Candela Serrat «Mi padre me dice: “Cariño, sé discreta”, pero soy loca total»
.«Hoy, la alegría es muy necesaria para que la gente deje de pensar en lo malo. En teatro es maravilloso meterte en el cuerpo de otras personas»
«Entre Bob Dylan, Leonard Cohen y Joan Manuel Serrat me quedo con el Príncipe de Asturias para... Ángel Nieto; me encantan las motos»
ANTONIO ASTORGA Día 07/10/2011
Siente miedo escénico?
—Depende; no es el pavor horroroso del «¡me quiero salir corriendo!», sino la adrenalina que te sube por los poros.
—¿Cuál es su adrenalina de vivir?
—La familia, los amigos, mi perro.
—¿De que está segura?
—Estoy un poco loca, eso es seguro. Soy bastante alocada. Tengo que contar hasta diez... antes de...
—...No se preocupe, nos pasa a todos.
—Hago lo primero que se me pasa por la cabeza sin pensar en las consecuencias.
—¿Es tan «alocada» como Gilda, su alter ego en «La alegría de vivir» Teatro Galileo de Madrid?
—Gilda es bastante más madura que yo; yo soy alocada en el aspecto de loca total, pero Gilda lo que tiene es un pronto muy fuerte cuando cree que algo está perjudicando a alguien a quien quiere.
—Gilda tiene dos enamorados. ¿Revolotean, pues, las mariposas dentro del estómago?
—Siempre, pero en Gilda es uno. Tiene lo que quiere, dos amigos fantásticos, a los cuales adora, y cada uno es una cosa distinta: uno es muy corazón, el otro muy cerebral. Gilda odia la fama.
—¿Y usted: le preocupa, molesta, agobia la fama?
—Me asusta. Gilda lo dice en la obra: «El éxito es muchísimo más peligroso que el fracaso», hay que estar el doble de atento y de precavido.
—Buscamos a alguien que saque algo bueno de nosotros mismos. ¿Esa es la alegría de vivir?
—«La alegría de vivir» es para mantener la sonrisa. Lo que queremos es que la gente venga al teatro a sonreír, a olvidarse de las cosas. La alegría es muy necesaria por todo lo que la gente piensa que pasa. La gente necesita salir de pensar tanto en lo malo.
—El teatro es ¿la gran evasión?
—El teatro es para eso; si no, ¿para qué? Es maravilloso meterse en el cuerpo de otras personas. Me gusta investigar una historia, una manera de vivir, cocinar... porque lo pasas muy bien.
—¿Es usted una mujer discreta?
—(Sonrisas). ¡Ese es el gran consejo familiar! La verdad es que nunca me he dado mucho a conocer por mi discreción. Mi padre me dice: «Cariño, recuerda, sé discreta». Mi madre me explica lo que quiere decir. En la familia nos regimos por la discreción.
—¿Le han dejado volar sola?
—En libertad absoluta. A mi hermana, a mi hermano y a mí. Siempre hemos sido muy confiables, aunque yo he sido de los tres la más majara. Mi hermana ha sido santa, con lo cual, nada; y yo estoy alocada, pero nunca he pasado los límites.
—¿Le gusta el cine?
—Soy una adicta.
—¿Su película favorita?
—«Perdición». Tuve que hacer una escena en Lon- dres y me encantó Bárbara Stanwyck. De pequeña no me gustaba nada el cine negro, y mi padre me animaba a verlo; yo pensaba que era un cine aburrido, porque era negro...
—Bob Dylan y Leonard Cohen son Príncipe de Asturias de las Artes y las Letras; falta su padre...
—Sí, sí. Bob Dylan me vuelve loca.
—¿De los tres con quién se queda?
—Con el Príncipe de Asturias para... Ángel Nieto.
—«Teu angel de la guarda» es su canción.
—Yo estaba en Londres. Mi padre no me lo dijo. Fue al escuchar el disco entero. Una preciosidad.
—¿Y su favorita del poeta Joan Manuel Serrat?
—Me rompe el alma el «Romance de Curro el Palmo».
ANTONIO ASTORGA Día 07/10/2011
Siente miedo escénico?
—Depende; no es el pavor horroroso del «¡me quiero salir corriendo!», sino la adrenalina que te sube por los poros.
—¿Cuál es su adrenalina de vivir?
—La familia, los amigos, mi perro.
—¿De que está segura?
—Estoy un poco loca, eso es seguro. Soy bastante alocada. Tengo que contar hasta diez... antes de...
—...No se preocupe, nos pasa a todos.
—Hago lo primero que se me pasa por la cabeza sin pensar en las consecuencias.
—¿Es tan «alocada» como Gilda, su alter ego en «La alegría de vivir» Teatro Galileo de Madrid?
—Gilda es bastante más madura que yo; yo soy alocada en el aspecto de loca total, pero Gilda lo que tiene es un pronto muy fuerte cuando cree que algo está perjudicando a alguien a quien quiere.
—Gilda tiene dos enamorados. ¿Revolotean, pues, las mariposas dentro del estómago?
—Siempre, pero en Gilda es uno. Tiene lo que quiere, dos amigos fantásticos, a los cuales adora, y cada uno es una cosa distinta: uno es muy corazón, el otro muy cerebral. Gilda odia la fama.
—¿Y usted: le preocupa, molesta, agobia la fama?
—Me asusta. Gilda lo dice en la obra: «El éxito es muchísimo más peligroso que el fracaso», hay que estar el doble de atento y de precavido.
—Buscamos a alguien que saque algo bueno de nosotros mismos. ¿Esa es la alegría de vivir?
—«La alegría de vivir» es para mantener la sonrisa. Lo que queremos es que la gente venga al teatro a sonreír, a olvidarse de las cosas. La alegría es muy necesaria por todo lo que la gente piensa que pasa. La gente necesita salir de pensar tanto en lo malo.
—El teatro es ¿la gran evasión?
—El teatro es para eso; si no, ¿para qué? Es maravilloso meterse en el cuerpo de otras personas. Me gusta investigar una historia, una manera de vivir, cocinar... porque lo pasas muy bien.
—¿Es usted una mujer discreta?
—(Sonrisas). ¡Ese es el gran consejo familiar! La verdad es que nunca me he dado mucho a conocer por mi discreción. Mi padre me dice: «Cariño, recuerda, sé discreta». Mi madre me explica lo que quiere decir. En la familia nos regimos por la discreción.
—¿Le han dejado volar sola?
—En libertad absoluta. A mi hermana, a mi hermano y a mí. Siempre hemos sido muy confiables, aunque yo he sido de los tres la más majara. Mi hermana ha sido santa, con lo cual, nada; y yo estoy alocada, pero nunca he pasado los límites.
—¿Le gusta el cine?
—Soy una adicta.
—¿Su película favorita?
—«Perdición». Tuve que hacer una escena en Lon- dres y me encantó Bárbara Stanwyck. De pequeña no me gustaba nada el cine negro, y mi padre me animaba a verlo; yo pensaba que era un cine aburrido, porque era negro...
—Bob Dylan y Leonard Cohen son Príncipe de Asturias de las Artes y las Letras; falta su padre...
—Sí, sí. Bob Dylan me vuelve loca.
—¿De los tres con quién se queda?
—Con el Príncipe de Asturias para... Ángel Nieto.
—«Teu angel de la guarda» es su canción.
—Yo estaba en Londres. Mi padre no me lo dijo. Fue al escuchar el disco entero. Una preciosidad.
—¿Y su favorita del poeta Joan Manuel Serrat?
—Me rompe el alma el «Romance de Curro el Palmo».
—¿Recuerda cómo compone su padre?
—En su despacho. De él he heredado la capacidad de estudiar con algo de fondo; él se mete en su sitio, y el teléfono, descolgado, claro.
—No le gustan a usted los silencios, pues.
—Nada, me vuelvo loca.
—¿Y el silencio más incómodo?
—El peor es cuando conoces a alguien, ¡umm!, ¿de qué hablamos? Yo no hablo del tiempo, suelto alguna majadería o la marca de la casa: un chiste de esos de «se abre el telón...».
BLANCA
TORQUEMADA
VIRGINIA
RÓDENAS
Información http://www.abcdesevilla.es/20111007/contraportada/sevp-candela-serrat-padre-dice-20111007.html
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