Un serrat extremo
sábado, 18 de abril de 2009
Del hardcore a la canción de amor: esa ruta escarpada transitó Gabo Ferro desde que cerró su ciclo como vocalista de Porco y encontró otro sendero, el del trovador. Su cambio de piel se hizo evidente en el 2005, cuando lanzó a la escena “Canciones que un hombre no debería cantar” (primera entrega de una trilogía de amor que cerraría con “Amar, temer, partir” (08)).
Más que sacar las canciones del ático, el proyecto de Gabo Ferro implicaba, en sí, una secuencia de pequeñas revoluciones. Con la tradición mediterránea a cuestas, ideó una transgresión tan sutil como elocuente.
Suerte de dramático Serrat, perforó las fronteras entre los géneros, exploró una voz intimista y sembró un imaginario personal. Algo que le valió, más allá de las giras por Estados Unidos y España, la fascinación del indie, el deslumbre de la crítica y el premio Revelación. Eso no es todo: en él también conviven el historiador y el poeta.
Imagen de: su actuación en Mendoza
Informaciön de: http://www.losandes.com.ar/
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