viernes, julio 29, 2016

Cuatro voces clásicas que reviven un pasado ideal



Cuatro voces clásicas que reviven un pasado ideal

No fue ayer, aunque los trajes parezcan los mismos. Hace veinte años que Ana Belén, Victor Manuel, Miguel Ríos y Joan Manuel Serrat se embarcaron en una de las giras más exitosas de los noventa en España. Ahora, han vuelto a la carretera con la intención de comprobar si aquel traje les sigue valiendo y si el repertorio sigue soportando el peso de los años. Por ahora, las crónicas dicen que sí, esta noche toca validarlo en A Coruña

JAVIER BECERRA29 de julio de 2016. Actualizado a las 04:00 h.


Eran otros tiempos. Y se movían otras cifras. Pero en la industria discográfica muchos suspiraban cuando se recordaba El gusto es nuestro. Es el título del disco que en 1996 grabaron conjuntamente Ana Belén, Víctor Manuel, Joan Manuel Serrat y Miguel Ríos. También el de la gira posterior, compuesta por 33 conciertos a los que asistieron medio millón de personas. En ellos se entremezclaron canciones de unos y otros, contagiándose de la personalidad de los artistas y creando un paquete grabado en la memoria colectiva. Para muchos, España camisa blanca de mi esperanza, Mediterráneo, Bienvenidos o El hombre del piano resuenan en la memoria exactamente igual a cómo se interpretaron en aquel año.

Han pasado dos décadas. Entonces, a mediados de los noventa, se empezaba a saborear la nostalgia como refugio. Hoy se trata ya de una tendencia universal. Cuando el mundo parece vivir siempre con un pie en el futuro con la tecnología, en muchas disciplinas artísticas la mirada gira hacia atrás de continuo. Y, en música, el movimiento resulta brutal. Víctor, Ana, Serrat y Miguel Ríos continúan siendo amigos. Mantienen el poder de convocatoria. La gira está de aniversario. Para la industria se trata de una perita en dulce. Resultado: los cuatro vuelven a la carretera a intentar revivir la magia de todo aquello.

En A Coruña se recuerda, con suspiros y risas evocadoras su concierto del 12 de agosto de 1996. Tuvo lugar en el Coliseo y acudieron 12.000 personas. Es decir, un lleno hasta la bandera. Empezaron con Hoy puede ser un gran día, colocaron al público entero en la palma de la mano y lo mecieron al gusto, igual que habían hecho dos días antes en el Estadio de Pasarón de Pontevedra, ante 10.000 seguidores. Esta vez no podrá congregarse una multitud tal. Las nuevas normas de seguridad limitan el aforo del Coliseo a 8.500 asistentes. Los que acudan se reencontrarán con muchas cosas. Pero los artistas que están en el escenario también. Hay mucho de Galicia en ellos. Unas veces bueno, otras no tanto. En algunos casos incluso se podría decir que su vida sería totalmente diferente de no haber caído por aquí.

El amor coruñés

Si Víctor Manuel y Ana Belén son pareja es porque un día se encontraban en el momento exacto y el lugar oportuno. El momento, verano de 1971. El lugar, A Coruña. Él actuaba en el Pabellón de los Deportes con Julio Iglesias. Ella tenía función en el Teatro Rosalía de Castro, participando en la obra Sabor a miel. Una compañera de Ana Belén que conocía a Víctor los presentó. Quedaron en verse tras el concierto. Lo hicieron. El empresario coruñés Nonito Pereira los llevó al local que entonces regentaba: el Playa Club. Allí se reencontraron, hablaron y se enamoraron formando una de las parejas más célebres del mundo del espectáculo en España.

Quedaba claro que Galicia le traía suerte a Víctor Manuel. No se trataba del primer chispazo de fortuna sentido aquí. Lo dejó claro el pasado mes de febrero en este mismo suplemento: «Ganar un concurso en Ourense me salvó la vida», decía. Ocurrió en 1967, cuando el asturiano intentaba hacerse un nombre en el mundo de la canción sin ser aún nadie. Se presentó al Festival del Miño y triunfó con la canción Lazos azules y rosas. Obtuvo 100.000 pesetas de premio, «una auténtica fortuna», recordaba. La usó como colchón para encerrarse en casa y componer de manera compulsiva. De esas sesiones salieron piezas como El abuelo Victor, Paxarinos, La Romería o La planta 14, sus primeros éxitos serios.

En las andanzas gallegas de la pareja hay lugar para la risas. A Pereira, el celestino de su relación, lo mataron en directo en el 2004. Estaban dando un concierto en A Coruña y a sus oídos había llegado la información falsa de que el empresario había fallecido. Una mujer, diciendo que era la viuda de Nonito, había llamado a su oficina pidiendo trabajo para su hija.

A la vista de ello, entre dos canciones hicieron un recordatorio al supuesto finado. Hablaban de lo importante que había sido para ellos y lo trascendental de su aparición en sus vidas. Todo hasta que una voz les interrumpió. Se trataba del propio Nonito afirmando a voz en grito que estaba vivo y coleando. La Voz tituló la peripecia así: «No estaba muerto, que estaba de parranda». Aún hoy, se ríe cada vez que se le recuerda su fallecimiento imaginario.

Ríos en Riazor

El cantante granadino también acumula un buen saco de vivencias gallegas en su mochila. En A Coruña, por ejemplo, aún hoy se le acusa de ser el culpable de que el Estadio de Riazor no se pueda usar para conciertos. En 1983 pasó por la ciudad la gira El rock de una noche de verano. Tuvo lugar un 24 de agosto y lo hizo bajo amenaza de suspensión (en Gijón un día antes lo había hecho por la tormenta). Se llevó a cabo, pese a la lluvia y el riesgo de tormenta, resultando un éxito tremendo. Normal, el artista se encontraba en su mayor momento de gloria.

«Fue una noche memorable. Riazor estaba absolutamente invadido, no creo que nadie haya metido tanta gente», recordaba Ríos en una entrevista publicada en La Voz el pasado 17 de julio. Acudieron 20.000 personas, desafiando al tiempo y los nervios de Protección Civil, que temían problemas. No ocurrió nada. La lluvia se mezcló con las ganas de disfrutar de su música y no se produjeron incidencias en la actuación. Pero sí una gran polémica posterior, cuando se vio el estado en el que había quedado el terreno de juego del Deportivo. Entre la lluvia y el peso de la gran masa, el césped quedó destrozado, indignando a los sectores deportivos. A partir de entonces, los conciertos quedaron vetados en el estadio, perdiendo la oportunidad de atraer a nombres como Rolling Stones o U2. Se llegaron a barajar, pero se descartaron por falta de un recinto adecuado en la ciudad. Solo en 1993 se hizo una excepción con el Concierto de los Mil Años. Y hasta ahora.

También la lluvia se entrometió en su trabajo en el 2004. Pero está vez decidió cancelar. Actuaba en Lampaza (Monforte). Vio el panorama y decidió que en esas condiciones no se podía levantar el escenario de su actuación. Los promotores de las fiestas intentaron convencerle para que tocase en el escenario móvil del camión de la orquesta, una idea que le pareció descabellada. Insistiendo en su postura abandonó la parroquia al grito de «¡pesetero, pesetero!» y escoltado por las fuerzas de seguridad y Protección Civil. En la citada entrevista, Ríos señalaba también que una vez en una actuación en Viveiro un concejal le había preguntado si era imprescindible la luz eléctrica para su actuación.

Serrat con Sabina

El dúo que Joan Manuel Serrat forma ocasionalmente con Sabina le trajo más de un quebradero de cabeza a su paso por Galicia. En Pontevedra aún resuena la indignación de las personas que, con entrada, se tuvieron que quedar fuera de la plaza de toros de la ciudad. Era julio del 2007 y el concierto se erigía como uno de los principales del verano en Pontevedra. Pero se vendieron entradas por encima de la capacidad del recinto y la cosa terminó con intervención de los antidisturbios. Todo mientras, ajenos a todo ello, la pareja ofrecía dentro un concierto para 6.500 personas encantadas de escucharlos.

La polémica duró buena parte del verano, llegando a las televisiones de ámbito nacional, las asociaciones de consumidores y, cómo no, la refriega política en Pontevedra. A La Voz llegó una avalancha de quejas en forma de cartas al director.

Su aterrizaje venía precedido de otra polémica, esta vez en Santiago. Tres días antes, el 14 de julio, en la praza do Obradoiro habían suspendido a los tres cuartos de hora de su comienzo. Una vez más, la lluvia estaba detrás de la decisión. Generó toda una polémica ciudadana y política.

http://www.lavozdegalicia.es/noticia/fugas/2016/07/29/cuatro-voces-clasicas-reviven-pasado-ideal/0003_201607SF29P2991.htm

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