viernes, mayo 24, 2019

Joan Manuel Serrat & Joaquín Sabina: mano a mano con los otros reyes de España



Joan Manuel Serrat & Joaquín Sabina: mano a mano con los otros reyes de España

La casa de Sabina, en Madrid, fue el escenario elegido por ellos para charlar con Clarín sobre el fútbol, la política, la infancia, la amistad, la vida entera y la tercera gira que harán juntos, y que los tendrá en noviembre en la Argentina. Aquí, un anticipo de lo que será la entrevista completa

24/05/2019 - 11:34

Apenas se traspasa el umbral, la casa de Joaquín Sabina huele a libros y a alegría. No es de ese tipo de espacios que los artistas convierten en santuarios, sostenidos por el ego y el qué dirán. Aquí se respira un hogar que se vive, no uno que se muestra. Y en uno de los tres pisos –uno dominado por un estudio de grabación, otro por su pasión por la pintura y el otro para vivir en familia- se luce como un gran anfitrión para que la visita de lujo se sienta como en casa. Ahí se lo ve a Joan Manuel Serrat, relajado, reflexivo, siempre con su don de la palabra.

A poco de iniciar la tercera gira que los tendrá juntos sobre un escenario –llegarán a la Argentina a principios de noviembre, para presentarse en el BA Arena-, se entregan a un mano a mano con Clarín. La entrevista completa se publicará en unos días. Pero la cumbre de dos artistas inmensos, en un clima de genuina armonía, amerita una dosis de ataque. Con pinceladas de una intimidad exquisita.

En pleno centro de Madrid, la charla transcurre en el cuarto piso de este coqueto edificio de la Calle de Relatores. Vaya nombre para ubicar el sitio en el que los que hablan saben de contar, de relatar emociones, glorias, penas y desamores. Saben de muchas cosas, pero le escapan al pedestal. Están sentados como quien se acoda en la mesa de un bar.

Copa de agua para Serrat, cerveza para Sabina, que, luego de pedir permiso para fumar, invita a una ronda de “caña con espuma”. El Nano le pregunta por el colgante que Joaquín lleva al cuello: “Esto es para que vean que soy un viejo que envejece sin dignidad”.

Se festejan las bromas, aunque el catalán diga que “sus chistes son un poco malos”. Pero Sabina sigue, tiene guardado un hilván de ocurrencias que casi siempre desemboca en carcajada en el ambiente.

Se habló de política, de canciones, de fútbol, de la amistad y de la vida. Y como su tercer proyecto se titula “No hay dos sin tres” –ya se juntaron en 2007 y 2012-, sobrevuela sugerencia de que las promociones lleven como cortina musical de fondo el audio de Mariano Closs con aquello de “Y va el tercero, va el tercero…”, de cuando River ganó la final de la Libertadores en Madrid.


En otro de los rincones de su mágica casa madrileña, un billar con paño rojo toma la escena. De fondo, algunos de sus célebres sombreros.

“Los dos somos de Boca como segundo club. Él es del Barcelona y yo tengo triple militancia (en la cima, el Atlético), porque el modo de jugar del Barcelona me enamora mucho. El Barcelona de Messi. Aquí lo queremos mucho, más allá de lo que hace en la Selección. Es el mejor jugador que he visto. Y yo he visto a Maradona y he sido amigo de Maradona”, tira el dueño de casa.

-Serrat: No son comparables (…) Maradona es una leyenda y una realidad, con sus altos y sus bajos…

-Sabina: Quiero corregir una cosa. Acaba de decir algo así como “las luces y las sombras”. Y a mí las sombras de Diego también me gustan.

-Serrat: A ti te han gustado demasiado las sombras de Diego.

Sobre aquel 9 de diciembre del 2018, en el que River ganó 3 a 1, Sabina confiesa que “fue muy raro. Lo vi por tele, no fui al estadio porque hice una canción sobre Boca, y a la gente de River no le gustó nada. Y uno de mis lemas es que ser un cobarde es un ejemplo para los niños. No fui. Lo bueno es que fue una fiesta del fútbol… y un desastre que ganara River”.

Serrat: Fue raro y triste que una final de América se jugara en Europa. Es que al fútbol de la Argentina no lo entiendo: eso de que las hinchadas visitantes no puedan ir a la cancha... Los partidos se juegan con monohinchada. Eso es de una tristeza enorme. Que esto llegue a que un torneo que tenía que celebrar la máxima fiesta continental termine jugándose fuera del lugar de los dos equipos finalistas, porque se hace imposible hacerlo, lo hace más lamentable todavía. Realmente yo no lo vi.

-Sabina: Él es un hombre de principios.

-Serrat: Y si no les gustan esto, tengo otros.

Con acotaciones cruzadas, diálogos ricos en humor y poesía y la cuota de simpática exageración a la hora de marcar las diferencias, la entrevista tomó buena parte del mediodía de este jueves 23 de mayo, con el disparador del show en el que uno interpretará clásicos del otro. Y también cantarán juntos.

-¿Te acordás cuál fue la primera de Serrat que cantaste en tu vida?

-Serrat: Procura que sea mía.

-Sabina: Me sabía el disco Mediterráneo entero.

Unos minutos después llega una infidencia maravillosa: “Hace muchos años nos juntábamos y él me enseñaba las canciones que iba a grabar y yo opinaba. ‘Esto está mejor, ésta está muy buena, ésta sobre todo sácala si puedes. Y esto te lo puede decir él, siempre me he equivocado. Suerte que nunca me ha hecho caso. Joaquín Sabina ha llegado a la cúspide de su fama gracias a no hacerme ni puto caso".

-Sabina: Me dijo que no sacara en el disco Y nos dieron las diez.

-¿Eso es cierto?

-Serrat: Que se le rompa una pierna a él si no es cierto.

Sin pausa, en un clima que saben construir con perlitas que se agradecen, Joaquín dice que “Las canciones son mentiras, son hermosas mentiras que sirven para corregir la verdad atroz de la vida”.

-Serrat: ¿Lo puedes repetir?

Mientras lo repite, el catalán toma un cuaderno y lo anota.

-Hermoso. ¿Ese pensamiento es tuyo?

-Sabina: Qué sé yo.

-Serrat: A partir de ahora ya no.

De éstas hubo muchas. Escenas imperdibles de un encuentro con dos tipos enormes. Sigue en la próxima. Salud.

WD

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