La buena noticia. Esos locos bajitos… reciclados
11/01/2010
Por: Manuel Montes Cleries
En una de sus mejores canciones, Serrat nos acercó hace años a esos maravillosos “locos bajitos”. Esos niños que a menudo se nos parecen –decía uno de sus versos-. Al paso de los años, he observado que los ciclos vitales se vuelven a repetir. Las ilusiones, proyectos y deseos vuelven a nuestras mentes cuando se alcanza el “segmento de plata”. De mayores, o de tercera edad; nada de nada. A partir de cierto momento –que, misteriosamente, suele coincidir con la jubilación-, se retorna a la situación de loco bajito reciclado. Es decir, que se vuelve a empezar.
Corroboré ayer esa sensación cuando asistí a dos reuniones de amigos de la infancia. Grupos que volvemos a tener encuentros con regularidad. Nos congregamos de forma semejante a como lo hacíamos en aquellos días de los 60 en que nos citábamos a las 6 de la tarde para dar “barzonazos” (vueltas en nuestro argot), calle Larios arriba y abajo, con los bolsillos y el corazón vacíos de dinero y de amores. Pero con el espíritu lleno de proyectos e ilusiones.
En estas conversaciones con los viejos amigos –también son amigos viejos, porqué negarlo-, descubres a personas que la vida ha maltratado, pero también les ha curtido para superar las dificultades con esfuerzo y dedicación. Tengo que admirar por fuerza a un loco bajito reciclado que publica un libro elaborado desde su situación de soledad, medio ceguera y, lo más importante, deseos de vivir, no de vegetar. Otro, es setentón, literato, ex político, poeta y periodista, librepensador y sobre todo, cabezón. Ha emprendido una cruzada -perfectamente justificada y documentada- contra el área de cultura del Ayuntamiento de Málaga y ahí anda, con su Batalla de Lepanto particular.
El tercero en ciernes soy yo. Dicen que los periodistas jamás deben escribir de si mismos. Pero como soy un novato, me permito esta licencia. El cuerpo me pide dejar mi tesis doctoral sobre los mayores y la televisión. El sentido común me aconseja lo mismo. “Niño, eso no se hace, eso no se dice, eso no se toca, deja ya de joder con la pelota“, -dice la canción de Serrat-. Los “amigos” y familiares te recuerdan que los mayores se han de dedicar a disfrutar de la vida. Es decir, según ellos, jugar al dominó, pasear por el parque, criticar las obras y echarle de comer a las palomas. ¡Qué gran error! Pero, por suerte, el espíritu me pide seguir investigando sobre esa tercera parte de la humanidad que todavía tiene tantas cosas que decir.
Los locos bajitos reciclados, pintan, escriben, cantan, hacen teatro,-discuten-, investigan, rezan, -discuten-, aprenden a bailar salsa, educan nietos, trabajan en la bolsa (de la compra), -discuten-, aman, bailan, sobre todo…discuten. En una palabra: viven de nuevo una adolescencia loca, un poco inconsciente y creativa.
La canción de Serrat termina diciendo:
Nada ni nadie puede impedir que sufran,
que las agujas avancen en el reloj,
que decidan por ellos, que se equivoquen,
que crezcan y que un día
nos digan adiós.
Que buena (aunque desconocida por muchos) noticia. Los mayores seguimos vivos. La letra de Serrat nos refleja de lleno. Estamos muy vivos.
Información http://www.diariolatorre.es/
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