Escuche usted a Serrat
CRISTINA FALLARÁS
06/11/2020
El cantante Joan Manuel Serrat, en una rueda de prensa en Madrid. E.P./Eduardo Parra
De tan manida, la cuestión del catalán en Catalunya y en España me da una pereza sin límites. Pero me voy a permitir una propuesta.
Quien más quien menos ha escuchado un disco de Joan Manuel Serrat, un artista que no pasa precisamente por ser independentista ni radical. Se trata de cultura. De Cultura.
Leo en varios idiomas, entre ellos el catalán, que hablo cuando me quito la capa de pudor. Eso me hace sentir mejor. Pero hoy solo quiero que escuchen una canción de Serrat. Interpreta un poema del extraordinario Joan Salvat-Papasseit en catalán, pero no hay que asustarse, porque el vídeo incluye la traducción al castellano.
La primera vez que escuché esta canción ni siquiera entendí la letra, sencillamente la música que las palabras prestaban a la belleza. Ni se me ocurrió pensar que estaba escrita en catalán, gallego o suajili. Recibía una creación artística que me elevaba. Todas, todos, hemos gozado de alguna canción de Serrat en catalán. Solo los necios, las necias, las han rechazado. De la misma forma que quién no se ha deleitado con una pieza en inglés o francés o quién sabe.
Ahora veo que arranca de nuevo una discusión sobre la “lengua vehicular” en Catalunya. Una discusión que tanto unos como otros utilizan de manera política. Y no es casual.
La definición de LENGUA según la RAE es la siguiente:
f. Órgano muscular situado en la cavidad de la boca de los vertebrados y que sirve para gustar y deglutir, así como para modular sonidos.
f. Sistema de comunicación verbal propio de una comunidad humana y que cuenta generalmente con escritura.
f. Sistema lingüístico considerado en su estructura.
Vamos a omitir la primera por razones evidentes. La segunda y la tercera son las que se refieren al asunto que nos ocupa. Existe la lengua catalana. No solo existe, sino que es rica histórica, lingüística y políticamente. De esto último se trata. Lo que llamamos “lengua vehicular” es una construcción política cuya finalidad es definir un territorio. Ni más ni menos, que dirían Los Chichos. La lengua es un mecanismo político.
Creo que el Govern catalán eliminando el castellano como lengua vehicular no lleva a cabo una acción cultural o educativa sino política, y en tanto que política, me disgusta. De la misma manera que las instituciones españolas han despreciado las lenguas cooficiales, lo cual todavía me asquea más.
Y ahí mi propuesta: ¿Por qué no considerar todas las lenguas que coexisten en España como vehiculares? ¿Por qué no admitir cualquier documento escrito en cualquiera de las lenguas del Estado? ¿Por qué rechazar aquellos documentos que no son en castellano? ¿Por qué no enseñar en los colegios todas las lenguas oficiales?
Es tan rico, tan tan tan rico, poder leer, aprender, comprender la Literatura en cualquier lengua, es tan bestia manejar todas las lenguas que nos permiten no solo entendernos sino gozar, que no comprendo a ninguna de las dos partes.
Hablemos catalán, euskera, gallego, escribo esto en castellano, gocemos de todo lo que tenemos. Convirtámoslas todas en eso que llaman “lenguas vehiculares”.
Y dejémonos de hostias.
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