miércoles, septiembre 30, 2020

Volver a pasar por Mediterráneo: emocionante regreso de Serrat a Mendoza

RECUERDOS 2018
TOUR MEDITERRÁNEO DA CAPO

Volver a pasar por Mediterráneo: emocionante regreso de Serrat a Mendoza

Domingo, 11 de noviembre de 2018
Por: Eugenia Cano - en Twitter @EugeCanon

Como el de Serrat debe haber muy pocos casos en el mundo. Esto de aparecer en un escenario y que el público deje su butaca, se ponga de pie y aplauda por largos, larguísimos minutos, con profunda admiración y respeto. Muestras de afecto semejantes son recurrentes al final de los shows, pero que suceda al principio de un concierto, cuando la nave aún no ha zarpado, da la pauta de que se trata de algo -alguien- excepcional

Para la Argentina el cantautor y músico catalán es alguien excepcional y cuando regresa por aquí, en el pueblo hay fiesta. Luego de pasearse por varios destinos de nuestra geografía, el Nano volvió a Mendoza y el gesto mencionado al principio de este artículo ocurrió la noche del sábado en el auditorio Ángel Bustelo. La gente le dio la bienvenida con ese cariño y devoción que provoca anticipando el calor de un reencuentro atravesado por la música y las emociones. Además de un espectador de lujo que ya se revelará...

Joan Manuel Serrat vino a presentar "Mediterráneo Da Capo". Es decir, a volver a pasar por el corazón aquellas canciones que formaron parte de uno de sus trabajos discográficos más emblemáticos.

«Da Capo es un término de origen italiano, un término musical que quiere decir: volver al principio, volver a empezar. Con esto pretendemos decir que volvemos a este Mediterráneo una vez más. Retomamos las canciones que conforman este trabajo y volvemos a pasarnos por ellas unas tras otras. Canciones que escribí allá en 1971 y que estamos celebrando el 47 aniversario», contó. Y también dejó en claro que cuando la placa cumpla el número redondo de las cinco décadas también lo hará, pero que por ahora «celebro porque de momento no estoy para esperar. La fragilidad de la vida me ha hecho entender que hay que celebrar las cosas. Si alguno de aquí tiene algo que celebrar, mi punto de vista recomendable, es que lo celebre. Que no deje nada para mañana», agregó en lo que fue su primer ida y vuelta con el público.

De este modo es que los temas del icónico disco fueron yendo y viniendo hacía la playa de los recuerdos como las olas de ese mar evocado. «La mujer que yo quiero», «Tío Alberto», «Lucía», «Barquito de papel», «Vencidos», «Aquellas pequeñas cosas», «Pueblo blanco», «Mediterráneo», y así... Con una extraordinaria y experimentada banda de músicos haciéndolo posible y la calidez de Serrat siempre presente a cada momento.

Esa fue la primera parte del concierto porque después vinieron más canciones y más situaciones para atesorar en la memoria. Una de ellas fue la sorpresa de que entre el publico estaba nada más y nada menos que Quino, o Quinito, como lo llama Serrat a su amigo y creador de uno de los universos de humor gráfico más inigualables. Nuestro Joaquín Salvador Lavado Tejón. Bueno, el de todos...

«Está Quino. Biógrafo de un tiempo de la historia Argentina. De su pluma, de su corazón han salido personajes que se han multiplicado en cada una de las manos en que han caído sus libros. Haber podido andar por la vida, presumiendo que tengo de amigo a Quinito no es moco de pavo», dijo el español y el Bustelo estalló en aplausos.

«Quiero agradecerte como la primera vez que te vi. Como la primera vez que nos bebimos una botella de vino juntos. Como siempre, y cada una de las veces que la vida me ha tocado el hombro para decirme: qué amigo tienes. Gracias. Gracias».

Otro alto en el camino fue cuando el cantautor hizo referencia a la situación que se vive en el Mediterráneo. Ese sarcófago en el que se ha convertido por la tragedia de la inmigración.
«Hoy en día el Mediterráneo tiene una contaminación del alma y es grave. En el Mediterráneo, mar donde las culturas se cruzaron y se enriquecieron mutuamente. Mar que fue puente de pueblos, ideas y pensamientos, hoy en día es uno de los lugares donde mayores y más terribles migraciones se están produciendo. Donde el sur está buscando atravesarlo para encontrar la vida. Vidas destrozadas por la guerra, el hambre, la ambición. 

El sur busca al norte y oriente busca a occidente. Y mientras tanto, Europa cada vez más vieja, cada día más mezquina, cada día más miserable, cierra puertas, tiende alambrados, y borra de su diccionario cotidiano no sólo palabras como solidaridad, sino que elimina algunas como justicia. Es en el Mediterráneo que se están produciendo éstas terribles tragedia", sentenció el trovador invitando a la reflexión. Más aplausos llegaron hasta el escenario en complicidad con sus palabras y con su mirada del mundo.

Después hubo más canciones. Hubo bises. Hubo saludos a cada uno de los integrantes de la banda que lo acompaña. Hubo también algunas lágrimas robadas a la emoción de alguna letra que estremeció el alma. Serrat provoca todo esto. Por eso no es un artista más para este país. Por eso en la biografía publicada en su página web él mismo reconoce que su carrera le permitió convertirse también en un latinoamericano nacido en Barcelona. Entre esa orilla y esta orilla, hay un océano que no divide porque está unido por la canción que se reconoce en el pueblo. La que resiste, la que no se doblega ante el poderío. La que salva. La que moviliza, la que testimonia su época. Puede que Serrat sea sólo un hombre con una guitarra. 

Puede... Pero para quienes saben reconocer en la música y el arte una herramienta de transformación, esa condición lo encierra todo. Por eso la ovación a flor de piel cuando terminó el concierto. Por eso el abrazo colectivo hasta un próximo encuentro...


Quino" expresó su cercanía con artistas como Joan Manuel Serrat

"Quino" expresó su cercanía con artistas como Joan Manuel Serrat

Miércoles, 22 de Julio de 2009 a las 17:02hrs.
Autor: Cooperativa.cl

En rueda de prensa en Lima se definió como un periodista que dibuja.

Dijo que su mirada de la vida lo emparenta con el canto de protesta.

El creador de "Mafalda", el humorista gráfico Joaquín Salvador, "Quino", se definió como "un periodista que dibuja" y consideró que su visión crítica del mundo lo lleva a formar "un equipo de trabajo en la distancia" con artistas como el español Joan Manuel Serrat.

El profesional aseguró en una rueda de prensa en Lima que siempre se mantiene informado sobre la actualidad para tratar de reflejar las preocupaciones de la gente y los problemas del mundo, entre ellos la marginación social y la deforestación de la Amazonía.

"A pesar de no tener hijos, me preocupa el futuro de la humanidad, ya que persisten los mismos problemas que hace 40 años. Incluso algunos están peor", señaló "Quino", uno de los invitados a la 14ª Feria Internacional del Libro, que se celebrará del 23 de julio al 5 de agosto.

El dibujante argentino también resaltó el parecido en su forma de trabajar con cantautores de protesta, como el catalán Joan Manuel Serrat, con los que "Quino" aseguró formar "un equipo de trabajo en la distancia", pese a no conocerse personalmente.

El hombre que anunció hace unos meses su retiro del mundo gráfico para evitar repetirse, se mostró sorprendido con los avances logrados en la medicina y en las comunicaciones.

Tras calificarse como un "analfabeto tecnológico", el septuagenario artista destacó lo "absurdo" del mundo actual, en el que las personas cada vez se comunican menos con la gente de alrededor y más en la distancia.

"Quino" resaltó que "jamás pensaría en dibujar en otro formato que no fuera papel" y señaló que la pantalla ha cambiado la visión que tienen los jóvenes del mundo y del humor.

En su opinión, el humor atemporal de la década de los setenta desapareció en la actualidad y fue sustituido por un humor basado en los comportamientos puntuales de personajes o políticos conocidos internacionalmente como Hugo Chávez, los Kirchner o Silvio Berlusconi.
"¡No aguanto el peronismo y llevo setenta años aguantándolo!", exclamó el argentino, en un contexto de crítica hacia la ausencia de "dirigentes aceptables" en el que también arremetió contra el ex presidente estadounidense George W. Bush.

Hijo de españoles emigrados en 1919 a Argentina, Quino se vio atraído por el dibujo desde niño y cursó estudios de Bellas Artes, pero los abandonó para dedicarse al humor gráfico y publicó su primera página en 1954.

Heredero, según él, del carácter trágico y el humor negro de los andaluces, el dibujante alcanzó fama mundial gracias a "Mafalda", personaje nacido en 1963 y cuyas historietas se han traducido a más de 30 idiomas.

 

Un argento más Comilona en lo de Caloi, con Quino y Fontanarrosa, Dolina, Menotti, Mollo, Casero y siguen las firmas.


Un argento más Comilona en lo de Caloi, con Quino y Fontanarrosa, Dolina, Menotti, Mollo, Casero y siguen las firmas.

Muere a los 88 años Quino, creador de "Mafalda", un día después del aniversario de su célebre "hija"



 Muere a los 88 años Quino, creador de "Mafalda", un día después del aniversario de su célebre "hija"

Miércoles 30 septiembre de 2020

A la edad de 88 años murió hoy el célebre dibujante argentino Joaquín Salvador Lavado Tejón, conocido mundialmente como “Quino”, creador del popular personaje “Mafalda”.

“Se murió Quino. Toda la gente buena en el país y en el mundo, lo llorará”, informó Daniel Divinsky, editor de Quino y director de Ediciones de la Flor.

De acuerdo al diario Clarín, el fallecimiento fue gatillado por un accidente cerebrovascular sufrido la semana pasada, razón por la que se encontraba bajo observación médica.

Quino fue un hijo de inmigrantes andaluces que nació en Mendoza el 17 de julio de 1932. El apodo lo adoptó desde niño para diferenciarse de un tío del mismo nombre, y luego lo hizo internacionalmente famoso gracias a sus críticas e innovadoras viñetas.

En 1963 debutó en el circuito editorial de la mano del libro “Mundo Quino”, y un año más tarde presentó en sociedad a Mafalda a través de las páginas de la revista Primera Plana.

El impacto del personaje fue inmediato: sus ideas y reflexiones progresistas la convirtieron en un símbolo continental (y mundial) de la década del sesenta y su revolución cultural. Y no sólo a ella, también a sus compañeros de pandilla:“Felipito”, “Manolito”, “Libertad”, “Susanita”, “Miguelito” y “Guille”.

Las historias y aventuras de Mafalda ganaron amplia popularidad entre 1964 y 1973, su época dorada, llevándola a circular hasta la actualidad en librerías de todo el mundo.

A mí no me grite (1974), Bien, gracias, ¿y usted? (1976), Hombres de bolsillo (1977), Ni arte ni parte (1981), Quinoterapia (1985) y Potentes, prepotentes e impotentes (1989), entre otras publicaciones, también figuran como parte de su vasta bibliografía, abundante en recopilaciones de Mafalda y del trabajo que cultivó en los setenta y ochenta.

https://www.biobiochile.cl/noticias/artes-y-cultura/actualidad-cultural/2020/09/30/muere-a-los-88-anos-quino-el-celebre-dibujante-que-creo-a-mafalda.shtml

miércoles, septiembre 02, 2020

"¡Menuda sorpresa, cabrones!"



 
RECUERDOS
"¡Menuda sorpresa, cabrones!" 

El FAD homenajea a Colita reproduciendo la exposición 'La gauche qui rit' de 1971 que la policía clausuró 

Natàlia Farré BARCELONA - 
MIÉRCOLES, 29/11/2017 

Foto Joan Manuel Serrat besa a Colita durante el homenaje que el FAD dedicó a la fotógrafa el lunes. / ELISENDA PONS 

"¡Menuda sorpresa, cabrones!". Así, al más puro estilo Colita, mujer que hace lo que le da la gana y dice lo que quiere (y piensa), llegó la fotógrafa, el lunes, al homenaje que le rendía el FAD. Tranquilidad convertida en emoción. En segundos. Los que tardó en darse cuenta de lo que le esperaba. 

Un montón de amigos y una vieja exposición. Lo del reconocimiento lo sabía. El asombro lo puso el 'finissage'. Vocablo parecido al 'vernisage', pero con momentos opuestos. Y en este caso, además, con mucho tiempo de por medio. 
Cuarenta y seis años para ser exactos. 

Vamos, que lo del lunes fue nombrarla Maestra del FAD y clausurar, con aperitivo, de ahí lo de 'finissage', la muestra que inauguró en 1971 en la Sala Aixelà: 'La gauche qui rit'. Entonces no pudo hacerlo, se le adelantó la policía. La exposición fue prohibida a las 24 horas de su inauguración. No gustó lo de 'gauche'. 

El lunes no hubo problema. 
Ni rastro de los muchos policías y demás agentes de la autoridad que últimamente tienen a bien de proteger la ciudad. Ya se sabe, Barcelona, a la que uno se despista, se pone anarquista o libertaria. Aunque lo del lunes tiraba más a libertinaje. De palabra. Y de recuerdo. 

Poco más. Así, Maruja Torres, una de las presentes, decía querer "tocar al pianista", aunque en realidad lo que deseaba era uno de los cócteles que preparaban al lado del piano. Buenísimos, por cierto. 

Mientras, Serrat confesaba públicamente y sobre el escenario, de ahí la reproducción de sus palabras, que el piso de la fotógrafa le había servido de refugio para darle una alegría al cuerpo en más de una ocasión. 

Y es que Colita es muy Colita, que es lo mismo que decir que es muy amiga de sus amigos. Generosa fue uno de los adjetivos más repetidos. También el de feminista. A eso se ve que pocas le ganan. Las fotografías lucían de la misma manera que lo hicieron en su día: mismo formato y mismas paredes; los que no lucían igual eran sus protagonistas. 

La edad no perdona. Estaban casi todos: Teresa Gimpera, Jorge Herralde, Beatriz de Moura, Rosa Regàs, Enric Majó, Oriol Bohigas, Serena Vergano... Y los que no estaban fue, como dijo Serrat en un ataque de añoranza, porque: "Han tenido el mal gusto de irnos dejando y dejándonos cada vez más solos". 

Pasada la nostalgia lo suyo era buscarse en la fotografía. Los más divertidos Herralde y De Moura. El primero, protagonista de una de las imágenes más icónicas de la serie, reconociendo que el mérito del éxito no es suyo sino del trasero de las dos modelos (busquen la instantánea y lo entenderán); y la segunda, explicando cómo el vestido a rayas que viste en la fotografía lo hizo arrancando una cortina a lo Scarlett O'Hara en 'Lo que el viento se llevo'. 

Tan dura como tierna Hubo más referencias cinematográficas, todas a cargo de Maruja Torres, cinéfila de pro. La más celebrada: "En 'Gilda' Rita Hayworth decía 'Si yo fuera un rancho, me llamarían tierra de nadie', y yo digo: 

'Si Colita fuera una masía, sería tierra de todo el mundo', porque en cada habitación encontraríamos a alguien. A Carmen Amaya haciendo sus cosas mientras unos gitanitos entran y salen, a los presos de la Copel con su rebelión, la manifestación de 77… y en el salón, lleno de copas y alegría, estaría la Gauche divine". Una bonita manera de recordar que Colita puso imagen a esos jóvenes que querían desesperadamente ser modernos. 

Sí, pero ese solo fue un capítulo más de una larga y dilatada carrera. Reconocida con muchos galardones. Entre ellos, el Premio Nacional de Fotografía que tuvo el valor de no querer. Fue su forma de protestar por la política cultural del ministro Wert. Lo dicho, una mujer que hace lo que le da la gana y dice lo que quiere (y piensa). 

¿Más? Despedida de altura: "Si en algo soy Mestra es porque lo he aprendido de mis amigos. Cómo os quiero, coño". Puro estilo Colita. Tan dura como tierna

https://www.elperiodico.com/es/barcelona/20171129/colita-homenaje-fad-6456745?fbclid=IwAR2r06wdU1Wxu8avDGPjPIRG_z2Vqla0UtCSct0L1fW0xSUP47zQ_UMRky0

EL LEGADO DE... La fotógrafa social que saca el mejor lado de Serrat

 


RECUERDOS
EL LEGADO DE...

La fotógrafa social que saca el mejor lado de Serrat

Colita siempre ha retratado a Joan Manuel Serrat. Esta relación íntima ha gestado una amistad, en el reportaje de "El Legado" la fotógrafa nos habla del artista.

10 septiembre 2019

Colita rechazó el Premio Nacional de Fotografía, no le apetecía salir con Wert en una foto, aseguró en una carta que escribió al ministro, una prueba de su arrolladora personalidad. Esta mujer que desde los años 60 ha saltado desde la fotografía social al espectáculo, charla con Enrique Romero sobre las múltiples anécdotas que comparte con el cantante catalán. Su casa ha sido testigo de algunos secretos del artista, como ella mismo cuenta "éramos jóvenes, guapos y nos lo pasabamos bien". 

Un homenaje a una gran fotógrafa



RECUERDOS 2014

Un homenaje a una gran fotógrafa 


Colita, galardonada con el Premio Nacional de Fotografía 2014

Reconocen su destacada trayectoria de más de cinco décadas como fotógrafa en varios medios, como fotoperiodismo, retrato y ensayo fotográfico

Foto Colita (Isabel Steva Hernández), galardonada con el Premio Nacional de Fotografía 2014. CHEMA MOYA | EFE

EFE
06/11/2014 21:18 H

Considerada un referente de la fotografía española contemporánea, profesión a la que se ha dedicado durante más de cincuenta años, Colita (Isabel Steva Hernández) ha sido galardonada con el Premio Nacional de Fotografía 2014 que concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. El jurado que ha concedido el premio, dotado con 30.000 euros, ha reconocido su destacada trayectoria de más de cinco décadas como fotógrafa en varios medios, como fotoperiodismo, retrato y ensayo fotográfico. Además, Colita es autora de fotolibros tan reconocidos como Luces y sombras del flamenco y Antifémina.

Colita «ha sido una fotógrafa comprometida con su época, en particular en la defensa de los derechos de la mujer. En su fotografía siempre se encuentra humor, inteligencia e ironía», en opinión del jurado, que ha estado presidido por Miguel Ángel Recio, director general de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas.

Nacida en pleno corazón del barrio barcelonés del Eixample el 24 de agosto de 1940, en la obra de Colita destaca su versatilidad a través de una mirada cargada de intención, inteligencia y humor. Esto se plasma en sus primeros planos y paisajes con personas, su visión de la vida de la Barcelona en la década de 1960 y, sobre todo, en los retratos de Antonio Gades, Carmen Amaya, Joan Manuel Serrat o Rafael Alberti.

Tras sus primeros estudios en Barcelona, se trasladó a París, donde estudió Civilización Francesa en la Universidad de la Sorbona. A su vuelta a Barcelona conoció a los fotógrafos Oriol Maspons, Julio Ubiña y Xavier Miserachs, de los que aprendió el oficio y se profesionalizó como fotógrafa.

En 1962 trabajó en el archivo de personajes de la película Los Tarantos del director Rovira Beleta, donde trabó amistad con su protagonista, la bailaora de flamenco Carmen Amaya. Se aficionó al arte flamenco trasladándose a Madrid, donde realizó fotografías de promoción de Antonio Gades y la Chunga. Fruto de este época es su libro Luces y sombras del Flamenco (Editorial Lumen, 1975). Reeditado y ampliado en 1998.

La añoranza de su ciudad natal hizo que regresara a Barcelona donde, en los últimos años del franquismo, colaboró con prensa progresista del momento como Fotogramas, Tele-Expres, Mundo Diario o Destino.

Su primera exposición fue en 1965, en una colectiva en la que también participaban artistas como Argimón, Curós, Jordi Galì, Guinovart, Oriol Maspons, Ràfols Casamada, Tharrats y Román Vallès.Es una época en la que alterna la prensa con la fotografía de cine, colaborando con la denominada Escuela de Barcelona, corriente que surge con la ambición de realizar un cine Europeo y progresista, en contraposición a la cinematografía «oficial» del Franquismo, lo que le dio la oportunidad de trabajar con directores de fotografía como Luis Cuadrado, Juan Amorós o Fernando Arribas.

Se especializa en retrato, y es considerada la fotógrafa de la denominada Gauche Divine barcelonesa, compuesta por un grupo de profesionales, intelectuales y artistas. Con la colección de sus retratos organizó una exposición en la Galería Aixelà (1971), patrocinada por Boccaccio y el promotor Oriol Regàs. Esta exposición solo duró dos días ya que fue clausurada por la policía al día siguiente de su inauguración.En 1967 colaboró con la discográfica Edigsa, y el movimiento de La Nova Cançó Catalana, realizando campañas de prensa y promoción, portadas de discos y pósters, especialmente de Guillermina Motta, Núria Feliu o Joan Manuel Serrat.

Su afición a la novela policiaca y de misterio, hizo que Beatriz de Moura, directora de Tusquest Editor, le confiara la colección «Serie Negra», que compaginó con la dirección del departamento de fotografía de la revista Vindicación Feminista hasta 1978.Durante la transición democrática, colaboró con Interviu, Reporter, Cuadernos para el diálogo, La Calle o Boccaccio. Fotografió su ciudad, Barcelona, y su área metropolitana, evidenciando sus cambios y evolución, y siempre reflejando la vida cultural y social de Cataluña.

En su larga trayectoria, ha realizado más de 40 exposiciones y publicado más de 30 libros de fotografía y su obra figura en la colección del Museo Nacional D'Art de Catalunya. En 1998, el Ayuntamiento de Barcelona le impuso la Medalla al Merito Artístico, junto a los fotógrafos Oriol Maspons y Leopoldo Pomès. Cuenta también con la Cruz de Sant Jordi 2004 y el pasado año recibió el Premio Piedad Isla.

ISABEL STEVA HERNÁNDEZ (COLITA)


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ISABEL STEVA HERNÁNDEZ (COLITA)

22 Abr 2013 | Cataluña, Documental, España, Piedad Isla, Retrato

Isabel Steva Hernández (Colita) es una fotógrafa catalana (nació en Barcelona, en pleno corazón del barrio del Eixample, el 24 de agosto de 1940) que en 50 años de profesión ha realizado más de 40 exposiciones y publicado más de 30 libros de fotografía. Tras la llegada de los ayuntamientos democráticos y la desaparición del franquismo, se especializó en fotografiar su ciudad, Barcelona, y su área metropolitana, evidenciando sus cambios y evolución, reflejando siempre la vida cultural y social de Cataluña.

Foto Joan Manuel Serrat © Colita

Yo lo hago todo. Domino el oficio por delante y por detrás. Hay algunos que saben del oficio menos que de Franco.

BIOGRAFÍA
Isabel Steva estudió hasta los 17 años en el Sagrado Corazón, y tras acabar el preuniversitario de letras, se trasladó un año a París para estudiar Civilización Francesa en la Universidad de la Sorbona. A su vuelta a Barcelona, conoció a los fotógrafos Oriol Maspons, Julio Ubiña y Xavier Miserachs, de los cuales aprendió el «oficio» y se profesionalizó como fotógrafa. En 1961, trabajó un año con Xavier Miserachs, como laboratorista y estilista.

En 1962, trabajó en el archivo de personajes de la película Los Tarantos del director Francesc Rovira Beleta, traba amistad con su protagonista, la genial bailaora de flamenco Carmen Amaya. Se aficionó al arte flamenco, y se trasladó a Madrid, donde se instaló dos años, realizando las fotografías de promoción de Antonio Gades y La Chunga.

En los últimos años del franquismo volvió a Barcelona y colaboró con la prensa progresista del momento: Fotogramas, Tele/eXprés, Mundo Diario, Destino … También alternó la prensa con la fotografía de cine, colaborando con la denominada Escuela de Barcelona, (Aranda, Camino, Esteva, Duràn …), trabajando con los mejores directores de fotografía del momento: Luis Cuadrado, Juan Amorós, Fernando Arribas, entre otros.

Se especializó en retrato y es considerada la fotógrafa de la denominada Gauche divine barcelonesa (grupo de profesionales, intelectuales y artistas), y con dicha colección de retratos realizó una exposición en 1971 en la Galería Aixelà, patrocinada por Bocaccio y el promotor Oriol Regàs, que fue clausurada al día siguiente por la policía.

En 1967 colaboró estrechamente con la discográfica Edigsa y el movimiento de la Nova Cançó Catalana, realizando campañas de prensa y promoción, portadas de discos, posters, especialmente de Guillermina Motta, Núria Feliu y Joan Manuel Serrat, que culminó con la exposición en 1998 de El Serrat de Colita. Durante la transición democrática colabora con las revistas Interviú, Reporter, Cuadernos para el diálogo, La Calle, Bocaccio …

Su obra figura en la colección del Museo Nacional de Arte de Catalunya. En 1998 el Ayuntamiento de Barcelona le impuso la Medalla al Mérito Artístico junto a los fotógrafos Oriol Maspons y Leopoldo Pomés. En 2014 el ministerio de cultura de España le otorgó el Premio Nacional de Fotografía pero lo rechazó.

REFERENCIA
su página web colitafotografia.com
Isabel Steva Hernández en wikipedia,
Colita: «Si la Gauche Divine se caracterizó por algo fue porque todos nos poníamos ciegos todas las noches pero al día siguiente estábamos trabajando» en jotdown 
Colita, el flash de la gauche divine en annams

LIBROS
Ha realizado la fotografía, a veces en colaboración con otros fotógrafos, de los siguientes libros:
1972: Habanera.
1973: Una tumba.
1973: Luces y sombras del flamenco. Reeditado en 2006.
1974: Guía secreta de Barcelona.
1977: La antifémina.
1977: El llibre de la Diada (varios).
1981: Els cementiris de Barcelona. Con Pilar Aymerich.
1982: Nueva guía secreta de Barcelona.
1982: Arranz Bravo y Bartolozzi en su laberinto (varios).
1982: El Ensanche de Barcelona.
1982: Tretze que canten.
1985: Art català contemporani.
1987: L’Anoia.
1988: La recerca a la Universitat Autònoma de Bellaterra.
1988: El Zoo de Barcelona.
1988: Diàlegs a Barcelona. Con Xavier Miserachs.
1988: La creació del món.
1988: Els barcelonins. Con Oriol Maspons y Xavier Miserachs.
1989: Les masies del Prat.
1989: Barceldones. Varias fotógrafas
1989: La silla Lola. Con Manel Esclusa.
1990: Catalunya, un gran mercat.
1991: Núria Feliu, 25 anys.
1991: Cornellà, una ciutat.
1991: Amigos. Con Pilar Aymerich.
1992: El Parc Zoològic de Barcelona (varios).
1992: 15 dies d’eufòria. (Las Olimpiadas de Barcelona). Con Oriol Manspons y Xavier Miserachs.
1993: Retrato de Rosa Chacel (varios).
1993: Homenatge a Walter Benjamin (varios).
1995: Ciutat Vella, visions d’una passió. Con Leopoldo Pomés, Toni Riera y Oriol Manspons.
1995: Cornellà, la passió i el desig.
1995: 29 municipis i un riu.
1995: Historia de la cerámica española.
1996: Crònica Apassionada de la Nova Cançó.
1998: Portuàrium. Con Oriol Maspons, Xavier Miserachs y Lluis Permanyer.
1998: L’Hospitalet.
1998: Sant Andreu.
1999: Carmen Amaya 1963. Taranta, agosto, luto y ausencia. Con Julio Ubiña.
1999: El riu que veia passa els trens.
1999: Barcelona, dona d’aigua.
1999: Oken 1989-1999. (varios).
1999: Ayuntamientos democráticos de Cataluña. Con Paco Elvira.
2000: Agenda 2001. Ayuntamiento de Barcelona.
2000: La gauche divine. Con Oriol Maspons y Xavier Miserachs.
2002: 24 horas con la gauche divine.
2002: Castelldefels tot l’any.
2002: El riu de l’hivern.
2003: Els interiors d’illa de l’Eixample.
2003: Sin misterios del flamenco.
2004: Cornellá, una ciudad.
2006: Piel de toro.
2006: Mirades paral·leles.
2007: Una historia de la Marina de Sants.
2007: Sant Climent de les Cireres.
2008: Memorias de Barcelona. Con Xavier Miserachs.
2010: Colita. La Fábrica.
2010: Colita. La meva cançó.




Colita: "A la derecha le fastidiaba que fuésemos guapas, rojas y nos acostáramos con quien queríamos, menos con ellos"



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Colita: "A la derecha le fastidiaba que fuésemos guapas, rojas y nos acostáramos con quien queríamos, menos con ellos

Colita lo vio todo, lo fotografió todo: la 'gauche divine', el boom latinomaericano, la Transición, el destape. "La 'gauche divine' fue una broma, los únicos que se la tomaron en serio fueron los de Madrid", dice la fotógrafa barcelonesa.

KARINA SAINZ BORGO
PUBLICADO 22/06/2015 04:00

Colita está “absolutamente encantada de haberse conocido”. Al menos eso dice ella. Y no es para menos. Lo ha visto todo, lo ha fotografiado todo. Porque, como reza el texto de la sala en la que transcurre esta entrevista, "tras el ojo de la cámara, está el ojo de Colita". Enorme, como el de un cíclope.

Flamenco, toros, Barcelona, la Nova Cançó, Cuba, el 'Gabo' con un ejemplar de Cien años de soledad abierto sobre su cabeza, Orson Wells, Terenci Moix, Gil de Biedma, Ana María Matute… Cincuenta años caben en la réflex de esta mujer, que ha fijado en plata sobre gelatina un mundo que a muchos cuesta creer que existió. La Barcelona de los setenta, aquella donde Carlos Barral era capitán de su mejor barco, el sello Seix Barral, y la vida parecía no ir tan en serio, aunque eso lo comprenderían más tarde.

Cincuenta años caben en la reflex de esta mujer que fijó en plata sobre gelatina un mundo que a muchos nos cuesta creer que existió

Con ocasión de PhotoEspaña 2015, la galería Fernández-Braso exhibe Colita, una muestra que reúne imágenes realizadas por la fotógrafa desde los años 60 hasta los 90 y que han sido seleccionadas por Francesc Polop. Esa ha sido la excusa para esta conversación.
Quien escucha hablar a Colita siente aquel soniquete del vive y deja vivir. No se ceba con nada ni con nadie, así como tampoco pretende imponer su punto de vista sólo porque sí; con que la dejen en paz le basta. Ella, que rechazó el Premio nacional de Fotografía el año pasado con una durísima carta a José Ignacio Wert, no cultiva ningún fanatismo. Hasta la fotografía es un juego para ella.

Es conocida la pereza que despiertan las entrevistas para esta fotógrafa que tiene que cargar con el sambenito de haber sido la retratista de la 'gauche divine', aquel grupo de escritores, artistas, editores, músicos que convirtieron la Barcelona de los años setenta en un hecho excepcional. Sobre estos temas, y muchos otros –el selfie, la política, el soberanismo, el feminismo y la minifalda-, conversa Isabel Esteva (1940), Colita, en esta entrevista. 
-Hace casi un año Colita rechazó el Premio Nacional, con una carta muy dura además. ¿Por qué más gente no lo hizo? ¿Faltó coraje?

-Cada cual con su conciencia y con lo que piensa y opina. A mi rottweiler lo tengo adiestrado para morderle el culo a los malos. Si los malos le echan un filete y el rottweiler les suelta el culo y muerde el filete, pues está mal adiestrado, ¿comprendes? El mío, en cambio, no lo hizo. No se comió el filete.

-Desde entonces hasta hoy, en lo que a Cultura respecta, el asunto no ha cambiado.
-Pero si no tenemos un gesto no cambiará nunca nada, ¿comprendes? Yo no esperaba que por eso cambiara algo. 

Colita está “absolutamente encantada de haberse conocido”. Al menos eso dice ella. Y no es para menos. Lo ha visto todo, lo ha fotografiado todo. Porque, como reza el texto de la sala en la que transcurre esta entrevista, "tras el ojo de la cámara, está el ojo de Colita". Enorme, como el de un cíclope.

Flamenco, toros, Barcelona, la Nova Cançó, Cuba, el 'Gabo' con un ejemplar de Cien años de soledad abierto sobre su cabeza, Orson Wells, Terenci Moix, Gil de Biedma, Ana María Matute… Cincuenta años caben en la réflex de esta mujer, que ha fijado en plata sobre gelatina un mundo que a muchos cuesta creer que existió. La Barcelona de los setenta, aquella donde Carlos Barral era capitán de su mejor barco, el sello Seix Barral, y la vida parecía no ir tan en serio, aunque eso lo comprenderían más tarde.

Cincuenta años caben en la reflex de esta mujer que fijó en plata sobre gelatina un mundo que a muchos nos cuesta creer que existió

Con ocasión de PhotoEspaña 2015, la galería Fernández-Braso exhibe Colita, una muestra que reúne imágenes realizadas por la fotógrafa desde los años 60 hasta los 90 y que han sido seleccionadas por Francesc Polop. Esa ha sido la excusa para esta conversación.
Quien escucha hablar a Colita siente aquel soniquete del vive y deja vivir. No se ceba con nada ni con nadie, así como tampoco pretende imponer su punto de vista sólo porque sí; con que la dejen en paz le basta. Ella, que rechazó el Premio nacional de Fotografía el año pasado con una durísima carta a José Ignacio Wert, no cultiva ningún fanatismo. Hasta la fotografía es un juego para ella.

Es conocida la pereza que despiertan las entrevistas para esta fotógrafa que tiene que cargar con el sambenito de haber sido la retratista de la 'gauche divine', aquel grupo de escritores, artistas, editores, músicos que convirtieron la Barcelona de los años setenta en un hecho excepcional. Sobre estos temas, y muchos otros –el selfie, la política, el soberanismo, el feminismo y la minifalda-, conversa Isabel Esteva (1940), Colita, en esta entrevista. 

-Hace casi un año Colita rechazó el Premio Nacional, con una carta muy dura además. ¿Por qué más gente no lo hizo? ¿Faltó coraje?

-Cada cual con su conciencia y con lo que piensa y opina. A mi rottweiler lo tengo adiestrado para morderle el culo a los malos. Si los malos le echan un filete y el rottweiler les suelta el culo y muerde el filete, pues está mal adiestrado, ¿comprendes? El mío, en cambio, no lo hizo. No se comió el filete.

-Desde entonces hasta hoy, en lo que a Cultura respecta, el asunto no ha cambiado.
-Pero si no tenemos un gesto no cambiará nunca nada, ¿comprendes? Yo no esperaba que por eso cambiara algo.

-La España de hoy con respecto a la que usted vivió y fotografió avanzó. Sin embargo, ¿en qué momento comenzó a retroceder?

-Yo viví la transición española. Pasamos de la dictadura a la democracia. Ese paso nos llenó a todos de esperanza. Pero los valores fueron perdiéndose. Ahora, tras una crisis de valores tremenda, y tras pasar por las urnas, parece que hay quienes quieren cambiar las cosas. Tenemos que volver a estrenar la esperanza. Darles nuestro apoyo y dejarlos trabajar sin echárnosles encima. ¿Comprendes?

"Yo viví la transición española. Pasamos de la dictadura a la democracia. Ese paso nos llenó a todos de esperanza"

-Usted tiene que cargar con el sambenito de ser la retratista de la Gauche Divine… Pero, ¿realmente existió tal cosa?

-La gauche fue una broma que sólo se tomó en serio Madrid. Un periodista hablaba de la 'gauche divine' para señalar el estreno de algo; de repente en Madrid empezaron a preguntar por la 'gauche divine' y a mencionarla como algo tangible. Hicimos una exposición sobre la 'gauche divine' para divertirnos; duró dos días.

-Todo en aquel entonces parecíais hacerlo para divertiros.

-Sí, muchas cosas en verdad. Pero también es cierto que nos levantábamos a las ocho de la mañana y trabajábamos como locos.

Colita está “absolutamente encantada de haberse conocido”. Al menos eso dice ella. Y no es para menos. Lo ha visto todo, lo ha fotografiado todo. Porque, como reza el texto de la sala en la que transcurre esta entrevista, "tras el ojo de la cámara, está el ojo de Colita". Enorme, como el de un cíclope.

Flamenco, toros, Barcelona, la Nova Cançó, Cuba, el 'Gabo' con un ejemplar de Cien años de soledad abierto sobre su cabeza, Orson Wells, Terenci Moix, Gil de Biedma, Ana María Matute… Cincuenta años caben en la réflex de esta mujer, que ha fijado en plata sobre gelatina un mundo que a muchos cuesta creer que existió. La Barcelona de los setenta, aquella donde Carlos Barral era capitán de su mejor barco, el sello Seix Barral, y la vida parecía no ir tan en serio, aunque eso lo comprenderían más tarde.

Cincuenta años caben en la reflex de esta mujer que fijó en plata sobre gelatina un mundo que a muchos nos cuesta creer que existió

Con ocasión de PhotoEspaña 2015, la galería Fernández-Braso exhibe Colita, una muestra que reúne imágenes realizadas por la fotógrafa desde los años 60 hasta los 90 y que han sido seleccionadas por Francesc Polop. Esa ha sido la excusa para esta conversación.
Quien escucha hablar a Colita siente aquel soniquete del vive y deja vivir. No se ceba con nada ni con nadie, así como tampoco pretende imponer su punto de vista sólo porque sí; con que la dejen en paz le basta. Ella, que rechazó el Premio nacional de Fotografía el año pasado con una durísima carta a José Ignacio Wert, no cultiva ningún fanatismo. Hasta la fotografía es un juego para ella.

Es conocida la pereza que despiertan las entrevistas para esta fotógrafa que tiene que cargar con el sambenito de haber sido la retratista de la 'gauche divine', aquel grupo de escritores, artistas, editores, músicos que convirtieron la Barcelona de los años setenta en un hecho excepcional. Sobre estos temas, y muchos otros –el selfie, la política, el soberanismo, el feminismo y la minifalda-, conversa Isabel Esteva (1940), Colita, en esta entrevista. 
-Hace casi un año Colita rechazó el Premio Nacional, con una carta muy dura además. ¿Por qué más gente no lo hizo? ¿Faltó coraje?

-Cada cual con su conciencia y con lo que piensa y opina. A mi rottweiler lo tengo adiestrado para morderle el culo a los malos. Si los malos le echan un filete y el rottweiler les suelta el culo y muerde el filete, pues está mal adiestrado, ¿comprendes? El mío, en cambio, no lo hizo. No se comió el filete.

-Desde entonces hasta hoy, en lo que a Cultura respecta, el asunto no ha cambiado.
-Pero si no tenemos un gesto no cambiará nunca nada, ¿comprendes? Yo no esperaba que por eso cambiara algo.

-La España de hoy con respecto a la que usted vivió y fotografió avanzó. Sin embargo, ¿en qué momento comenzó a retroceder?

-Yo viví la transición española. Pasamos de la dictadura a la democracia. Ese paso nos llenó a todos de esperanza. Pero los valores fueron perdiéndose. Ahora, tras una crisis de valores tremenda, y tras pasar por las urnas, parece que hay quienes quieren cambiar las cosas. Tenemos que volver a estrenar la esperanza. Darles nuestro apoyo y dejarlos trabajar sin echárnosles encima. ¿Comprendes?

"Yo viví la transición española. Pasamos de la dictadura a la democracia. Ese paso nos llenó a todos de esperanza"

-Usted tiene que cargar con el sambenito de ser la retratista de la Gauche Divine… Pero, ¿realmente existió tal cosa?

-La gauche fue una broma que sólo se tomó en serio Madrid. Un periodista hablaba de la 'gauche divine' para señalar el estreno de algo; de repente en Madrid empezaron a preguntar por la 'gauche divine' y a mencionarla como algo tangible. Hicimos una exposición sobre la 'gauche divine' para divertirnos; duró dos días.

-Todo en aquel entonces parecíais hacerlo para divertiros.

-Sí, muchas cosas en verdad. Pero también es cierto que nos levantábamos a las ocho de la mañana y trabajábamos como locos.

-En la Barcelona de aquellos años todo era objeto de una pequeña revolución: desde la Balcells cambiando por entero el mercado editorial hasta el desembarco del boom.
-Cuando llegó toda aquella generación de latinoamericanos a Barcelona, creo que quedaron deslumbrados. Se quedaron a vivir algunos años, publicaron y luego se marcharon. Hubo deslumbramiento de los sudamericanos hacia Barcelona.

-Fue mutuo, entiendo.

-Sí, con ellos nosotros descubrimos una literatura nueva que nos fascinó.

-Da la impresión de que, en aquellos años, cada gesto personal era un gesto político. Pero costaban caro. Se lo digo por Gil de Biedma y Ana María Matute.

-Barcelona era entonces un oasis en medio del desierto. Ana María Matute lo que tuvo fue un matrimonio mal avenido y Jaime Gil de Biedma era un homosexual que no estaba en el armario, como muchos otros que llevaban una vida libre.

-¿Era machista la 'gauche divine'?

-No, porque las mujeres éramos muy guerreras y no los dejamos ser machistas. Todas las mujeres de la 'gauche divine' éramos profesionales y trabajábamos.

"Las mujeres de la Guache Divine éramos muy guerreras y no los dejamos ser machistas"
-En la España de aquellos años, e incluso en la propia Barcelona, la homosexualidad masculina existía, aunque era rechazada… pero, ¿y la femenina?

-No lo sé, porque no había ningún grupo que lo reivindicase, eso vino en los años ochenta. Pero en los setenta no había grupos de gays o lesbianas. Había gente que ejercía su sexualidad libremente pero no había grupos de apoyo ni organizaciones.

-¿Cómo vio Colita, desde el ojo de su cámara, el destape? Usted trabajó en Interviú.

-La España de ahora es mucho más aburrida. Después de la muerte de Franco hubo un estallido de libertad, de todo tipo. Veníamos de leer libros prohibidos, de comprar en Perpiñán material subversivo. De ahí pasamos a un estallido de libertad. Pero no le dábamos importancia, no éramos conscientes de eso, era normal y ese puede que fuese quizá el mayor encanto.

-Ya sé que le aburre la pregunta. Pero, ¿es consciente de que esa foto de Herralde con las secretarias en bragas disgustaría a puritanos y progresistas?

-Ahhhh, la foto… Puff… Era una broma de lo más corrientita. Era un homenaje a la minifalda. En esa época todas llevábamos minifalda. Y cuando digo minifalda, digo minifalda. Para usarlas en invierno, llevábamos pantys. Todo el mundo enseñaba las bragas, por eso las usábamos bonitas, de colores… Esa foto es sólo eso, un homenaje… Cuando veo que la gente se sorprende por este tipo de cosas pienso: ‘sois unos hipócritas’. No nos puede escandalizar. Lo que deberíamos censurar es aquello que realmente es censurable, como los curas que se follan a los niños, por ejemplo… Que los banqueros roben a los ancianos. Que echen a las familias de sus casas a la calle… A mí esto me descoloca, absolutamente.

-Entiendo a lo que se refiere, pero entienda que esa minifalda es un símbolo, el empaque de algo mucho más complejo que vosotros poseíais.

-A la derecha le fastidiaba enormemente, primero, que fuéramos guapas; segundo, que fuéramos rojas; y, tercero, que hiciéramos el amor cuando y con quien nos apetecía, que no era con ellos precisamente. 
A la derecha siempre le ha fastidiado y le sigue fastidiando ahora. No es nuevo.

A la derecha le fastidiaba que fuéramos guapas, rojas y que hiciéramos el amor cuando y con quien nos apetecía, que no era con ellos

-¿Cómo ha cambiado la Barcelona de hace treinta años para acá?

-La ciudad ha cambiado mucho y no para bien. Barcelona se ha vendido al turismo por un plato de lentejas. Es una presión insoportable. No se puede bajar a las Ramblas, ni al Barrio Gótico… A partir de Pascual Maragall y los Juegos Olímpicos, la ciudad se fue para abajo. Ahora tenemos una nueva alcaldesa, como vosotros tenéis una nueva alcaldesa en Madrid y entonces lo que hay que hacer es darles una posibilidad, darles esperanza. Permitirles que se manifiesten y que puedan trabajar.

- Con el tema soberanista, usted defiende la posibilidad de una consulta, pero es más bien escéptica.

-Para mí el tema soberanista es más un tema de personas que de ideas. A saber: si hubiera una serie de grandes políticos en Cataluña que fueran los que portaran el estandarte de la independencia. Grandes cerebros, grandes pensadores, grandes políticos, pero, en este momento todos llevamos políticos mediocres que proclaman ideas independentistas y, por tanto, no me interesan. No tengo nada contra la independencia. Si mi país decide que quiere ser independiente, yo, como demócrata de toda la vida, seguiré lo que la mayoría decida. Pero, a mí, personalmente, la gente que está dirigiendo los destinos de mi país no me merece ninguna confianza.

-¿Qué hay más en usted ahora: decepción o hartazgo?

-Estoy absolutamente encantada de haberme conocido. Soy muy feliz por lo que he hecho. Tengo buena salud y espero vivir lo suficiente como para ver más y disfrutar de más sorpresas.

-¿Todavía tiene el perfil de Facebook donde comparte algunas de las imágenes que suele hacer?

-Ahora fotografía, a veces. Sólo cuando me apetece. Fotografío sin encargo, sin clientes y con una cámara automática. En este momento la fotografía vuelve a ser para mí un juguete.

-¿Qué piensa usted del selfie?

-El selfie es otro juguete, otro juego. Se puso de moda, como se puso de moda el chupa-chups, que también tiene un palito.

-¿Pero le parece un retrato?

-Todo lo que refleja la realidad lo puedes llamar como te dé la gana. Si te pones con el palito, te estás retratando. Eso no quiere decir que sea bueno o que sea malo. Es una moda. Y es que me da igual.

-Se lo pregunto porque es compulsivo: retratarse a uno mismo. Un narcisismo.

-Ya, lo vi en Nueva York. La gente trepada en el Empire State, con aquellas vistas y como locos todos fotografiándose. La foto era la escena. Pero, todo sea dicho, esto se ha puesto de moda porque la gente se ha dado cuenta de que captar la realidad no es tan difícil, aunque la calidad no sea extraordinaria. Y sobre lo del narcisismo, lo que más nos interesa es el yo: yo estuve ahí. ¿Qué pienso? No pienso nada. A lo mejor dentro de cinco o seis años se hace The family of men, pero con selfies.

-Su primera cámara la tuvo de niña pero comenzó profesionalmente el 62. ¿Con Paco Revés, cierto?

-Paco Revés era amigo del grupo con el que cenábamos cada noche en La Mariona. Había descubierto a la Chunga y conocía a Carmen Amaya. Era uno de mis buenos y especiales amigos, también de Ana María Matute. Y entonces, comencé a hacer las fotografías de los personajes de Los Tarantos; la cosa empezó así. Y luego las fotos de Carmen. Me vine a Madrid porque Paco comenzó a llevar varios flamencos y fui a fotografiarlos en los tablaos y empezó toda aquella época.

¿De todo lo que ha hecho… qué es lo que más le gusta, fotográficamente?

-Depende … el flamenco me gusta mucho, también la Nova Cançó, los cementerios de Barcelona... Me gusta la variedad.

-¿Qué no volvería a hacer fotográficamente?

-Pues quizá las cosas que me hicieron perder el tiempo y por las que no cobré –ríe Colita-.
"Aquello fue una broma. Gabo y yo éramos amigos. Nos conocíamos de las fiestas en Bocaccio"

-Sobre la foto del Gabo con Cien años de soledad en la cabeza, ¿de quién fue la idea: del Gabo o suya?

-Aquello fue una broma. Gabo y yo éramos amigos. Nos conocíamos de las fiestas en Bocaccio. Un día me mandaron a hacerle un retrato. Riéndome, le dije: la que te va a caer con Cien años de soledad. Y le puse el libro en la cabeza. Y ya está, una foto.

-¿Qué imágenes recuerda usted con especial afecto? 

-Las fotos de mis amigos, a los que echo continuamente de menos –se da la vuelta y señala hacia la pared-: ahí están Jaime Gil de Biedma, Ana María Matute. Amigos que han desaparecido y que recuerdo con mucho amor y mucha nostalgia. Hay días en que me hace gracia más una foto que otra, no me enamoro de una foto. La que sí me divierte es la del cerdo; se la regalo mucho a los amigos para que lo cuelguen en la cocina, porque es una foto que te pone de buen humor. El cerdo no falla nunca.









Entrevista a 'Colita', Isabel Steva Hernández