Serrat y Sabina, cómplices en México
AUTOR: EVA DÍAZ MORENO
30/11/19
CIUDAD DE MÉXICO.
Una vez más, estos pájaros de cuenta, Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina, lo lograron, tuvieron la complicidad de su público, el humor y desfachatez que les da la edad y toda la experiencia del mundo, para lograr que su gira No hay dos sin tres superara por mucho las expectativas de los 10 mil fans que acudieron la noche del viernes, a su primera presentación de cuatro, al Auditorio Nacional.
Estos artistas que sobrepasan las siete décadas no necesitaron correr por todo el escenario, romper guitarras o abrirse la camisa para emocionar a sus seguidores, que curiosamente eran de todas las edades.
Tampoco echaron mano de complicada escenografía, aunque sí usaron dos pájaros en 3D, que le pusieron el toque simpático a la noche.
La realidad es que lo importante estaba ahí, sin distracciones, dando cuenta del porqué a lo largo de más de cincuenta años perduran en la escena musical.
Poesía, anécdotas, sarcasmo y mucho humor negro invadió el escenario. Y la gracia aparecía cuando Sabina sin filtro alguno hacía un comentario de sopetón y Serrat trataba de suavizar el momento, creando esa atmósfera de camaradería y amistad, en la que los presentes tuvieron parte activa.
Los temas que inundaron el recinto eran de uno y los cantaba el otro, hacían dueto o incluso los defendía el propio autor, haciendo del show una auténtica muestra de arte, reflexión y pensamiento.
Buenas noches, México! Se están preguntando qué hacemos los dos juntos otra vez. Pasan muchas cosas, pero una muy simple, nosotros estamos en un pico de Europa y, si son ilustrados, saben que está hecha una mierda, el caso es que mi primo y yo dijimos, vámonos a Latinoamérica, empezamos por el sur que es estable, y comenzamos por Chile, Bolivia, y mejor decidimos venir a México”, apuntó Sabina, entre las risas del público.
Pensamos que si le dan asilo a Evo seguro nos lo dan a nosotros, además aquí no hay drogas”, bromó Serrat.
Para este concierto pensamos en una antología, comenzamos con nuestro primer gran éxito” e iniciaron con Tengo manita, ocurrencia que les fue aplaudida por todos.
Desde el arranque en punto de las 20:39, cuando la sala se oscureció y los gritos de emoción aparecieron, tras ver en las pantallas sus caricaturas cayendo de un avión y ellos preguntándose ¿dónde estamos?, con la predecible respuesta del público “¡En México!” se intuía en el ambiente que sería una gran noche.
Desde que aparecieron entre la bruma, de inmediato su filosofía apareció en temas como Esta noche contigo, No hago otra cosa que pensar en ti, Ruido, Lo niego todo, Cuenta conmigo, Las malas compañías, De cartón piedra, Pero qué hermosas eran, Una canción para la Magdalena, 19 días y 500 noches, Tu nombre me sabe a hierba, pasando por temas imperdibles como Cantares, Mediterráneo, Señora y Hoy puede ser un gran día, casi al final de la velada.
Aunque compartieron temas, cada uno tuvo su espacio para satisfacer a sus cómplices, como les gusta llamar a sus seguidores.
Durante toda la velada tuvieron pláticas, se decían, abrazaban y hasta un beso de piquito se dieron y el público reaccionó con aplausos, coros y chiflidos.
Después de casi dos horas de poesía y más de 29 temas completos, los artistas se despidieron y fue inevitable que lo hicieran con Y nos dieron las 10.
Se dieron tiempo para interpretar Un mundo raro de José Alfredo Jiménez y para brindar por las mujeres.
Vamos a brindar... por ustedes... por las mujeres, sin ellas el mundo no funcionaría”, comentó Joan Manuel Serrat, para rematar con un “¡Viva México, cabrones”, en voz de Joaquín Sabina.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario