sábado, julio 09, 2011

Serrat, 40 años de canciones


Serrat, 40 años de canciones

Poncho Vera
2011-07-09

Nací a finales de 1943 en Barcelona, de padre catalán y madre aragonesa. Soy lo que en Cataluña se conoce como un charnego, un mestizo que, en mi caso, no heredó ni la prudencia del seny catalán ni la reciedumbre aragonesa, pero que de manera natural se educó en la comprensión de la diversidad y la tolerancia de lo distinto. Pronto me enteré de que éramos de los que perdieron la guerra, como la mayor parte de la gente de mi calle, una guerra que dejó huérfana a mi madre, inconsolable a mi padre y llenó la casa de fantasmas que nos persiguieron toda la vida. Empecemos por decir que me llamo Juan Manuel en memoria de la abuela Juana y el abuelo Manuel, padres de mi madre, asesinados por los franquistas”.

Así es como empieza a contar su vida el gran Serrat en su sensacional libro Algo Personal.

Mi muy querida cuñada y entrañable amiga Mariana tuvo el gran detalle de regalármelo, una maravilla en muchas páginas, con una calidad de impresión soberbia y un contenido espectacular.

Básicamente, el libro recopila cronológicamente las canciones que Juan Manuel (¿Joan Manuel?) ha interpretado durante 40 años; incluye unas maravillosas fotos de su historia, además de algunos detalles curiosos como tiras cómicas que tienen contenido de él, y portadas de discos muy raros que se han editado en todo el mundo.

Un mestizo catalán y aragonés, el franquismo, el exilio, una España dividida, un nacer en el Mediterráneo, una pasión por la mar, la admiración por el futbolista Kubala, el amor al Barcelona F.C., unos españolitos que no se están quietos… Un Serrat, sólo uno, en conflicto con su Tarres.

Sentarse a leer las canciones de Serrat es una gratísima experiencia, un momento de reflexión, de nostalgia, de recuerdos… ahí, en sus canciones, está la historia misma de uno de los personajes más importantes de la cultura hispanoamericana contemporánea.

Me llegan mil recuerdos a mi cabeza al estar con el libro en mis manos: los momentos de mi infancia en las comidas familiares, la compañía musical en mi confusa adolescencia, mi entendimiento en canciones para querer cambiar al mundo, mi profunda admiración al pueblo español, el reafirmar que mi gusto por el futbol no es estúpido, mis ganas de quitarle los clavos al Jesús el nazareno, la ternura que me provocan los locos bajitos, y mi eterna valoración de la locura.

Y veo las fotos del que probablemente se podría haber considerado una especie de hippie español, y contemplo una mirada casi siempre cristalina, y admiro una sonrisa formada por un pasado lleno de interrogantes pero con ganas de seguir sonriendo…

Compruebo los motivos por lo que Sabina dice que “detrás de él están (estamos) los que necesitan su música bendita más que comer”… y también comparto con Joaquín que “yo de joven quisiera ser como él”.

Leo la letra de una canción, la escucho con libro en mano y me pierdo en la belleza de lo que canta, me envuelve el sentimiento de su voz.

Además, querido Serrat, ¿sabes?, al igual que tú, entre esos tipos (yo les llamo mamones) y yo hay algo personal.



ponchov@exafm.com

twitter: ponchovpof



Imagen e información http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=590846

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