La reinvención empresarial de Joaquín Sabina: invierte en ciencia e investigación
Los asesores del cantante llevan meses poniendo en orden sus finanzas. Ha reabierto empresas y ha empezado a invertir en ciencias experimentales
13/04/2020 05:00
Corría el 12 de febrero de este año 2020, el coronavirus era aún un problema del lejano Oriente y teníamos vidas normales. Aquel miércoles por la noche nos sobresaltó el móvil con un vídeo viral: Joaquín Sabina se acababa de caer del escenario del WiZink Center, en Madrid, donde a esas horas comenzaba un concierto junto a Joan Manuel Serrat dentro de la gira 'No hay dos sin tres'. El cantante, de 71 años, se había precipitado desde casi dos metros de altura y el golpe le provocó lesiones en el hombro y el tórax, además de un pequeño coágulo craneoncefálico del que fue operado con éxito.
Tras varios días ingresado, el compositor y poeta salió del hospital rumbo a su casa. "Muy bien", respondió cuando los compañeros de la prensa que esperaban su salida le preguntaron cómo se encontraba. Un simulacro de cigarrillo, un sombrero y el pulgar en alto en gesto triunfal. Muy Sabina. Actualmente, sin embargo, tanto su salud como la pandemia han obligado a parar la gira 'No hay dos sin tres'. El concierto madrileño que tuvo que cancelarse por la caída de Sabina se programó de nuevo para el 22 de mayo y aún se pueden comprar entradas, pero parece poco probable que pueda celebrarse en esa fecha.
Nada se sabía de la evolución del músico hasta que esta semana, con el brazo en cabestrillo, algo despeluchado, medio en pijama y ayudándose de Jimena Coronado (su bastón vital), ha salido al balcón de su casa en la plaza de Tirso de Molina a cumplir con el ritual que estos días asume todo hombre de bien: aplaudir a los sanitarios. Dicen que no es la primera vez, y la imagen ha servido para relajar una cierta preocupación existente en torno a la salud del genio de Jaén.
Ventajas fiscales
En su caso, no es postureo ni una conversión repentina al catolicismo sanitario. Mucho antes de que la pandemia infartara nuestro ritmo vital, el cantante ya había decidido invertir parte de su dinero en un terreno a priori desconocido para él: las ciencias experimentales y la lucha contra el cáncer. Sabina, o más correctamente sus nuevos asesores, llevan un tiempo poniendo en orden sus cuentas, reabriendo empresas, actualizándolas y explorando nuevas vías de inversión para las ganancias del autor, mientras por otras vías continúan sus problemas con Hacienda.
El cantante jienense es socio desde marzo de 2019 de Investigaciones Karius AIE, una agrupación de interés económico enfocada en "la investigación y el desarrollo experimental en ciencias naturales y técnicas". Estas estructuras de inversión ofrecen ciertas ventajas fiscales y se usan en el campo del cine, de la investigación y el desarrollo o la construcción naval. Sabina también se ha adentrado en la lucha contra el cáncer a través de otra AIE, Imab 4 Cancer Inmuno AIE, de la que es socio desde 2018. Ambos fondos están administrados por un prestigioso asesor fiscal.
Se nota que una nueva savia corre por las venas financieras del compositor. Además de las ya mencionadas, Joaquín es administrador junto a Jimena Coronado de Ultramarinos Finos SL. La empresa, que abrió de nuevo su hoja registral en mayo de 2019, ha presentado cuentas por primera vez en tres años. Si en 2014 declaraba unos números rojos de 191.000 euros, el beneficio neto en 2017 fue de 400.000 euros, tras unos ingresos récord de más de nueve millones de euros. Las cifras coinciden con las sucesivas giras y conciertos de Joaquín Sabina que, a pesar de su edad y de su salud, no ha dejado de subirse a un escenario en estos años.
Joaquín Sabina tiene dos hijas de su primer matrimonio con Isabel Oliart, hija del exministro Alberto Oliart. "No veo una peseta de derechos de autor. Cuando me separé de la madre de mis hijas, se quedó con todos los derechos de autor, así que yo vivo de los conciertos", explicó en una ocasión Sabina. Esos derechos se vehiculan principalmente a través de la sociedad El Pan de Mis Niñas SL, cuya administradora única es la exmujer de Sabina, y que acaba de reabrir su hoja registral (a principios de marzo). Según una información de 'El Mundo', esta sociedad fue investigada por la Fiscalía dentro de una denuncia más amplia de la SGAE a varias compañías de artistas por, presuntamente, tratar de evadir impuestos. La Fiscalía no vio delito y remitió el caso a Hacienda.
Distintos procedimientos
Igual que El Pan de Mis Niñas, la entidad Relatores SL también ha sido tradicionalmente otro vehículo del compositor para cobrar sus derechos de autor (en sus enfrentamientos con Hacienda, él ha alegado que estaba desvinculado de ella desde el 92). También está administrada por Isabel Oliart y, como la otra compañía, acaba de abrir de nuevo su hoja registral.
En el año 2014, el cantante admitió a través de su representante que Hacienda le requería tres millones de euros para poner sus cuentas al día con la Agencia Tributaria, pero anunció su intención de pleitear. La discrepancia estaba, como en el caso de muchos actores, deportistas y presentadores, en el uso de sociedades para cobrar sus derechos de forma que tributaran menos que si lo hubieran recibido como persona física. Los recursos por las inspecciones se han ido alargando en el tiempo y hoy se bifurcan a veces en distintos procedimientos, aunque las primeras resoluciones de la Justicia no han sido favorables al compositor. Sabina fue uno de los clientes del bufete Nummaria, que fue intervenido por la Audiencia Nacional y que tantos quebraderos de cabeza les ha traído a Imanol Arias o Ana Duato.
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