Editores, expertos e instituciones lamentan la gestión del legado por los herederos - Elche y Orihuela se disputan la memoria del escritor en vísperas de su centenario
JESÚS RUIZ MANTILLA - Madrid - 18/11/2009
El poeta que desgarró en sus versos el hambre y la angustia de la cárcel y murió preso como víctima de la represión ve cómo se aproxima su centenario mientras su legado sale a subasta. El nombre de Miguel Hernández (Orihuela, 1910 - Alicante, 1942) es objeto desde el pasado mes de julio de un tira y afloja por el depósito de su obra y sus bienes. El Ayuntamiento de Elche, al que fueron cedidos en 1982 por su viuda, Josefina Manresa, quiere conservarlos y ha llegado a ofrecer hasta tres millones de euros por ellos. Pero los responsables municipales de Orihuela, localidad natal del escritor, también se muestran dispuestos a hacerles un hueco.
En medio de esta pugna se encuentran los herederos. A través de la sociedad que les representa -Centenario Miguel Hernández, SL- negocian con unos y con otros en una puja que ha subido casi un millón de euros en los últimos dos años. El precio incluye los manuscritos del poeta, reunidos en unos 1.200 folios; enseres, objetos como los juguetes que hacía desde la cárcel para su hijo, cartas con Neruda, Lorca, con su gran amigo Buero Vallejo o con Vicente Aleixandre.
Pero hay más. Estudiosos, escritores, editores y hasta el Ministerio de Cultura -por boca del director general del Libro, Rogelio Blanco- lamentan ahora que las excesivas pretensiones monetarios de los herederos impiden la correcta difusión de los versos del poeta. Piden cantidades abusivas, afirman, por el derecho a reproducirlos.
Valga un ejemplo. La editorial Aguilar prepara la edición de una biografía en la que Eutimio Martín, profesor emérito de la Universidad de Toulouse, ha trabajado 15 años. Sin embargo, la versión que aparecerá en febrero no es la que en un principio había cerrado Martín. "Por los poemas que reproducíamos pedían un tanto por ciento sobre la venta del precio de venta al público", comenta Santos López, editor de Aguilar. La demanda superaba en cantidad al dinero que va a percibir el autor. "Al final, hemos tenido que cambiarlo y adaptarlo a citas, sin más. Su exigencia no era sensata", asegura López.
La lucha por el legado que hoy se atesora en Elche ha sido soterrada. Todo empezó en los años ochenta. La viuda del poeta decidió dejar en la localidad las pertenencias a cambio de un acuerdo casi de buena voluntad por el que el ayuntamiento se comprometía a pasar 50.000 pesetas mensuales y a cubrir la educación de los nietos hasta el final de la Universidad. Ni una cosa ni la otra se cumplió, según la familia. Cuando Josefina Manresa murió, su nuera, Lucía Izquierdo, se hizo cargo de todo. Prorrogó en 2002 el acuerdo con Elche por siete años más a cambio de 108.427,94 euros anuales.
Con la inminencia del centenario del poeta llega la renegociación. Y la subasta. Aparecen terceros intermediarios y se airean negociaciones secretas. La Biblioteca Nacional -es lo habitual en estos casos- ha valorado los bienes y nadie ha quedado contento. Lucía Izquierdo ya ha hecho saber que los 2,1 millones de euros le parecen poco. El alcalde de Elche, Alejandro Soler, ofrece 3. Desde el ayuntamiento de Orihuela aseguran que les han tentado para ver si entran en liza, aunque la sociedad que representa a la familia lo niega. Sin embargo, Pepa Ferrando, concejala de Cultura del municipio alicantino, lo confirma: "Nos han ofrecido a través de terceras personas quedarnos el legado. Pero por ahora no vamos a entrar en ninguna puja", asegura.
No está muy claro que la familia quiera vender. Los ayuntamientos prefieren hacerse con todo de una vez, pero los herederos aseguran ahora que prefieren seguir con la fórmula del depósito. Los representantes de Centenario Miguel Hernández S. L., sociedad que vela por los intereses de los familiares del poeta, afirman que aparte de Elche y Orihuela hay más interesados. Con el primer consistorio, dicen, han negociado los últimos dos años y medio. Durante ese tiempo se encargó la tasación a la Biblioteca Nacional. Como no fue de su agrado, exigen otra. Las autoridades de Elche dan largas pero la Biblioteca está de acuerdo en hacerla, comenta Rogelio Blanco, director general del Libro. Pero puntualiza: "La anterior se realizó con todas las garantías y con técnicos cualificados. Hay que tener en cuenta que la obra de Miguel Hernández es escasa. Comprende 11 años de producción. Si la de Vicente Aleixandre, con tres veces más tiempo, se valoró en 5 millones, hagamos cuentas. No puede ser mucho más dinero".
Los familiares aseguran: "Estamos dispuestos a negociar con las instituciones que acepten el legado en depósito con garantías de mejor conservación y respeto al poeta". Mientras tanto, se reservan todo el uso de la marca Miguel Hernández. Así, en la ciudad natal del poeta se ha creado la sociedad Orihuela 2010 y sus representantes se refieren a los actos que se están organizando con el nombre de "año hernandiano", ya que no pueden utilizar el término "centenario Miguel Hernández", pues se lo prohíbe la familia.
Pero la valoración del legado no es el único escollo que se adivina ante la proximidad del centenario. Las trabas y la excesiva demanda de royalties por reproducción de obras han obligado a algunos expertos a replantearse sus trabajos de cara a la efemérides. Carmen Alemany, encargada de la organización del III Congreso sobre el autor de Perito en lunas y autora de la transcripción en los años noventa de todos los originales para las obras completas que publicó Espasa-Calpe, cree que no debería hacerse nada por parte de los herederos que impida "la internacionalización de la obra del poeta".
Lo mismo sostienen desde el Ministerio de Cultura. Rogelio Blanco, director general del Libro, anuncia que este mes el Consejo de Ministros aprobará la constitución de la Comisión para el centenario. A partir de ahí espera que no haya trabas para conmemorar el nacimiento del poeta. "Se hará una gran exposición en la Biblioteca Nacional, con un gran catálogo", asegura, "y esperamos que la familia tenga un sentido ponderado y favorezca la edición y la divulgación de su obra. Hay grandes editoriales dispuestas a hacer un trabajo excepcional", afirma.
Información http://www.elpais.com/
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