Nostalgia e invitados: así es el show que trae Serrat para celebrar sus 50 años de historia
El cantautor llegó ayer a Chile para su recital de mañana en Movistar Arena. El concierto de dos horas incluye clásicos remozados y temas en catalán.
por Andrés del Real - 21/04/2015 - 07:15
“Nano, Nano, Nano”. El cariñoso apodo que los argentinos escogieron para Joan Manuel Serrat es repetido como un mantra por las cerca de 3 mil personas que repletan el teatro Gran Rex de Buenos Aires, durante el primero de los doce conciertos que el catalán dio el mes pasado en la capital trasandina (ver video). Padres con hijos, grupos de mujeres mayores, calcetineras adolescentes: todos quieren un pedazo de Nano, y éste intenta responder con cortesía e ingenio cada uno de los gritos de admiración -y más de una propuesta amorosa- que recibe desde la platea.
El diálogo entre audiencia y trovador se repite durante las dos horas que dura la presentación de Antología desordenada, la gira basada en el disco cuádruple del mismo nombre lanzado en noviembre pasado, con el que Serrat inició las celebraciones de sus 50 años de trayectoria artística. El mismo tour que mañana a las 21.30 horas llegará al Movistar Arena -donde aún quedan las últimas entradas a la venta- y que luego pasará por Suractivo de Concepción antes de continuar por Europa.
Si bien el paso por Chile de Serrat y sus 50 años será en dos grandes recintos, y no con muchas fechas en teatros más pequeños como hizo en Argentina, en escena el espectáculo mantendrá el formato. Allí, tal como en el álbum de estudio, el trovador presenta versiones remozadas de los mayores clásicos de su extenso catálogo, además de algunas piezas menos populares de su gusto personal.
Y si en el registro de estudio reversionó estos temas acompañado de diversos artistas hispanoamericanos -desde Silvio Rodríguez a Calle 13-, en la actual gira lo hace sólo secundado por una sobria banda de cinco músicos, liderada por el experimentado pianista Ricardo Miralles -el histórico arreglista y director musical del catalán-, en la que prevalece la eficacia por sobre la pomposidad instrumental.
La austeridad también se traduce en la escenografía: un sencillo telón azul y un pequeño adorno de luces que de vez en cuando va cambiando de colores, es todo lo que acompaña al cantautor y su grupo.
ALGO PERSONAL
De vez en cuando la vida, su emocionante himno de 1983, es el tema que Serrat escoge para abrir la noche frente al público argentino, y el que desata las primeras exclamaciones de júbilo desde la audiencia. Le siguen El carrusel del Furo, De cartón piedra, Algo personal y Hoy por ti, mañana por mí, además de dos piezas del catálogo más nostálgico y emotivo del cantautor: Mi niñez y Niño silvestre, antecedidas por un sentido llamado de atención del español hacia el abandono de niños en el planeta.
No es la única frase que el músico lanza desde el escenario: entre canción y canción, aprovecha de rememorar viejas anécdotas de sus comienzos en la música, se burla de sus 71 años de edad y desclasifica una que otra historia personal en Argentina, uno de los primeros países que visitó junto con Chile.
Tras un segmento dedicado a su repertorio en catalán -que incluye Cançó de bressol, Paraules d’amor y Fa vint anys que tinc vint anys- Serrat continúa paseando por himnos como Para la libertad, Mediterráneo, Fiesta y Lucía, éstas dos últimas, interpretadas junto a los trasandinos Víctor Heredia y Celeste Carballo, los invitados sorpresa de la noche. Una idea que el cantante ha repetido en toda la gira, y que pretende replicar mañana en Santiago.
Tras casi dos horas, y ante la insistencia de una fanaticada eufórica, el músico regresa al escenario para cerrar la velada con lo más popular de su discografía: Penélope, La mujer que yo quiero, Barquito de papel y Tu nombre me sabe a yerba, algunos de los temas que sostienen la leyenda de una de las más grandes figuras de la música en español.
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