Artista cantará hoy en el Melico y mañana en La Sabana
Serrat hizo suspirar al Melico Salazar
Las emociones de cientos de almas se pusieron a flor de piel la noche de este viernes, en el primero de tres conciertos que el cantante español ofrecerá en el país
Yendry Miranda
25/02/2011
No hizo falta un juego de luces espectacular; ni siquiera una orquesta con decenas de músicos... la noche del viernes la sola presencia de Joan Manuel Serrat en el escenario fue suficiente para cautivar al Teatro Popular Melico Salazar.
Desde que se apagaron las luces, a eso de las 8:10 p. m., cientos de almas que abarrotaron el auditorio capitalino recibieron al artista con un aplauso de pie, quien apareció sobre las tablas usando un jeans, un saco negro y camisa azul.
La cita contó con un público compuesto por personas de todas las edades y oficios. Entre los presentes estaba la presidenta de la República Laura Chinchilla y su esposo José María Rico, así como familias completas declaradas fanáticas del español.
Buen repaso. En su concierto, tal y como se esperaba, el artista hizo un repaso por sus discos Miguel Hernández e Hijo de la luz y de la sombra.
La cita comenzó en medio de un silencio absoluto de parte de los espectadores, quienes parecían degustar cada uno de los acordes de la primera canción de la noche: Llegó con las tres heridas.
El tema terminó en medio de una segunda ovación que a penas permitió escuchar el saludo del cantante a los costarricenses.
“Sean todos bienvenidos, gracias por estar aquí”, se le escuchó decir al artista.
Cuando la adrenalina del primer contacto mermó, todos los asistentes nuevamente volvieron a quedarse calladitos y con los ojos sin apartarse ni un segundo del escenario donde se encontraba el español.
Fue así como Serrat rompió el hielo con los cálidos acordes de La palmera levantina, que se combinó con la proyección de imágenes del trópico.
De seguido vinieron canciones como Las abarcas desiertas, Nanas de la cebolla, Elegía, Menos de tu vientre y El hambre, que acompaño con imágenes de un ejercito.
Uno de los momento más importantes del espectáculo llegó con la interpretación de Para la libertad, que desató exclamaciones de júbilo entre los asistentes y concluyó con un extenso aplauso.
Serrat no vino solo al país, en su show se acompañó con su banda integrada por un pianista, un percusionista, una violinista, un bajista, una guitarrista y un tecladista.
Cada uno de ellos tuvo la oportunidad de presentarse en medio de un arreglo de Vagabundear.
Los momentos más entrañables del concierto llegaron con la interpretación de Esos locos bajitos, que emociono hasta las lágrimas a quienes asistieron con sus hijos.
Precisamente, de la nostalgia paternal, Serrat llevó nuevamente el ánimo de la audiencia a la alegría con otro de sus éxitos: Yo nací en el mediterráneo.
Al cierre de esta edición Serrat cautivaba a la audiencia con l la interpretación de Disculpe el señor.
Imagen e información http://www.nacion.com/
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