Fiesta con “dos pájaros”inolvidables
Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina hicieron vibrar el estadio Delmi.
06/03/2012
Cuando pasadas las 23 dejé el Delmi (tuve que dejarlo por esos rigores del horario de cierre de los diarios), estaban los dos sentados a una pequeña mesa redonda, bebida de por medio, a un costado del escenario. Tocaban el “Maldito Blues”. Atrás, la gran orquesata de ocho integrantes y dos vocalistas. Parecía la escena de una obra teatral.
Pero no. Eran Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina, esos “pájaros” españoles tan carismáticos, entrañables, talentosos que promediaban el concierto que había empezado a 21.45 (supe después que terminó pasadas las 0.30!). A esa hora, desde las sombras del escenario, dos grandes pájaros de colores brillantes (uno con sombrero, claro) anunciaron que “a punto está de levantarse el telón”. Y aparecieron los dos ante el delirio de la gente.
Los españoles comenzaban así, en el estadio Delmi de Salta, la gira llamada “Dos pájaros contraatacan”, que los llevará por las principales capitales del país y, por supuesto, varias presentaciones en la Capital Federal.
Aparecieron con traje negro, corbata del mismo color y un simpático sombrerito (parecía de fieltro). Arrancaron con una base rítmica de rock and roll y letras de varios de los temas más conocidos. Y a poco de sonar, Serrat lanzó un: “Estamos francamente contentos de estar acá”, con lo cual, platea y tribunas estallaron. Y Sabina agregó: “Lo mejor que hicimos es empezar la gira en Salta”, con lo que el estadio nuevamente vibró.
Más de una referencia hicieron a su bienestar en la provincia. En otro momento, el padre de “Se equivocó la paloma” confió que nunca en su vida vio tantos poetas por metro cuadrado como en Salta. “Pero es que aquí hay en todas partes poetas; he visto poesías detrás de una boleta!”, contó.
Y a modo de chanza (una de tantísimas), reveló las recorridas de Joaquín por las comidas regionales, pero eso sí, “siempre con vino de Cafayate”.
Ellos disfrutaron mucho del espectáculo. Claro que la gente también. El show, con extraordinario juego de luces y pantallas gigantes, tuvo, sin embargo, no pocas deficiencias en el sonido, asunto que no disminuyó ni una centésima la empatía entre los actores arriba del escenario y los receptores, abajo. Porque Joan Manuel y Joaquín saben de sobra cómo actuar para que el concierto sea una obra artística inolvidable.
En forma constante uno habla del otro, en serio y en bromas, alternativamente, entre un tema y otro. Pero Sabina se puso serio al agradecer a “este que ya era Dios, como Maradona, cuando yo me acerqué a él”. O cuando destacó que “todos nosotros (orquesta y coristas) no estaríamos ni en Salta ni en Argentina si él no hubiera abierto el camino con cosas como ésta”, e interpretaron el clásico “Señora”.
Si ellos lo pasaron bien en Salta, el público se fue regocijado. Tanto los más grandes (cincuentones) que acompañaron más a Serrat como los treintañeros que coreaban las interpretaciones de Sabina.
Un tema de antes y otro de ahora. Una emoción y un recuerdo. Un aplauso y una lágrima. Joan Manuel y Joaquín. Simplemente, un lujo. Un privilegio.
Información http://www.eltribuno.info/Salta/134768-Fiesta-con-dos-pajarosinolvidables-.note.aspx?origen=metarefresh
No hay comentarios.:
Publicar un comentario