martes, noviembre 17, 2020

Conversando con la noche y con el viento - Joan Manuel Serrat

Empeñado en barrer
El atardecer
Sorprendí al viento.
Era un chiquillo desnudo
Que al verme, me brincó al cuello
Y se puso a enredar con mi cabello.

Temblaba su voz
Entre las ramas del manzano.
Silbaba entre los cañizos
Cosas que uno anda cantando

Y nos pilló la noche conversando.
De atardeceres
Y de soledades...

De andar y andar
Buscando verdades
Para encontrar
Siempre otra pregunta
Ir y venir
Y no llegar nunca.
Corazón de pluma

¿Pa' qué pierdes el tiempo
Conversando con la noche y con el viento?...
Volvía del Sur...

Era perezoso y caliente,
Con las alforjas cargadas
De polvareda y simientes
De otros sementeros y otras gentes.

Tenía tanto para contar
Desde el árbol de las manzanas...
Tantas imaginaciones, que
La noche se resbalaba
Por sentarse a oír lo que contaba.

JOAN MANUEL SERRAT - CAMINITO DE LA OBRA - GALA CANAL SUR

Caminito de la obra

Vale, que se le empasó el porvenir la chala...
Vale, que el sol lo ha marcado con hierro de paleta
y que al nacer le pusieron la trabanqueta.

Vale, que se desayuna con la barrecha
pa' arrancarle a la jornada su corazón de lunes
en un bar tempranero de Casa Antúnez.

Vale, que enchegará la mobilé.
Vale, que son almas que zozobran
caminito de la obra.
Vale, que suben al cielo entre tocho y porlan...
Vale, que lloran sus ojos lágrimas de cemento
viendo escaparse los sueños como los vientos.

Crecen de noche
y en el día se derrumban
los sueños que el olvido mece
por rumbas
en tanto llegue
el día de los elegidos
cuando el eco los devuelva
del olvido.

Escampa en una Vanguardia la fiambrera
y se festeja con media botella de priorato
y se calienta con sol y permanganato.

Y arrepenchao en la sombra duerme la siesta
soñando con hacerle, a su capataz, la vaca
y que gane fuera el Betis y el Barça en casa.
Vale, que donde no hay suerte ni calé
vale, que no hay dios que encuentre el Norte
si no le salva un catorce.

Vale, que cuando el sol plega y baja el andamio
vale, que tiene agujetas en su alma robinada
y que mañana su historia no habrá cambiado nada.
Vale, que se le empasó el porvenir la chala...
Vale, que el sol lo ha marcado con hierro de paleta
y que al nacer le pusieron la trabanquet

sábado, noviembre 07, 2020

RECUERDOS 1941 BARCELONA - CINE ROXY


RECUERDOS 1941

BARCELONA - CINE ROXY

El Cine Roxy fue inaugurado el sábado de gloria, 12-4-1941, con la película "Roberto Koch, el vencedor de la muerte", tenía un aforo de 1.400 butacas todas en platea. Ubicado en la plaza de Lesseps, 5, su radio de acción abarcaba a los barrios de Gracia, La Salud, Vallcarca y Sant Gervasi.
En octubre de ese mismo año ofrecía también espectáculos de variedades que se prolongaron hasta el año 1944.

En 1942 pasó a programar películas de reestreno en programa doble, después del NO-DO. El cine acabó su andadura en fecha 2-11-1969 con estas dos películas: "Negresco" y "El crimen también Juega".

María Nubiola Fornés, propietaria del edificio, lo enajenó en favor del constructor Josep Lluis Núñez para la construcción de viviendas.
Colaborador: Severiano Iglesias Tortosa

Escuche usted a Serrat



Escuche usted a Serrat

CRISTINA FALLARÁS
06/11/2020

El cantante Joan Manuel Serrat, en una rueda de prensa en Madrid. E.P./Eduardo Parra

De tan manida, la cuestión del catalán en Catalunya y en España me da una pereza sin límites. Pero me voy a permitir una propuesta.

Quien más quien menos ha escuchado un disco de Joan Manuel Serrat, un artista que no pasa precisamente por ser independentista ni radical. Se trata de cultura. De Cultura.

Leo en varios idiomas, entre ellos el catalán, que hablo cuando me quito la capa de pudor. Eso me hace sentir mejor. Pero hoy solo quiero que escuchen una canción de Serrat. Interpreta un poema del extraordinario Joan Salvat-Papasseit en catalán, pero no hay que asustarse, porque el vídeo incluye la traducción al castellano.

La primera vez que escuché esta canción ni siquiera entendí la letra, sencillamente la música que las palabras prestaban a la belleza. Ni se me ocurrió pensar que estaba escrita en catalán, gallego o suajili. Recibía una creación artística que me elevaba. Todas, todos, hemos gozado de alguna canción de Serrat en catalán. Solo los necios, las necias, las han rechazado. De la misma forma que quién no se ha deleitado con una pieza en inglés o francés o quién sabe.

Ahora veo que arranca de nuevo una discusión sobre la “lengua vehicular” en Catalunya. Una discusión que tanto unos como otros utilizan de manera política. Y no es casual.

La definición de LENGUA según la RAE es la siguiente:

f. Órgano muscular situado en la cavidad de la boca de los vertebrados y que sirve para gustar y deglutir, así como para modular sonidos.
f. Sistema de comunicación verbal propio de una comunidad humana y que cuenta generalmente con escritura.
f. Sistema lingüístico considerado en su estructura.

Vamos a omitir la primera por razones evidentes. La segunda y la tercera son las que se refieren al asunto que nos ocupa. Existe la lengua catalana. No solo existe, sino que es rica histórica, lingüística y políticamente. De esto último se trata. Lo que llamamos “lengua vehicular” es una construcción política cuya finalidad es definir un territorio. Ni más ni menos, que dirían Los Chichos. La lengua es un mecanismo político.

Creo que el Govern catalán eliminando el castellano como lengua vehicular no lleva a cabo una acción cultural o educativa sino política, y en tanto que política, me disgusta. De la misma manera que las instituciones españolas han despreciado las lenguas cooficiales, lo cual todavía me asquea más.

Y ahí mi propuesta: ¿Por qué no considerar todas las lenguas que coexisten en España como vehiculares? ¿Por qué no admitir cualquier documento escrito en cualquiera de las lenguas del Estado? ¿Por qué rechazar aquellos documentos que no son en castellano? ¿Por qué no enseñar en los colegios todas las lenguas oficiales?

Es tan rico, tan tan tan rico, poder leer, aprender, comprender la Literatura en cualquier lengua, es tan bestia manejar todas las lenguas que nos permiten no solo entendernos sino gozar, que no comprendo a ninguna de las dos partes.

Hablemos catalán, euskera, gallego, escribo esto en castellano, gocemos de todo lo que tenemos. Convirtámoslas todas en eso que llaman “lenguas vehiculares”.

Y dejémonos de hostias.

“La mujer que yo quiero me ató a su yunta”: ¿yunta o yugo?




“La mujer que yo quiero me ató a su yunta”: ¿yunta o yugo?

Rigoberto Guadamuz Monge

Joan Manuel Serrat interpreta la canción “La mujer que yo quiero”, en la cual relata el amor que siente o tiene a su amada, mujer flaca, huesuda y con muchos defectos que no son del agrado de la suegra y del suegro. No sé si el cantante es el autor de la letra, pero podemos encontrar aquí un inaceptable absurdo idiomático al que también nos someten la mayoría de los poetas o pseudo poetas; vaya usted a saber.

Es bien sabido que, en Costa Rica, se ha soltado una cantidad enorme de gente que se cree con el derecho de escribir poemas, a tal extremo que son los que más publican en papel. Tal derecho de expresión lo garantiza nuestra Constitución Política, pero en todos los casos se deben respetar ciertas normas, legales las unas e idiomáticas las otras. Pero para sentarse a escribir primero debe dominarse la ortografía, la gramática y tener un amplísimo conocimiento del idioma. A raíz de mi comentario, de hace algunos años en DIARIO EXTRA y sobre otro absurdo idiomático (todavía sostengo que es así) de la canción “Balada en otoño”, interpretada por Serrat y cuya letra es de la mano de Machado, muchos poetas hasta se dieron el tupé de lanzarme críticas que no tienen absolutamente, una base sólida. Inclusive, unos hasta echaron mano de las figuras retóricas, las licencias poéticas, pero ni uno solo o sola indicó el uso del lenguaje poético, señal inequívoca que ni siquiera saben de lo que escriben u opinan porque ni consultan el diccionario.

Como ilustración que no está de más anotar, se conoce como una yunta a los animales que, en par, es decir pareados, constituyen un conjunto: el tiro.

Tal descripción llevada o traída al campo de la lógica idiomática dibuja que ambos animales, al estar uncidos, unidos o amarrados al yugo o a la barra que les obliga a tirar o arrastrar algo (carro, carreta, arado, carga, etc.) ya están formando un conjunto: la yunta.

Un solo animal (en este caso es la mujer que espera a su amante) nunca puede ser denominada como yunta; se hace necesaria la presencia de dos.

El autor de la letra se equivoca de cabo a rabo al decir la mujer amada “me ató a su yunta”, porque eso implica que lo hizo o incitó unirse al conjunto de dos elementos preexistentes, que en correcto español e inglés, y todos los demás, constituyen un trío.

Sencillamente, el autor o redactor de la letra debió decir que la flaca y defectuosa mujer lo ató al yugo (lo enyugó, lo amarró en sentido figurado) y así, entonces, en correcto español internacional, formaron consecuentemente una yunta.

De haberlo unido a su yunta, significa que este (el enamorado), formó un trío, todo porque el sustantivo “yunta” implica de antemano la presencia de los dos elementos, como he dejado explicado arriba.
Posiblemente seré criticado por poetas y poetisas, quienes sin conocer mucho del idioma y hasta publican con errores ortográficos de bulto, en jauría se lanzarán a señalar mi “desconocimiento” en campo idiomático y poético.

Y, como siempre, usarán vanamente de escudo las licencias poéticas, la retórica, el sentido figurado, que ni siquiera dominan.

*Etimólogo y lexicógrafo con énfasis en lógica idiomática

Joan Manuel Serrat Princesa