Estadio Charrúa. "Dos pájaros contraatacan" convocó a 22.000 personas

Estadio Charrúa. "Dos pájaros contraatacan" convocó a 22.000 personas

Sabina y Serrat hicieron un show multimedia con clásicos y humor

ALEJANDRA VOLPI

Los dos "pájaros" contraatacaron con un show de tres horas que desafió al frío y la lluvia, y convocó a 22.000 personas. Les va bien el stand up y hacer sus clásicos de forma cruzada, en un contrapunto con eje temático: la orquesta del Titanic.

Cuenta la leyenda que los músicos del Titanic siguieron tocando mientras el buque se hundía para calmar los nervios de la tripulación. Sabina y Serrat asumen ese rol en este 2012 apocalíptico, salidos de una España afectada por la crisis económica. El trovador de Úbeda cumplió en febrero 63 años, mientras que el catalán transita sus 68. Maduros y con un bagaje de clásicos inscriptos a fuego en la memoria colectiva, dejan claro que no van a bajarse. También del show se desprende el respeto que predican hacia el público -desde el momento que suman flamantes composiciones en lugar de sólo repetirse- y que en ciertas circunstancias la mejor salida es reírse de uno mismo.

Cuando presentaron Dos pájaros de un tiro en 2007 (en el Estadio Centenario) hicieron una verdadera celebración de sus enormes trayectorias en escena. Pero esta vez fueron más allá, porque el "contraataque" los devolvió como un dúo amalgamado; seguramente el tiempo compartido en las giras y haber entrado al estudio de grabación juntos hizo lo suyo. Con la complicidad de compadres -uno serio (a medias) y otro definitivamente descarrilado- entretuvieron a las 22.000 personas con breves monólogos de humor, entre canciones compartidas, cruzadas y estrenos del flamante álbum La Orquesta del Titanic. Sabina "recordó" que hace cuarenta años, cuando tocaba en el subte y en "boliches de la peor reputación", "conquistaba chicas con canciones de Serrat".

Y tras interpretar De cartón piedra y un fragmento de Balada para un loco, Serrat (que desplegó todo su histrionismo y hasta hizo malabares con tres pelotitas de tenis) tomó el micrófono para "informar" que su cómplice en realidad "no anda bien, porque a lo largo del día es una piltrafa". Él se encarga "de bañarlo y vestirlo", aunque "a veces lo hace al revés". Canta Eclipse de mar -que le va a medida- porque su colega prometió cederle los derechos en el testamento, "cuando ocurra lo inevitable". Además, en otro paso de comedia, agregó: "Yo jamás necesité una canción de Sabina para tocarle el culo a una muchacha".

El hombre del bombín descubrió que en Montevideo "todo rima": "Onetti con Benedetti y con Viglietti" (que estaba en la platea), "Galeano con Ciudadano y montevideano, Ruben Rada (que los saludó en el camarín) con nada y Macarena con Juan Gelman". De improviso se largaron a hacer payadas, a dos guitarras, con versos a la ciudad y un papel para leer de reojo. Había llovido y el viento frío soplaba haciendo temblar de a ratos los telones del escenario, pero la orquesta fiel a su homónima hundida en el océano, siguió tocando con ocho músicos y dos coristas, entre los que estaban el pianista Ricardo Miralles, Pancho Varona y Antonio García de Diego.

El show multimedia incluyó a dos cuervos en pantalla gigante caracterizados como los artistas. La platea recién se puso de pie a las 23.05 horas cuando Sabina interpretó Princesa. Del disco que crearon juntos destacaron especialmente la poética de Hoy por tí, mañana por mí, Martínez y Cuenta conmigo (que incluye un verso de Benedetti, para el cual se agarraron de las manos), tres títulos que les sirvieron para crear climas de gran intimidad. Tomaron unas copas, bailaron, se salieron del guión y Sabina hasta se disfrazó de pirata. No quedó ni un hit en el debe. En este caso, la orquesta llegó a buen puerto.


El País Digital



Información http://www.elpais.com.uy/120329/pespec-633227/espectaculos/sabina-y-serrat-hicieron-un-show-multimedia-con-clasicos-y-humor/