Hijos del Mediterráneo, un homenaje al álbum que consagró a Joan Manuel Serrat
Los arreglos de Juan Carlos Calderón terminaron de encumbrar el tema Mediterráneo, un himno universal
Sábado, 16 de noviembre de 2019
Ana Miralles.- Fue como se califica a las grandes creaciones pictóricas o literarias, la obra cumbre de Joan Manuel Serrat. En él condensó su universo poético y emocional en una etapa creativa deslumbrante y febril. Mediterráneo es consecuencia de muchas cosas, es ese joven de pelo largo que parece viejo en la manera de pintar la vida, de retratarla, de agolpar en los tres minutos de una canción un cúmulo de sensaciones.
Cansado de todas las presiones sufridas en los años anteriores, Serrat emprende una gira por Latinoamérica que dura cinco meses. Durante esa gira ve el cariño recibido por el pueblo latinoamericano en sus conciertos y se encierra durante unos meses para componer estos diez temas. Diez temas que son la esencia de Serrat. En ellas encontraremos sus deseos y anhelos, sus pensamientos y su estilo de vida, su pasado y su esperado futuro. “Mediterráneo” (Zafiro / Novola, 1971) es Joan Manuel Serrat.
El cantante escribió para la edición mexicana del disco que «Mediterráneo es un puñado de canciones que se escribieron entre agosto y noviembre de 1971 en Calella de Palafrugell (Girona), Fuenterrabía (Guipúzcoa) y Cala d’Or (Mallorca). Siempre junto al mar». Un puñado de canciones que son perfectas composiciones de las que ni sobra ni falta una coma. Y donde el cantautor demuestra la plena madurez que había alcanzado gracias al álbum “Dedicado a Antonio Machado, Poeta” (Zafiro / Novola, 1969).
Junto a Mediterráneo, el tema que mejor explica al Serrat de 1971 es Vagabundear. Por sus estrofas podemos ver por lo que ha pasado y a la conclusión que ha llegado. “Harto ya de estar harto, ya me cansé, de preguntarle al mundo por qué y por qué” así empieza el tema reflejando todas las presiones que había soportado. Serrat se echa al mar y deja que la naturaleza a la que siempre cantó le lleve donde quiera: “No me siento extranjero en ningún lugar. Donde haya lumbre y vino tengo mi hogar. Y para no olvidarme de lo que fui, mi patria y mi guitarra las llevo en mí. Una es fuerte y es fiel. La otra, un papel”. Toda una declaración de principios.
Serrat cantó también en este trabajo a las mujeres que pasaron por su vida. Todas ellas cumplieron en su momento los requisitos que canta en “La mujer que yo quiero”. Pero ninguna de ellas supera a “Lucía”, la más bella historia de amor que tuvo. Nunca de tanto sufrimiento ha salido canción más hermosa.
En “Vencidos”, único tema no original de Serrat y basado en un poema de León Felipe; el poeta zamorano representa el sentimiento de derrota y soledad en una de las figuras literarias más españolas, el Quijote de la Mancha, ya que entiende que lucharon por unos ideales pero la realidad pudo más. Pero el reflejo más angustioso del paso de la guerra civil es la excelsa “Pueblo blanco”. Un retrato social desolador del que en contraposición con “Vencidos” no hay esperanza ninguna.
El artista cantó a los más desfavorecidos e hizo homenajes a personas admiradas que usa para hablar de sí mismo. “Tío Alberto” es uno de estos últimos. Serrat habla de Alberto Puig Palau, un playboy y figura emblemática de la gauche divine. Y Tío Alberto era como era conocido por los gitanos de la ciudad con los que entabló mucha amistad. El otro tema de la misma temática es “Qué va a ser de ti” donde hace en retrato de la burguesía. Un tema que en el momento de la salida del disco levantó mucha polémica.
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