Si hagués nascut dona
(Joan Manuel Serrat)
Si hagués nascut dona, hauria fet feliç
la meva mare, que volia una nena.
En record de l'àvia morta el 36
em diria Joana.
Joana, Joana
la de "la manya".
La del noranta-cinc
del carrer Cabanyes.
Si hagués nascut dona, per bé o per mal,
subtilment hauria estat alliçonada
amb nines, cuinetes, agulla i didal.
Eines en miniatura
per a una obscura
vida futura.
Verins embolicats
amb llaminadures.
Tot és un dir, un suposar,
una història en blanc i negre.
Blanc era el fred i negre el pa
just acabada la guerra.
Si hagués nascut dona, hauria fet girar
mansament l'antic rotlle de la patata
mentre els nois jugaven a saltar i parar,
s'enfilaven als arbres,
penjaven pilotes,
s'esbatussaven
i pixaven dempeus
per les cantonades.
Si hagués nascut dona, hauria estudiat
fins a quart i, amb sort, potser magisteri.
Submisa, discreta, que mai el veïnat
pogués dir-ne ni mica.
Serien de suro
la clau i el duro
i a casa a quarts de deu
com a tard. T'ho juro.
I plorar sang un cop al mes,
ocult sota una carota
el voraviu dels sentiments
com quasi bé quasi totes.
Si hagués nascut dona, seguim inventant...
Després d'anys d'estalvis i festeig
m'hauria casat per l'església vestida de blanc.
La mare ploraria,
diu que d'alegria,
quan em duria
del braç un príncep blau
de "guardarropía".
Si hagués nascut dona, per mal o per bé,
m'hauria atipat d'empassar-me penes,
de preparar ranxo, de canviar bolquers,
de cardar sense ganes...
Joana, Joana,
escurant el marro,
triscant de sol a sol
i tirant del carro.
O qui et diu que no m'hagués firat
el sultà de la Verneda.
Si és cara o creu ningú no ho sap
fins que no cau la moneda.
Si hagués nascut dona, parlant amb l'espill
cada dia més vella, cada dia més grassa.
Veient com s'envolen un a un els fills
i sopant tota sola
plors a la cassola,
marcits els llavis,
posant flors als records
i cuidant dels avis.
O potser un bon dia me n'hauria anat
més enllà del cel protector de la casa
per camins indòcils lluny del meu ramat
a trobar na Joana,
Joana, Joana
la de "la manya".
La del noranta-cinc
del carrer Cabanyes.
Si hubiera nacido mujer
Letra y Música de J.M. Serrat
Si hubiera nacido mujer, habría hecho feliz
a mi madre, que quería una niña.
En recuerdo de la abuela que murió en el 36
me llamaría Joana,
Joana, Joana
la de la maña.
La del 95
de la calle Cabanyes.
Si hubiera nacido mujer, para bien o para mal,
sutilmente habría sido aleccionada
con muñecas, cocinitas, aguja y dedal.
Herramientas en miniatura
para una oscura
vida futura.
Venenos envueltos
en golosinas.
Es un decir, un suponer,
una historia en blanco y negro.
Blanco era el frío y negro el pan
recién acabada la guerra.
Si hubiera nacido mujer, habría hecho girar
mansamente el antiguo corro de la patata
mientras los chicos jugaban a saltar y parar,
se encaramaban a los árboles,
colgaban balones,
se zurraban
y meaban de pie
por las esquinas.
Si hubiera nacido mujer, habría estudiado
hasta cuarto y, con suerte, quizá magisterio.
Sumisa, discreta, que nunca el vecindario
pudiera decir ni media.
Serían de corcho
la llave y la paga
y en casa antes de las diez
como tarde. Te lo juro.
Y llorar sangre una vez al mes,
ocultos bajo una máscara
los sentimientos a flor de piel
como casi, casi todas.
Si hubiera nacido mujer, sigamos inventando...
Después de años de ahorros y noviazgo me habría
casado por la iglesia vestida de blanco.
Mi madre lloraría
dice que de alegría,
cuando me llevara
del brazo un príncipe azul
de guardarropía.
Si hubiera nacido mujer, para mal o para bien,
me habría hartado de tragarme penas,
de preparar rancho, de cambiar pañales,
de follar sin ganas...
Joana, Joana,
apurando el marro,
bregando de sol a sol
y tirando del carro.
O quién te dice que no me habría agenciado
al sultán de la Verneda.
Si es cara o cruz nadie lo sabe
hasta que cae la moneda.
Si hubiera nacido mujer, hablando con el espejo
cada día más vieja, cada día más gorda.
Viendo como levantan el vuelo uno a uno los hijos
y cenando a solas
llantos a la cazuela,
ajados los labios,
poniendo flores a los recuerdos
y cuidando de los abuelos.
O quizá un buen día me habría ido
allende el cielo protector de la cas
por caminos indóciles lejos de mi rebaño
a buscar a la Joana,
Joana,
Joana
la de la maña.
La del 95
de la calle Cabanyes
Letra y Música de J.M. Serrat
Si hubiera nacido mujer, habría hecho feliz
a mi madre, que quería una niña.
En recuerdo de la abuela que murió en el 36
me llamaría Joana,
Joana, Joana
la de la maña.
La del 95
de la calle Cabanyes.
Si hubiera nacido mujer, para bien o para mal,
sutilmente habría sido aleccionada
con muñecas, cocinitas, aguja y dedal.
Herramientas en miniatura
para una oscura
vida futura.
Venenos envueltos
en golosinas.
Es un decir, un suponer,
una historia en blanco y negro.
Blanco era el frío y negro el pan
recién acabada la guerra.
Si hubiera nacido mujer, habría hecho girar
mansamente el antiguo corro de la patata
mientras los chicos jugaban a saltar y parar,
se encaramaban a los árboles,
colgaban balones,
se zurraban
y meaban de pie
por las esquinas.
Si hubiera nacido mujer, habría estudiado
hasta cuarto y, con suerte, quizá magisterio.
Sumisa, discreta, que nunca el vecindario
pudiera decir ni media.
Serían de corcho
la llave y la paga
y en casa antes de las diez
como tarde. Te lo juro.
Y llorar sangre una vez al mes,
ocultos bajo una máscara
los sentimientos a flor de piel
como casi, casi todas.
Si hubiera nacido mujer, sigamos inventando...
Después de años de ahorros y noviazgo me habría
casado por la iglesia vestida de blanco.
Mi madre lloraría
dice que de alegría,
cuando me llevara
del brazo un príncipe azul
de guardarropía.
Si hubiera nacido mujer, para mal o para bien,
me habría hartado de tragarme penas,
de preparar rancho, de cambiar pañales,
de follar sin ganas...
Joana, Joana,
apurando el marro,
bregando de sol a sol
y tirando del carro.
O quién te dice que no me habría agenciado
al sultán de la Verneda.
Si es cara o cruz nadie lo sabe
hasta que cae la moneda.
Si hubiera nacido mujer, hablando con el espejo
cada día más vieja, cada día más gorda.
Viendo como levantan el vuelo uno a uno los hijos
y cenando a solas
llantos a la cazuela,
ajados los labios,
poniendo flores a los recuerdos
y cuidando de los abuelos.
O quizá un buen día me habría ido
allende el cielo protector de la cas
por caminos indóciles lejos de mi rebaño
a buscar a la Joana,
Joana,
Joana
la de la maña.
La del 95
de la calle Cabanyes
Una hermosa canción para saborear el alma con todo su encanto
Verena
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