miércoles, diciembre 07, 2016

Estrellas reunidas para recordar a Roberto Fontanarrosa



Estrellas reunidas para recordar a Roberto Fontanarrosa

Joan Manuel Serrat y Jorge Valdano, entre otros, se juntaron en una mesa redonda organizada por la Secretaría de Turismo de Rosario en el Consulado Argentino en Barcelona. Nada de ceremonias: buen humor y anécdotas para recordar al “Negro”. 

06-12-2016
Ignacio Negri

Además de libros célebres como “El mundo ha vivido equivocado”, “El mayor de mis defectos”, o “Área 18”, por nombrar algunos, el recordado Negro Roberto Fontanarrosa también dejó grandes amigos desparramados por el mundo. Algunos de ellos gozan de un tranquilo anonimato, otros, en cambio, son estrellas mundiales reconocidas vayan a donde vayan. Dos que dan cuenta de ello son un tal Joan Manuel Serrat y Jorge Valdano. 

Cada vez que un puñado de estos se juntan, es inevitable recordar anécdotas, cuentos, viajes y momentos inolvidables. El puente para convocarlos fue la Secretaría de Turismo de la Municipalidad de Rosario con Héctor “Pichi” De Benedictis a la cabeza. El lugar: una mesa redonda en el marco de un encuentro organizado en el Consulado Argentino en Barcelona, donde se exhibe la muestra “Vos dejame a mí”.

Alli se juntaron, a sala llena, el Nano, Valdano, el dibujante y poeta Sergio Kern, y el poeta y profesor universitario Edgardo Dobry; además del primer teniente de la intendencia de Barcelona, el tucumano Gerardo Pisarello.

De Benedictis tuvo el lujo de ser el presentador de este choque, de este cóctel de talentos que estuvieron acompañados por el cónsul de Argentina en Barcelona, Alejandro Alonso, y el embajador de Argentina en España, Federico Ramón Puerta.

Lejos de ser un frío homenaje protocolar dentro de un Consulado, fue mucho más parecido a una “Mesa de los Galanes” del otro lado del charco. “Nos sentamos a ver un partido de fútbol, los dos delante del televisor. Él tenía a su hijo recién nacido. Entonces el niño comenzó a llorar y le dije: “Negro, tu niño está llorando”. El Negro no hacía caso. El niño seguía llorando... Después de un rato igual, le insistí: “Negro, que el niño sigue llorando...”. Entonces me miró y me respondió: “El nene nació, abrió los ojos, vio que estaba en Rosario, y se lanzó a llorar... y ahí sigue...”, recordó el autor de Penélope.
Serrat se refirió también a lo buena persona que era el dibujante. “El Negro está metido en el alma de los rosarinos”, añadió. “Todos los rosarinos con los que me he cruzado en la vida me han dicho: ‘Soy muy amigo del negro Fontanarrosa’. Lo querrán, digo yo”.

Leproso y canalla

Separados por los colores pero unidos por la amistad y la pasión por el fútbol, el ex jugador de Newell’s Jorge Valdano, recordó la invitación que le hizo al Negro a su pueblo natal, Las Parejas, para un partido de fútbol entre amateurs. “Era un genio vestido en un envase normal. Un día le dije que trajera a un equipo de Rosario. Y se vino, en la parte de atrás de una de una camioneta, con todo su equipo. Tenía artrosis de cadera, cojeaba... pero jugaba con un entusiasmo tan grande que daba gusto verle. Metió dos goles y le escribió una crónica a Daniel Samper (escritor, amigo, periodista, hincha del Santa Fe), diciendo que estuvo en una cancha impresionante, que el estadio se vino abajo... un delirio extraordinario. Era capaz de hacer una crónica fantástica de un partido de nada”.

Valdano llevó a la sala la historia de Fontanarrosa en la que un hombre está en un bar del pueblo y ve a un chico que llega con una pelota bajo el brazo. “En el cuento, el chico se sienta y pone la pelota a un costado. Después de un rato se levanta y se va. Y se olvida la pelota. Fontanarrosa hace filosofía de eso: “Esto es la decadencia del ser humano.. y de la argentinidad”. Cuando el chico llega a la esquina, hace fliu, y la pelota se baja y se va sola a buscar al chico. Yo cuando leí eso pensé: ¡Claro! ¡Eso es lo que queremos todos! ¡que la pelota nos obedezca! ¡Es lo que yo hubiera querido toda la vida! Yo comencé a vivir el fútbol distinto, después de leerle”.

Sergio Kern, amigo íntimo de Fontanarrosa, contó el momento en el que el humorista gráfico, con 13 años, decidió que iba a ser dibujante. “Dibujaba en el aula, y los compañeros hacían piña para verle. Todos se reían y ahí se dio cuenta de que esa iba a ser su profesión. Porque lo que hacía funcionaba...”.

Kern también explicó el momento en el que editó, junto a Fontanarrosa, una revista de historietas llamada Tinta, la revista de los dibujantes solitarios. “Era plena devaluación y crisis económica... para variar. Yo me había comprado un terrenito. Y le dije que iba a editar esta revista. Entonces, naturalmente, me dijo: “¡Estás loco!”. Y yo, a partir de ahí, decidí que la iba a hacer. El Negro enseguida se puso a buscar y me pasó historietas que había hecho a los 18 años. La primera fue Tadea y sus hijos, una sátira sobre el neorrealismo italiano. Era un tipo muy generoso. Un tipo extraordinario”.

Edgardo Dobry habló de su fascinación por el humorista gráfico. “Yo me preguntaba cómo una persona como Fontanarrosa, que dibujaba para los principales diarios, que además escribía libros, que tenía tanto que hacer, se pasaba las tardes en el bar El Cairo. Luego comprendí que para él lo fundamental era estar en ‘la mesa de los galanes’. Tenía un oído muy fino para la lengua. Una capacidad de observación impresionante, capaz de captar la forma de hablar argentina, y rosarina, como nadie”.

El momento sublime

Dobry se refirió al Congreso Internacional de la Lengua, en 2004, en el que Fontanarrosa analizaba las malas palabras: “¿Por qué son malas las palabras? ¿Le pegan a las buenas? ¿Son de mala calidad?”, decía entonces el humorista. Fontanarrosa analizaba que las malas palabras son insustituibles por su sonido. “No es lo mismo recordó Dobry decirle a alguien tonto que pelotudo. El tema está en la te de pelotudo...”.

En este sentido habló también el teniente de la intendencia de Barcelona, Gerardo Pisarello. “La palabra ‘mierda’ es muy importante. La clave está en la erre decía entonces Fontanarrosa. Pero hay un problema: en Cuba, los cubanos dicen ‘mielda’. De ahí vienen los problemas de la revolución cubana. Por eso ha fracasado”.

Rosario Muestra
El evento forma parte de la exposición “Vos dejame a mí”, una obra que recorre los trabajos del dibujante, humorista y escritor, y que estará abierta al público hasta el próximo 15 de enero.
La exposición, que incluye 40 obras en 30 años de trabajo, forma parte del programa “Rosario Muestra”, que tiene como objetivo reflejar la identidad rosarina, en donde la cultura, la creatividad y el arte son sus principales rasgos de identidad.

Lejos de ser un frío homenaje protocolar dentro de un Consulado, fue mucho más parecido a una “Mesa de los Galanes” del otro lado del charco.


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