Joan Manuel Serrat y sus músicos es aclamado al final del recital
Fecha publicación: 12/06/2010
Nuevas canciones en el centenario del poeta
Miguel Hernández vive en Serrat
Carlos de Miguel
Que la poesía como género es deudora de muchos enteros a los cantautores es seguro. Y que la difusión de Miguel Hernández lo es de Serrat, quizá también.
No es el único que le ha cantado ni tampoco el primero, pero sí el que lo ha conseguido con mayor acierto y llegando al mayor público posible, quizá porque cuando lo hizo por vez primera los libros del poeta de Orihuela no eran accesibles.
Así las cosas, la vigencia de los versos de aquel disco que Joan Manuel Serrat le dedicó en 1972 es plena, ahora que se cumple un siglo del nacimiento del malogrado autor de ‘El rayo que no cesa’, tanto como las nuevas canciones del último trabajo del creador de ´Mediterráneo’.
Y aún más, aquellas canciones han ganado tanto como quien las pone voz, ajeno a los últimos problemas de salud. Con ‘Tres heridas’, el catalán inició un concierto que los espectadores -el Lienzo Norte no se llenó- escucharon con devoción, parecía que medían los aplausos. Sumergió así la sala en la noche del viernes en un universo hernandiano, sonaba `La palmera levantina', del poeta-pastor y revolucionario, ayudado con las imágenes de autor en cada uno de los temas, con canciones de su último disco, para abordar como quinto canción la veterana `El niño yuntero’ –“nace como la herramienta a los golpes destinado”, y luego soltar el ritmo del ‘Dale que dale’. Sólo faltó que hubiera venido Miguel Poveda, como en el disco.
De hace cuatro décadas
Intercalando canciones de hace 38 años, tremendo ‘El hambre’ -“el hambre es el primero de los conocimientos”-, la impresionante ‘Elegía’ a Ramón Sijé’ o ‘Menos tu viente’ -que empezó sólo con su guitarra para luego añadir el violín-, con las recientes ‘Canción del esposo soldado’ o ‘Sólo quien ama vuela’, se observa como mantienen su vigencia del poeta, tan distinto su afán cuando fueron escritas por Hernández, cantadas por Serrat hace cuatro décadas, y cantadas hoy.
En la recta final, llegamos a las ‘Las nanas de la cebolla’, canción que musicó Alberto Cortez, el potente ‘Hijo de la luz y de la sombra’ con que Serrat ha querido llamar al poeta dando nombre al disco, al rotundo ‘Para la libertad’ y a un poema que José Agustín Goytisolo dedicó al autor de ‘El rayo que no cesa’.
Con ‘Uno de aquellos’ Serrat culminó un concierto en el que ya hacía rato el público aplaudía al comenzar los temas. Y de propina regaló de nuevo el ‘Dale que dale’. Había avisado, por si acaso alguien no lo sabía, que el recital era sólo para Miguel Hernández, no sea que alguien le pidiera ‘Penélope’ u otra de sus cientos de canciones.
Ricardo Miralles
De todo su repertorio de Hernández faltaron cuatro temas -entre ellos ‘Umbrío por la pena’- de los diez temas de aquel primer disco. En las interpretaciones los matices sin importantes, y con sonido impecable gracias a los seis músicos del escenario -y al Lienzo Norte-, sobre todo de su inseparable Ricardo Miralles al piano y en la dirección musical, los teclados del mítico José Mas Kitflus o la viola de Olvido Lanza.
Pero la puesta en escena, aparte de un pequeño decorado y el dominio que Serrat tiene del escenario, tiene en esta gira una especial importancia en las imágenes que para cada uno de las canciones han elaborado en pequeños cortos subrayados autores: Isabel Coixet, Manuel Huerga, José Luis Cuerda, David Trueba, José Luis Garci, Manuel utiérrez Aragón, Pere Portablla, Sergio Cabrera, Bigas Luna, Imanol Uribe, Pedro Olea, Ana Marquesan, Agustín Sánchez Vidal, Rogelio Caballero y Javier Mariscal. Como para no estar atento a la lectura en imágenes de las canciones…
Imagen e información http://www.aviladigital.com/
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