Derroche de poesía en concierto de Serrat
El artista catalán le impartió sentimiento a cada interpretación.
(Para Primera Hora / Israel González)
martes, 31 de mayo de 2011
El cantautor español Joan Manuel Serrat tenía la misión de calar hondo con la obra del poeta Miguel Hernández (1910-1942). Su fin era transmitirles a los puertorriqueños, las vivencias, la extrema pobreza y las torturas físicas y del alma que experimentó esta figura de la literatura española del siglo XX.
Lo logró con el espectáculo Hijo de la luz y de la sombra, en el que conmovió a muchos de los que se dieron cita anoche en la Sala de Festivales del Centro de Bellas Artes de San Juan.
El cantante catalán dividió el concierto en dos segmentos. El primero con la mayoría de las canciones que forman parte del disco Hijo de la luz y de la sombra, en el que musicaliza los versos del poeta Miguel Hernández. Esta producción, que publicó en 2010, marca el año del centenario del poeta. El segundo segmento lo nutrió con composiciones que ha popularizado a lo largo de su carrera musical.
Igualmente, hubo dos atmósferas. En la primera imperó la tristeza al acercar a la audiencia a la vida de Miguel Hernández, quien nació en Orihuela y murió a sus 31 años. Tras vivir la Guerra Civil en el bando republicano, el poeta fue encarcelado. Falleció en 1942. A pesar de su breve paso por este mundo, Hernández dejó una rica cosecha de poemas. En la segunda atmósfera, Serrat se mostró conversador y alegre, como trayendo de vuelta al mundo a quienes seguramente estaban conmovidos por los estragos de la guerra en la vida del poeta.
Cuando el artista apareció en el escenario, el público adulto le dio una calurosa bienvenida al ponerse de pie mientras aplaudía fuertemente.
“Iniciamos el concierto con un manojo de poemas que reúnen versos de Miguel Hernández, quien murió en las cárceles del franquismo. Con este proyecto, le rindo un homenaje a la figura de un poeta contemporáneo”, dijo el artista, quien anteriormente había hecho una relectura de otros poemas en el álbum Miguel Hernández, que publicó en 1972.
Acompañado por seis músicos, Serrat recitaba versos mientras su delgada figura era alumbrada por una potente luz, para luego interpretarlos con su peculiar voz, cuya vibración suele calar en lo más profundo del pecho. A veces acompañado de su guitarra y otras caminando por el escenario, el vocalista cantó La palmera levantina, Las abarcas desiertas, Dale que dale y Si me matan, bueno. Por medio de este puñado de temas, el artista hizo una radiografía de la existencia de Hernández, a quien “el Estado no dejaba expresar las muchas cosas que pensaba”.
Menos tu vientre, El hambre y Nanas de la cebolla sirvieron para recordar la extrema pobreza que sufrieron los que vivieron la Guerra Civil Española. Para la libertad fue el tema mejor recibido por el público, que aplaudía cada vez que se proyectaban en tres pantallas titulares como “Unidad y lucha”. El cantautor dijo que éste era el último espectáculo dedicado al poeta Miguel Hernández, tras un año y medio de conciertos por diversos países.
Una vez culminó su homenaje, el catalán cambió el ambiente a uno de alegría. Con un tono bromista, el artista habló de su otro yo, “Tarrés”, a quien suele esconderle información valiosa, como su visita a la Isla del Encanto. Despúes de narrar las razones de “Tarrés” para visitar la Isla, pues se siente boricua, el cantante interpretó temas como Sinceramente tuyo, Esos locos bajitos, Mediterráneo, Hoy puede ser un gran día, Caminante no hay camino y otros, que complacieron a quienes viajaron de la tristeza a la alegría en un mismo espectáculo.
Información http://www.primerahora.com/XStatic/primerahora/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario