Smerling, autora de Serrat en la Argentina: "Cuando salió Mediterráneo dijeron que era un disco olvidable"
24/11/19
En el programa "Invasión De Brolis" -que se emite todos los lunes a las 20 por Radio Brisas-, la periodista y escritora Tamara Smerling dio detalles de su libro "Serrat en la Argentina. 50 años de amor y aventuras".
"Hay muchas escenas del libro en Mar del Plata, de la temporada, cuando se encontró con Vinícius de Moraes, Troilo o Piazzolla, y con el regreso de la democracia con todo lo que se involucró con festivales de derechos humanos", explicó la autora del libro que cuenta el amor del público argentino con Joan Manuel Serrat y viceversa.
Sobre el compromiso del cantautor español con los derechos humanos, Smerling reveló que "Serrat se encontró con familiares de desaparecidos de Mar del Plata".
Smerling hizo un repaso histórico y musical del último medio siglo de la carrera de Serrat, y contó que "cuando salió Mediterráneo dijeron que era un disco olvidable", lo que consideró "algo increíble, porque siguen siendo canciones maravillosas".
Joan Manuel Serrat era, en 1969, alguien casi desaliñado. Alguien que cantaba la frase “tu nombre me sabe a hierba” como si se la estuviera diciendo en secreto a quien lo escuchaba. Era un músico, un cantante de quien se decía que era un poeta, que frecuentaba los programas interminables de los sábados, en la televisión argentina, con apenas una guitarra en la mano y un puñado de canciones que recorrían el mundo de Jacques Brel aprendido desde el franquismo. Y que pintaban el retrato más ácido –y también el más tierno– de esos personajes de pueblos blancos, que espiaban tras los visillos. Pero su historia, o, mejor, la historia de amor con la Argentina, contada con meticulosa pasión por Tamara Smerling, es a su vez otras historias. La de una época pero, sobre todo, la de un cambio notable en las maneras de escuchar y en las formas de relacionarse con la música. Las canciones de Serrat podían bailarse.
Pero también debían escucharse. Como toda Gran Historia, se construye con las pequeñas historias. La de la chica que llamó por teléfono a su mejor amiga para decirle que se había enamorado, después de haberlo visto por primera vez, aún un desconocido, en la televisión; el improbable encuentro con Aníbal Troilo y Rubén Juárez, mientras empujaba su auto descompuesto hasta la vereda; los tira y afloja con los productores de la época. La historia de una voz, finalmente, contada, como se debe, a muchas voces.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario