El adiós a Caloi, un hombre de fútbol que hizo sonreír con su creatividad
Por Redacción EG ·
08 de mayo de 2012
El genial historietista, creador del personaje Clemente y colaborador de El Gráfico durante mucho tiempo, murió a los 63 años.
Repasamos los vínculos entre su arte y la pelota.
Foto 1 CLEMENTE a sus espaldas. Su personaje más famoso salió durante 39 años en Clarín (Fotos: Archivo El Gráfico)
La frase sugiere una referencia mística. Puede servir también para justificar el sexto sentido que los seres humanos solemos adjudicarnos. “Va a yegar un día en que el universo va a morir”, dice Clemente en la contratapa de hoy del diario Clarín. Ese pájaro, pato, pollo o simplemente muñequito nos devuelve una pared, nos deja cara a cara con el arquero, para hacer el gol y concretar el homenaje. A los 63 años murió Caloi, Carlos Loiseau, uno de los mejores historietistas argentinos, que supo crear un mundo desde sus entrañables personajes. Como lo advirtió el más famoso de todos ellos, ese espacio dejaría de existir. El Gráfico despide a quien supo ser un hombre de la casa: su inventiva ocupó las páginas de esta revista durante dos décadas, con una página fija que se publicó entre 1976 y 1982, además de otras colaboraciones.
Foto 2 NOMBRE era Carlos Loiseau. Se fue a los 63 años, pero dejó una herencia
CLEMENTE ES BOSTERO Y PIDE PAPELITOS
Caloi era enfermo por River. Había visto jugar a Angel Labruna, Amdeo Carrizo y el Beto Alonso. Pero Clemente le había salido hincha de Boca. Tamaña contradicción entre artista y personaje no se discutía: “El es de Boca, ¿qué querés que le haga?”, respondía el dibujante y sugería la voluntad de sus creaciones más allá de las contratapas de Clarín. A pesar de la ironía, tan equivocado no estaba. Su arte y el fútbol se juntaron para provocar cuando el contexto no lo aconsejaba. Durante el Mundial 1978, en plena dictadura militar, el hombre desafió simbólicamente a José María Muñoz, relator oficial de la Junta, que bregaba por estadios sin papelitos. “Decían que íbamos a dar la imagen de un país sucio. Muñoz me la dejó picando: ahí empezó Clemente pidiendo que tiraran papelitos”, dijo alguna vez Caloi, que salió victorioso de aquella disputa.
Foto 3 EL GRAFICO, el Caloidoscopio del fútbol: fue una página fija entre 1976 y 1982.
EL HINCHA DE CAMERUN
Antes del Mundial España 1982, el solitario Hincha de Camerún apareció en televisión y provocó la risa del país entero. Era un Clemente pero de color negro, firme en la tarea de alentar a su país. Cuatro años más tarde el propio Clemente acompañó con sus estribillos al equipo argentino de Bilardo y Maradona en México 1986. Su ingenio se convirtió en un clásico a la hora de los mundiales. También publicó "Con el deporte no se juega", un libro de chistes futboleros editado en tres tomos.
LES TRAJO SUERTE
Los hinchas de River recuerdan con nostalgia al equipo del Bambino Veira, que en 1986 se coronó campeón de la Copa Intercontinental. El gol del uruguayo Antonio Alzamendi, el triunfo 1 a 0 sobre el Steaua Bucarest de Rumania y el primer y único trofeo de este tipo para las vitrinas del Monumental. Todo se confunde en el caleidoscopio del pasado millonario. La camiseta que utilizaba aquel equipo, adornada con un particular león sobre el costado derecho, se paga caro en los portales de compra y venta por Internet. “Me llamó el presidente Mario Santilli y me pidió que dibujara algo. La gente de Adidas no quería saber nada. Pero River ganó esa copa y el leoncito se volvió cábala, los jugadores no querían saber nada con quitarlo de la camiseta”, recordó el artista.
Foto 4 NEGRO. Fontanarrosa y Caloi, dos grandes amigos.
SE FUE A TOMAR UN CAFE CON FONTANARROSA
Caloi y el Negro eran amigos entrañables. Compartían la pasión por el dibujo y el fútbol. En una entrevista para El Gráfico realizada un año después de la muerte del rosarino, su amigo lo recordó con emoción: “Nos unía una hermandad muy grande. Una de las cosas que yo extraño con su ausencia es, justamente, buscar la mirada de él, porque teníamos unas miradas cómplices ante determinadas circunstancias”. Veraneaban juntos, viajaban juntos por el mundo, conferenciaban juntos, el Negro le había inculcado su pasión por Rosario Central y disfrutaban de los almuerzos "en un restorancito de San Telmo donde había sobremesas larguísimas y entretenidas”.
ASI LO RECUERDAN
El mundo de la cultura llora a uno de sus hombres más geniales. Caloi publicó una historieta por primera vez a los 18, y Clemente iba a cumplir 40 años en las contratapas de Clarín en 2013; toda una vida creando. A lo largo de su carrera cosechó amistades que tras conocerse la noticia de su muerte lo recordaron con emoción. Horacio Altuna era uno de sus colegas más ponderados, también eran amigos desde hacía treinta años. “Era un tipo muy socarrón, muy de barrio, tierno y popular”, lo evocó Altuna. Carlos Nine, otro dibujante, lo elogió: "A través de Clemente, Caloi había establecido una complicidad con el público, con el argentino reo, con el tipo de barrio".
Foto 5 DIBUJE, MAESTRO. Caloi y Clemente, en pleno proceso creativo.
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