Serrat, al cien por cien

Serrat, al cien por cien
El cantautor catalán repasó sus grandes éxitos en la primera de sus cinco citas en el Teatro Circo Price

JOAN MANUEL SERRAT Dónde: Teatro Circo Price Cuándo: del 13 al 17 de mayo Precio: desde 30 hasta 50 euros

ADRIÁN CORNEJO (M2)

Probablemente porque la vida le ha dado segundas oportunidades, porque pertenece a ese grupo de elegidos que ve la esencia con la clarividencia de un niño, Joan Manuel Serrat sigue sobre los escenarios. Todo es cuestión de ilusión y tener omnipresente que, como propugna su canción, hoy puede ser un gran día.

Se concentró el cantautor minutos antes del concierto, solitario en su sala de ensayo, antes de pisar el proscenio. En su cabeza, probablemente, la responsabilidad de volver a una ciudad donde cada triunfo sabe muy especial por la aparentemente inverosímil combinación del binomio Madrid-Barcelona.

Como hiciera hace días su equipo del alma en el Bernabéu (que ayer jugaba, pero no le "robó" ni un solo espectador) el noi del Poblet Sec convenció a propios y extraños destapando su tarro de las esencias de poeta inmortal, retrotrayendo a los presentes a épocas que se ven mejores, mediante su voz temblorosa de acento inconfundible.

La liturgia, primera de las cinco consecutivas que ofrecerá el cantautor barcelonés en el Teatro Circo Price con motivo de las festividades de San Isidro, se desarrolló en un ambiente intimísimo, teatral, propicio para los proverbios, constantes chascarrillos y, sobre todo, los versos propios o prestados de Serrat. El recital, despojado de toda instrumentación salvo la ocasional guitarra del protagonista y el piano del habitual Ricard Miralles, comenzó con los versos más célebres del poeta Antonio Machado, ésos que la gente no se sabe de la escuela, sino de escucharlos en vinilo, casette o cd.

El cantautor, que decidió emprender la presente gira tras la acogida inmensa de su anterior tour de la mano de Sabina ('Dos pájaros de un tiro'), hizo honor al nombre de la misma, '100x100 Serrat', por lo epidérmico, auténtico y reconfortante del espectáculo.

Quien fuera autor de verdaderos himnos nacionales como 'Mediterráneo', polémica eurovisiva en el año 68 y persona non grata por dicho motivo en el régimen franquista, hace tiempo que lleva por bandera el orgullo de ser español y catalán; de expresarse mejor en la lengua en que se lo prohíban.

Serrat hizo lo propio ayer sobre el escenario, aunque entre las 21 canciones que formaron su repertorio, se echaran en falta estrofas en catalán como las de 'Paraules D'amor'.

Sí hubo, no obstante, éxitos suficientes como para convocar a los amores de niñez, los que nunca cuajaron, las anécdotas de calles de la posguerra o las tardes de trabajo y bar que inmortalizó Serrat con su pluma inusual y brillante.

'Esos locos bajitos', un canto a la experiencia de ser padre, precedió a otros clásicos como 'Tu nombre me sabe a yerba', 'Muñeca rusa' o 'Penélope', una canción perfectamente interpretada por el compositor, a cuyo título debe su nombre nuestra actriz más internacional.

Entre reflexiones y preguntas retóricas, mas algún corte que no se incluye en recopilaciones, llegó 'Aquellas pequeñas cosas', un suspiro de canción frágil y sentido como un flashback desde la vejez serena, un regalo que se publicó en el mismo álbum que 'Mediterráneo'. Luego, amor juvenil en 'No hago otra cosa que pensar en ti', el vitalista carpe diem de 'Hoy puede ser un gran día' y "la más bella historia de amor que tuvo y tendrá" el cantautor: Lucía.

Imagen de Mitxi
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