domingo, noviembre 28, 2010

Sinceramente poético; honestamente brutal


Joan Manuel Serrat, en Buenos Aires

Sinceramente poético; honestamente brutal

El catalán inició su serie de shows en la Argentina

Domingo 28 de noviembre de 2010


Gabriel Plaza
LA NACION

Hijo de la luz y de la sombra. Joan Manuel Serrat. Banda: Ricardo Miralles (piano y dirección musical), Josep Mas "Kiflus" (teclados y programaciones), Vicente Climent (batería y percusión), Israel Sandoval (guitarras), Olvido Lanza (viola), Víctor Merlo (contrabajo y bajo eléctrico). Teatro Gran Rex. Nuevas funciones: 9, 10, 12, 13, 14 y 15 de diciembre.
Nuestra opinión: muy bueno

¿Qué es lo que permite que un artista mantenga la vigencia entre su público? En el caso de Joan Manuel Serrat, son las palabras, los versos que transporta a galope sobre el tiempo y las historias que se han transformado en momentos de la vida de cada uno de sus seguidores. Ahí está como un quijote, parado sobre su propia leyenda, un poco más golpeado, con la voz gastada, 66 años sobre los hombros, midiéndose con su propia obra, poniéndose al servicio de la poesía de Miguel Hernández, siendo portavoz de la belleza y testigo de un mundo raro, que sigue sin aprender de sus errores. Será que Serrat no pasa de moda (aunque sus arreglos musicales puedan sonar un tanto anticuados) porque sus melodías siguen dando vueltas en el aire como parte del inconsciente colectivo, y porque sus temáticas (poemas de amor, celebración y denuncia) son de poderosa actualidad y hasta podrían coincidir con un trovador urbano como René de Calle 13, el chico bomba que explota en los rankings y es símbolo de rebeldía.

Un efecto emotivo provocan estas canciones en la memoria, que suenan atemporales, que regresan con la fuerza de la juventud, casi con la misma intensidad del momento en que fueron paridas. Serrat recupera esa juventud junto a la poesía de Hernández, Machado y la obra propia, más allá de los hallazgos o desniveles de su banda, más allá de las limitaciones vocales, o más allá incluso de lo que incluso se espera de él.

En el arranque de su ciclo de conciertos en la Argentina, que continuará del 9 al 15 de diciembre, el cantautor catalán no hizo otra cosa que ser sinceramente poético y honestamente brutal. El concierto se dividió en dos partes. En la primera, por más de una hora, trazó una parábola artística recorriendo aquel repertorio compuesto para el legendario álbum Miguel Hernández, de 1972, y las flamantes composiciones de Hijo de la luz y de la sombra , donde retomó su "conversación" con los poemas del pastor pobre nacido en Orihuela.

Dos discos, dos épocas, que Serrat transita con el oficio de un eficaz narrador, capaz de hacerse transparente para que las palabras caigan con su propio peso, sin acentuaciones, lirismos o señales dramáticas de más, que se interpongan entre su voz y las canciones. Sumergido en el universo de Hernández, desglosa poemas de juventud, esperanza y desolación. Las nuevas "Tres heridas" (la que abre el show), "La palmera levantina" y, sobre todo, "Las abarcas desiertas" no tienen que envidiarles nada a sus piezas míticas y entran dentro de lo mejor de su cosecha actual. Serrat rejuvenece y se enciende junto a canciones como "Nanas de la cebolla", estremece con "Elegía", suena intimista en "Menos tu vientre", recrudece en "El hambre ("Tened presente el hambre, recordad su pasado, turbio de capataces, que pagaban el plomo, aquel jornal al precio, de la sangre cobrado, con yugos en el alma con golpes en el lomo?."); y hasta evoca la sensación que se vivía en aquellos tiempos de dictadura franquista con la emblemática "Para la libertad", que adquiere un carácter distinto con las imágenes que se ven en la pantalla.

En la siguiente parte, da vuelta la página y evoca a su álter ego Tarrés, para cantar los clásicos fuera del programa hernandiano. El tramo incluye canciones poco frecuentadas en sus últimos shows como "Penélope". "Los recuerdos", "Señora", "Sinceramente tuyo", "Es caprichoso el azar" y otro listado de imprescindibles: "Mediterráneo", "Cantares", "Pueblo blanco" y "Fiesta". Golpe a golpe, la emoción le azota el rostro. Ahí está parado Joan Manuel Serrat sobre la leyenda, midiéndose con la juventud y rebeldía eterna de sus versos. El tiempo está de su lado.



Imagen e Información http://www.lanacion.com.ar/

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Verena, pasé a mirar tú blog, y a dejarte un abrazo.
Me gusta este rinconcito que has creado.
Muchas gracias por acordarte siempre de mí en tus envíos.

Gracias guapa.

Un beso, María Pilar

Verena dijo...

GRACIAS MARIA PILAR
ME ALEGRO QUE VISITES EL BLOG AMIGA
TE DEJO BESITOS Y QUE ESTES BIEN


VERENA