martes, mayo 28, 2019

Sabina y Serrat, juntos con Infobae: "Nos gustaría que las elecciones sirvieran para cerrar esa grieta que tanto daño le hace a la Argentina"


Sabina y Serrat, juntos con Infobae: "Nos gustaría que las elecciones sirvieran para cerrar esa grieta que tanto daño le hace a la Argentina"

Los artistas hablaron de su nuevo espectáculo, sus vidas, su salud, las redes sociales y la situación política de Argentina en un encuentro reflexivo en Madrid

Por Camila Hadad 28 de mayo de 2019
chadad@infobae.com

Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina en diálogo con Infobae


Son dos leyendas de la música. Sus canciones marcaron la vida de varias generaciones y nuevamente están trabajando juntos en un espectáculo que los traerá a la Argentina, excusa para una charla entrañable con Infobae.

Joaquín Sabina fue el anfitrión en su casa de Madrid, ubicada en la plaza Tirso de Molina, en el edificio de la Calle de Relatores. Es una casa de cuatro pisos, hay una biblioteca enorme y muchos cuadros… Se respira tabaco y alcohol.

Cuenta que sale poco a la calle, casi nada, salvo para comprar comida o visitar a su médico. No tiene redes sociales, celular, ni computadora. Tampoco maneja. Dedica sus horas a leer y escribir canciones. Se engancha con maratones de series policiales en la TV. O simplemente pasa el tiempo con sus seis gatos. Hace 40 años que fuma tres atados de tabaco por día; el whisky y el tequila son sus mejores amigos, siempre lo acompañan.

Su amigo, Joan Manuel Serrat, es considerado el poeta de las grandes cosas. Luego de ganarle a varias enfermedades luce impecable, más lúcido que nunca y de muy buen humor. No se queja cuando fuman al lado de él pese a haber superado un cáncer de pulmón. La clave de estos años ha sido su fortaleza mental.

A siete años de su último espectáculo juntos, Dos pájaros contraatacan, la dupla de cantautores españoles volverá a presentarse del 2 al 8 de noviembre en Buenos Aires. La gira sudamericana también incluirá a Montevideo y Santiago de Chile.


— ¿Como ven la Argentina hoy?
JS — Mira, yo estos días estoy leyendo lo mismo que muchísimos argentinos, el libro que una argentina amiga me ha traído, el de Cristina. No te voy a dar una opinión política porque no puedo, ni debo, ni quiero. Sí te diré que nos preocupa Argentina tanto como nos preocupa Cataluña, España o Madrid porque nos sentimos muy cerca de esa gente con la que hemos vivido cosas imborrables. Y otra vez está pasando ese ciclo de siempre que es que después de un gobierno no peronista se cae todo, ¿no? Yo no sé por qué sucede ni tengo las claves. Sí te diré que estamos preocupados como tú o como cualquier argentino.

JMS — A mí me gustaría que estas elecciones, que son siempre un momento en el que la gente tiene la posibilidad de expresarse claramente y de una manera amplia y democrática, sirvieran para cerrar un poco esta brecha.

JS — Quitar la grieta.

JMS — Cerrarla un poquito más sabes. Porque esto ya de un día a otro no va a ocurrir. Que no hubiera enemigos sino adversarios, que no es lo mismo. Que estas elecciones sirvieran para eso, para cerrar un poquito la brecha esta tremenda que se ha abierto estos años. Esto que hace, que ha hecho mucho daño en la Argentina, mucho daño, un daño tremendo a la Argentina familiar, a la Argentina social, a la Argentina de la calle, que ha separado familias, que separa amigos, que desune familias. Y que los que se encuentran razones para despreciar siempre al diferente, al que piensa distinto a ti, al que… 
Seguro que ha habido gente en esto que tiene mucha responsabilidad, gente malintencionada que lo ha fomentado y que sigue fomentándolo. Pero también hay gente bienintencionada, gente que estoy seguro de que está por entender bastante, que debe entender que no siempre el que piense diferente a ti es tu enemigo. Que no es que piense distinto a ti y no lleve razón. Que no es que porque piense diferente a ti va directamente contra ti. Esto no es así. Entonces que solamente es otro que piensa distinto a ti y una sociedad libre se basa en una sociedad plural. En eso se basan las sociedades libres. Incluso Argentina tiene ejemplos de que los políticos son capaces de entenderse siendo ideológicamente muy distintos pero perteneciendo al mismo grupo electoral. 

JS — No es verdad que cualquier tiempo pasado fue mejor, como mucha gente tiene en Argentina una añoranza de un pasado que yo no estoy seguro de que fuera tan hermoso como ellos lo piensan. No olvides que en Europa en el siglo XX hubo dos guerras mundiales atroces. Hace 60 años que no sucede ¿no? Algo es algo. 
Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat en Madrid


— Joan, usted hace mucho se definió como un hombre de izquierda, ¿qué es ser un hombre de izquierda?

JMS — Bueno, yo diría que todas las definiciones de este tipo necesitan tiempo y necesitan aclarar confusiones que pueden producirse. Pero fundamentalmente yo diría que una persona de izquierdas podríamos decir que, o un partido de izquierdas o un grupo social de izquierdas, podría ser una persona preocupada, preocupada por la igualdad, preocupada por la fraternidad… preocupada por la libertad. Respetuosa de los valores ajenos y en la posición de la libertad, de defender a los suyos de la manera que sea siempre y cuando no choquen directamente contra los mismos que pueda plantear. Esto y muchas cosas más; yo diría pensar en los demás. Los cristianos podrían decir amar al prójimo como a ti mismo. Tendría usted muchas definiciones de lo que es ser un hombre de izquierdas.


— Joaquín, ¿le gustó el libro de Cristina Kirchner?

JS — Mira, me han dicho, y lo creo tal como es ella, que nadie ha puesto una coma, que lo ha escrito ella, porque escribe como habla. El libro está bien escrito y si tiene una virtud es que no rehuye los temas más difíciles. Es decir, las acusaciones de enriquecimiento ilícito, habla de todo eso y se defiende a su manera. Yo no voy a opinar políticamente porque creo que en la grieta también los peronistas y el kirchnerismo tienen su parte de culpa, ¿no? Pero bueno, la defensa de los derechos humanos, todo lo que pasó con la ESMA, con las Madres y las Abuelas, todo eso es algo en el haber, ¿no? Es un libro más interesante que la mayoría de los libros que escriben los presidentes o ex presidentes porque no rehuye ningún tema. Y hasta aquí puedo contar.


— ¿Qué hace que se sigan eligiendo después de tanto tiempo?

JS — Al final de la primera gira, los dos pensábamos que eso había sido una cosa muy feliz y muy disfrutable, pero que no iba a volver a suceder. Después, a los cinco años, nos entraron unas ganas irrefrenables de que volviera a suceder. Y ahora yo sí creía que ya no iba a volver a suceder y de pronto empezó a haber en el ambiente un runrún, empezó uno a recordar las risas, las copas compartidas, la comida, esa comunión con tres generaciones que venían. Que no eran exactamente unos conciertos, sino una especie de fiesta generacional que reivindicaba la amistad, el buen talante. Todo lo contrario a las grietas, ¿no? Y bueno, fue madurando y aquí estamos. En ningún momento éste me dijo vámonos otra vez de gira ni yo a él, pero nos vamos (risas).

— ¿Que admiran el uno del otro?

JS — Mira, lo bonito ahora después de los años, porque lo mío con él era admiración pura, es decir, cuando yo tocaba en la calle, en el metro, en restaurantes, yo cantaba canciones de Serrat. No había otro con el que yo pudiera compartir ese modo de hacer canciones que yo creo que en España es un oficio que inventó él, ese oficio de cantautor, ¿no? Y claro, pasar de eso a ser compadres, a ser cuates, a mirarnos de igual a igual. Yo no lo miro a él de igual a igual, pero vos sabéis cómo yo agradezco que él sí me mire a mí de igual a igual levantado hasta su estatura, eso es muy emocionante.


JMS — De mi parte es distinto porque yo nunca… Bueno, yo he tocado también en el metro y toqué también en bares. En el metro, en bares y he tocado también en la calle. Siempre cobrando (risas). Él vivía de la caridad humana. Entonces yo sí, me hubiera gustado siempre escribir canciones como las que escribe Joaquín. Siempre y cuando se las hubiera podido robar.


— ¿Desearon la vida que llevan?

JS — No recuerdo un solo segundo en mi vida en que imaginara o soñara o deseara la vida que he llevado y el oficio que he llevado. Mi sueño cuando estaba en la universidad era ser un honrado profesor de literatura en un instituto de ponencias y los fines de semana escribir libros muy cortazarianos de mucho peso, pero que no leyera nadie porque si no… Lo que ocurre es que me exilié con el franquismo y en Londres, en lugar de fregar platos o hacer los trabajos que hacían los exiliados, pronto vi que había gente que cantaba en los bares y en los restaurantes y que lo hacían aunque parezca increíble pero que yo (risas). Entonces ahí empecé a cantar no mis canciones, eran canciones de Serrat, de Bob Dylan, de José Alfredo Jiménez, de Atahualpa Yupanqui. Y mis canciones las empiezo a escribir con los 30 cumplidos. Volví a España y el único modo que yo tenía de ganar un dinero para comer pues era lo que venía haciendo en Londres. Y entonces ya como era un poquito mayor y vi que en España, quitando a Serrat y a muy poquitos más, las letras de las canciones parecían declaraciones de futbolistas después de un partido, pensé que eso había que dignificarlo de algún modo. Y ya ahí fue viniendo sola la profesión. Hasta hoy miro para atrás y no me lo creo. Jamás he pensado en mí como una estrella. Y casi tampoco como un artista. Yo prefiero un artesano de las palabras y de las notas. La estrella es éste.


— Y me imagino que hay mucha lectura detrás para poder componer semejantes letras…

JMS — Sí, yo le aseguro que en su caso, en su caso que yo soy testigo, él vive pegado a una lectura. Él ama los libros, los ama realmente con pasión, como un niño amaría una bicicleta. Y se monta en ellos y se va por los pasillos. Siempre lo verá, cuando lo vea en alguna ocasión en un hall, en un aeropuerto, lo verá con un libro. Cuando lo vea en una iglesia, lo verá con un libro. Cuando lo vea en un bar de señoras que fuman, lo verá con un libro.

JS — Es mi clave, mi clave para ser feliz. Yo cuando hay esas campañas en televisión o institucionales para promover la lectura nunca veo que digan "Con un libro nunca estarás solo". Es decir, con un libro vives otras vidas y tienes una conversación con el libro. Y si los aviones no llegan y hay que estar dos días esperando en el aeropuerto mis músicos están desesperados y yo si tengo un buen libro gordo estoy feliz, me da igual el aeropuerto o lo que sea. Éste es un gran lector, eh.


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