jueves, abril 12, 2012

Un día con sabor a Sabina & Serrat


Un día con sabor a Sabina & Serrat

Joan Manuel Serrat, el maestro. Joaquín Sabina, el “muchacho”. El dúo, una simbiosis de dos grandes que duplicaron música y poesía, pero que además parió un show que incluye una linda obra de teatro basada en la vida de dos viejos amantes de los bares, los tragos, el pucho, las mujeres y sobre todo, en una sincera amistad, muy de humanos que “no han perseguido la gloria”. Por Andrea Morinigo

12/4/2012


Casi tres horas de show ofrecieron Sabina y Serrat anoche en el Jockey Club Paraguayo.

Unas diez mil almas esperaban con tremenda ansiedad la presencia de los dos protagonistas de la gira “Dos pájaros contraatacan”, que promociona la segunda gran obra de los gallegos denominada “La orquesta del Titanic”.

Luego de una sobria presentación de Julia Peroni en el telón, a las 22:00 aparecieron los dos pájaros para cantar el mix “Ocupen su localidad/Hoy puede ser un gran día” y luego del primer delirio, saludar con un ¡Buenas noches Asunción! ¡Buenas noches Paraguay!. Como no podía faltar el humor, Sabina informó a los presentes que la organización prohibió hacer uso del celular, pero concluyó diciendo: “aunque yo que ustedes no lo haría”.

Como demostración de la buena salud musical que goza “el Nano”, despachó a Sabina para cantar con su melódico estilo “Acuérdate de mí”. Las características de la música permitía sentir a un Serrat sobrio, con una voz limpia y una interpretación impecable. Y la piel reacciona ante un maestro.

Aunque se definieron como “un par de gallegos”, dijeron tener un “corazón paraguayo”, produciendo la algarabía guaraní luego de las primeras canciones. Es que los viejos españoles se complementan, se joden, se miman y se divierten juntos y embelesan al público. La conexión, a esas alturas ya era plena.

Sabina entró luego a acompañar a su “primo” con el tema “Algo Personal”, con el que se permitió lucir uno de sus ya famosos pasitos. Después hizo una pausa, se sentó en una “mesa de bar” colocada en el escenario, encendió un cigarrillo mientras Serrat comenzaba a interpretar su música“Y sin embargo”. Y quién no sabe que los besos que no se han dado son los que más hondo calan, aún amando a quien hace fiestas en la cocina. Vibración. Emoción. El público coreaba “y me envenenan los besos que voy dando...”.

El dúo sabe muy bien como combinar temas clásicos con el debut de su nuevo disco. A continuación interpretaron “La orquesta del Titanic”, luego de una introducción sobre el hundimiento del gran bote que ahogó, entre los magnates, a Leonardo Di Caprio, según la historia contada por Serrat y Sabina.

“Al fin solos!”, festejó el genio de Úbeda para cantar sus “19 días y 500 noches”. En medio de la música paró y preguntó al público: No se imaginan lo que me dijo. La respuesta fue “Me dijo, Hola y Adiós”. ¡Maldito Facebook!, fue la reacción de Sabina, despertando carcajadas. Hizo la misma pregunta, y ante la misma respuesta dijo: ¡Maldito Twitter!, y luego del humor, continuó con el clásico tema. A Sabina se lo vió hasta juvenil, pese a los efectos de tantas juergas en su voz.

Interpretaron “Cuenta conmigo”, “Eclipse de mar”, “Maldito Blues”, “Después de los despueses” y completaron una treintena de canciones en sus casi tres horas de recital.

Serrat en guaraní

Pero si algo faltaba para que los pajarracos terminen de derretir la garra guaraní, fue la interpretación de la canción "Che pykasumi" por Joan Manuel Serrat, en nuestro idioma nativo. “Y de resistencia sí saben los catalanes, así como los paraguayos, que mantuvieron el guaraní pese a las invasiones”, declaró el Nano, con total sinceridad. Incontenibles las lágrimas y el pirî en la piel. “Qué bonito sonó eso”, comentó Sabina al terminar la canción.

Este par de viejos no tuvo tapujos para dialogar sobre el “poro'u” (tener sexo), burlarse mútuamente de su virilidad -o de su no virilidad- y de sus dificultades y/o artimañas para “tocarle el culo a una mujer”. Luego de hablar a las espaldas de Sabina, Serrat aclaró: “no es que no me importe lo que le pase, porque si él se jode, se jode la gira, y mi 50%”. Además, del humor, los artistas dedicaron un momento al arte cirquero cuando Serrat hizo malabares con cuatro bolas de tenis.

Para interactuar aún más con el público, Serrat habló de la vida antes de la aparición del “celular de los cojones”, pero concluyó sugiriendo que el público le de alguna utilidad. “Prendan sus celulares y levanten”, dijo, y el Jockey se adornó con miles de aparatos mientras sonaba la música “Contigo”.

Los cantautores no olvidaron a sus músicos, a quienes presentó durante la música con versos. Destacaron el coro de Mara Barros y Lorena Calero, las únicas mujeres de la banda de nueve acompañantes de los pájaros.

Se despidieron tres veces, pero volvían para enloquecer al público, que salió ya después de la medianoche con la satisfacción de haber presenciado no sólo el show de un poeta y un músico, sino de la unión maravillosa de amigos que vinieron a divertirse. La sonrisa de Sabina y Serrat quedará impregnada en cada corazón trovador.




Información http://www.lanacion.com.py/articulo/67002-un-dia-con-sabor-a-sabina-serrat.html

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