sábado, junio 04, 2011

Muere un intelectual independiente


Muere un intelectual independiente
Vicente Ramos destacó, entre otras cosas, por dar a conocer a Miguel Hernández tras la Guerra Civil

04.06.11
RAMÓN GÓMEZ CARRIÓN


No hay un solo Vicente Ramos. Sería absurdo pretender encerrar en unas líneas la valoración de su larga vida y de su ingente obra. En un intento vano de compendiar al personaje, diría que fue un intelectual independiente. Sus incursiones en política fueron breves y para el desencanto. Su lucha por la valencianía de la Comunitat frente al supuesto catalanismo de Joan Fuster provocó que los pancatalanistas le echaran en cara su defensa del 'surestismo', un movimiento geográfico-económico que marcó un ciclo de la historia del Sureste (Alicante-Murcia y trasvase Tajo-Segura) durante una etapa del franquismo.

Vicente Ramos trabajó para la Caja de Ahorros del Sureste (ahora CAM), a la que dotó de la Biblioteca Gabriel Miró. Los libros fueron su pasión desde niño y a los libros dedicó su vida, a los libros de la biblioteca y a los libros que escribió, que fueron muchos y casi todos dedicados a Alicante, su historia, sus figuras políticas, literarias o jurídicas y hasta deportivas. Historiador y biógrafo, fue también promotor de revistas literarias, además de pionero en publicar los primeros versos inéditos de Miguel Hernández tras la Guerra Civil, en plena dictadura franquista.

Ramos, nacido en 1919, conoció a Miguel Hernández durante la guerra, en 1937, durante un acto en el Ateneo de Alicante, en el que Miguel tuvo papel protagonista a sus 27 años. El poeta del pueblo ya se había hecho un nombre y, además de contar sus experiencias en el frente de Madrid, leyó dos poemas de su nuevo libro 'Vientos del pueblo'. Manuel Molina, oriolano como Miguel, lo presentó a Vicente, que se mostró entusiasmado por el relato bélico y más aún por los extraordinarios poemas. Vicente Ramos se hizo, a partir de ahí, un hernandiano pertinaz.

Él y Manuel Molina editaron, en 1950, 'Seis poemas inéditos y nueve más', un libro para recaudar dinero con destino a la viuda del poeta y a su hijo que sufrían gran penuria. De nuevo Molina y Ramos, en 1952, para evitar que los restos de Miguel fueran a parar a la fosa común, hicieron una colecta y reunieron 2.042 pesetas (eran muchas pesetas) para pagar el nicho en propiedad. Ramos ha escrito mucho y bien sobre Miguel. En una entrevista que le hizo Nuria Illescas definió así el hernandismo: «Un amor y ese conocimiento de la obra de Miguel como un fuego inextinguible, una luz para siempre». Ha muerto un iluminado, un intelectual ilustre.



Información http://www.laverdad.es/alicante/v/
Imagen de Verena Sánchez Doering

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