Argentina en 1969; recordó el Cordobazo; sus andanzas por Mendoza con Victor Heredia; y cuando probó por primera vez los Parisiennes.
Volviendo a la música, continuaron canciones de distintos momentos de su carrera. La inolvidable Algo personal; canciones emotivas como Mi niñez; y otras que forman parte de nuestra historia como El sur también existe, único texto que el poeta uruguayo creó en 1985 especialmente para Serrat.
También hubo tiempo para un sincero homenaje a su repertorio en catalán con Canción de Cuna, Palabras de amor y Ahora que tengo veinte años, marcando quizás el momento más emotivo de la noche, seguida por una versión de Vendedor de yuyos del gran Atahualpa Yupanqui.
Hace 50 años hice mi primer concierto en público y esta antología desordenada es un agradecimiento a todas las personas que estuvieron y que están trabajando conmigo durante todo este tiempo. Pero también esto es una antología cómplice que me atraviesa, fueron las palabras del catalán antes de invitar al escenario a dos cantantes mendocinos (Sebastián Garay y Anabel Molina) para interpretar Aquellas pequeñas cosas, Es caprichoso el azar y Fiesta.
Obviamente estaba reservado para todos una selección de sus canciones más recordadas como Mediterráneo,Lucía, Para la libertad, Hoy puede ser un gran día, No hago otra cosa que pensar en ti y el cierre conCantares, temas imposibles de no interpretar en un show que intenta hacer un repaso de su carrera, aunque sea de forma desordenada.
Luego de dos horas de concierto, y cuando Serrat abandonó por tercera y última vez la sala, el público se mantuvo en sus lugares como si las veintidós canciones interpretadas por el catalán no fueran suficientes o como si la cita pudiera tener otro final que un nuevo encuentro.
http://www.mdzol.com/nota/594453-joan-manuel-serrat-esas-pequenas-cosas/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario