martes, mayo 31, 2011

Entre poetas


Entre poetas

Conmueve con la obra de Miguel Hernández

Por Luis Rafael Trelles / Especial El Nuevo Día

Una audiencia en la que abundaban los amantes de “la nueva canción” de los sesenta y setenta se dio cita anoche en el santurcino Centro de Bellas Artes para escuchar a Serrat homenajear al poeta valenciano Miguel Hernández.

El cantautor catalán, cuyas composiciones y discografía forman parte indeleble de la banda sonora de una generación, evidenció su maestría nuevamente en suelo boricua.

La noche transcurrió con un repertorio sacado mayormente de los álbumes tributo a Hernández: el primero, de 1972, que lleva el nombre del poeta y el segundo, del año pasado, titulado “Hijo de la luz y de la sombra”.

La expectativa de ver de nuevo a Serrat recorría las butacas de la Sala Antonio Paoli, que se llenó de asistentes ávidos de ser conmovidos por su sensibilidad lírica.

El público no estuvo decepcionado, los aplausos se dejaron sentir tan pronto se escuchó su voz sobre las primeras notas de “La palmera levantina”. Entonces, salió el cantante al escenario, suscitando una ovación que dejó a la concurrencia de pie.

“Iniciamos el concierto de esta noche con un manojo de poemas”, compartió Serrat a manera de introducción. Entonces, expresó su gran aprecio por “un poeta muerto en la cárcel del franquismo a los 29 años”. Una sentida ronda de aplausos se unió entonces a la celebración del centenario de Hernández.

La tarima estuvo complementada por una pantalla que mostraba imágenes que oscilaban entre lo juguetón, como la animación de palmas que abrió el concierto, y lo onírico. En una ocasión la imagen de una calavera se fundió lentamente con el rostro de Miguel Hernández.

Entre canciones, Serrat se separaba de su banda, que produjo un sonido consistentemente arrullador, por medio de un perseguidor que lo hacía brillar mientras declamaba versos de vida, amor y muerte.

Algunos de los momentos más intensos de la primera mitad incluyeron versiones de “Elegía”, “Nana de la cebolla” y una interpretación acústica, acompañada de un violín, de “Menos tu vientre” que sacudió a los presentes.

No todo fue profundidad poética. El dominio escénico del cantante también incluye un sentido del humor mordaz que provocó risas en varias ocasiones.

A sus sesenta y tantos largos, Serrat retiene esa calidad mágica que lo ha caracterizado a través de las décadas: muy pocos intérpretes logran un sentido de intimidad y comunión tan arrollador ante centenares de personas.

Al cierre de esta edición versiones de “Sinceramente tuyo” y “Mediterráneo” arrancaban vítores de los fans , esos que han madurado junto al célebre cantor a través del tiempo.



Información http://www.elnuevodia.com/entrepoetas-979664.html

No hay comentarios.: