“No hay dos sin tres”
1 diciembre, 2019, 3:00 am
Disfrutan fans a Serrat y Sabina en la metrópoli
CIUDAD DE MÉXICO (Notimex).— Los años buenos y malos han pasado por ellos, sin duda alguna; tanto en apariencia como a través de sus voces, es innegable el paso del tiempo: Joan Manuel Serrat (Barcelona, 1943) y Joaquín Sabina (Úbeda, 1949) son dos músicos longevos que derrochan profesionalismo y muestran férreas hechuras sobre el escenario.
La gira “No hay dos sin tres” pisó suelo mexicano en el Auditorio Nacional de Ciudad de México. El concierto comenzó con un clásico del repertorio propio del poeta nacido en Jaén, “Está noche contigo”. Tras dicha interpretación en la cual lució el guitarrista Antonio García de Diego, Serrat y Sabina pronunciaron algunas palabras acerca de la condición actual por la cual vive Europa, achacándole a tal motivo la presencia de ambos artistas en Latinoamérica. Bromearon con el público al afirmar que decidieron cruzar el Atlántico porque en estas tierras casi no hay problemas: como “ejemplo”, mencionaron a Chile, Colombia, Ecuador y Bolivia.
Con respecto a la situación política en esta última nación mencionada, y en un tono más serio, se pronunciaron en franca admiración a la decisión del actual gobierno mexicano de dar asilo político a Evo Morales, ex presidente boliviano; por ello, argumentaron, “pensamos que también ustedes podrían darles asilo a estos dos españoles en México…”.
Tras dicho momento de reivindicaciones políticas, Serrat interpretó “Tu nombre me sabe a hierba”, seguido de “Aves de paso”, la cual cantaron a dos voces.
Al finalizar este tercer tema, el público ya se había entregado a la presentación del catalán y el madrileño, quienes se hicieron acompañar en el escenario por sus habituales escuderos: en el caso de Sabina, por Antonio García de Diego y “Pancho” Varona, el saxofonista José Miguel Sagaste, Laura Gomez en el bajo y Pedro Barceló en la batería.
Por parte de Serrat, no faltó la figura de su fiel acompañante, el pianista Ricardo Miralles. En los coros lucieron las voces de Mara Barros, así como de Sofía Mohamed.
Conforme el concierto avanzó, ambos cantantes se vieron cómodos en el escenario. Serrat brindó su primer gran momento vocal al interpretar un ya memorable tema de Sabina, “Una canción para la Magdalena”, lo cual produjo un ambiente de gran emotividad.
El catalán no dejó que tal ánimo se rompiera y echó mano de “Es caprichoso el azar”, cantada junto a Mohamed, quien demostró una alta calidad de voz, misma que fue reconocida por el público tras brindarle aplausos efusivos.
El concierto llegó a su mitad de duración, tras ello aparecieron temas muy potentes en el repertorio de Joaquín Sabina: “Por el boulevard de los sueños rotos” le dio el primer toque mexicano a la velada; después hizo sonar un acorde que da inicio a “19 días y 500 noches”.
Cuando el ánimo estaba casi al máximo, Serrat otorgó un pasaje de remanso e importante virtuosismo vocal, esto al interpretar “Tu nombre me sabe a hierba” y “Nanas de la cebolla”, poema escrito por Miguel Hernández en 1939, mientras el poeta estaba preso.
Al finalizar dicho tema, el catalán enjugó una lágrima que resbaló por su mejilla izquierda.
Sabina reforzó el espíritu nostálgico con “Peces de ciudad”, seguido del que podría ser el himno de Joan Manuel Serrat: “Cantares”, tema incluido en el disco “Dedicado a Antonio Machado”, el cual data del 1969.
Prosiguió con “Lucía”, en la que el artista de 75 años de edad derrochó voz y expresión, haciendo una interpretación impecable.
Teniendo ya ganado al público, sólo restaba continuar con “Mediterráneo” para culminar el acto.
El público se puso de pie por vez primera durante el concierto, esto al corear “Princesa”.
En una montaña rusa de emociones, “Un mundo raro”, de la autoría de José Alfredo Jiménez y en voz de Serrat, le dio un momento suave y tenue a la noche, misma que no podía concluir sin que Sabina interpretara “Y sin embargo”.
El último toque mexicano surgió con “Noches de boda” y la muy coreada por el público “Y nos dieron las diez”, con lo cual se cerró el concierto.
Después de que pocos espectadores comenzaron a enfilarse hacia las salidas del inmueble, los aplausos y chiflidos de la concurrencia hicieron aparecer de nuevo a los españoles para cantar a duo “Contigo”, además de la creación de Serrat “Paraules d’amor”.
El último tema escuchado sobre el escenario fue “Pastillas para no soñar”.
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