viernes, febrero 27, 2009

La impronta de Serrat en Mendoza



La impronta de Serrat
El auditorio Ángel Bustelo acogió al cantautor catalán, que deleitó al público mendocino.


PAOLA RUGGERI

El jueves a las 22.20, la noche en el auditorio Ángel Bustelo se impregnó de romanticismo, emotividad y humor. Ante un auditorio colmado, Serrat deleitó al público mendocino con su show Serrat 100 X 100.

El cantautor catalán salió al escenario luego de la aparición de su pianista y amigo Ricard Miralles. Con una vestimenta informal (jeans, camisa y zapatos) y una gran sonrisa en su rostro, interpretó un extenso repertorio de 21 canciones, que se extendió por 2 horas. La escenografía fue íntima (una silla, una mesa y dos copas con una frapera y una botella en su interior; en el centro del mismo, una banqueta y el piano) creada en el año 1984 por el escenógrafo Fabir Puigserver, el cual arropa la intimidad del espectáculo en el que Serrat complementa su voz sólo con su guitarra y el piano.

Se creó un ambiente cálido con luces blancas, rojas y azules que combinaban en su mayoría con los tonos que se formaban en las imágenes de la pantalla, ubicada en el fondo del escenario.

Las imágenes que utilizaba iban al compás de la letra de sus canciones y en su mayoría las expresaba a través de pinturas surrealistas y realistas.

Su repertorio estuvo signado de grandes éxitos como Caminante no hay camino, con la que inició el concierto y prosiguió con temas como De vez en cuando la vida, Tu nombre me sabe a hierba, Romance de Curro, El palmo, La mala racha, Bienaventurados, Hoy puede ser un gran día, Los fantasmas del Roxy, Muñeca rusa, Mediterráneo, Porque te quiero a ti, porque te quiero, Para la libertad, Lucía y Señora, entre otras. En tanto, dos de las canciones más emotivas de la noche fueron Esos locos bajitos, acompañado por imágenes en blanco y negro de niños en la pantalla y un video de las andanzas de un pequeño; y la inolvidable Penélope, representada de igual manera con dibujos símil a los personajes en la pantalla.

Sin duda es un cantante muy vivaz e inteligente que logra el clímax que quiere frente al público, desde la risa hasta el sollozo. Por lo que no necesita de una escenografía sofisticada.

Sus letras son, en gran parte, poemas que recita a la perfección, como así también historias en las que se involucra y el público responde positivamente con aplausos.

Así, el cantante jugó con la frase “el viejo proverbio oriental que dice: Cuando el dinero habla, la verdad calla..., el pájaro canta porque sabe cantar...” y continuó de esta manera durante toda la jornada.

El recital logró superar las expectativas en todos los niveles: puesta en escena, iluminación, imagen, sonido (salvo una pequeña interferencia en una canción).

En la mitad de la noche, el artista abandonó el escenario y dejó que se luciera el pianista Ricard Miralles (con grandes tangos), a quien reverenció durante todo el espectáculo. A su regreso, Serrat se acercó a él y contó acerca de sus vivencias juntos, complicidades, y sobre los años que comparten profesionalmente, que demostraron a dueto con una estrofa de Mi cómplice y todo.

Luego de interpretar Mediterráneo, dejó su guitarra y acotó: “Algunas de las canciones que uno escribió están entretejidas en el alma de uno... hay canciones que uno ama por diversas razones que son personales, económicas, etc... y hay otras que uno no sabe por qué carajo las ama”.

Asimismo, antes de Bienaventurados se despidió con una frase que concluyó: “Benditos sean todos bienaventurados”.

Posteriormente, el público no se conformó y aclamó “una más”. Serrat finalizó con Hoy puede ser un gran día; volvió al escenario dos veces consecutivas, se despidió con un beso y cantó Lucía y Señora.

Joan Manuel Serrat hizo que Mendoza volviera a vibrar ante su presencia en el escenario, lo que el público recibió de forma recíproca demostrándole su afecto, regalándole obsequios, acercándose al escenario en busca de obtener el contacto con el artista, tocando su mano, entregándole cartas y sacando la mayor cantidad de fotografías que, seguramente, atesorarán en sus recuerdos como el día que el catalán arribó en nuestra tierra y marcó su llegada como lo ha hecho en otras oportunidades.


Información de http://www.ciudadanodiario.com.ar/

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