Miguel Hernández versus Serrat
El público abarrota el Pazo da Cultura de Pontevedra en el arranque de la gira de "Hijo de la luz y de la sombra"
"Buenas noches. Bienvenidos a este concierto en el que conmemoramos el nacimiento de Miguel Hernández; es un monográfico y a diferencia de otros recitales no admite otro tipo de canciones porque se desvirtuaría, se que lo entienden y se lo agradezco, en otra ocasión me comprometo a hacer un concierto de discos dedicados".
Joan Manuel Serrat saludó así ayer a los más de 700 espectadores que llenaron el Pazo da Cultura de Pontevedra en el arranque de la gira gallega de "Hijo de la luz y de la sombra", un espectáculo que el cantautor catalán presentará este fin de semana en A Coruña y Santiago.
SUSANA REGUEIRA - PONTEVEDRA Porque se cumple el centenario del nacimiento de Miguel Hernández y sobre todo porque su obra es intemporal: sus versos "suenan frescos y sólidos como si hubieran sido escritos ayer". Son las dos razones (por si fuesen necesarias) que esgrime Serrat al presentar su nuevo CD "Hijo de la luz y de la sombra", un trabajo que ya se ha situado como número uno de ventas en España y Argentina y que ayer desgranó en Pontevedra en un espectáculo singular de música, poesía e imágenes.
Pontevedra fue una de las pocas localidades seleccionadas para la gira de presentación de este monográfico de aproximadamente hora y media de duración.
Más de 700 espectadores de todas las edades, aunque mayoritariamente de más de 30 años, llenaron el Pazo da Cultura y de hecho las localidades se agotaron ya durante la mañana. Fue una cita sin sorpresas, a diferencia del anterior concierto de Serrat en Pontevedra, una polémica actuación con Sabina en el verano de 2007 en la plaza de toros en la que decenas de espectadores con entrada se quedaron sin ver el recital. No obstante, sí hubo espera, de unos 25 minutos hasta la salida del artista al escenario.
A sus 66 años y tras la reciente operación de un nódulo en el pulmón, Serrat se declara "fantástico" y lo demostró desde la primera canción: "Tres heridas", a la que siguió "Del ay al ay por el ay".
En adelante un guión teatral sirvió de hilo conductor en un concierto en el que el catalán estuvo acompañado por seis músicos, bajo la dirección al piano de Ricard Miralles.
Desgranó los temas del último álbum (que lleva el título del poema que Miguel Hernández dedicó a su primer hijo, fallecido a los diez meses), pero también una selección de las obras del poeta ya musicadas por el cantautor hace 38 años, como "Las nanas de la cebolla" o "Para la libertad".
Imagen de Rafa Vázquez
Información http://www.farodevigo.es/
SUSANA REGUEIRA - PONTEVEDRA Porque se cumple el centenario del nacimiento de Miguel Hernández y sobre todo porque su obra es intemporal: sus versos "suenan frescos y sólidos como si hubieran sido escritos ayer". Son las dos razones (por si fuesen necesarias) que esgrime Serrat al presentar su nuevo CD "Hijo de la luz y de la sombra", un trabajo que ya se ha situado como número uno de ventas en España y Argentina y que ayer desgranó en Pontevedra en un espectáculo singular de música, poesía e imágenes.
Pontevedra fue una de las pocas localidades seleccionadas para la gira de presentación de este monográfico de aproximadamente hora y media de duración.
Más de 700 espectadores de todas las edades, aunque mayoritariamente de más de 30 años, llenaron el Pazo da Cultura y de hecho las localidades se agotaron ya durante la mañana. Fue una cita sin sorpresas, a diferencia del anterior concierto de Serrat en Pontevedra, una polémica actuación con Sabina en el verano de 2007 en la plaza de toros en la que decenas de espectadores con entrada se quedaron sin ver el recital. No obstante, sí hubo espera, de unos 25 minutos hasta la salida del artista al escenario.
A sus 66 años y tras la reciente operación de un nódulo en el pulmón, Serrat se declara "fantástico" y lo demostró desde la primera canción: "Tres heridas", a la que siguió "Del ay al ay por el ay".
En adelante un guión teatral sirvió de hilo conductor en un concierto en el que el catalán estuvo acompañado por seis músicos, bajo la dirección al piano de Ricard Miralles.
Desgranó los temas del último álbum (que lleva el título del poema que Miguel Hernández dedicó a su primer hijo, fallecido a los diez meses), pero también una selección de las obras del poeta ya musicadas por el cantautor hace 38 años, como "Las nanas de la cebolla" o "Para la libertad".
Imagen de Rafa Vázquez
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