Fiesta entre amigos de Núria Feliu en el Liceu
Lunes, 10 de octubre del 2011
JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA
Fue una noche con swing, cançó, nostalgia pop, cuplet, castellers, gralles, atracón de piropos y brillos textiles. Fiesta y también homenaje, aunque a Núria Feliu no le guste la palabra. Porque había que oír, anoche en el Liceu, el repertorio de elogios que le dedicaron: que si «unió tradición y vanguardia» (Luis Cobos), que si «dignificó la figura del intérprete» (Òscar Dalmau), hasta que «fue una de las primeras en vestirse con una minifalda y en desvestirse con un biquini» (Adelina Castillejo).
Núria Feliu, la Feliu, dosificó su canto en la noche de su 50º aniversario de carrera (y 70º de vida), pero abrió la sesión, tras unas palabras de Josep Cuní, con El clar país, su adaptación de Le plat pays, de Jacques Brel. Muy pronto salió Serrat y ambos intercambiaron estrofas en Sota un cirerer florit (pieza seminal del cantautor, de la cosecha de 1966), atentos al piano de Ricard Miralles. En la platea, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y una amplísima presencia institucional: los consellers Mascarell, Mas-Colell y Rigau, el alcalde Xavier Trias, Jordi Pujol... Única incursión política desde extramuros, Joan Puigcercós (ERC). Y la deportiva de Sandro Rosell.
La cantante invitó a voces de nueva planta como Sílvia Pérez Cruz, que cantó Vestida de nit, una pieza compuesta por sus padres, Castor Pérez y Glòria Cruz. Atención a los outsiders y actores secundarios: la ampurdanesa se acompañó de la guitarra de Raül Fernández (Refree), y Àlex Torío contó con Agustí Bussom (Abús) en Redemption fee, una pieza de su próximo disco. Los caminos que llevan a Feliu son insondables. Empar Moliner, que presentó a Torío, recordó que Robert Wyatt tenía su disco con Lou Bennett como quien dice en la mesita de noche, y reveló que Feliu es fan de su Rock bottom, clásico del rock vanguardista.
Luis Cobos fue otro highligh, pero renunció esta vez a brindar un humilde Capricho español con la Royal Philharmonic Orchestra, por ejemplo, y arropó a Feliu con una big band en No encenguis l'espelma. Angelina i els Moderns reanimaron Anirem tots cap al cel, Marina Rossell hizo volar La gavina y Peret, con 38 grados de fiebre, puso rumba con El mig amic. Àngel Casas potenció complicidades al dar paso a Feliu en El carrer de Sants. Y tras la Companyia Elèctrica Dharma, una geganta Feliu de cuatro metros y la versión original, recitando Us he reconegut. Abel Folk cerró la noche: «Dentro de 10 años, en el Palau Sant Jordi».
Información http://www.elperiodico.com/es/noticias/gente/fiesta-entre-amigos-nuria-feliu-liceu-1176610
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