jueves, septiembre 28, 2017

Cuando amistad y canciones trascienden el desencanto

Cuando amistad y canciones trascienden el desencanto

- Por Adrián de Paulo

Regresan a la Argentina Ana Belén, Miguel Ríos, Joan Manuel Serrat y Víctor Manuel.

Una, Ana Belén, exclama “Rosendoooo”, casi como una porteña más sólo para recrear una anécdota acerca de un rockero madrileño.

Otro, Miguel Ríos, revela cómplice el día que compartió ensayo con Charly y Calamaro y cuál fue su sorpresa, al ratificar la ductilidad de ambos para tocar cualquier instrumento.

A Víctor Manuel, la honestidad brutal de su desencanto con Simon & Garfunkel en Madrid le alcanza como para generar una carcajada general. “Fui al recital y vi que no tocaron Puente sobre aguas turbulentas y me dije, pero qué hijos de puta, ahí entendí que cuando estaba en el escenario, también debía considerar los pedidos de mi público”.

Joan Manuel Serrat, se prende al hecho doblando su remate, en modo argento: “Me pasó lo mismo con las canciones de Dylan, aunque él sí las había cantado, sólo que yo no entendía nada de lo que decía”.

Con este clima, el Teatro Sony de Palermo, sirvió de antesala a los shows por los veinte años de El gusto es Nuestro, ciclo que tiene a este póker de ases desde hoy y hasta el primero de octubre en el Luna Park y cuya amistad volvió a quedar de manifiesto, tanto en el repertorio prometido, como en sus declaraciones picantes.

“Las canciones siguen teniendo vigencia, algunas podemos decir desgraciadamente”, asume la mujer del grupo en relación a aquellas contestatarias.

“Quizás quedaron obsoletas por benevolentes, agrega Ríos, sobretodo porque en este tiempo se ha profundizado la injusticia: Hay ricos más ricos y pobres mucho más pobres”. La exaltación de la amistad, es el principal denominador del show, según confirma Serrat y Víctor Manuel ratifica. “Partimos de la base de que el público quiere escuchar lo que conoce y eso es un handicap para nosotros”.

Más que una incógnita, la selección de canciones parece motivo de debate. El mundo actual, sin embargo, no incide en el repertorio. La era Trump, no es un impedimento, sostiene Nano. “A mi no me modifica ni que esté Trump, ni Bush, ni nadie. Evidentemente me afecta en lo que refiere a mi vida en general y en los alrededores, pero evidentemente mi neurosis no llega hasta suponer que pueda pensar Trump acerca de lo que canto”.

“Es que las canciones van más allá de coberturas políticas”, suma Víctor, “tienen más que ver con la sensibilidad de la gente y trascienden en tiempo y espacio”.

El motor del proyecto que nació en el 97, coincide por el vínculo profundo con la Argentina.

“Es una gran suerte acercarte a un público que tiene una manera de entender, no sólo la música, si no también, desde el teatro y el arte en general”, confía Belén agradecida.

En tanto, Ríos realza a Charly, por citar uno de nuestros exponentes del rock, como un artífice de su fuerte vínculo con nuestro país.

“La verdad es que este es uno de los pocos lugares donde el rock tiene un peso específico y donde aún 20 años después se siguen haciendo grandes canciones”, agrega. “Mi relación con la Argentina está basada en los cinco sentidos. Todos absolutamente, con gran intensidad”, revela Nano, tras intentar emular la tonada cordobesa, pensando en el show en esa provincia. “Estoy algo lento, pero saldrá mejor”, promete.


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La actualidad acapara la atención en una cobertura donde los colegas españoles ponen el acento en el inminente sufragio de Cataluña inminente.

Belén no disimula cierta angustia por la falta de respuestas sobre Santiago Maldonado.

“Es increíble que algunas palabras vuelvan a ser utilizadas y con lo que significan” y Serrat se remite a las noticias desde la televisión. “Ayer ví que hablaban de Nisman y me acordé de 2015, cuando se debatía sobre el tema. Hoy parecía lo mismo, salvo que no se hablaba tanto de Stiuso”, acota.

La matriz de la amistad conforma a Víctor Manuel como pulsión del show; en tanto Ríos, destaca la generosidad de sus compañeros de ruta. “Hace cinco años hice una gira Bye Bye Ríos, significaba que había dejado de cantar (risas) y aquí me tienen. De pronto me llamaron éstos y es como volver al recreo: alguien te dice ¡eh, tío, sal del asilo! ¡Y además me pagan”. “Mientras pueda, estaré cerca de la gente que amo. Seguiré buscando algo más en esta cosa tan corta, y a veces tan absurda, que es este tránsito por la vida”, concluye Serrat. Por todo esto, el gusto es nuestro.


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